Agencia Autónoma de Comunicación Subversiones
0
Por Susana Norman (Centro de Medios Independientes-Guatemala)
Fotografías: CPR Urbana y Susana Norman
Fotografías: CPR Urbana y Susana Norman
HIJOS
OFENSIVA DE LA MEMORIA
Video: Susana Norman
Podrán cortar todas las flores pero siempre volverá la primavera.
Florecerá Guatemala
Cada gota de sangre,
cada lágrima,
cada sollozo apagado por las balas,
cada grito de dolor
cada pedazo de piel
arrancado por el odio
de los antihombres,
florecerán.
El sudor que brotaba
de nuestra angustia
huyendo de la policía,
y el suspiro escondido
en lo más secreto de nuestro miedo
florecerán.
Hemos vivido mil años de muerte
en una patria que será toda
una eterna primavera.
Florecerá Guatemala
Cada gota de sangre,
cada lágrima,
cada sollozo apagado por las balas,
cada grito de dolor
cada pedazo de piel
arrancado por el odio
de los antihombres,
florecerán.
El sudor que brotaba
de nuestra angustia
huyendo de la policía,
y el suspiro escondido
en lo más secreto de nuestro miedo
florecerán.
Hemos vivido mil años de muerte
en una patria que será toda
una eterna primavera.
Julia Esquivel
El 30
de junio pasado alrededor de 500 personas acompañaron a la organización
guatemalteca Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el
Silencio (H.I.J.O.S. Guatemala) en la marcha llamada Ofensiva de la memoria: Esta es Nuestra
Historia, Esta es Nuestra Memoria. La marcha, que tomó las
calles de la Ciudad de Guatemala, y culminó enfrente del Palacio Nacional, es
la quinceava vez que H.I.J.O.S. realiza esta acción un 30 de junio
desde que la organización nació el 30 de junio, 1999.
Hijos de una paz truncada
Han sido
15 largos años en la lucha por la memoria, por la verdad y por la justicia de
esta organización guatemalteca. El momento histórico en el que nace es crucial
para entender su caminar durante década y media. Cuatro años antes, en 1996, la
dirección de la Unidad Revolucionaria Guatemalteca Nacional (URNG) había
firmado los Acuerdos de Paz con el Gobierno y el ejército de Guatemala. Los
Acuerdos de Paz procuraban terminar una guerra que desde el golpe de estado del
1954 dejó más de 200 mil asesinados, más de 45 mil desaparecidos, millón y
medio de desplazados internos y exiliados, y más de 440 comunidades indígenas
enteras arrasadas por las fuerzas castrenses.
Un año antes de que naciera H.I.J.O.S., en abril de 1998, la Oficina de
Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala, coordinada por el obispo
Juan José Gerardi Conedera, había publicado el proyecto inter-diocesano de
Recuperación de la Memoria Histórica (REMHI) Guatemala: Nunca Más. Dos
días después, el 26 de abril de 1998, Gerardi fue brutalmente asesinado en la
casa parroquial de San Sebastián en el centro de la Ciudad de Guatemala. El
asesinato mostró que los Acuerdos de Paz estaban lejos de deconstruir las
estructuras represivas del Estado, e impactó fuertemente en quiénes habían
puesto fe y esperanza en el proceso de paz en Guatemala.
Un año después, en 1999, la Comisión de Esclarecimiento Histórico (CEH), de
las Naciones Unidas presentó su informe Memorias del Silencio, donde
revela que 93 por ciento de las atrocidades cometidas en contra de la población
guatemalteca fueron realizadas por los aparatos represivos del Estado, tanto
regulares como irregulares.
La CEH confirmó que entre los años 1981 y 1983, tiempo que
correspondía a los periodos en los que Romeo Lucas García y Efraín Ríos Montt
estaban en el poder, el Estado guatemalteco identificó a grupos del pueblo maya
como enemigo interno, y cometió genocidio en contra de los cuatro grupos
lingüísticos Maya-Q’anjob’al y Maya-Chuj, en Barillas, Nentón y San Mateo
Ixtatán del Norte de Huehuetenango; Maya-Ixil, en Nebaj, Cotzal y Chajul,
Quiché; Maya-K’iche’ en Joyabaj, Zacualpa y Chiché, Quiché; y Maya-Achi en
Rabinal, Baja Verapaz.
Álvaro Arzú Irigoyen era el presidente en el país, reconoció solo 8
de las 14 recomendaciones de la CEH a través de anuncios pagados en dos
periódicos nacionales en el mes de marzo el mismo año. Dejó fuera algunos
de los puntos más importantes que trataban el genocidio, la búsqueda de los
cementerios clandestinos y las recomendaciones sobre investigaciones a las desapariciones
forzadas.
La negación del gobierno de Arzú en seguir las recomendaciones de la ONU,
previstas por los Acuerdos de Paz, visibilizó que las fuerzas castrenses
continuaban presionando al Estado para frenar los procesos de verdad y de
justicia que la sociedad civil guatemalteca clamaba. A la vez el ex-general
Efraín Ríos Montt, entonces fundador del partido FRG y diputado en el Congreso
Nacional, negó que el genocidio hubiera ocurrido.
