¿Dónde te
agarró el levantamiento? Cherán, Michoacán.
Agencia SubVersiones
Publicado el 2 de mayo de 2016
El 15 de abril de
2011, la comunidad p’urhépecha de Cherán K'eri decidió poner fin al saqueo de
sus bosques por parte de talamontes que operaban impunemente, gracias al apoyo
del crimen organizado y la inacción de los gobiernos municipal, estatal y federal.
Ese día, sus habitantes
interceptaron a varios camiones que iban cargados con madera y retuvieron a sus
ocupantes en un templo denominado El
Calvario. Así, comenzaría una rebelión que llevó a que la Suprema Corte de
Justicia de la Nación (SCJN) les reconociera el derecho de establecer su propio
gobierno bajo el esquema de usos y costumbres.
A cinco años del levantamiento,
hombres, mujeres, jóvenes y niños, nos contaron sus experiencias de aquél día
en el que su vida cambió para siempre.
Por María González, Regina
López, Romeo LopCam y Xilonen Pérez
Agencia SubVersiones
/24 mayo, 2016/
Los pasados 14, 15 y 16 de abril, la comunidad p’urhépecha de
Cherán festejó el 5° aniversario de su levantamiento en contra de los
talamontes y el crimen organizado. Se realizaron distintos eventos como la «ceremonia de los cuatro elementos» en
el Templo del Calvario, lugar donde comenzó la rebelión; el tradicional desfile
compuesto por el cuerpo de Guardabosques y la Ronda Comunitaria, alumnos de las
escuelas del municipio, comuneros y comuneras, representantes de los distintos
concejos; así como el encendido de las más de 180 fogatas que fueron el núcleo
desde donde se articuló la resistencia.
Esa noche, además, se
realizó el rondín tradicional por todo el pueblo, que como es usual estuvo
abierto a la participación de toda la comunidad y a quienes asistieron a los
festejos. Para las y los cheranenses es de vital importancia asumir el cuidado
de su territorio, ya que están conscientes de que nadie más podría hacerlo
mejor.
Cherán es un pueblo que
procura mantener viva su memoria y aprender de su historia. Prácticamente todos
los eventos realizados, tuvieron esta finalidad.
A cinco años del
levantamiento el sentir general es de satisfacción. El grueso de la gente
afirma estar mejor ahora. La criminalidad bajó sustancialmente, pues lograron
erradicar el secuestro y la extorsión. La convivencia entre vecinos es otra,
mucho más cercana y fraterna. Y aunque existen algunas personas que se siguen
dejando seducir por los partidos políticos, su papel es marginal. La mayoría se
muestra entregada a la tarea de fortalecer su autogobierno a través del sistema
de usos y costumbres.
Hubo mucha comida, mucha
fiesta y mucho baile. Sin embargo, nadie se duerme en sus laureles, la gente
sabe que lo importante no es llegar sino mantenerse, e identifica varios retos
a resolver en lo inmediato para mejorar y acrecentar la autonomía del pueblo.
Los más presentes en sus conversaciones con nosotras fueron los siguientes.
Intromisión estatal
Hay un intento constante por parte de diversas instituciones
del Estado por entrometerse en sus asuntos. Desde los partidos políticos hasta
las distintas secretarías a nivel estatal y federal. Los primeros no cesan en
su empeño de formar clientelas que catapulten a sus militantes hacia los cargos
del gobierno comunitario. Mientras que las segundas aprovechan la
implementación de cualquier programa público para ir a sacarse la foto con los
representantes del Concejo Mayor e intentar marcar directrices.
El más reciente ejemplo de
esto último, fue el intento del actual gobernador, Silvano Aureoles, por
someter a las agrupaciones de seguridad cheranenses a la estructura del Mando
Único, a través de una intensa campaña en medios de comunicación que daba por hecho
la firma del acuerdo correspondiente entre el municipio y el gobierno del
estado. Como era de esperarse, la comunidad rechazó el ofrecimiento y desmintió
a aquellos medios que replicaron, sin más, los boletines oficiales.
Pedro Jiménez Ceja,
integrante del Concejo de Barrios, explica en entrevista por qué el tipo de
seguridad que el gobierno ha pretendido imponerles, no es adecuada para su
comunidad.
Realmente nosotros diferimos de ese tipo de cosas porque vimos
que en el 2011 cómo el mal gobierno nos trató de la patada. El tipo de
seguridad que en ese momento teníamos fue la misma encargada de darle cobijo,
de darle abrigo a la gente de la tala clandestina, del crimen organizado,
cuando ellos mismos les abrieron paso para que pudieran salir de la comunidad.
