Fuente:
Abraham Cortés
Ávila es un joven de 23 años originario de la ciudad de Tlaxiaco, Oaxaca. Se
dedica a la realización de artesanía en el oficio de la filigrana con
incrustación de pedrería. Este oficio lo ha llevado a viajar por toda la República ofreciendo su mercadería
después de que abandonara su lugar de origen por las precarias
condiciones laborales a que se enfrentaba. También se dedica al arte circense
realizando malabar de fuego en las zonas turísticas que visita.
Abraham fue
detenido por personas vestidas de civil durante la realización de la marcha
conmemorativa por la masacre de Tlatelolco, el 2 de octubre de 2013 luego de
incorporarse solidariamente a la manifestación momentos antes de que iniciara
el violento operativo que concluyó en decenas de
aprehensiones arbitrarias, agresiones a ciudadanos, medios de comunicación
y defensores de derechos humanos entre otras violaciones a los derechos
humanos.
Luego de ser
detenido fue ilegalmente conducido por diversas agencias del Ministerio Público
(MP) hasta ser presentado en Iztacalco. Ahí acudieron policías que lo acusaron
de intento
de homicidio en grado de tentativa. Durante el transcurso de ocho meses
ha enfrentado un ilegal proceso para demostrar su inocencia a sabiendas de que
el caso es político. Esto se ha podido observar con anterioridad en otros casos
de personas detenidas ese día y consignadas ante el mismo juzgador, mismas que
actualmente han logrado alcanzar su libertad gracias a la acción de los amparos
promovidos ante juzgados de distrito.
El pasado 2 de
junio le fue dictada una sentencia de 13 años y cuatro meses de injusta prisión por
el delito de intento de homicidio en
grado de tentativa así como de los delitos usados por el gobierno
capitalino para criminalizar y judicializar la protesta: ataques a la paz pública con agravante de pandilla. Esto a pesar de
que el MP nunca acreditó el dicho de los policías y de que los peritos
dictaminan que los objetos asegurados por los agentes remitentes y usados para
inculpar al acusado no fueron obtenidos
con una adecuada cadena de custodia por lo que están contaminados.
Otras graves
irregularidades en su caso las constituyen las agresiones que sufrió al momento
de su detención, la tardanza en el tiempo para presentarlo ante autoridad
pertinente, agresiones físicas y psicológicas durante su traslado al MP y la siembra de balas calibre 223 en el
mismo Ministerio Público.
Abraham Cortés
Ávila no ha podido comunicarse con su familia por lo que no ha podido disponer
de personas que lo ayuden y lo asesoren adecuadamente y con tiempo ante medios
de comunicación, organizaciones de derechos humanos, colectivos y sociedad
civil en general. Ese desamparo social ha permitido que el gobierno local y el
juez encargado apliquen todo su peso en contra suya después de que se viera
forzado a dejar en libertad a otros consignados.
ANTECEDENTES
La escalada represiva a
manifestaciones públicas que ha venido experimentando la Ciudad de México desde
el primero de diciembre de 2012 así como el estado policíaco permanente se
hicieron presentes en la multitudinaria marcha del 2 de octubre de 2013.
Durante el transcurso de la misma se pudo apreciar que las fuerzas policíacas y
estatales implementaban medidas que hostigan y agreden a los manifestantes
violando sus derechos a la manifestación, la libre expresión y la seguridad.
Tales hechos han quedado constatados por los reportes de las organizaciones: Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro
Juárez A.C., Artículo 19 y otros.
Así mismo se ha
podido observar que las violaciones a los derechos fundamentales no sólo se dan
durante las detenciones sino también durante todo el proceso de remisión al
Ministerio Público, en el proceso de consignación ante un juez y durante el juicio
mismo. En tales irregularidades se revela el carácter político de los casos que
tiene por objetivo la criminalización y judicialización de la protesta social.
CASO ESPECÍFICO DE ABRAHAM
CORTÉS
Acudió el dos de
octubre de 2013 al centro de la Ciudad de México a comprar el material para
desarrollar su profesión. Al ver el intenso operativo policíaco desplegado
decidió incorporarse a la marcha a la altura del Teatro Blanquita. Ahí encontró
un conocido a quien acompañó durante una parte del trayecto.
