Lisboa / Roma (Agencias).-
Miles de personas se han manifestado
en Roma y en diferentes puntos
de Portugal para mostrar su
negativa a los ajustes aprobados
por sus respectivos gobiernos. Unos 70.000 según los organizadores y 30.000
según las autoridades, se han echado a las calles en la capital italiana para
protestar contra las medidas de austeridad
del Gobierno de Enrico Letta en una marcha tranquila aunque con algunos
altercados protagonizados por grupos minoritarios. Por su parte, en el país
luso, los manifestantes convocados por el principal sindicato luso, la Comisión
General de Trabajadores Portugueses (CGTP, de tendencia comunista), censuraron
al Ejecutivo conservador liderado por el primer ministro Pedro Passos Coelho y
anunciaron nuevas protestas para “derribarlo”.
En Italia, los ciudadanos estaban convocados por varias organizaciones
bajo el lema “contra la precariedad y la
austeridad organizamos nuestra rabia”, han partido con más de una hora de
retraso y tienen previsto llegar hasta Porta Pia, donde han prometido que
organizarán una “noche blanca de la
disensión”.
La marcha ha transcurrido de forma tranquila, si bien se han vivido
algunos momentos de tensión que han acabado con al menos quince detenidos. Son
trece chicos y dos chicas, con edades comprendidas entre los 16 y los 25 años,
y solo cinco de ellos son de Roma, mientras que el resto proceden de otras ciudades
del país. Cuatro de ellos han sido arrestados por los carabineros y otros once
por la Policía.
Por otra parte, la Policía ha informado de que ocho miembros de las
fuerzas de seguridad han resultado heridos de carácter leve durante la
manifestación, que en algunos puntos ha degenerado en altercados ya que grupos
de encapuchados han procedido a lanzar piedras y cócteles molotov contra los
edificios oficiales. Además, las fuerzas de seguridad han desactivado tres
artefactos explosivos “peligrosos”
colocados en el recorrido de la marcha y en la zona próxima a los ministerios
de Economía, Infraestructuras y Trabajo.
El primero momento de tensión se vivió cuando la cabeza de la
manifestación ha pasado por delante de a sede de la asociación de
extrema-derecha Casa Pound. En este punto, decenas de miembros del movimiento
provistos de cascos y palos esperaban a los manifestantes, algunos de los
cuales también llevaban objetos para defenderse y se habían dirigido hacia el
edificio, pero la Policía ha intervenido separando a ambos grupos y evitando el
choque. Un carabinero ha resultado herido, según ‘La Repubblica’.
El siguiente punto caliente en el recorrido hasta el momento ha sido el
Ministerio de Economía. Aquí, un grupo de encapuchados ha lanzado piedras y otros
objetos contra el edificio, lo que ha obligado a la Policía a intervenir y
cargar contra los jóvenes.
Roma había amanecido blindada este sábado, con muchos negocios a lo
largo del recorrido previsto cerrados y con los escaparates protegidos por
tablas de madera, por temor a que se repitan los incidentes registrados en la
manifestación que hubo en octubre de 2011, que dejaron considerables daños
materiales.
En Portugal, las críticas se centraron en el proyecto de Presupuestos
para 2014 elaborado por el Gobierno, y que recoge una rebaja salarial para el
90 % de los funcionarios, cortes en las pensiones de los trabajadores públicos
y el aumento de los impuestos en productos como el alcohol, el tabaco o los
vehículos diésel.
La manifestación llegó con polémica, ya que la idea originaria de los
organizadores era recorrer a pie en Lisboa el famoso Puente 25 de abril. Las
autoridades lusas no concedieron su permiso, aunque permitieron una “marcha lenta” de más de 400 autobuses
que transportaban a los sindicalistas procedentes de la zona sur de Lisboa,
conocida popularmente como el “cinturón
rojo” de la capital debido a la fuerte presencia de socialistas y
comunistas.
Los autocares recorrieron durante más de una hora los poco más de dos
kilómetros que separan una punta y otra del puente, y fueron recibidos con
vítores por los manifestantes ya congregados en la ciudad.
Una vez allí, las consignas más repetidas fueron dirigidas al Gobierno
conservador y la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario
Internacional), a los que afearon mantener la austeridad a pesar de que el país
acumula tres años de recesión y que el desempleo se ha disparado hasta niveles
récord (16 %).
Similares imágenes se registraron en Oporto, donde los manifestantes
llenaron el Puente del Infante y exhibieron su oposición a las políticas de
recortes, llenando una de las más emblemáticas arterias de la ciudad, la
Avenida de los Aliados.
Fuentes de la CGTP -con más de medio millón de afiliados, según sus
propios datos- calcularon en torno a 50.000 personas el número de asistentes a
esta protesta en Oporto, convirtiéndose así en una de las más multitudinarias
de los últimos años.
Su secretario general, Arménio Carlos, aprovechó la ocasión para lanzar
un mensaje al jefe de Estado, Aníbal Cavaco Silva, al que exhortó a enviar los
Presupuestos para 2014 -una vez sean aprobados en el Parlamento- al Tribunal
Constitucional para su fiscalización.
El Constitucional ya ha anulado durante los últimos meses varias de las
medidas de austeridad aprobadas por el Gobierno, cuyos dirigentes han acusado
al Tribunal de tener intereses partidarios y de cuestionar su credibilidad
externa.
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