En mayo el mismo año, el Diario
Militar salió a la luz pública, lo que sacudió de nuevo al país. El
documento que después llegó a ser llamado el Dossier
de la Muerte había pertenecido a una Unidad Militar y fue filtrado
por algún oficial del ejército que hasta hoy día ha resguardado anonimato.
El Diario Militar
contenía los nombres de 183 individuos que fueron desaparecidos entre agosto
1983 y marzo de 1985. La mayoría de las fichas aparecen marcadas con «código
300», que significaba que la persona ya había sido ejecutada; en muchos casos
después de meses en el cautiverio militar bajo torturas. El Diario Militar probó la
existencia de un minucioso sistema de exterminio de aquellas voces que el
Estado consideraba los enemigos del orden establecido y obstáculos para los
intereses económicos y políticos de las oligarquías en el país.
Inventar y re-inventar la lucha
El uso
de la creatividad y el arte en la lucha, es quizás una de los temas que ha
caracterizado el caminar de H.I.J.O.S. a lo largo de sus 15 años. Tenemos el
término Embuscadas por ejemplo. «El
hacer embuscadas es un juego de palabras», cuenta Flor de María. «Es una combinación de ir en busca de, y de
emboscadas. No es que seamos guerreristas, pero sí reivindicamos la lucha
armada, y entendemos que era lo que les tocaba hacer en aquel momento. No
permitimos que se estigmatice esa lucha».
Las Ofensivas de la Memoria
es otra. «Es un intento de disputar la
memoria. Queríamos una memoria des-victimizada. Queríamos una memoria desde la
alegría. No nos considerábamos víctimas perdedores. Éramos hijos de
revolucionarios, sobrinos de revolucionarios. No queríamos recordar y llorar.
Queríamos seguir luchando, hacer la revolución», recuerda Flor de María.
Otras frases que han titulado las acciones de H.I.J.O.S han sido por ejemplo; Parados
sin botas en la estación de la memoria y luego No quiero armarte, quiero
desmilitarizarte.
Porqué te indignas si pinto con mi grito tu pared, si los ricos el ejército
han manchado con sangre nuestra historia, es otra que hacía referencia a las críticas que
el colectivo ha recibido por sus constantes empapeladas y pintas en la Ciudad
de Guatemala, exigiendo que las paredes urbanas mantengan viva la memoria de
los y las desaparecidos, para que el pueblo no les olvide, y que no olvide su
historia.
Siento que una de las cosas más ricas que hemos tenido durante estos 15
años es la construcción colectiva y el intentar escucharnos (…) Habíamos visto
en lo que se convirtió la URNG, habíamos visto el proceso de los Acuerdos de
Paz. De ahí la crítica a la verticalidad, y la importancia en fomentar una
construcción colectiva con otras prácticas.
Siempre fueron horizontales, no sin discusión. Era romper con las
viejas prácticas, y empezar a escuchar la palabra del otro, de la otra. No fue
sin desafíos.
No es fácil cuando no tienes un proyecto político concreto. No hay
transmisión de memoria o de ejemplos. En un inicio teníamos una práctica que
era el Objeto Sagrado, que era un ritual que Wendy había aprendido de los
pueblos indígenas en Canadá. Cuando tenías el objeto sagrado en las manos,
nadie te podía interrumpir, y compartías con lxs demás una historia, o algo que
les querías decir. Lo hicimos por 10 años, cada sábado.
La organización seguía inventando sus formas de lucha. Era un tiempo en que
el internet todavía no brindaba la inmensa cantidad de páginas, blogs, textos y
foros, como hace hoy. El estudiar procesos ajenos a la realidad guatemalteca no
era fácil, y quizás tampoco era la tarea más importante. Fue hasta en el 2010
que se realizó un encuentro con los otros H.I.J.O.S., de países
latinoamericanos que estaban en guerra todavía, o que estaban inmersos en
complicados procesos «post-guerra», como Guatemala. «Vimos que nuestras formas
de lucha se parecían, sin que nos hubiéramos conocido antes», recuerda Flor de
María. «Los argentinos hacían scratch,
mientras nosotrxs las Embuscadas, pero eran lo mismo, o muy parecidos».
«No éramos cuadros políticos de
nadie, leíamos solos, o nos peleábamos con los ONGs para que nos apoyaran con
algo de formación, en educación popular o lo que fuera, y después lo
compartíamos en el colectivo (…) Por un tiempo teníamos el
proyecto de Remij, que era la Recuperación de la Memoria Histórica de la
Juventud, que era ir con CEH y Remhi debajo del brazo, recuperando la memoria.
Pero no estábamos recuperando la memoria, estábamos repitiendo como loritos lo
que decía la comisión. Pero no estábamos mal, así aprendimos. Fueron nuestros
primeros pasos». Otras acciones han sido las de Sombras Nunca Más, en las que se trazaban las
siluetas de los y las desaparecidos, mientras el Rally de la memoria, pretendía pasar por lugares
importantes para la memoria histórica.