Al cabo de unos metros se percatan de que son seguidos
por dos sujetos vestidos de civil y que al mismo tiempo las agresiones de
policías uniformados y con equipo antimotín contra los manifestantes se
generalizan. Es en ese momento que empiezan a correr siendo perseguidos por los
sujetos que ya los venían hostigando. Al llegar al panteón de San Fernando en
las inmediaciones del metro Hidalgo son alcanzados y agredidos sin que mediara
identificación alguna por parte de quienes resultaron ser Policías de Investigación.
Una vez detenido fue subido a una patrulla con la que los
policías se dedicaron a recorrer la zona recolectando diferentes objetos sin
cadena de custodia apropiada y que presentaron como las pruebas de los actos
delictivos que se le imputan. Luego de aproximadamente una hora durante la cual
sufrió de agresiones y tratos degradantes fue llevado a unas instalaciones de
la Procuraduría y que supone se encuentran por metro Camarones para
posteriormente ser llevado a una agencia del Ministerio Público en la
delegación Iztacalco aproximadamente a 15 km de la primera. Hasta ahí llegan
dos elementos uniformados que declaran en su contra acusándolo de intento de homicidio.
El cuatro de octubre fue consignado al Reclusorio Norte
ante el juez cuadragésimo de lo penal, Jorge Martínez Arreguín, quien le
dictará auto de formal prisión por los delitos de intento de homicidio en grado de tentativa, ultrajes a la autoridad y ataques
a la paz pública agravado en pandilla.
SITUACIÓN JURÍDICA
Causa Penal: 238/2013
Delitos: intento de homicidio en grado de tentativa y ataques a la paz pública agravado en pandilla.
Consignado ante: Juez 40 de lo penal
Jorge Martínez Arreguín.
Preso en: Reclusorio Preventivo
Varonil Norte de la Cd. de México.
El 10 de octubre le fue dictado Auto de Formal Prisión.
En el mes de noviembre de 2013 la sexta sala penal del
TSJ del DF resolvió improcedente el delito de ultrajes a la autoridad.
El 2 de junio de 2014 le fue dictada sentencia a 13 años
y cuatro meses de cárcel.
Está a la espera de la apelación de esta sentencia ante
tribunales.
DERECHOS HUMANOS VIOLADOS
DERECHO A LA
LIBERTAD Y SEGURIDAD ya que existía en su contra
una consigna de hostigamiento y posteriormente detención. Así mismo tampoco fue
trasladado a una representación legal sin demora.
DERECHO A LA
INTEGRIDAD PERSONAL ya que fue objeto de
agresiones injustificadas y tratos crueles y degradantes por parte de los
oficiales que lo detuvieron.
DERECHO A LA
JUSTICIA ya que no se observa igualdad procesal ni respeto al debido proceso.
El juzgador omite las pruebas y testimoniales a favor de Abraham Cortés sin
prestar atención incluso a aquellas pruebas favorables emanadas desde los peritos
presentados por el Ministerio Público. Así mismo y desprendido de las mismas
pruebas aportadas durante el proceso tampoco se respeta su presunción de
inocencia.
Así como diversos
derechos consagrados en la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos y en tratados internacionales.
LLAMADO A LAS ORGANIZACIONES Y A LA SOCIEDAD CIVIL EN GENERAL
El caso de Abraham Cortés Ávila es urgente ya que es, hasta este momento, la condena más larga que se ha dado en el contexto de la represión y criminalización de la protesta social en la Ciudad de México. Así mismo porque el gobierno está aprovechando el desamparo social en que se encuentra el sentenciado para hacer uso de todo el aparato estatal en su contra. Sin el apoyo de las organizaciones sociales no sólo se estará sentando un precedente jurídico para la judicialización de la protesta sino que, además, se estará condenando a una persona inocente a TRECE AÑOS de injusta prisión.
Apoyemos a Abraham
Cortés difundiendo el caso ante organizaciones civiles y personas de impacto
social (intelectuales, políticos, artistas, etc.).
Participemos en
las campañas de apoyo y difusión. Mantengámonos informados del desarrollo del
caso.
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