21 febrero 2015
Este 21 de febrero se cumplieron 50 años del asesinato de
uno de los grandes líderes de la lucha afroamericana en Estados Unidos, Malcolm
X, en un hecho del cual aún no se sabe quiénes fueron sus responsables últimos,
y de la cual nunca se ha tenido la total claridad de si se trató solamente de
una acción de la Nación del Islam en contra del que fue hasta 1964 unos de sus
más importantes dirigentes, o bien fue orquestado y digitado por organismos de
contrainteligencia estadounidenses (COINTEPRO).
Su infancia y conversión al Islam
Nacido el 19 de mayo de 1925, vivió una infancia marcada
por el racismo y la persecución. Su padre, Earl Little, constantemente
perseguido y acosado por la Legión Negra (una secesión del Ku Klux Klan), fue
asesinado cuando Malcolm tenía solo seis años de edad.
Desde entonces, Malcolm
recurrió, falto de oportunidades, a una vida de crímenes y excesos que lo
llevaron a su encarcelamiento, lugar en donde experimentó una conversión al
conocer a John Bembry, miembro de la Nación del Islam, dirigida entonces por
Elijah Muhammad. Esa conversión lo llevó a abandonar del todo la vida de vicios
que llevaba antes de su encarcelamiento, y a dedicarse al estudio y la
comprensión del sistema racista que tanto le había afectado a su vida y a la de
los suyos.
Vale decir que la Nación del
Islam es una organización religiosa que a pesar de basarse vagamente en la
creencia musulmana, tiene una serie de elementos distintos y heterodoxos que
por ejemplo, planteaba la supremacía del hombre negro por sobre el hombre
blanco (lo cuales eran vistos como demonios para sus creyentes y seguidores).
Buena parte del discurso que Malcolm X va a tener desde entonces y hasta su
reconversión al Islam Sunita (1964), va a ser en esos términos, jamás
desafiando lo planteado por el líder y fundador de la creencia, Elijah Muhammad.
Fue así que, salido de
prisión, en Agosto de 1952, Malcolm se dedicó a ser un predicador de la Nación
del Islam, y pronto, dada su inteligencia y don para hablar, se convirtió en
uno de los principales voceros de dicho credo. Logró así, sumar una gran
cantidad de creyentes que comprendieron, junto con su conversión, del sistema
racista injusto que vivían en Estados Unidos, y empezaron a tomar acciones y
levantarse en contra de dicha opresión.
En este tiempo, Malcolm logró,
incluso dentro del estrecho marco que le permitía la Nación del Islam, comenzar
a desarrollar planteamientos y a cuestionar la tanto la Historia de Estados
Unidos, como también la hipocresía de la sociedad estadounidense. Apareció en
los medios escritos, radio y televisión, donde su ironía y su elocuencia
siempre desafiaron el sentido común de lo establecido, convirtiéndose (tal vez
junto a Muhammad Alí) en la cara más visible de la Nación del Islam. Sin
embargo, y a pesar de tener por debajo un pensamiento propio y mucho más
profundo que el de la Nación del Islam, se mantuvo disciplinadamente al alero
de lo que decía y pensaba su líder, Elijah Muhammad.
El quiebre y un
nuevo pensamiento
Fue en 1964, donde Malcolm X se decepcionó de la
hipocresía del líder de Elijah Muhammad, que comenzó a elaborar un pensamiento
propio y original, y que sin duda desde ese instante hasta el momento de su
último discurso público (18 de febrero de 1965), fue avanzando y progresando a
pasos agigantados. Se liberó de las taras de un racismo negro que veía al
hombre y la mujer blancos como un ser inferior, y comenzó a ver el sistema de
opresión en otros términos: de explotador y explotado, de dominador y dominado.
Gracias a su viaje a La Meca en ese
mismo año entendió que el credo musulmán no era como se entendía en la Nación
del Islam, y que incluso, habían personas blancas que practicaban la total
hermandad con él durante dicho viaje. También ese año pudo viajar y comprender
la realidad africana, completamente hermana en sus luchas y demandas, y
entendió por lo mismo que la lucha de la liberación del hombre y la mujer
negros en Estados Unidos no podía ir separada de las luchas de liberación
nacional en los países africanos.
