Fibra Sindical.
Órgano de La Asociación Mexicana
de Trabajadores Activos, Jubilados y Pensionados 22 de abril, A.C.
Hernández Juárez va por 44 años consecutivos en el control del
sindicato, lo que quiere decir que de 70 años que cumpliríamos de vida como
organización en el año 2020, su sola gestión abarcaría el 63% del tiempo de
vida del sindicato. Es uno de los “líderes”
sindicales que más han durado en el poder para garantizarle tanto al Estado
mexicano como a Telmex el control de los trabajadores.
Bajo su gestión han ido
cayendo una tras otra varias de las conquistas fundamentales que habíamos
alcanzado incluso desde los tiempos en que los telefonistas nos encontrábamos
agrupados en varios sindicatos. Las mayores de las pérdidas en materia laboral
que hemos tenido con esta persona son de dos tipos: gran parte de la materia de
trabajo amparada en el contrato colectivo y la forma en que tuvimos la jubilación
hasta antes de 2009.
Por lo que respecta a la
pérdida de la materia de trabajo, bajo la gestión de Francisco Hernández se
fueron la telefonía celular y la telefonía internacional. También gran parte de
la correspondiente a la planta exterior y a la planta interna: desde trabajos
que antes hacían los cablistas, reparadores, probadores e incluso instaladores,
hasta los que ya no hacen los compañeros de las áreas de
conmutación-transmisión, comercial, administrativos, tráfico y otras áreas.
Todo esto ha pasado a ser realizado por empresas terceras, contratistas y
contratistas de las contratistas, sobre todo a partir de que se privatizó la
empresa, sin que el ya vetusto “líder”
haya movido un solo dedo.
En lo que se refiere a la
jubilación, las mujeres telefonistas quedaron muy perjudicadas, pues con la
primera modificación que hubo en 2009 tuvieron que trabajar 12 años más, pero
con el cambio que impusieron la empresa y el secretario general en 2015, ahora
tienen que laborar 17 años más. En el caso de los telefonistas varones la
modificación de 2009 les hizo trabajar 7 años más y la de 2015, 12 años en
total para aquellos telefonistas que hayan entrado a laborar después de dichos
cambios.
Mayor explotación del
trabajador, mayores ganancias para los dueños de Telmex y una menor calidad de
vida, tales son los resultados de tener a un individuo en el poder que se ha
convertido en el operador de los intereses de Telmex.
Al interior del sindicato,
Francisco Hernández ha acabado con los últimos resquicios de democracia que
tenía el sindicato. Hoy existe un autoritarismo muy exacerbado, que ha puesto
en la familia Hernández Juárez el control de todo.
Hoy, con la oposición ya
jubilada y sin derechos sindicales no hay quien levante la auténtica voz de los
telefonistas.
Esta es una auténtica
comedia de reelección. El resultado es el ya esperado: una reelección más de un
“líder” que representa a la empresa,
pero no a los trabajadores.
¿Qué hacer? Lo mismo que
cuando la luz no se veía al final del túnel controlado por Salustio Salgado: organizarse desde las especialidades para
revertir esta oprobiosa situación.
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