En
días pasados el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó
que la inflación, medida por el incremento en el Índice Nacional de Precios al
Consumidor (INPC), se situó en 0.68 por ciento en la primera quincena de enero
de 2014, ello representa el segundo incremento quincenal más alto para una
misma quincena en los últimos 12 años. Mientras, a tasa anual, la inflación se
disparó a 4.63 por ciento, la más alta en cuatro años.
1.- ¿Que está detrás de la alta inflación? La escalada de precios
en los primeros 15 días del año fue producto por una parte de los aumentos de
impuestos que contempla la reforma fiscal y por otra parte, de los incrementos
en los energéticos. Efectivamente, sólo 6 mercancías explicaron casi la mitad
de la inflación quincenal:
i) impactados por el “impuesto a la salud”, refrescos
envasados y pan dulce explicaron el 22.4 por ciento de la inflación;
ii) producto de los “gasolinazos” mensuales, la gasolina de
bajo octanaje explicó el 11.6 por ciento de la variación del INPC;
iii) en contra del discurso
oficial que asegura que con la aprobación de la reforma energética “bajará el precio de la luz y el gas”,
la electricidad y el gas doméstico LP explicaron el 11.6 por ciento de la
inflación.
2.- Economía “nini”:
ni estabilidad en precios, ni estabilidad en variables reales. La elevada inflación
enciende los focos rojos para 2014, ya que coloca ese indicador afuera del
rango previsto por el Banco de México (Banxico), que es de 3% (+/- un punto
porcentual). Pese al optimismo de Banxico, es altamente probable que la
inflación para finales de 2014 supere el 4%, atentando contra la llamada “estabilidad macroeconómica”, pilar del
dogma neoliberal. En efecto, un objetivo central de Banxico tras lograr su
autonomía en 1994, ha sido salvaguardar la estabilidad de precios.
La “estabilidad
macroeconómica” efectivamente lograda desde finales de la década de los
ochenta del siglo XX (aunque puesta en entredicho para este 2014), no se ha
traducido en estabilidad de las variables reales, como el PIB, la inversión y
el empleo. Por ejemplo, en el periodo 1982-2010 (de funcionamiento del modelo
denominado “neoliberal”), el PIB y la
inversión redujeron su crecimiento a menos de una tercera parte, pero
cuadruplicaron su grado de inestabilidad, comparativamente con el periodo
1940-1981 (de funcionamiento de la modalidad de crecimiento denominada ISI)
(Ortiz Velásquez 2011). Por otro lado, en generación de empleo, según
estimaciones propias (y con base en datos de INEGI), durante el periodo
2000-2013 la población joven que se incorporó a la Población Económicamente
Activa (PEA) fue de 11.2 millones de personas, pero sólo se generaron 3.9
millones de nuevos empleos registrados en el IMSS, es decir, desde 2000 dos de
cada tres jóvenes en edad de trabajar no obtuvieron un empleo formal. Lo
anterior significa que el éxito en la “estabilidad
macroeconómica” (en precios y déficit fiscal) ha sido parcial, pues ha sido
insuficiente para lograr un entorno de estabilidad para empresas y familias,
actores que enfrentan fluctuaciones estrepitosas y muy recurrentes en variables
reales como el ingreso y el empleo.
El año 2013 continuó con la inestabilidad real con un
mediocre crecimiento (esperado) de la economía de entre 1 y 1.2% (Banxico dixit)
y para 2014 un pronóstico de 3% (FMI dixit), 0.9 puntos porcentuales
menos que lo esperado por la SHCP. En 2013 el empleo formal creció a una tasa
anual de 3.5%, se trata de la tasa de crecimiento más baja de los últimos cuatro
años, el punto reviste particular importancia a un año de la reforma laboral
que prometía “generar anualmente 400 mil
empleos adicionales a los que se están creando” (La Jornada 2013).
3.- En suma, estamos en la
antesala de lo que será un año particularmente difícil, pues se conjugará de un
lado la inestabilidad en precios (efecto de la implementación de la reforma
fiscal y los “gasolinazos” mensuales)
y de otro lado, persistirá la inestabilidad en las variables reales como el
ingreso y el empleo en un contexto de acelerado proceso de reformas. En un país
con tremendas desigualdades sociales, las familias mexicanas resentirán
traumáticamente en sus bolsillos los efectos de los citados procesos, no es
descabellado esperar que la pobreza en México muestre un importante repunte en
este año.
NOTAS:
La Jornada. 2012. “Desmiente
Cepal a la STPS: la reforma laboral no creará empleos”. La Jornada,
octubre 3.
Ortiz Velásquez, Samuel. 2011. “Evolución del PIB y la inversión en México: 1940-2010”. Aportes
BUAP XIV (42-43), pp. 79-86.
Rebelión ha publicado
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