Debido a dichos viajes fue que
experimentó una nueva y doble conversión: por un lado se convirtió en musulmán
sunita, pero también experimentó una transformación política, tendiente siempre
hacia el socialismo, y sin duda hacia el internacionalismo revolucionario. De
ese modo, a su regreso decidió crear dos instancias distintas, una religiosa
(la Mesquita Musulmana), y otra eminentemente política (la Organización por la
Unidad Afroamericana). La segunda de estas organizaciones tenía un importante
motivo: la discriminación racial no distinguía a negros musulmanes, negros
cristianos, o negros de cualquier otro credo, por tanto debía aspirar a la
unidad de todos los oprimidos.
Se hizo también cercano a Partido
Socialista de los Trabajadores de Estados Unidos, en donde apareció en
conferencias y publicaciones de dicha organización.
Su
visión de la no-violencia y el derecho a la autodefensa
Normalmente se contrasta la visión de la no-violencia y
la desobediencia civil de Martin Luther King con la visión de Malcolm X que
justificaba la violencia como una forma de autodefensa. La premisa de Malcolm
siempre fue clara: “no se puede ser
no-violento con los que no son no-violentos con uno”, por tanto, ante la
violencia racista que se expresaba y se sigue expresando en Estados Unidos, la
respuesta no podía ser otra que el justo derecho a defenderse.
El 7 de enero de 1965, en el Foro
del Militante Laborista, deja su perspectiva con gran claridad: “Un enfoque táctico está diseñado para
obtener ciertos resultados. Está diseñado para mantenerte vivo. Está diseñado
para darte la victoria. Porque no podemos decir que la victoria ha sido lograda
[siendo no violento], no podemos decir que se ha preservado la vida. No lo
estoy criticando, ni tampoco condenando, pero le estoy cuestionando sus
tácticas”
A pesar de ello, la relación entre
Malcolm X y Martin Luther King fue siempre de mutua admiración y respeto, y
siempre fue un cuestionamiento táctico que nunca puso en duda los objetivos del
otro. Pero Malcolm abrió una discusión en torno a la autodefensa que pronto se
puso en mayor discusión cuando surgió el concepto de Poder Negro, y
que posteriormente fue adoptada como línea programática por el Partido de las
Panteras Negras en 1966.
Además de ello, Malcolm X en sus
últimos meses de vida logró profundizar su pensamiento, notando que no sólo
había que combatir el racismo, sino toda forma de explotación y opresión
existente en el mundo. Se trataba en definitiva, de destruir el sistema
imperante (capitalismo, imperialismo) internacionalmente. Una frase, también
dicha el 7 de enero del año de su muerte, resume el cambio de su pensamiento en
dicho sentido: “Yo creo que finalmente
habrá un choque entre los oprimidos y sus opresores. Yo creo finalmente habrá
un choque entre los que quieren libertad, justicia e igualdad para todos y
aquellos que quieren mantener los sistemas de explotación. Yo creo que va a
existir ese tipo de enfrentamiento, pero no creo que dicho enfrentamiento será
basado en el color de la piel, como enseñó Elijah Muhammad”. Fue en ese
momento que la progresión de su pensamiento fue truncada con el atentado a su
vida, en primer lugar fallido el 14 de febrero de 1965 cuando en un atentado
incendian su hogar, y finalmente en el 21 del mismo mes cuando es acribillado
mientras daba una conferencia en Manhattan, Nueva York. Sin embargo, lo que
quedó de ese pensamiento, aun embrionario, fue recogido por las Panteras Negras
y otros tantos pensadores y organizaciones que de un modo u otro, mantuvieron
vivo ese legado.
Malcolm X hoy
Es triste señalar que, aun 50 años después, Estados
Unidos vive el mismo racismo, y el mundo la misma opresión y explotación. Lo
ocurrido en Ferguson Misuri con Michael Brown el 9 de agosto del 2014, cuando
fue asesinado por la policía solo por ser negro, y por tanto “sospechoso”, o bien lo ocurrido con
Eric Gardner en Nueva York (donde fue estrangulado por un policía por vender
cigarros sueltos en la calle) muestran que no hay diferencia entre la sociedad
estadounidense actual y la que combatió Malcolm X. Es por lo mismo que huelga
retomar su discurso y su lucha para hacer de esta una sociedad nueva. Malcolm
en sus conferencias muchas veces repitió que 1965 sería el año de la
revolución, quizás sólo se equivocó por 50 años.
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