México en Oaxaca sigue la Cruzada contra los Pueblos del Maíz. Amenaza para las semillas nativas de maíz
Variedad de maíz nativo. Fotografía: Eugénie Laclasse
|
Por Eugénie Laclasse
24 Mayo 2013
En el marco de
la Cruzada contra el Hambre, el
gobierno mexicano impulsa a nivel nacional el Programa «Agricultura de auto-consumo», dirigido a 1,122 comunidades
ubicadas en 50 municipios de Oaxaca. Destinado a pequeños productores de maíz
que cuentan con 3 hectáreas como máximo para cultivo, el programa plantea
contribuir al mejoramiento de sus condiciones productivas mediante el otorgamiento
de subsidios. No obstante, este dinero no es de uso libre: debe servir para la
compra de paquetes de semillas y fertilizantes químicos, a los proveedores de
agro-químicos certificados. Es claro que las empresas productoras tienen
grandes intereses en el implemento de estas medidas, sin embargo, las
comunidades seguramente serán afectadas. Considerando este programa como una
franca amenaza, las organizaciones campesinas se organizan para denunciar y
rechazarlo, solicitando al mismo tiempo la construcción de alternativas, que
respeten y fortalezcan sus formas originarias de cultivo.
No cabe duda de que el apoyo hacia la agricultura
de auto-consumo es importante para garantizar la seguridad alimentaria de las
familias y la soberanía alimentaria oaxaqueña y del país. Es lo que pretende el
programa de “Agricultura de auto-consumo”,
planteando otorgar el equivalente a 2,200 pesos por hectárea, con un límite de
máximo 3 hectáreas por productor. Estos subsidios se entregaran en insumos:
semillas híbridas o criollas mejoradas, fertilizantes químicos o
biofertilizantes, plaguicidas, herbicidas y silos metálicos. Como lo
aclara Gabriela Linares de la Unión de Organizaciones de la Sierra Juárez
(UNOSJO), con este programa, se trata de “darles
un dinero que ya no es en efectivo, anteriormente les daban el dinero, la
opción de que ellos compraran lo que necesitaban”. Es justamente lo que
están denunciando las organizaciones campesinas. “No están dando alternativas a lxs campesinxs, es lo que rechazamos”,
precisa Gabriela. “No estamos en contra
de la idea de un programa, es la responsabilidad del gobierno, lo que estamos
en contra es la forma en la que se está desarrollando”. Para ella, al
debilitar su autonomía el programa no ayudaría a los campesinos a solucionar
sus problemas. Juana Vasez Vázquez, originaria de la comunidad de Hidalgo
Yalalag, en la Sierra Norte del Estado de Oaxaca, aporta su testimonio: “Cada sexenio vienen estos tipos de
programas, nosotros lo hemos venido observando, y ninguno de estos programas ha
beneficiado”.
Además de esto, el programa representa una amenaza
hacia las semillas nativas de maíz, adaptadas a las particulares condiciones
ecológicas de cada región. Las semillas campesinas serán desplazadas por
semillas homogéneas, híbridas o criollas mejoradas, lo que provocará la perdida
de la diversidad de razas y variedades de maíz nativas que existen en el
estado. Como ya lo plantearon varios estudios científicos, como los de Antonio
Turrent [1],
muchas de estas semillas comerciales no podrán adaptarse a los nichos
ecológicos, ni permitirán lograr más rendimientos. Otros, tales como Ignacio
Chapela [2],
han documentado casos de contaminación transgénica debido al uso de lotes de
semillas que venden las compañías como “híbridas convencionales”. Por otro
lado, el Programa fomenta una agricultura que tiene como base el uso de paquetes
tecnológicos, con alto contenido de fertilizantes y plaguicidas químicos, que
disminuirá la calidad nutricional del maíz. Como lo precisa Juana Vasez
Vázquez, “este maíz no nutre, llena pero
no nutre como el que tenemos”. Además, seguramente contaminaría al medio
ambiente y provocaría problemas de salud crónicos.
Así, es fácil darse cuenta de que el programa
beneficiaría más a las empresas productoras de agro-químicos, semillas e
implementos agrícolas, que a los campesinos a quienes se destina. “Lo que estamos denunciando, es que los que
van a ser mayormente beneficiados de este programa van a ser las empresas a las
cuales se van a comprar estos paquetes tecnológicos”, declara Gabriela. Más
allá, según Mercedes García Lara, coordinadora de organizaciones de
agricultores biológicos, “la idea viene
de arriba, desde las transnacionales, a ellas les interesa ser dueñas de las
semillas al 100%”. Para ella, si este programa está directamente promovido
por el Gobierno, mediante la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo
Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) específicamente, “es un convenio entre
las empresas y los gobiernos, para que los gobiernos vayan ayudando a abrirse
caminos a las empresas”. Lo que se está buscando, es “que se pierda la semilla, para que las transnacionales tengan la
cancha abierta para las semillas transnacionales”, nos precisa. Cabe
aclarar que si en este momento, gracias a los subsidios, las semillas se
otorgan de manera gratuita a lxs campesinxs, después deberán ser pagadas
por ellxs.
Espacio de Defensa del Maíz Nativo en Oaxaca. Fotografía: Eugénie Laclasse |
Como lo denuncian las organizaciones que conforman
el Espacio Estatal en Defensa del Maíz Nativo en Oaxaca, al aceptar dejar de
sembrar las semillas propias y optar por las variedades comerciales, los
conocimientos campesinos sobre las semillas corren el riesgo de perderse. Por
lo tanto, Juana Vasez Vázquez explica que al matar los cultivos tradicionales,
estos “programas paternalistas” solo “van a crear más dependencia, y más
dependencia en el futuro va a significar miseria, ya no pobreza”. De ahí,
se destaca claramente la dinámica implementada por la Cruzada contra el Hambre,
que Silvia Riveiro rebautizó la “Cruzada
contra los Hambrientos”, “es una
cruzada, realmente, pero contra los campesinos, los indígenas, contra las
formas de vida diversas”.
Para apoyar a lxs campesinxs y fortalecer la
soberanía alimentaria en el país, el Espacio estatal en Defensa del Maíz Nativo
de Oaxaca tiene otra propuesta: reconocer y reforzar la sabiduría de los
pueblos, su cultura y su vida comunitaria. “Queremos
que el gobierno se esfuerce a proteger el maíz nativo, que apoye al campesino a
sembrar sus semillas”, declara Mercedes García Lara. En efecto, cabe
recordar que en muchas comunidades, además de su trabajo de mejoramiento de las
semillas nativas, lxs campesinxs utilizan técnicas tradicionales y también
agro-ecológicas que les permiten obtener una producción de alimentos sanos,
nutritivos y de buena calidad. Por esto, es en estas formas de cultivos
tradicionales que hay que poner la luz. Mercedes García Lara subraya, por
ejemplo, la necesidad de promover la milpa como forma de cultivo, o de
aprovechar el uso de abonos naturales contra el de los fertilizantes y agro-químicos.
Por su parte, Juana Vasez Vázquez nos cuenta que allá en las comunidades
de la Sierra Norte, “hay personas, sobre
todo los campesinos ya mayores, que siguen conservando la ayuda mutua: yo te
ayudo y tú me ayudas (…) y ahí no
media el dinero para nada”. Estas formas organizativas propias de las
comunidades son las que se deberían rescatar y revalorizar.
Agradecemos la colaboración del Espacio estatal en
Defensa del Maíz Nativo en Oaxaca
Comentarios