Colaboración/Antonia
Zamora
Proyecto Voces de Mujeres
Agencia SubVersiones
18 febrero, 2016
Esta publicación forma parte de los
trabajos realizados durante el proyecto Voces de Mujeres, en el año 2015. El
siguiente foto-ensayo fue realizado por Antonia Zamora quien muestra la vida de
una mujer que enfrenta la migración desde su pueblo originario, de su actividad
en la vida cotidiana como una forma de resistencia y su proceso de integración
con otras mujeres para volverse activistas en pro de los derechos de las y los
migrantes y la revitalización de la cultura nahua-tlaxcalteca.
Del olor a hierbas y el humo de la leña.
Del alcohol de ruda, el cigarro y la veladora.
Del temazcal y la cura.
De la voz que reza, a la voz que grita por los
derechos.
Del canto náhuatl y la resistencia.
De las manos, a la obra.
Del SER mujer, al SER mujeres.
Mujer
Sanadora
La primera vez que me trajeron un niño que lloraba y lloraba,
no sabían que tenía, yo lo limpié y se compuso. Otra vez me trajeron otro niño
y lo curé del empacho, lo sobe y le di un aceite con ajo. Aprendí porque mi
abuela me llevaba con ella a curar, ella sobaba y limpiaba; bañaba en temazcal
a las mujeres que estaban embarazadas y era partera. También curaba de los
ovarios y a los hombres los colgaba cuando se habían relajado. Este es un don,
cuando nacen gemelos o cuates en la familia, la hija o hijo que sigue se le
dice cabecera, viene con el don de curar. Yo soy la cabecera por eso aprendí a
curar.
Luisa Garza, es curandera
desde muy joven. Un trabajo que le ha permitido aportar al sostén de la familia
de forma remunerada o en forma de trueque, con ello ha podido sobrevivir. Este
trabajo es muy antiguo, más que trabajo es una forma de vida, una manera más de
resistir, de continuar revitalizando las prácticas de los pueblos originarios,
de seguir aportando desde ese espacio al bien común.
Un activismo
en proceso…
Me gustó ir a la Casa Tequitilis, entonces empecé a ir ver que
hacían, empecé a conocer a Doña Meche, íbamos a varias reuniones, después
(organizábamos) misas en Náhuatl para el rescate de nuestra lengua. Tuve un taller
de capacitación de medicina tradicional para hacer productos con las plantas.
Fue (la) primera vez que viajé a Estados Unidos,
empecé a conocer a más compañeras, a Doña Panchita, Doña Lucha, Doña Pepe,
llevamos nuestro baile de carnaval, artesanías, nuestra lengua Náhuatl. (Allá) empecé a conocer a más de mis paisanos. Yo
conocí a un amigo, quiso que le dé una sobada (algo parecido al masaje) y algunas vecinas las curé de los ovarios.
Una de las niñas en la casa en la que vivía – en Estados Unidos- me dijo: – Tía, ¿por qué no me dijiste que
eras una artista?, yo te ví en la televisión, saliste allí. Cuando crezca
quiero ser como tú. Mis papás nunca me habían dicho de dónde era, no sabía de
dónde venía, pero tú me has contado cosas del pueblo, ahora les voy a decir que
quiero ir para allá para conocer más de donde soy.
He ido a participar a Guanajuato con la obra de Teatro de
Mariposa Viajera, hemos estado en diferentes lugares: Xalapa, Puebla y en
varios Municipios de Tlaxcala
A partir de que surge un
proyecto de desarrollo comunitario, varias mujeres se reúnen en un espacio
llamado Casa Tequitilis (Tequitilis significa trabajo comunitario, son las
actividades que se realizaban en el pueblo para procurar su crecimiento),
platican sobre la comunidad, sus tradiciones y sus problemáticas. Una de ellas
la migración hacía el extranjero, el sueño de muchas de las compañeras de Luisa
es ver a sus hijas o hijos que no han visto desde hace muchos años, algunas casi
veinte. Con esta intención de ver a sus familiares que están del otro lado, se
buscan estrategias de poder cruzar la frontera con una visa en mano que les
permita llegar allá. Así con ayuda de algunos jóvenes que coordinan el espacio
Tequitilis, logran hacer un intercambio cultural, la fuerza que llevan es la de
su pueblo originario. Con muestra de baile regional, de artesanías, de
gastronomía y una herramienta de consciencia a través del teatro foro. Nada
mejor que compartir desde la identidad la lucha por los derechos de las y los
migrantes.
Ser MUJER,
ser MUJERES
Soy una mujer de una organización comunitaria para poder
invitar a las demás mujeres para que se acerquen a que tenemos que participar
aquí sobre nuestros migrantes, reunirnos para que si podamos trabajar juntas…
Que sea nuestra voz, de las que no quieren hablar, (en) eso podemos ir participando: poder hablar sin miedo, sin nada. (Sepan) que somos libres
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