La compartición de Amiltzinko (Encuentro de medios libres y radios comunitarias en defensa del territorio)
Agencia Autónoma de Comunicación SubVersiones
A los tejemedios y tejemedias,
el esfuerzo dejará frutos
y ya no sólo seremos raíces,
habrá que ser árboles.
el esfuerzo dejará frutos
y ya no sólo seremos raíces,
habrá que ser árboles.
Dos
días y medio no fueron suficientes para compartir, nos hacen falta más
encuentros, más espacios comunes, más trabajo conjunto. Aunque cada espacio,
cada taller y cada comida sirvieron para conocernos y reconocernos, las horas
caminan rápido y es mucho lo que hay que hacer.
Procedentes de Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Puebla, Estado de México,
Chiapas, Ciudad de México, Chile y otras comunidades de Morelos, integrantes de
varias radios comunitarias y medios libres nos reunimos en la comunidad náhuatl
de Amilcingo (Amiltzinko), en Morelos, México, para compartir conocimientos y
construir otros nuevos. Los talleres, proyecciones y charlas plenarias dentro
de esta jornada de trabajo son un primer paso para lo que se perfila como una
nueva etapa para los procesos de comunicación que buscan combatir las premisas
del mercado y la desinformación.
El «Encuentro de medios libres y
radios comunitarias en defensa del territorio», o Tejemedios región oriente, refleja la renovación de dichos
procesos frente a las nuevas coyunturas y contextos. No son nuevas estas
reuniones, por el contrario, lo que aconteció entre el 22 y 24 de agosto fue un
paso más en el camino de la conformación de verdaderas redes de comunicación,
no sólo libres sino comunitarias. Muchas de las experiencias que participaron
son parte de un largo camino que tiene más de una década, en algunos casos más
de 50 años –como lo es Radio Teocelotl–.
Sin embargo, sí hay tareas, riesgos y desafíos renovados, además de
colectivos emergentes y nuevas estructuras comunicacionales, ahora arropadas en
estas dos aguas históricas: los medios libres y las radios comunitarias. Ya lo
apuntaba el Subcomandante Galeano en la conferencia de prensa del 10 de agosto
de este año: «Nosotros vemos que a largo
plazo los medios libres, autónomos, alternativos; van a llenar o pueden llenar
–no sabemos si lo van a hacer–, pueden llenar ese vacío que se está produciendo
ahora en el intercambio de información a nivel mundial».
Y a esta responsabilidad se le suma el reto de construir mecanismos de
reacción y seguridad que nos permitan actuar de manera certera ante ataques de
todo tipo, frente a situaciones en el plano de lo cibernético y también
situaciones donde actúen fuerzas de seguridad. Según el portal Animal Político, durante 2014 se ha
detenido a por lo menos cuatro personas «por
operar radios comunitarias sin permiso», además de costosos daños en
equipos y hostigamientos permanentes para evitar su restablecimiento. En el
encuentro, integrantes de Radio Axocotzin,
comunidad cercana a la ciudad de Puebla, expusieron y denunciaron el robo de
equipo que sufrieron el pasado 4 de agosto por parte de policías federales y
personal del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFETEL).
¿Cómo vamos a reaccionar los medios libres, autónomos y comunitarios? Más
que certezas, la reunión de Amilcingo nos permitió ubicar líneas de trabajo e
interrogantes en aras de fortalecer y proteger los proyectos, al igual que
ubicar nuestro papel en el quehacer cotidiano de comunicación.
Vasos comunicantes
La
historia de las radios
comunitarias se remonta varias décadas atrás. Tal vez uno de
los viejos referentes es el estratagema que usó el Estado para dominar
ideológicamente a comunidades campesinas e indígenas a través de este medio. El
Instituto Nacional Indigenista –institución que se crea como una paternalista
respuesta a las demandas sociales de la revolución mexicana– es uno de los
primeros mecanismos para llevar a cabo estas políticas desafortunadas de
supuesta apertura a la participación en la «vida
nacional» y de integración a la sociedad. Hoy ha cambiado su nombre por el
de Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) aunque
mantiene los mismos enfoques para resolver
la cuestión indígena.
Sin embargo, las comunidades, a lo largo y ancho del país, voltearon la
tortilla y se apropiaron de la radio para ejercer mecanismos organizativos,
para recolectar los conocimientos de sus comunidades y resguardarlos al mismo
tiempo que lo compartían con los radioescuchas. Fue a través de la radio que
muchas comunidades, antes incomunicadas, lograron establecer puentes y analizar
las problemáticas que más les aquejaban. El resultado fue la construcción de
lenguajes vinculados directamente a la identidad campesina e indígena,
contrario la sumisión respecto a los contenidos que debían pasarse por
las frecuencias.
