Rebelión, 22-02-2014
Hace apenas un poco más de
veinte años, en enero de 1994, la explosión armada zapatista en el sureste
mexicano vino a contradecir el avance lineal del modelo neoliberal y sus
acuerdos de libre comercio recetado como dogma en toda América Latina. Dos décadas
después, el “zapatismo sigue marcando, como lo hizo en estos años, la vida
política mexicana”, enfatiza Miguel Ángel Vásquez de la Rosa, licenciado en
Derechos y Ciencias sociales, comunicador social y agudo analista de la
realidad mexicana. Vásquez de la Rosa integra el Comité Directivo de la
organización popular Servicios para una Educación Alternativa A.C (EDUCA), con
sede en Oaxaca –vecino a Chiapas-, con una fuerte inserción en el trabajo con
comunidades y organizaciones indígenas.
P: ¿Cuál es su interpretación sobre la actual realidad del
zapatismo? ¿Sigue existiendo un “proyecto”
indígena campesino zapatista como cuando apareció públicamente en 1994?
MAV: Es sorprendente que
después de 20 años el zapatismo perviva, tenga una voz y un posicionamiento
propio y continúe marcando la ruta de los cambios en la lucha por la autonomía
de los pueblos indígenas. Digo que es sorprendente pues en todo este tiempo se
han instrumentado, por parte del Gobierno y sectores conservadores, todo tipo
de acciones y campañas encaminadas a aislar al movimiento, desacreditarlo y
eliminarlo de la escena pública.
P: ¿Esto significa, según su interpretación, que el
zapatismo impactó la vida política mexicana de las últimas dos décadas?
MAV: En efecto. En 20 años,
México ha experimentado cambios políticos de gran trascendencia, muchos de
ellos promovidos por el empuje y demandas zapatistas: la Reforma Electoral de
1997, la alternancia política del año 2000; el auge de la izquierda electoral y
el fenómeno AMLO (Ndr: fraude electoral contra Andrés Manuel López , Obrador,
candidato del Partido de la Revolución Democrática, PRD); las movilizaciones
sociales en Atenco y Oaxaca en el 2006; la lucha por la defensa de los
territorios en muchos Estados del país; e incluso el regreso al Gobierno del
Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 2012. El movimiento zapatista ha
sido actor central en esta historia y ha realizado esfuerzos por articular la
lucha de los indígenas de este país. De estos esfuerzos yo destacaría tres: los
Acuerdos de San Andrés Larráinzar (1996), la lucha por el reconocimiento
constitucional de los derechos de los pueblos indígenas (2001) y la Otra
Campaña (2006).
P: Puede
profundizar un poco más su análisis…
MAV: Hago este recuento para
tratar de entender cuál es la lectura que tiene el zapatismo en este momento y
donde radica su aporte estratégico y su metodología en la actual coyuntura
nacional. En la actualidad el zapatismo fortalece la lucha por la autonomía
desde “abajo”, fortalece su presencia
territorial en el sureste del país, concretamente en Chiapas, y la auto
organización de las comunidades zapatistas. Además promueve una escuela de
formación para activistas y dirigentes sociales de todo México y de otros
países. Por supuesto, en estos momentos el zapatismo tiene menor presencia
pública mediática, pero a su vez fortalece sus cuadros, su propuesta y su
organización en Chiapas y en todo el país.
“La
expresión más radical de la izquierda social”
P: ¿Es
posible conceptualizar qué es hoy el zapatismo?
MAV: Se puede decir que el
zapatismo es hoy el principal movimiento indígena de México. El zapatismo, y
esto no hay que olvidarlo, es un movimiento armado y es la expresión más
radical de la izquierda social en el país. El zapatismo es también, un
movimiento regional y comunitario, que se conformó con la acción de distintas
organizaciones de base de la iglesia católica y comunidades chiapanecas y en la
actualidad se re-articula en medio de sus propios conflictos y contradicciones
internas.
P: El Zapatismo intentó abrirse hacia la sociedad civil
mexicana en su conjunto. Hoy se “encierra”
en Chiapas, su Estado de origen. ¿Quiere decir que no prosperó esta vía de
extensión hacia la sociedad civil?
MVA: El zapatismo siempre ha
estado abierto a la sociedad civil y a los movimientos sociales e indígenas en
el país. Desde el levantamiento armado de enero de 1994 ha hecho llamados y
convocado a la sociedad civil de distintas maneras. En 1994 se realizó la
Convención Nacional Democrática, un cónclave que reunió en Chiapas a cientos de
organizaciones de todo el país. Más adelante, los diálogos de San Andrés
convocaron a dirigentes, intelectuales y personalidades de todo el país a
discutir los temas de una agenda de derechos indígenas. El EZLN (Ejército
Zapatista de Liberación Nacional) ha realizado tres recorridos a los largo de
todo México: primero la Marcha de los 1111, después la Marcha del Color de la
Tierra y también la Otra Campaña. En síntesis, ha habido constantes iniciativas
del EZLN por abrirse y vincularse con la sociedad civil, y en su momento han
sido detonadores de acciones políticas importantes que han influido en los
cambios. Sin olvidar que ha habido diferencias importantes entre el EZLN y
organizaciones sociales ligadas a la izquierda partidista (PRD), pues estas
últimas consideraron que la Otra Campaña impulsada en 2006 influyó
políticamente en la derrota de su candidato López Obrador a la presidencia del
país.
P: Iniciativas todas por extender la visión del zapatismo al
sureste mexicano y al resto del país. ¿Pero, insisto, lograron realmente el
impacto que buscaban?
MAV: Según mi
interpretación, el zapatismo ha sido un claro referente de lucha en los últimos
20 años en México. Su mensaje ha influido prácticamente todas las luchas de
transformación social en el país. Los cambios en México, sobre todo en materia
política, no habrían sido posibles sin la acción, el discurso y las demandas de
los zapatistas. A pesar que en los últimos años el mensaje zapatista no ha sido
considerado ni reproducido por la mayoría de los medios de comunicación. Aun
admitiendo que en los últimos 12 años el posicionamiento de la izquierda
partidaria ha sido importante -a través de López Obrador, uno de los
principales dirigente sociales en México- es evidente que el mensaje zapatista
es tan vigente y actual como hace 20 años.
El zapatismo hizo
descarrillar las recetas neoliberales
P: ¿Y el
México de hoy, con la vuelta del PRI al Gobierno?
MAV: Regresó el PRI a
gobernar el país, y con ellos un proyecto “modernizador”
de México, que, paradójicamente, la irrupción zapatista había logrado hacer
descarrillar hace 20 años. Los retos están abiertos: si los zapatistas logran
volver a colocar su agenda en el escenario nacional, y si hay un movimiento
indígena fuerte en el país, es imaginable una movilización social importante
que confronte las reformas estructurales impulsadas por el actual presidente
Peña Nieto, las que claramente afectan a las mayorías empobrecidas de México.
Miguel Ángel Vásquez de la
Rosa, comunicador y
analista social, directivo de Servicios para una Educación Alternativa A.C
(EDUCA)
Rebelión ha publicado
este artículo con el permiso del autor mediante una licencia
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