Discurso y
praxis: el Papa en Michoacán
Por Alejandro Amado
Agencia SubVersiones
17 febrero, 2016/
0 comentarios
La visita de Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, ha
dejado mucho que desear respecto a la coherencia de su discurso con la
práctica. Dice estar del lado de los pobres pero asiste a ceremonias fastuosas
con la primera línea de la corrupción en México, luego vienen los baños de
pueblo.
Investigaciones
periodísticas de Aristegui Noticias y el semanario Proceso develaron una
compleja cadena de corrupción entre la Iglesia y el Estado: el presidente de la
república contrajo matrimonio con Angélica Rivera en medio de una serie de
irregularidades sobre la anulación de su anterior matrimonio, mismo que el
Tribunal de la Rota Romana calificó como «craso
simulacro de justicia», refiriéndose a la prohibición de ejercer el
sacerdocio que se impuso al padre José Luis Salinas.
La primera dama afirma que
ese matrimonio fue inválido desde un principio porque no siguió los protocolos,
no obstante tanto el sacerdote como los asistentes a aquella ceremonia
manifestaron lo contrario. El padre Salinas falleció el año pasado esperando la
justicia que la Arquidiócesis Primada de México le negó; había expectativas
sobre un pronunciamiento del Papa al respecto, pero nada, sólo tibias críticas
a la corrupción desde Palacio Nacional y un llamado a los jerarcas eclesiásticos
a no ser «funcionarios de la fe».
Luego fue a Chiapas, lugar
donde conflictos religiosos han costado vidas y donde un grupo de personas
indígenas lo recibió de rodillas, a él y al gobernador Manuel Velasco junto a
la actriz Anahí. Tan lejos y tan cerca de las comunidades zapatistas, donde ni
de broma un indígena se le hincaría al gobernador del estado, que no gobierna
en territorio zapatista porque ahí «el
pueblo manda y el gobierno obedece».
En su visita a Michoacán,
el Papa retomó el discurso reivindicador hacia los pueblos indígenas
reconociendo la figura de Vasco de Quiroga. Pero nuevamente los indígenas
fueron la atracción, primero el protocolo con el gobernador Silvano Aureoles y
los cantantes de la farándula antes del encuentro con religiosos en el estadio
Venustiano Carranza de Morelia.
Se acuerdan
de los 43, los fieles
Un acto espontáneo y emotivo tuvo lugar minutos antes del
arribo del Papa al recinto: uno de los cantantes que animaban el evento pidió
un minuto de silencio por los 43 estudiantes normalistas desaparecidos. El
conteo rompió el silencio que había interrumpido la algarabía de los asistentes
para recibir al Papa. La acción contrastó con la postura de El Vaticano.
Los fieles superaron a la
institución religiosa e hicieron visible uno de los rasgos más obscuros del
Estado mexicano: impunidad ante la desaparición forzada. No obstante, el Papa
Francisco calificó como «infantil culpar
al Estado» por la desaparición de los normalistas.
«Uno, dos, tres…» inició el conteo un grito anónimo que fue
secundado por gran parte de los presentes; la cuenta terminó en el número 43 y
en la petición de oraciones por los estudiantes desaparecidos a manos de
fuerzas del Estado desde septiembre de 2014. Tras la llegada del Papa al
estadio vino la ceremonia religiosa y luego el traslado a Catedral donde el
presidente municipal, Alfonso Martínez, le entregó las llaves de la ciudad.
¿Laudato Si?
Contradictorio que el Papa Francisco llame a defender el medio
ambiente en el Laudato Si, pero que
reciba las llaves de manos de un gobernante que se jacta de ser ciudadano
aunque afirma que terminará el Ramal Camelinas porque «ya han pasado muchos años y se ha perdido mucho dinero», esto en
referencia a un túnel que conectará el sur de la ciudad con la zona más cara
para vivir en Morelia, es decir, se trata de una obra cuyos beneficiarios son
pocos en relación al gasto que se ha destinado pero que traería graves
consecuencias ecológicas.
La culminación del Ramal
Camelinas, obra que acabaría con uno de los últimos pulmones de la ciudad,
traería problemas de abastecimiento de agua y la posibilidad de un derrumbe por
la falla geológica que atraviesa el proyecto. Se han erogado 1,400 millones de
pesos en este proyecto que grupos opositores, como el Movimiento Ciudadano en
Defensa de la Loma, afirman que representan un riesgo de derrumbe, sustentando
sus dichos en estudios de la UNAM.
Recientemente el grupo
opositor emplazó al cardenal de Morelia, Alberto Suárez Inda, a manifestar su
opinión al respecto, argumentando que es una obra que afecta el medio ambiente
y que les gustaría saber si la postura de la Iglesia local concuerda con los
postulados del Laudato Si. El
cardenal no se ha manifestado al respecto.
