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Crisis de muerte, crisis de vida,
depende de nosotros. No todos con todos porque mucho estorban los sensatos de
la no violencia, el perdón y el olvido para superar nuestras diferencias y
claro, sus crímenes. Han de ir al reclinatorio a darse golpes en el pecho o a
la curul donde dormitan y mueven depósitos en la banca corrupta, saludan al
trabajito mal pagado con patrón pobrediablo, tanto
como el presidente de la república abriendo la boca y haciendo el ridículo al
ser contradicho por la terca realidad de vicios de crímenes de Estado
capitalista en bancarrota política pero no tanta como para escalar el fin de
todo resto de soberanía nacional ante la alerta roja del Departamento de Estado
yanqui y sus sicarios de la CIA, la DEA, la Iniciativa Mérida, la ASEAN, la
OMC, el CISEN y las Direcciones de Seguridad (de ellos) dispuestos a proceder
militarmente como la anuncian los actos cínicos que no cívicos de Peña
escoltado por generales y almirantes, y los de la dizque inteligencia y
seguridad.
Ahí está lo malo porque el
cambio en el calendario no resuelve la crisis económica, política y social. Lo
saben los plantones frente a las corruptas procuradurías, la toma de casetas,
los nuevos municipios autónomos, los tímidos balbuceos obreros, las reuniones
por la resistencia y el Congreso Nacional indígena, la exigencia de
presentación de los apresados sin causa o asesinados por defender su
tierra-territorio-terruño.
“Repudiar la represión” dijimos desde septiembre
para dar lugar a una excelente exposición de grabados como punta de lanza de
acuerdos para mantenernos en Alerta Roja Máxima porque hay que esperar lo peor
en el año de la reforma legal contra el campo y los campesinos, mientras siguen
los contratos treintañeros de destrucción de la tierra y sus legítimos
poseedores históricos.
Con la solidaridad
internacionalista centrada en Ayotzinapa pese a los malos augurios envidiosos,
con la certeza de que la educación rural es tan enemiga del Estado capitalista
globalizante como la de los estudiantes de técnicas que se han negado a ser
tuercas atornilladas por los ingenieros de los consorcios con su lucha
orientada por la autogestión tan necesaria como la autodefensa y con todos los
pleitos legales para defender lo que queda del sistema de salud pública, todas
las formas de lucha son nuestro recurso, menos la electorera, la parlamentaria,
la judicial y la ejecutiva, cuadriga de enemigos de los pueblos y comunidades
acosados y atacados por perros policiacos, militares y marinos.
Larga y constante es
nuestra lucha, larga ha de ser la vida porque se trata de triunfar, no de
inmolarse, ni perdonar, ni olvidar, ni encerrarse en la superación personal.
2015 es año de organización
combativa todo el tiempo y en todo lugar. Venceremos porque la crisis de muerte
es de ellos, la de nosotros es de vida naciente y poderosa.
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