por Olivia Vázquez
Herrera
Jueves, 30 de enero de
2014
México, DF.- Previo a las actividades
del 8º Memorial del siniestro ocurrido en la mina Pasta de Conchos, la
organización Familia Pasta de Conchos, el Centro Prodh, el Equipo Nacional de
Pastoral Laboral y el Centro de Reflexión y Acción Laboral (Cereal), difundieron
en redes sociales una serie de postales informativas que precisan datos sobre
la explosión, así como de las irregularidades con que la mina operaba.
Las diferentes postales se realizaron en el contexto de la campaña “Por una cuerda de vida para los mineros del
carbón y sus familias”, y llevan por títulos las siguientes interrogantes:
¿Sabes quiénes somos? ¿Sabes por qué explotó la Mina 8, Unidad Pasta de
Conchos? ¿Sabes qué maquinaría era utilizada en Pasta de Conchos? ¿Sabes cómo
estaba construida la mina? ¿Sabes quién es Francisco Javier García de Quevedo?
Las postales se pueden encontrar en @CentroProdh y en
facebook.com/familia.pastadeconchos.
Como parte de la búsqueda de justicia por parte de las familias, y bajo
el lema “Rescatar a los vivos para honrar
a los muertos”, las postales buscan informar las causas de la explosión y
del derrumbe de la mina, y dar a conocer que “jamás se les ha fincado responsabilidades a los culpables de las
muertes de los mineros por obligarlos a trabajar en condiciones inseguras e
insalubres”.
Las organizaciones expresaron, a través de dichos productos
comunicativos, que la vida y la salud de los empleados de Grupo México
—dueños de la mina donde ocurrió el accidente en 2006— “era un gasto monetario que no estaba dispuesto a invertir”, ya que
la empresa no realizó “pruebas de
incombustibilidad” para evitar posibles explosiones por acumulación de gas
a causa de la producción de carbón.
Es preciso recordar que el accidente que ocurrió en Pasta de Conchos fue
ocasionado por la acumulación de gas metano al interior de la mina, lo que
provocó que éste explotara debido a la mala ventilación y a los bajos volúmenes
de aire limpio.
De igual forma, las organizaciones mencionan en las postales, que la
empresa Industrial Minera México
de Grupo México, no realizó
verificaciones periódicas ni le daba mantenimiento constante a los equipos de
trabajo —los cuales, además, estaban prohibidos por la norma de calidad
vigente en ese momento—.
De acuerdo con los trabajadores de la mina, ellos mismos eran quienes
elaboraban las piezas y arreglaban el equipo, pues, como éstos ya se
encontraban descontinuados, ya no había refacciones ni quien los reparara. Además,
la infraestructura, de la mina se encontraba en malas condiciones, ya que los
arcos de madera “no tenían separadores
para evitar que cayeran (…) reutilizaban
las vigas vencidas y retiraban arcos completos para reutilizarlos en las
frentes de trabajo con el fin de bajar los costos de producción”. En este
contexto, ante una explosión, los derrumbes sobrevienen inmediatamente y
dificultan la salida de posibles sobrevivientes.
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