El Ramal Camelinas es una
obra que está a cargo de Tradeco, empresa conocida por su tráfico de
influencias y consentida en la construcción de obras durante el sexenio del ex
presidente Felipe Calderón, quien estuvo presente en la misa del estadio
Venustiano Carranza.
Religión y
crimen organizado
Siguiendo la visita del jerarca católico a Morelia continuamos
con el último evento, la reunión con jóvenes en el estadio Morelos. Ahí el Papa
llamó a «no resignarse», a «no permitir ser pisoteados», «a luchar por los sueños» y a «no caer en las redes del crimen organizado».
Horas antes, en la misa
que tuvo lugar en el estadio Venustiano Carranza, estuvo presente Rodrigo
Vallejo, hijo del ex gobernador Fausto Vallejo, ligado a Servando Gómez «La Tuta», ex líder de Los Caballeros
Templarios, grupo criminal con tintes religiosos y características propias de
una secta.
A pesar de que el evento
era con personas que se dedican a actividades religiosas, tanto Felipe Calderón
como Margarita Zavala y el hijo del ex gobernador pudieron colarse. No así las
señoras que asisten a misa cada domingo pero que por no formar parte de la
Iglesia no fueron invitados. Un día antes hermanas religiosas de una
congregación de Morelia que tiene a su cargo un hospital aún no recibían los
boletos y tenían en duda su participación.
Los jóvenes que hablaron
ante el Papa le expusieron un escenario de falta de oportunidades, ante lo cual
el jerarca católico los llamó a no renunciar a sus sueños.
Al final del evento tuvo
lugar un espectáculo colorido y rimbombante, muy al estilo de las clausuras de
eventos deportivos como las Olimpiadas, donde elementos alusivos a los
atractivos turísticos de Michoacán se hicieron presentes: mariposas monarca,
pescadores, p’urhépechas de gala, danza
de los viejitos. El Papa se despidió de Morelia en un estadio lleno de
algarabía, lejos de los campos de Policía y Tránsito, donde comerciantes
lamentaban que la comida se les echara a perder ante la poca afluencia de
visitantes.
Así se vivió la visita del
líder católico en Morelia, con discursos tibios y contradicciones entre el
decir y el hacer. El Papa Francisco es el representante de una Iglesia que ha
perdido fieles en México, lo cual ha quedado de manifiesto no sólo por el
último censo del INEGI, sino por la afluencia mucho menor a la esperada en sus
eventos.
En el trayecto que siguió
el Papa en Morelia cabe resaltar la pega de calcomanías con tramposas alusiones
al slogan del gobierno federal: «Estamos
Transformando a México»; en ellas aparecía la bandera de México y la del
Vaticano con la leyenda «Bienvenido SS
Francisco. Participamos juntos para transformar a México». No obstante, no
hay un sello oficial en las calcomanías.
«Está muy bien que venga el Papa, pero…»
Por Rodrigo Caballero
Agencia SubVersiones
Colaboración/18 febrero,
2016/
«Este Papa no jala tanta
gente como Juan Pablo», dijo Miguel mientras trataba de adivinar por qué no había
vendido nada en todo el día.
Otros comerciantes
asienten con la cabeza, «yo a Juan Pablo
lo fui a ver la última vez que vino y no, aquello era un mar de gente» dice
doña Mary mientras abre y cierra nerviosamente un refractario con frijoles
refritos adentro.
Los vendedores se sentaron
unos junto a otros en el puesto de Miguel, despreocupados de sus propios
puestos que no han recibido clientes desde que se instalaron la mañana del
domingo 14 de febrero en la Unidad Deportiva Cuauhtémoc de la ciudad de
Morelia.
«Yo creo que este Francisco no es tan bueno como Juan Pablo,
¿no? Por eso como que no hay tanta gente que lo siga, imagínense que hubiera
venido a Morelia antes de morirse, yo creo que sí hubiéramos venido ¿no?» intuyó doña Mary sin que
nadie le debatiera.
Las demás teorías de por
qué no había clientela comenzaron a surgir, Manuel dijo que su hija venía
llegando de Guadalajara y ahí no había nada, «es que pensamos que como fue día de asueto en Morelia en todo México
iba a ser día de asueto y pues no, si allá andan trabajando pues cómo van a
venir», reflexionó en voz alta.
Fue entonces cuando
irrumpió Salvador quien pertenece a la Unión de Comerciantes y Prestadores de
Servicios de la Avenida Periodismo, «es
que hay mucho vendedor principiante que no sabe cómo vender, yo por eso primero
vine, vi que había muchos puestos de comida y dije no, comida no vendo porque
se me queda».
