Agencias, 26-08-2013
La aparición en una fosa
clandestina de al menos cinco de los 12 jóvenes secuestrados en mayo en un
céntrico bar de Ciudad de México desveló el temor, hasta ahora minimizado por
las autoridades, de que el crimen organizado opera en plena capital, advierten
varios analistas.
Mientras el Gobierno local sostiene que el rapto realizado a plena luz
del día fue producto de un pleito entre pandillas locales, y que la capital
permanece a salvo de los cárteles narcotraficantes que azotan buena parte del
país, crecen las voces que discuten esta versión.
En la megaurbe existe el "lavado
de dinero, narcomenudeo, distribución (de drogas) tolerada en muchos casos por la propia autoridad", dijo a la
AFP Bernardo Gómez del Campo, experto y asesor en seguridad. "Tarde o temprano, (el Gobierno) tendrá que afrontarlo, prevenirlo y
combatirlo", demandó el especialista, con 23 años de experiencia en
agencias de seguridad federales y de la capital mexicana.
El pasado 26 de mayo, los 12 jóvenes, entre ellos un menor de 16 años,
fueron secuestrados a bordo de varios vehículos a la salida del bar After Heaven, ubicado en pleno corazón
de Ciudad de México, a unos metros de una sede policial y del transitado Paseo
de la Reforma. El viernes, casi tres meses después, se confirmó que los
cadáveres de al menos cinco de esos jóvenes fueron hallados en una fosa
clandestina ubicada en una zona montañosa en las afueras de Ciudad de México,
donde en total estaban enterrados 13 cuerpos.
Los secuestros masivos y el ocultamiento de cadáveres en fosas son
crímenes repetidamente vistos en otras zonas de México y atribuidos a los
poderosos cárteles. "Evidentemente,
hay una presencia de delincuencia organizada en la ciudad (...) Es increíble que no pudieron investigar
antes", comentó a la AFP Samuel González, exfiscal antidrogas de la
Procuraduría General de la República (PGR), la fiscalía mexicana.
Para este consultor en seguridad, lo más grave es que las autoridades de
Ciudad de México "no pudieron
encontrar los cuerpos, no tenían la menor idea de dónde estaban" y fue
la PGR la que hizo el hallazgo y dio el anuncio el viernes, mientras el
gobierno local guardó silencio.
CIUDAD DE MÉXICO SE CALIENTA
Al menos dos de los jóvenes
desaparecidos tienen padres que están purgando penas en prisión, y la mayoría
de ellos vivían en Tepito, un colorido pero violento barrio de Ciudad de México
conocido por su extenso mercado de contrabando, en el que se pueden encontrar
desde DVD piratas hasta armas.
Al catear el bar Heaven, las
autoridades hallaron droga y dos de los dueños fueron arrestados por su
presunta complicidad con los raptores, mientras que un tercero fue hallado
muerto y su cadáver calcinado.
La principal línea de investigación policial señala que el plagio se
debió a una disputa entre las pandillas La
Unión y Tepis, dedicadas a la
venta de droga desde Tepito, donde recientemente han ocurrido hechos de
violencia. A principios de junio, un comando armado irrumpió en un gimnasio y
mató a cuatro personas.
Aunque el índice de homicidios aumentó en Ciudad de México de 817 en
2006 a 1.085 en 2012, la capital aún está lejos de los 2.783 asesinatos en
Chihuahua (norte del país) o los 2.684 en Guerrero (sur) registrados el año
pasado por el oficial Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
TAPAR EL SOL CON UN DEDO
Ante este panorama, el alcalde de
la megaurbe, Miguel Ángel Mancera, insiste en que el caso Heaven no es un asunto de cárteles, sino un incidente "focalizado". Sin embargo,
tras el anuncio de la identificación de los cadáveres, un dispositivo de
seguridad suplementaria, con fuerzas terrestres y aéreas, fue desplegado en
Tepito y en la exclusiva Zona Rosa, donde se ubica el bar.
En julio pasado, el actual comisionado nacional de Seguridad, Manuel
Mondragón, quien anteriormente encabezó la cartera de Seguridad de Ciudad de
México, admitió que el crimen organizado se ha venido "cristalizando" en la capital.
Para Gómez del Campo, "el
gobierno capitalino hace declaraciones muy legalistas", pues en el
caso de Tepito trasciende "un
negocio de droga, con un intercambio de dinero, un producto, organización, eso
es una definición de estructura criminal, no una pandilla".
El secuestro en el Heaven "pasó en la zona más protegida de la
ciudad", subrayó por su parte a la AFP María Teresa Ramos, abuela del
más joven entre los desaparecidos, Jerzy Ortiz. "Ahora, cuando uno sale, no sabe si va a regresar" y
desconfiamos de cualquier vehículo sospechoso estacionado afuera de los bares,
añadió Penélope Ramírez, una joven de 26 años graduada en gastronomía y prima
de Jerzy.
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