Memoria, un territorio en disputa
Una de
las consignas recientes de H.I.J.O.S. ha sido «Memoria, territorio en disputa».
Somos como una comunidad, o un colectivo de personas. Somos jóvenes
urbanos, por ende somos los despojados de todo, no hay un lugar para nosotros.
Entonces lo que nos ha dado nuestro piso, acobijo o territorio es la memoria, explica
Flor de María.
Sin territorio una comunidad se muere, porque el territorio nos da el origen.
Por eso tomamos la memoria, ese lugar donde se guardan los tiempos, ese lugar
común, que es nuestra memoria. Ahí encontramos el origen, nuestra identidad,
nuestro sentido. Pero está en disputa, y se está tratando de desaparecer.
Porque de la memoria no se puede sacar plusvalía.
Acciones fuertes
Los 30
de junio han sido las fechas para las acciones más fuertes en el espacio público,
y han sido diversas. Desde las marchas por la memoria, hasta meterse en el
Cuartel general del ejército de Matamoros, en el 2003. En el 2007, lxs
H.I.J.O.S. se metieron dentro del desfile militar en el Parque Central de
la Ciudad de Guatemala, el cual estaba acordonado por la Policía Militar.
Expandieron una enorme manta con las letras «Ejército Asesino», hasta que
lograran salir de tal infierno verde. Aquel año su acción generó un amplio
debate sobre el ejército en el país, y finalmente, el año siguiente, 2008, el
desfile militar fue cancelado. En el 2012 la acción fue realizada en San Juan
Sacatepéquez, donde se estaba imponiendo el nuevo destacamento militar para
proteger la explotación minera de Cementos Progreso. En el 2013 la consigna era
«Yo también soy Víctima del Genocidio»,
en solidaridad con el pueblo Ixil, que vieron sus anhelos de justicia truncados
cuando la sentencia contra el ex general Ríos Montt fue anulada el 20 de mayo
2013.
«Intentábamos hacer acciones cada
vez más fuertes para llamar la atención», cuenta Flor de María, que considera que a pesar
de la falta de apoyo en el comienzo, hoy en día el colectivo tiene más respaldo
en la población. «Para muchos, que
aún creían en la firma de la paz, lo que hacíamos entorpecía. Para ellos éramos
muy radicales, o no escuchábamos, o éramos resentidos, violentos. Tal vez de
alguna manera estábamos atacando la comodidad de la gente». Quizás la
historia les dio la razón. Una rápida mirada a los giros en el sistema de
justicia los últimos años, sugiere, para el ingenuo, debilidades en el sistema
de justicia, mientras para quién vivió la guerra sugiere que aquellos poderes
que causaron tanto daño todavía intentan aplastar al país con la bota
oligárquica-militar. «Cada vez es más
importante hacer una revalorización de los hechos históricos… re-entenderlos,
debatirlos», dice Flor de María.
Los actuales procesos de Justicia
H.I.J.O.S
es una de las organizaciones que estuvieron activos durante el juicio por
genocidio contra Efraín Ríos Montt el año pasado. Las empapeladas en el centro
aumentaron, y la organización convocó a varias acciones de solidaridad y apoyo
cuando el sistema de justicia -corrupto y politizado- permitió la anulación de
la sentencia del genocida Ríos Montt. También están cerca del proceso del
Diario Militar, que está comenzando en tribunales nacionales después del fallo
de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en contra del Estado de
Guatemala en 2012.
¿Cómo percibe H.I.J.O.S. estos procesos de justicia, cuando la sentencia
histórica de una jueza, en este caso de Yassmin Barrios (quién posteriormente
fue objeta de suspensión en el colegio de abogados), evidentemente no significa
que el sistema de justicia haya madurado?
Justicia es mucho más que un castigo. Hemos debatido este caso en el
interior de H.I.J.O.S., y si la anulación de la sentencia fue un retroceso real
o no. Creo que el retroceso fue más así para el propio sistema de justicia con
sus normas y reglas. Claro que prefiero a Claudia Paz y Paz como fiscal que la
que está ahora, pero no es por eso que yo lucho. Sigue siendo un sistema de
justicia de ellos. Es el mismo sistema de justicia que sigue permitiendo que
despojen a las comunidades. ¿Qué podemos esperar de ese sistema de justicia?
(…) Sin embargo, queremos apostar a los procesos jurídicos a los que los
sobrevivientes apuestan. Por eso acompañamos al pueblo Ixil, por eso
acompañamos el proceso del Diario Militar. La justicia era para nosotrxs sobre
todo que escuchen a los pueblos. Esos espacios son importantes en cuanto
posibiliten a los pueblos un espacio para contar su historia, y que todos los
escuchen. Porque son elementos importantes en la emancipación del sentido
común, que en Guatemala está colonizado.
Comentarios