Eso le dolió mucho a la comunidad y no se remedia con nada, no se cura con
nada. […]
El mando único pues somos nosotros
mismos, nuestra misma comunidad, porque nosotros nos mandamos, nosotros nos
decimos. Si mi comunidad dice, si mi barrio dice «sabes qué, estás fungiendo
mal», mi misma comunidad me quita del puesto donde estoy.
Además, Jiménez Ceja
destaca que les «basta y sobra» para
cuidarse como empezaron a hacerlo hace cinco años. Se han dado cuenta que es
indispensable que se conozcan entre sí, que sea su misma gente la que participa
en los cuerpos de seguridad; en cambio, si llega gente ajena a la comunidad, no
saben de dónde viene, ni conocen su historial, ni a su familia. Y si es
necesario revertir cargos por abuso de autoridad, pueden hacerlo sin miedo, sin
que haya amenazas u otro tipo de agresiones en consecuencia, como sucedía
anteriormente.
Alcoholismo y desintegración del
tejido social
La mayoría de las personas con quienes hablamos y muchas de
las que tuvieron una participación pública durante los festejos del quinto
aniversario, mencionaron la situación del alcoholismo y —en menor medida— el
abuso de algunas drogas como un problema que aqueja a la comunidad y al que se
le presta importancia.
En México, el alcoholismo
es un problema de salud pública grave. Sin embargo, en contextos de movimientos
sociales, la introducción y distribución indiscriminada de alcohol adquiere un
matiz más serio aún, ya que en no pocas ocasiones ha formado parte de una
estrategia de contrainsurgencia que resulta efectiva para desmovilizar,
particularmente a la juventud. Así como para generar violencia al interior de
las familias y de las colectividades en general, lo que desgarra el tejido
social y debilita las luchas.
Rubén Fabián Madrigal,
integrante del actual Concejo de Procuración, Vigilancia y Mediación de
Justicia —mejor conocido como Concejo de Honor y Justicia— nos comentó:
Los problemas con el alcoholismo son uno de los mayores
flagelos, un alcoholismo fuerte que origina riñas, accidentes, muchas cosas, es
con lo que lidiamos más. […] Hay varias personas
que voluntariamente nos están ayudando a elaborar un proyecto para atender
casos de alcoholismo y violencia familiar, pero apenas van cinco años, todavía
no hay unas bases muy sólidas. Todavía nos vamos a lo que hemos aprendido de
nuestros mayores: las buenas costumbres, al respeto, al cumplimiento de la
palabra empeñada.
En entrevista el encargado
de la Ronda Comunitaria, Francisco Guarojo Tomás, nos compartió que:
Hay que concientizar qué es lo que vemos, el tiempo en que
vivimos, sé que es difícil erradicar alcoholismo y drogadicción pero es
importante tener algo que ofrecerle a las nuevas generaciones, talleres de
concientización, fomentar del deporte, reconstruir el tejido social y a la comunidad
hacer entender que tenemos una gran tarea: nuestros hijos. Tenemos que
reconstruir.
En este sentido, nos parece muy ilustrativa la
experiencia de las comunidades zapatistas, las cuales al ver el poder
destructivo de las adicciones, sobre todo en un contexto de lucha y
movilización, tomaron la drástica decisión de prohibir el consumo de alcohol y
otras drogas entre sus militantes. Por supuesto el entorno político y social de
Cherán es diferente. Lo cierto es que, como se apuntó, la comunidad ha tomado
nota del problema y está trabajando en posibles soluciones.
Integrar a la juventud
Consolidar espacios en los que las y los jóvenes puedan
comprometerse políticamente con su comunidad es otra de las principales
preocupaciones que existen. La conformación de medios comunitarios como Radio Fogata y TV Cherán, respondió en parte a esta inquietud. A través de ellos
se ha intentado vincular a viejas y nuevas generaciones mediante la realización
de programas y producciones en donde estas últimas se acercan a las primeras,
con el objetivo de aprender del saber tradicional.
Por otro lado,
recientemente se creó el Concejo de Jóvenes como parte de la estructura de
gobierno comunal, a partir de la segunda gestión que inició en septiembre de
2015. Encargado principalmente de fomentar que los muchachos y muchachas tengan
voz en los asuntos públicos y se integren a las asambleas para participar en la
toma de decisiones. Yunuén Torres, quien forma parte del mismo, nos comentó que
la juventud es clave para dar continuidad al proyecto de autonomía en la
comunidad:
Quien defiende esta idea
de que surja el Concejo de Jóvenes son los mayores. Había como mucha polémica
en decir sí o no, pero los mayores dijeron «a
ver, si nosotros, todos los que ya estamos identificados nos vamos y los
jóvenes no tienen el mismo amor a lo que se está haciendo, pues ¿ahí qué va a
pasar?».