El proceso de enajenación resultó en una conciencia del pleno derecho a la
comunicación y en este sentido es que ahora se están ejerciendo los esfuerzos
de los medios, al mismo tiempo que se crean nuevas formas de comunicación que
nacen luego de que los contextos se han ido transformando y de que las personas
también van cambiando sus necesidades. Si por un lado, cada día es más
complicado acceder a un permiso para utilizar el espectro radioeléctrico,
simultáneamente surgen radios y proyectos de comunicación que superan esta
dificultad y crean sus propios mecanismos de difusión, o bien, ocupan
legítimamente lo siempre negado.
Algunas cifras refuerzan lo anterior y dan una muestra de la situación de
las radios en México: de las 1485 emisoras de radio registradas, el 77.2% son
comerciales y el 22.7% son radios de uso cultural o educativo. Tan sólo 10
grupos radiofónicos controlan el 72% de las estaciones. En medio de toda esta
concentración, tan sólo existen 20 radios que cuentan con licencia para
transmitir. La tendencia no es muy diferente de lo que sucede en otros ámbitos
de la vida económica del país: pocas manos concentran la mayor parte de los
medios de producción y lo hacen para fines benéficos al capitalismo.
Desde otro registro histórico, los
medios libres han transformado las formas en las que se
entiende la comunicación a partir de la apropiación de herramientas como la
fotografía, el video, los audios y lo escrito; así como del internet. Entre
personas con premisas éticas que giran en torno a una conciencia social, sin
partidos políticos que dicten rutas y traduciendo la realidad para tratar de
comprenderla, los medios libres, autónomos, alternativos y comunitarios han
logrado lo que muchos ya ni siquiera se plantean: estar en el terreno en donde
acontecen los hechos, hablar directamente con las personas, sumergirse en
contextos de riesgo, ser partícipes de la transformación social.
A partir del surgimiento de Indymedia en 1999 y del gran impulso que
significó la lucha de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) en
2006, los medios libres en México han ido transitando por diversos periodos que
han dado resultados varios, sin embargo lo más relevante es que se han ido
renovando y la información que construyen parece tener mayor alcance cada vez.
Muchas más personas se acercan ahora para conocer sobre un tema o para
informarse sobre lo que acontece en determinada región. No es la panacea pero
es un buen momento para plantear la profundización de varias tareas que ya se
vienen realizando, desde la investigación minuciosa de un tema hasta la
construcción de lenguajes más accesibles para diversas poblaciones y, por
supuesto, el desarrollo de tecnologías que ofrezcan una alternativa a las
imposiciones que las nuevas legislaciones establecen.
Lo que deja este fin de semana de trabajo, además de mucho más quehacer, es
un buen sabor de boca, una buena ola de ánimo, cosa que no es menor si se toma
en cuenta que luego de ataques y hostigamientos generalmente viene un
desbarajuste, un recogimiento por temor o por desgaste. En Amiltzinko se pudo respirar solidaridad
y voluntad para que no volvamos a estar desvinculados. Con
mucho entusiasmo seguimos aprendiendo del trabajo que desde las radios
comunitarias se hace y del mismo modo estas radios se llevan las experiencias
de los medios libres que hemos sistematizado otros conocimientos y técnicas,
protocolos de seguridad y formas de vinculación.
Además, durante las charlas, tanto formales como de pasillo, pudo
percibirse que no sólo se trata de resolver las estructuras que nos permitirán
avanzar en nuestros objetivos, también se platicó de la pertinencia de
fortalecer los contenidos, es ahí donde encontramos el vínculo con otros
actores sociales, más allá de las formas. Esta labor nos permitirá intentar
llenar los huecos de información y análisis que han profundizado los medios
comerciales al condicionar su existencia al valor de cambio de la información,
misma que resulta pobre a todas luces.
Muchas personas de las comunidad que nos recibió también tomaron talleres y
participaron en las actividades, otras tantas también fueron rostro y cuerpo de
este encuentro, ya no sólo era gente de las ciudades, poco a poco esa barrera
–antes muy delimitada– se ha ido difuminando. Si seguimos estos esfuerzos, tal
vez como medios comunitarios, podremos conformar una red mucho más fuerte que
rompa con mayor celeridad los cercos que han impuesto el Estado, el capital y
la enajenación producida por los monopolios mediáticos.
DECLARATORIA DEL ENCUENTRO DE MEDIOS LIBRES EN DEFENSA
DEL TERRITORIO
A los pueblos en defensa del territorio.
Al Congreso Nacional Indígena.
Al Congreso Nacional Indígena.
Al Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
A los medios libres, autónomos o como se llamen.
A las organizaciones de defensa de los derechos humanos.
A los medios libres, autónomos o como se llamen.
A las organizaciones de defensa de los derechos humanos.
