Rebelión, 26-03-2014
El 20 de
marzo comenzó la huelga nacional de los mineros artesanales. Y es que después
de tanto “paseo” por parte del
gobierno de Ollanta (que prometió oportunistamente la formalización de la
minería en campaña electoral), los mineros han decidido salir a combatir por su
derecho a un trabajo digno y la formalización (a pesar que ni el 20% ha sido
formalizado por las trabas burocráticas, solo en Enero han aportado con $14
millones). Y no es para menos. Después de la suspensión del paro del 29 de
agosto, lo que el movimiento minero ha recibido, no es una seria formalización,
sino balas, represión e interdicción, bajo la directiva del poder gran minero
transnacional.
Por eso es importante comprender que lo que
se juega en esta batalla es el futuro del movimiento minero (y sus hijos). Se
juega una alternativa de desarrollo económico y de trabajo frente a la
bancarrota a la que nos ha llevado el modelo neoliberal que solo beneficia a la
gran minería (que de 100 soles que gana solo deja 3 mientras que el artesanal
invierte el 100% en nuestra tierra, por otro lado, Xstrata -Las Bambas-
procesará 140 mil toneladas al día mientras que los artesanales extraen 200
kilos de mineral), que contamina y que tienen como agentes políticos a Ollanta
Humala y Nadine Heredia.
En esta
oportunidad, la huelga del movimiento minero artesanal se da en un contexto de
desaceleración de la economía (caída del 26% de la inversión en exploración en
gran minería), de fragilidad política de la administración Ollanta con un
gabinete que fue rechazado en el Congreso y que peca de soberbio al subirse al
100% el sueldo (de 15 mil a 30 mil soles) mientras que el salario mínimo está
inmutable (750 soles), con una oposición congresal que lo tiene entre la espada
y la pared por el factor Nadine (que en cualquier momento se vuelve a
plantear), y de un partido que no tiene capacidad de respuesta porque está en
el limbo político.
Bajo
estas condiciones es relativamente fácil una victoria del movimiento minero
artesanal (que está planteando la renuncia del Alto Comisionado para la Minería
Artesanal, Daniel Urresti, el Ministro de Minería, Eleodoro Mayorga, y de Medio
Ambiente, Pulgar Vidal, así como la modificatoria del Plan nacional de
formalización de la minería artesanal). No obstante, va depender mucho de que
la dirección minera haya sacado las lecciones de la derrota pasada, cuando
deslindaron de las bases “ilegales”
de Madre de Dios (que fue la única que se impuso al final) o de las de Sandia o
Carabaya (en Puno). Pero además dependerá también de que tengan una política de
alianzas con la ciudad para superar anticuerpos.
Por
otro lado, hay que tener cuidado. No se trata de cambiar moco por babas, es
decir de cambiar un ministro por otro (como plantean ahora), sino del cambio de
un modelo neoliberal, que solo sirve a los intereses de los ricos. Por tanto,
es clave, plantear la renuncia del gabinete Cornejo, una nueva Ley de Minería
(que desarrolle una minería nacional como solución a la crisis del desempleo).
Esto solo se podrá lograr con la unidad a través de un solo Comando de Lucha
con una sola estrategia política que haga respetar la fuerza del movimiento
social minero.
Ollanta militariza la lucha de los mineros
Ollanta
acompañó a los mineros en su lucha contra Alan García. Y en campaña electoral,
prometió la formalización a los mineros artesanales para conquistar el voto de
más de 300 mil trabajadores (que con sus familias pueden llegar a 1 millón). No
obstante, desde que ganó las elecciones, no solo dejó solo a su congresista
Amado Romero (come oro), sino que, en un giro lento hacia la derecha, se alineó
con la gran minería transnacional. Tanto así que su Ministro de Economía,
Miguel Castilla, es un tecnócrata neoliberal ortodoxo (que se opone al aumento
del salario mínimo), y su Ministro de Minería, Eleodoro Mayorga, es un
consultor y ex funcionario de la gran minería.
Entonces, es el carácter neoliberal del gobierno, el que
impuso un plan de formalización burocrático y tramposo que solo ha permitido
que de los 300 mil solo 20 mil estén formalizados (según el propio Urresti).
Por esta razón, la Central Nacional de Mineros del Perú (CENAMI) llamo a una
Marcha de los 4 Suyos hacia el Congreso de la República y Palacio de Gobierno
para exigir la modificatoria y ampliación del Plan de formalización (que vence
el 19 de abril), la derogatoria del DS 003-2014 (que permite la intervención
policial contra la minería ilegal), y la renuncia de Daniel Urresti (Alto
Comisionado para la formalización).
Es así como el jueves 20 de marzo las carreteras amanecieron
bloqueadas en Chala, Arequipa; Juliaca, Puno; etc. En Lima se han realizado
movilizaciones de miles, que han llamado la atención de la prensa conservadora,
acusando a los mineros de violentos por enfrentarse a palazos con los policías
que resguardaban el Congreso de la República.
Esta beligerancia es la que logró que Ollanta llamara a la
delegación de Arequipa para conversar en Palacio (dividiendo a los mineros por
regiones). No obstante, ha pasado casi una semana de huelga, y el día de hoy,
Ollanta ha llamado a la unidad nacional para enfrentar a los mineros y ha dicho
que, “… No vamos a dar más plazos para
formalización…” A la misma vez a dado luz verde a las FF.AA. para que
intervengan en el conflicto social apoyando a la policía.
Así las cosas, el gobierno está decidido a no dar tregua a
los mineros informales. Y es que detrás de Ollanta está la gran minería que en
el PÉRUMIN 2013 exigió al presidente desaparecer a los artesanales porque les
están quitando sus concesiones mineras ociosas. El problema que tiene Ollanta
es que son 300 mil familias que viven de esto.
Por tanto, de dar marcha atrás los mineros tendrán una
derrota de la cual será difícil recuperarse (y aquí interviene el personalismo
de los dirigentes y sus cálculos electorales). Pero si resisten y pasan a la
ofensiva radicalizando sus medidas se podría aperturar una nueva crisis
política del gobierno (que está muy débil). Estamos ingresando a una fase
política de mayor polarización entre mineros y gobierno, que de intervenir las
FF.AA., puede desembocar en una explosión social de masas de pronóstico
reservado.
Rebelión ha publicado
este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de
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