Por Pedro
Echeverría V.
20
noviembre, 2015
Kaos en la
red
Información
contrahegemónica para el cambio social
1. En México
hubo una revolución en 1910-1917, así como ha habido revoluciones en
Inglaterra, Francia, Rusia, China, Cuba, Nicaragua. Cada una con diferentes
adjetivos por los resultados que obtuvieron, sin embargo el factor dominante ha
sido –quiéranlo o no- el capitalismo que
lleva más de cinco siglos dominando al mundo. Cada una de esas revoluciones
logró avances socioeconómicos indiscutibles, pero ninguna pudo romper los
poderosos muros de la reacción y el conservadurismo del capitalismo privado y
de Estado, del trabajo asalariado y la desigualdad entre los seres humanos. Por
ello las han adjetivado como revoluciones traicionadas, interrumpidas,
fracasadas, desviadas, burguesas, etcétera.
2. El
gobierno del PRI festeja cada 20 de noviembre el aniversario de la revolución
porque le sirve como propaganda política. El presidente Echeverría dijo en los
70 que la revolución “sigue adelante”,
pero la población sabe que fue traicionada por Madero desde la firma de los
Tratados de Ciudad Juárez en 1911 y tratar de desarmar a los campesinos
zapatistas; que fue traicionada por Huerta al dar un golpe de Estado en 1913;
que fue traicionada por el presidente Carranza al proclamar una constitución
burguesa; por el presidente Obregón al firmar con los yanquis los Tratados de
Bucareli entregando el subsuelo a cambio de ser reconocido y todos los demás
mandatarios que aceptaron que México sea el traspatio de los EEUU.
3. Las
revoluciones van siempre adelante transformando todo; cuando se cansan frenan
los cambios profundos, reaccionan y se hacen conservadoras que sufren
estancamientos, llegando al grado de convertirse en reaccionarias porque
quieren regresar los avances de la historia. Según algunos estudiosos, a pesar
de las traiciones de la reacción que buscaba regresar “el reloj de la historia”, la revolución mexicana llegó hasta 1939
con Cárdenas, la expropiación petrolera y el inicio de la guerra mundial; a
partir de entonces se inició el conservadurismo y la reacción. El agrarismo y
la ruralidad fueron frenados para convertir a México en un país urbano e
insertarlo plenamente a la economía y la vida capitalista dominado por los
yanquis.
4. Con el
gobierno de Cárdenas (1934-40) que expropió a terratenientes, nacionalizó los
ferrocarriles y expropió petróleos, buscando la creación de un mercado interno
y cierta autonomía, concluyó el ciclo de la revolución mexicana. Con la Segunda Guerra (1939-45), la creación
de la ONU (1945) y sus organizaciones, México se integró a la economía de
mercado mundial. Si han registrado largas polémicas en aquellos años acerca del “cambio de destino” de nuestro país al no desarrollar el camino
agrario para seguir –sin condiciones económicas de competencia- una
industrialización forzada que ahora me recuerda la entrada de México al GATT en
1985, al TLC en 1993 y ahora, 2015, el Acuerdo Transpacífico (ATP)
5. Terminada
la revolución mexicana con la expropiación petrolera vino la reacción de la
burguesía, sus rescates y devoluciones de tierra, de electricidad, de
ferrocarriles, petróleo; además de las grandes construcciones de puentes,
carreteras, aeropuertos, periféricos y enormes ciudades. México dejó de ser un
país agrario y “atrasado”
convirtiéndose a la “modernidad” al
estilo norteamericano. Hoy se pueden admirar en muros de la cuidad e México,
cerca de los grandes hoteles del paseo de Reforma, gigantescos carteles donde
se observan los cambios en las avenidas, calles, edificios, plazuelas de la
ciudad. El México de la revolución 1910-1940 se transformó en el patio trasero
del imperialismo, su imagen y semejanza.
6. Ayer se
cerró en la ciudad de México el teatro popular o populachero “Blanquita” porque “no podía competir con la televisión”; no sé lo que sucederá con el
elitista teatro de “Bellas Artes”
tampoco si le pondrán traje, corbata y sombrero de “gentle man” a “los mariachis
de Garibaldi” o grandes luminarias a la “Villa
de Guadalupe”. Lo que sé es que para seguir el estilo de vida yanqui y no
ser discriminado, hay que imitar con creces lo que de allí viene. Es lo que llamaba en su clase el profesor
Abelardo Villegas: “la imitación
extralógica” a países desarrollados que México ha vivido a través de su
historia y le ha impedido ser auténtico. ¿Cuántas veces, por seguir ejemplos de
países “avanzados”, no hemos sido
capaces de desarrollar lo que tenemos?
7. La
revolución mexicana (1910-40) transformó a México de semifeudal-capitalista a
capitalista pleno; a partir de los 40 nuestra nación fue entregada atada al
imperio mundial. Ha sido tan profunda mediatización ideológica que ha ejercido
el imperio a través de los medios de
información a su servicio, que la población no se entera o ni se da cuenta de
lo que sucede a su derredor. La revolución mexicana pudo ser benéfica para los
trabajadores si hubiesen contando con la fuerza y la organización necesaria;
pero la fuerza de los Flores Magón, Zapara y Villa, no estuvieron al nivel del
aparado burgués con que contaron los Madero, Carranza, Obregón, Calles y en
imperio yanqui que los apoyó. Necesitamos
otra revolución.
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