Ayotzinapa: Habrá justicia, sí, cuando el pueblo se levante y deje de mantener a los criminales en el poder
21 de septiembre de 2015
El General Brigadier en retiro del Ejército
Mexicano, Francisco Gallardo Rodríguez, reiteró que el ataque a los 43
normalistas de Atyozinapa la noche del 26 de septiembre de 2014, fue una
maniobra militar encaminada a proseguir con la “política” represora del actual régimen usurpador. Sin embargo,
reveló que el Ejército sí dispone de cárceles clandestinas, aunque lo niegue, y
que por lo tanto hay altas posibilidades de que los estudiantes estén vivos.
Durante
la tercera mesa sobre tortura y ejecución extrajudicial que se lleva a cabo en
el Colegio de México (Colmex), el ex general Gallardo participó en la charla “A un año de los hechos de Iguala”
acompañado del doctor Lorenzo Meyer y familiares de Julio César Mondragón,
normalista torturado, desollado y asesinado en aquellos hechos brutales.
Ahí,
Gallardo aseguró que “hay cárceles
clandestinas que el Ejército dice que no hay”, y que ha habido casos de
personas encarceladas hasta por 30 años. De ahí, sostuvo que él ve la
posibilidad de que los normalistas estén vivos.
El
general retirado confirmó que los hechos en Ayotzinapa configuran plenamente un
crimen de Estado, ya que Peña Nieto
tuvo conocimiento en tiempo real de todo lo que estaba sucediendo, la policía
de Guerrero está militarizada e incluso opera con un cuerpo de espionaje para “prevenir” rebeliones en esa tierra
brava de nuestro país.
“El
Ejército mexicano sabe perfectamente dónde están los estudiantes desaparecidos
de Ayotzinapa”, agregó citado por el portal digital Sinembargo
que dio cobertura a la conferencia. En ese sentido, Gallardo reiteró que en
Guerrero hay cárceles y crematorios clandestinos del Ejército y que hay que
seguir con la búsqueda en todos los rincones del Estado.
Recordó
casos de personas “desaparecidas” que
estuvieron encarceladas hasta por 20 o 30 años, por lo que él ve una
posibilidad de que los normalistas estén vivos. Y puso en contexto documentos
de inteligencia del Pentágono, que él mismo revisó, en los que se consigna que “la amenaza más grande que detectamos son
los movimientos sociales”, por lo que la represión es una orden que viene
de muy arriba.
Finalmente,
el ex general Gallardo instó a los familiares de los normalistas a no quitar el
dedo del renglón, seguir luchando y presionar a través de las instancias
internacionales, pues “sí yo no tengo
pruebas de que mi hijo está muerto, para mí está vivo”, concluyó.
A casi
un año de ese brutal crimen de Estado usurpador por los peores delincuentes de
este mundo, los familiares del joven normalista Julio César Mondragón, siguen
clamando justicia. La justicia llegará, sí, cuando el pueblo decida levantarse
y dejar de mantener a los criminales que cometen todas estas atrocidades.
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