El Concejo también impulsa
actividades en torno al arte, la difusión cultural y la prevención de
adicciones. Sobre el último punto, se está trabajando con el Concejo de
Barrios, pero están conscientes de que se tiene que abordar desde una
perspectiva propia, ya que entre jóvenes se conocen y saben cómo llegarles.
Entonces, mientras se consigue apoyo por parte de grupos especialistas en el
tema para organizar foros y charlas, también se ha buscado retomar los juegos
tradicionales: «es volver a lo que
nosotros tenemos como antecedentes de pueblo originario, pero aplicarlo ahora,
y nos ha funcionado», indica Yunuén.
Otra de las críticas que
los jóvenes han enfrentado es el grafiti. Ante esto, la encomienda de la
asamblea fue hacer una campaña en su contra, pero el Concejo resolvió, en
cambio, buscar un espacio para hacerlo de manera aceptable. Por ello, se
realizó un evento de murales, acompañado del grupo de artistas visuales de la
comunidad, donde participaron gente de fuera y jóvenes de Cherán, quienes se
han encargado de preservar los murales. «Nuestra
postura es esa, ofrecer alternativas para tratar de solucionar cosas que las asambleas
nos demandan», explica Yunuén.
Construir una educación
descolonizada
En cuanto a la educación su preocupación central es: cómo
construirla de manera colectiva para mantener y fortalecer los saberes y la
identidad de la propia comunidad. En el conversatorio sobre educación se
propuso, por ejemplo, que las y los ancianos sean quienes impartan clases; se
habló sobre descolonizar la educación, ya que la educación mexicana sigue un
modelo europeo, liberal y patriarcal y se hizo hincapié en la necesidad de
reintegrar la experiencia cotidiana a los programas de estudio y a las prácticas
docentes; también se mencionaron las burocracias de la Secretaría de Educación
Pública (SEP) y de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación
(CNTE), como obstáculos para lograrlo.
Dentro de los festejos se
presentó el borrador de un libro colectivo sobre Cherán (para su estudio en el
nivel medio superior), titulado: Juchari
Eratsikua Cherán K’eri: Retrospectiva Histórica, Territorio e Identidad Étnica,
que se encuentra desarrollando un colectivo de 17 personas, profesionistas de
diferentes disciplinas, formado —a
través de una convocatoria abierta a toda la comunidad— expresamente para dicha
tarea. Las oradoras y oradores recalcaron la dificultad y la riqueza de
trabajar en colectivo; el valor y la responsabilidad de hablar y escribir de la
propia historia y de la necesidad de contar «una visión desde dentro» de
los acontecimientos que han sucedido en Cherán y de los que la comunidad ha
formado parte. Se trata de un trabajo para rescatar la identidad pur’hépecha a
través del tiempo.
El colectivo pidió que la
gente participara con sus testimonios y con imágenes de su acervo familiar;
además dijo estar abierto a colaboraciones, sugerencias y críticas dado que
calculan que el libro quedará terminado en un año aproximadamente. Uno de sus integrantes
compartió:
La colectividad siempre es difícil, es lamentable que el
sistema capitalista nos ha hecho individualistas. […] Esperamos que el libro sea un instrumento que ayude a generar esa
conciencia que necesitamos, ese principio de identidad de que pertenecemos a
una comunidad.
Para quien platique al
respecto con las y los habitantes de Cherán, resultará evidente que el tema de
la recuperación de la identidad está fuertemente ligado al de la reconstitución
del territorio y que esta amalgama es parte de la educación que desean y que
están construyendo. Don Guadalupe Tehandon, miembro del primer Concejo Mayor de
gobierno, vigente entre 2012 y 2015, nos explicó: «Cuando alguien dice “la reconstitución de nuestro territorio”, no
quiere decir que hay que ir a plantar árboles nada más. Quiere decir “cuidar nuestra identidad”, ser orgullosos
por ser indígenas».
Equidad de género
El Concejo de Mujeres también se formó a partir de esta
segunda administración, está integrado por siete mujeres y un hombre. Surge a
partir de las necesidades de incrementar la participación femenina en la vida
pública de la comunidad; de que sus voces tengan un lugar equitativo para la
toma de decisiones y de generar un espacio para promover el intercambio de
saberes entre mujeres de todas las edades, sobre sus formas de ver la realidad,
sus sentires y sus problemáticas específicas. Se realizó también un conversatorio
llamado «Mujeres y territorio: Tejiendo
luchas».