Los medios libres nos declaramos en rebeldía frente a la ley de
telecomunicaciones y radiodifusión impuesta por el mal gobierno. Nos declaramos
en resistencia contra el saqueo y en defensa del territorio de nuestros
pueblos, a quienes les decimos que nos reconocemos como parte de su lucha y que
con nuestro trabajo buscamos fortalecer la organización en defensa de la Madre
Tierra. Con esto queremos decirles que se sientan acompañados porque su voz
tiene oídos que escuchan y manos que trabajan para darle fuerza a su palabra y
hacerla resonar sin límites más allá de nuestros territorios.
En este encuentro de medios libres en defensa del territorio, conocimos
experiencias de comunicación popular de diferentes pueblos y comunidades en
México y el mundo, compartimos saberes y experiencias, encontramos formas de
coordinarnos en el trabajo, y reconocimos nuestras luchas en la lucha de otros
y otras. En encuentros como este, seguimos constatando que somos muchos y
muchas quienes estamos dispuestxs a caminar por el sendero de la autonomía y la
autogestión.
La resistencia de los pueblos y sus medios libres conformamos una
convergencia de rebeldía que pondrá un alto al despojo llevado a cabo por el
mal gobierno junto con las empresas nacionales y transnacionales; juntos en
nuestras luchas, pueblos, comunidades, radios comunitarias y medios libres
rompemos el cerco informativo impuesto por los medios de paga que ocultan y
distorsionan la verdad.
Sabemos que en México existen muchos pueblos que son objeto del desprecio,
del despojo, la explotación y la represión. De la misma manera, nuestros medios
de comunicación también son objeto de la violencia de estado y la
criminalización, por lo que les convocamos a la defensa y al apoyo mutuo. Los
malos gobiernos deberán entender que si nos tocan a unos nos tocan a todos. Si
desmantelan alguna de nuestras radios o proyectos de comunicación libre,
surgiremos más. No permitiremos que nos sigan encarcelando y reprimiendo,
estamos organizados y dispuestos a garantizarnos el ejercicio de nuestros
derechos. La tecnología es nuestra, nos la hemos apropiado y estamos dispuestxs
a ocuparla y compartirla sin límites. ¡Basta ya de tanto desprecio!
Frente a esta realidad de abierta confrontación tenemos el gran reto de
acompañarnos entre los pueblos y los medios de comunicación populares que somos
criminalizados por ejercer nuestros derechos al territorio, a la libre
determinación, a la comunicación y a la libertad de expresión. Les convocamos a
conformar equipos de abogados y abogadas con capacidad de responder ante las
detenciones arbitrarias, desmatelamientos, criminalización, encarcelamientos y
represión de las que somos objeto.
En este contexto, hemos mirado el horizonte que nos muestran los muchos
espejos que se reflejaron en la compartición entre el Congreso Nacional
Indígena y el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, en quienes vemos un
ejemplo de dignidad, rebeldía y resistencia que alimenta nuestros sueños y
nuestro trabajo. Esperamos estar a la altura de la gran tarea que nos han
encomendado. Responderemos con toda nuestra fuerza y capacidad organizativa.
A la comunidad de Amiltzinko agradecemos habernos recibido en sus casas y
dejarnos tomar ejemplo de su organización desde abajo y su trabajo colectivo,
nos comprometemos a seguir caminando juntos desde nuestros medios, la defensa
de su territorio y a fortalecer sus procesos de comunicación comunitaria con
miras a volvernos a encontrar en este mismo lugar para el “Primer festival mundial de las resistencias y las rebeldías contra el
capitalismo”.
Convocamos a otros medios libres, autónomos, alternativos o como se llamen
a que hagan suya y enriquezcan esta declaración para construir espacios de
coordinación y redes de apoyo mutuo que nos permitan fortalecer y acompañar los
procesos de organización en defensa del territorio para ganar de una vez por
todas esta nuestra lucha por la vida, tierra y libertad.
¡Nunca más un México sin nosotrxs!
¡Libertad a Enedina Rosas, Juan Carlos Flores y Abraham Cordero!
Ratificamos la presente declaración:
Axocotzin Radio; El Caminante; Regeneración Radio; Radio Amiltzinko;
Coletivo Hijxs de la Tierra; Radio Ricardo Flores Magón; Radio Pozol; Radio
Zapote; Radio Teocelo; Radio Fogata; Koman Ilel; Somos el Medio; Agencia
Subversiones; Ce-Acatl; Sandía Digital; Tequio Audiovisual; Telar de Raíces; La
Voz de Villa Radio; Radio Naxme; Bloque de colectivos de Morelos; Kolectivo
Zero, Radio Placeres, Radio Nhandia, Autonomia Radial, La Chilenita, Coordinadora
Nacional de Medios Libres y Comunitarios, Media Luna Pa' Todos, Frente Juvenil
en Defensa de Tepoztlán.
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