Todos los comerciantes
voltearon a verlo, Salvador lo notó y comenzó la doctrina «yo vi a una señora con una olla de café así grandota y toda la estaba
calentando ¿para qué? Si está viendo que no hay gente», los demás
asentaron.
Doña Mary volvió a abrir el
refractario y sugirió, «yo creo que está
bien que venga el Papa pero no es Juan Pablo y eso es lo que nos está faltando».
Daniela, cuyo puesto de
botanas no vendió ni una sola bolsa de papas en 48 horas, les recordó a los
demás comerciantes que «ya no hay muchos
católicos». Todos la voltearon a ver con intriga, Daniel encogió los
hombros, y continuó: «de verdad, si esto
hubiera sido cuando yo era niña, nadie en mi familia se lo hubiera perdido».
Después, la vendedora hizo
el recuento de sus parientes que llegaron a Morelia para la visita papal, le
alcanzaron los dedos de las manos sin contar a su familia directa, quienes
viven en la capital michoacana.
Y es que de acuerdo con el
diario Reforma, el 50% de los mexicanos no se sienten entusiasmados por la
llegada del Papa Francisco a México. Además, el 49% de ellos consideró que su
visita no beneficiaría en nada a los mexicanos.
Lo que es más, el Papa
Juan Pablo II supera en popularidad a Francisco con 5% a pesar de que lleva
casi once años muerto.
Juan Pablo
II, te quiere todo el mundo
De la Arquidiócesis de Guadalajara acudieron a Morelia decenas
de jóvenes que vienen al encuentro con el Papa Francisco en el estadio «José María Morelos», ellos se juntaron
para hacer un viaje en cinco autobuses que partieron de la perla tapatía el
lunes por la madrugada.
«Estamos aquí porque queremos escuchar el mensaje del Papa
Francisco, que es el primer Papa de nuestro continente y aunque no es Juan
Pablo II también es muy importante lo que viene a decirnos», contestó apresuradamente
uno de ellos.
-¿Qué tiene de malo que no sea Juan Pablo II?
-No, no es nada malo, simplemente que hay que recordar que
Juan Pablo II fue el primer Papa que a muchos nos tocó ver y eso pues fue muy importante
para nosotros.
-¿Y Benedicto?
-Bueno Benedicto en realidad no nos tocó verlo cuando vino a
México, así que no te podría decir pero siempre nos identificaremos más con
Juan Pablo II, de hecho si tú lo ves en nuestra mente siempre está ese grito de
cariño ‘Juan Pablo segundo, te quiere todo el
mundo’.
-¿Y aún no hay una porra para Francisco?
-No- dijo secamente y se fue caminando».
Indígenas sin
respuestas
Pero no sólo entre feligreses y comerciantes la figura del
Papa Francisco dejó qué desear, los grupos de pueblos indígenas michoacanos
nunca recibieron la respuesta que esperaban del Sumo Pontífice.
En un manifiesto, el
Consejo Supremo Indígena de Michoacán exigió a la Iglesia Católica pedir
disculpas a los pueblos originarios, luego de que a lo largo de 500 años han
sido discriminados, saqueados, perseguidos y explotados, mientras que ésta no
ha hecho nada al respecto.
«La biblia fue el arma ideológica de la Conquista» reclamaron pueblos
originarios nahuas y p’urhépechas quienes exigieron una respuesta de la Iglesia
apenas 12 días antes de que el Papa Francisco tocara tierras michoacanas.
Pero no hubo tal, ni por
parte de los jerarcas católicos ni por parte del Papa Francisco, quien sí se
disculpó pero no en nombre de la Iglesia y mucho menos por la participación de
ésta en la conquista de América.
«Muchas veces de modo sistemático y estructural sus pueblos
han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad. Algunos consideran
inferiores sus valores, su cultura y sus tradiciones. Otros, mareados por el
poder, el dinero y las leyes del mercado los han despojado de sus tierras o han
realizado acciones que las contaminaban» expresó Francisco antes de exclamar un «perdónenme hermanos».
Pero la respuesta no
satisfizo a las comunidades indígenas, quienes ni siquiera pudieron ver al Papa
Francisco en Michoacán, por cuestiones de agenda.
«El Papa Francisco no va a recibir indígenas, no va a recibir
empresarios, no va a recibir periodistas» advirtió el cardenal Alberto
Suárez Inda una semana antes de la visita del vicario de Cristo.
Así pues, tanto indígenas
p’urhépechas como nahuas se quedaron sin respuesta, una respuesta que ni
Francisco ni Juan Pablo II, lograron darles.
Comentarios