Inés Torres, integrante de dicho concejo, dijo:
Debemos participar cada
vez más para ver y proponer y decidir todos como comunidad, como pueblo
pur’hépecha. Aunque es difícil entrarle cuando algunas somos nombradas, por la
mala costumbre de hace más de 500 años de que «puro hombre». Hoy vivimos formas de machismo, de superioridad, de
invalidación por ser mujer o porque no entramos a la escuela y tenemos
obstáculos, y hay silencio en la participación. Hay lentitud en la
reconstitución de la comunidad, de nuestro gobierno, porque se escuchan
palabras de pensamientos de superioridad, de qué perfil sí y cuál no. Pues
decidimos que las palabras o pensamientos de superioridad o de inferioridad son
de ignorancia y segregan para la libertad que necesitamos construir. […]
Invitamos a todas las mujeres a participar y a defender los derechos de todas.
Alicia Castellanos,
académica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Iztapalapa, comentó
que las mujeres de Cherán están abriendo una brecha para poner fin no sólo a la
violencia contra los pueblos sino a todas las formas de dominación de las
mujeres por los hombres. Por su parte, Vilma Almendra —activista colombiana de
la organización «Pueblos en Camino»—
recalcó la importancia de concientizar que somos producto del actual sistema,
que somos patriarcales, racistas, sectarios; por lo que es importante
reconocerlo y ver de qué manera responder. También señaló la importancia de
romper las categorías que se nos imponen sobre «cómo deben ser» las cosas, las personas, y que las mujeres tejan
lo que el capital cercena, mediante la palabra y la acción emancipadoras para
la vida.
Se dijo que en Cherán, las
mujeres son parte esencial de la fuerte relación de respeto entre la gente y la
tierra con sus elementos. Yunuén, del Concejo de Jóvenes, elogió los saberes de
las mayores que aportaron sus conocimientos a la lucha y a modo de provocación
preguntó a la asistencia, que llenaba la plaza central del pueblo: «¿Dónde están las mujeres que enfrentaron a
los malos?, ¿qué estamos haciendo como mujeres?, ¿cuál es el papel que nos toca
seguir para este proyecto que es Cherán K’eri?».
Formas alternativas de aplicar la
justicia
Uno de los temas cruciales en la construcción de la autonomía
de Cherán, en su camino por lograr que la convivencia armónica, la
cooperatividad y la ayuda mutua sean los ejes que guían el desarrollo de la
vida comunitaria, es la generación de una forma de justicia que permita y
fomente dichas condiciones. Por esto, el trabajo del Concejo de Honor y
Justicia, de la mano con la comunidad en su conjunto, es imprescindible. En
este concejo son cuatro titulares y cuatro auxiliares, en coordinación con la
Ronda Comunitaria y los Guardabosques.
Un integrante del Concejo,
Irineo López Tapia, nos explica que existe una propuesta a nivel estatal
enfocada a la mediación y la conciliación, que se están manejando como medios
alternativos de procuración de justicia, pero en Cherán esto se está aplicando
desde 2011: «es decir, ante la presencia
de alguna situación o un conflicto de intereses, nosotros intervenimos como
mediadores o conciliadores».
Rubén Fabián Madrigal,
otro de sus miembros, nos platicó que la resolución de conflictos entre
habitantes se basa en la toma de conciencia por ambas partes:
Primero buscamos que la parte que ha causado un daño, lo
reconozca. Luego, que esté dispuesta a dejar de causarlo. Hay algunas multas
pequeñas pero nuestro incipiente sistema no es de castigo, de lo que se trata
es que se reconozca y el agredido tenga la capacidad de perdonar, así lo
deciden cuando llegan a un acuerdo, y cuál es ese acuerdo: te voy a respetar y
ya no te voy a hacer ese daño a cambio de que tú me perdones. Cuando hay
ocasión hay una pequeña reparación de daños, que por lo común es económica.
Sin embargo, nos
comentaron que ante delitos graves –que son los menos– aún se ven en la
necesidad de remitir a los agresores al Ministerio Público de Zamora,
Michoacán. Mientras que los problemas más comunes tienen que ver con el abuso
del alcohol y algunas drogas ilegales; además de que aún persisten casos de
tala clandestina de árboles. A pesar de que lograron reducirla en un 90 por
ciento desde 2011, cuando encuentran camiones que no son de gente de la
comunidad, tienen la facultad de determinar la situación sobre la madera, la
persona y el vehículo, ya sea confiscando y/o aplicando una sanción económica.
También se tiene relación con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente
(Profepa) que es la encargada de atender ese tipo de asuntos.
Por otro lado, de acuerdo
con López Tapia, la propuesta más importante es la de conformar un tribunal
comunitario para tomar decisiones de manera autónoma y sobre determinación de
sanciones, que tenga la fuerza suficiente incluso para poder brindar
tratamiento a quienes lo necesiten. «Entonces
ya no depender de una autoridad penal como es un juzgado de primera instancia o
la Profepa, sino tomar nuestras propias determinaciones, y que tengan fuerza
jurídica y fuerza legal también».
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