Escuela
Primaria “Dr. Gustavo Baz Prada”
Turno Vespertino, en la Colonia Metropolitana Tercera Sección del municipio de
Nezahualcóyotl estado de México.
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(Colaboración de Las Katyushas
para La Voz del Anáhuac)
No es necesario viajar a Chiapas, Guerrero, Michoacán o
Oaxaca, de Norte a Sur, en todos los estados de la República la “Reforma Educativa” tiene el mismo
impacto, cuyo objetivo es concluir el proceso de privatización de la educación
a través de la implementación de cuotas y de asignar a los padres de familia la
organización y gestión escolar bajo el supuesto de la “autogestión” y la “participación
social”.
En las calles del
Municipio de Nezahualcóyotl, en una zona
conurbada dónde se ubican cuatro escuelas con dos turnos, en una de ellas hay
pegado un cartel en la entrada principal cuyo mensaje es el siguiente: “Padre de familia pedimos su apoyo, para
aportar la cooperación escolar de $250 pesos por familia al núm. de cuenta:
4697-1366-3167-78 al nombre de la señora: Nancy A. Resendíz Lara de Banco
Azteca. Muchas Gracias”.
Este mensaje, en concreto,
es un ejemplo de los resultados de todas las políticas educativas encaminadas
hacia la privatización de los servicios educativos, que se han implementado en
nuestro país desde 1992 hasta el 2013 con la actual “Reforma Educativa”, en la que se hicieron severas modificaciones a
los artículos 3º y 73º de la Constitución Mexicana, afectando principalmente
los derechos laborales de los trabajadores de la educación y a la educación en
su carácter público, gratuito y laico. Todo ello con el objetivo de desmantelar
al Sistema Educativo Nacional, dando un gigantesco paso a la privatización
total de la Educación.
La “Reforma Educativa 2013” es el resultado de las políticas
neoliberales implementadas en México, cuyo objetivo es el de reducir el gasto
público y consolidar un programa riguroso de privatizaciones, no sólo de las
empresas productivas del Estado, sino también del sistema de seguridad y bienestar
social, y de una progresiva transferencia al pueblo (trabajadores, jornaleros,
campesinos, etcétera) de los costos vinculados a su financiamiento, como el
ejemplo mencionado anteriormente dónde se evidencia el cobro injustificado de
cuotas, que viola lo estipulado en el artículo 3º de la Constitución que dice que todo individuo tiene derecho a recibir
educación obligatoria; y esta, será pública, laica y gratuita. Esto significa que el Estado está obligado a
brindar y asegurar a todas y todos los mexicanos una educación integral:
pública, gratuita y laica.
Dicho artículo es letra muerta.
La mayoría de la población no tiene acceso a una educación pública, gratuita,
equitativa y justa, acorde con las necesidades de la vida social y adecuada a las
condiciones existentes. Ejemplo de ello, son los resultados que muestra el
Censo de escuelas, maestros y alumnos de educación básica y especial (CEMABE),
realizado por la misma Secretaría de Educación Pública (SEP) y el Instituto
Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en donde señalan que de 228 mil
planteles públicos el 48% carecen de drenaje, 31% no tienen agua directa, 20%
no tienen energía eléctrica, 12.8% no tienen servicio de baño y cerca de 100
mil escuelas están hechas de materiales precarios como láminas de cartón y
varas, o tienen que ser adaptados vagones de trenes o incluso carpas de circo
como salones de clase.
Ante esta situación, son los
padres de familia quienes tienen que aportar cuotas para mejorar la
infraestructura escolar, en la escuela Rufino Tamayo mejor conocida como “la escuelita del Guayacán” en el
municipio de Ixtepec del estado de Oaxaca, los padres de familia y los
estudiantes tienen que acarrear el agua que no hay en la escuela y hasta tienen
que comprar pipas de agua para que los niños puedan tener agua limpia, pero eso
no es todo, el terreno de la escuela construida de cartón y lámina es prestado
a la Secretaria de Educación Pública (SEP) y los padres de familia tienen que
gestionar y administrar los pocos recursos que destina el ayuntamiento para
pagar los gastos de los servicios de agua, luz y renta del predio. Como este ejemplo
podemos encontrar muchos más, como la escuela “Josefa Ortiz de Domínguez” en los ejidos de Santa María
Chimalhuacán en el estado de México; la escuela “Arroyo Prieto” del municipio de Cochoapa el Grande en el estado de
Guerrero; o la escuela “José
Romero” ubicada en la delegación Iztapalapa de la ahora llamada Ciudad de
México y así podemos mencionar miles de escuelas más, cuya infraestructura está
deteriorada, y en las que los padres de familia tienen que aportar cuotas
involuntarias, esto a causa de la negativa del Estado a intervenir e invertir
en la educación. Esto no es un “error”
del sistema, esto muestra una intencionalidad muy clara de exclusión y de que
la educación ya no sea pública ni gratuita.
Los términos público, gratuito y obligatorio no se aplican: ¿cómo van a mandar a sus hijos los indígenas y los
campesinos de los lugares más olvidados y marginados del país cuando ni cobertura
educativa hay en esos lugares?, ¿qué pasa con los niños jornaleros que
trabajan?, ¿el Estado cómo asegura la educación de estos miles de niños? La
respuesta a estas preguntas es clara: existe una tendencia por reducir el gasto
público en educación, ejemplo de esto es el recorte presupuestal, en este año
2016 se recortó 3 mil 660.2 millones de pesos afectando principalmente los
programas de becas, infraestructura y de capacitación docente.
La privatización en el sector
educativo es evidente y de nueva cuenta pone en desventaja a la población más
pobre del país, pues son las comunidades indígenas, rurales y campesinas las
que menos posibilidades de acceso tendrán a la educación.
Con todo esto concluimos
que las reformas estructurales implementadas por Enrique Peña Nieto, son
políticas que responden a los intereses políticos y económicos de los grandes
empresarios nacionales y extranjeros, que tienen como objetivo consolidar la
privatización de: la educación, de la salud, de los energéticos e inclusive de
la tierra y del agua, despojando al
pueblo de México de sus derechos históricamente ganados y hasta de sus tierras;
orillándonos a la pobreza y a la miseria.
Todo esto es maquillado por la república democrática, la mejor
envoltura para disfrazar el capitalismo, y el sufragio universal es la mejor arma de dominación de los gobiernos
empresariales y corruptos, de esta forma se le inculca al pueblo la falsa idea
de que el sufragio universal es, en
el Estado actual, un medio capaz de expresar realmente la voluntad de la
mayoría de los trabajadores.
La educación es un derecho
de todos, por el cual hoy en día hay que luchar. La educación hace libre al
hombre en sus ideas. Y todos como mexicanos, estudiantes, obreros, campesinos y
asalariados no debemos de olvidar las luchas que lograron el primer programa de
educación pública, gratuita y laica en el país como resultado de la Revolución
Mexicana. Un pueblo sin educación está condenado a vivir en la pobreza, sin
conciencia ni capacidad para defender sus derechos y las causas populares. Por
ello debemos de organizarnos para dar la lucha contra quienes pretender
despojarnos de este derecho. Esta lucha deberá darse fuera de todos los
partidos políticos corruptos que tan sólo sirven a los intereses de los “ricos” empresarios, banqueros,
narcotraficantes, etc. que sólo buscan el enriquecimiento a través de un cargo
público y de múltiples fraudes.
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