por Daliri Oropeza
19 jun 2015
(Ciudad de México).- La respuesta de la Secretaria de
Defensa Nacional (Sedena) al semanario Proceso “refuerza que se debe abrir una línea de investigación que involucre al
Ejército y revela la responsabilidad que tiene -éste- en el caso”, asegura
Vidulfo Rosales, abogado del Centro de Derechos Humanos de la Montaña
Tlachinollan.
Esta idea la refuerza Mario González, padre de uno de los 43
normalistas desaparecidos, quien exige que los presenten y que abran los
cuarteles militares.
A casi nueve meses de la
desaparición forzada de 43 normalistas de #Ayotzinapa, aún no hay claridad
sobre quiénes fueron los responsables materiales ni el grado de responsabilidad
de las distintas autoridades: la policía municipal, estatal, federal, del Ejército
y la Marina. Las respuestas oficiales parecen ser cada día más turbias ante las
investigaciones publicadas por revistas como Proceso.
Este mismo semanario
publicó una nota sobre una solicitud de información en la cual la Secretaría de
la Defensa asegura que hay un soldado en activo entre los 43 normalistas que
desaparecieron de manera forzada la noche del 26 de septiembre de 2014 en
Iguala, Guerrero.
Omar García, vocero de
los normalistas de Ayotzinapa, señaló que la respuesta de la Sedena a Proceso
significa que los estudiantes estaban
infiltrados por un agente militar del Estado que “sabía de cada movimiento y actividad”. El vocero recalcó que no
existe una sorpresa sobre esta información, y menos al tratarse de Ayotzinapa.
Sin embargo, asegura, que “hay niveles”
para el ejercicio de esta filtración.
En voz de Vidulfo, las
revelaciones de la Sedena “son una
cortina de humo para desviar las investigaciones”. Por ello, todo el equipo
de Tlachinollan les exige a esa autoridad presentar “los elementos y datos de la investigación” para rectificar si el
normalista desaparecido es un militar en activo, pero, principalmente para
investigar al Ejército.
La publicación expresa
una cuestión delicada porque parece que intenta restar credibilidad dentro de
la sociedad (a la lucha por encontrar con vida a los 43 jóvenes), pero sobre
todo, con las organizaciones que los rodean, se busca “delimitar a los padres -de Ayotzinapa-”, aseguró el abogado de
Tlachinollan.
Mario González, padre de
uno de los 43 normalistas desaparecidos, asegura que la publicación de esta
versión de la Sedena refuerza los lazos entre los padres, quienes sostienen una
incansable búsqueda. Entre ellos y ellas crece la rabia por las mentiras que se
han construido en torno a la vida de sus hijos: “primero son narcos, luego infiltrados, ¿ahora ellos -el Ejército- son
las víctimas?” se pregunta, “en vez
de que nos separen, nos fortalecen más”.
Por eso Mario, quien
exige que se abran los cuarteles militares para buscar a sus hijos, asegura que
ellos planean hasta lo imposible para encontrar a todos los normalistas. Dentro
de este mismo contexto, Omar García acusa al Estado por denigrar y
desprestigiar el movimiento y la exigencia de justicia por el caso Ayotzinapa.
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