Fuente: Dabid
Lazkanoiturburu / Diario Gara
América Latina sin fronteras
23 mayo, 2016
Presentar a Manuel Martorell (Elizondo, 1953) como la voz más
autorizada en el Estado español sobre el pueblo kurdo puede parecer exagerado,
pero no lo es. Reducir su contribución periodística a su pasión por el pueblo
kurdo no le hace justicia, porque su horizonte, profesional y vital, es un
Oriente Medio plural y defensor de sus pueblos y sus diferencias. Y ese Oriente
Medio es y será kurdo. O no será.
Manuel Martorell presenta estos días su último libro: “Kurdos” (Catarata). Un título tan escueto como contundente es su mensaje a propios y extraños, amigos y enemigos: ha llegado la hora del pueblo kurdo.
Manuel Martorell presenta estos días su último libro: “Kurdos” (Catarata). Un título tan escueto como contundente es su mensaje a propios y extraños, amigos y enemigos: ha llegado la hora del pueblo kurdo.
-¿Es
la hora del pueblo kurdo?
-Yo creo que sí ha llegado la hora del pueblo kurdo, al menos
en relación con siglos y hasta milenios de historia en la que siempre han sido
los perdedores.
-¿Qué
ha cambiado?
-Han coincidido una serie de elementos de carácter coyuntural
en todas las partes de Kurdistán, una especie de conjunción astral que está
colocando en primer plano al pueblo kurdo y a lo que representa ese pueblo en
el conjunto de Oriente Medio.
-¿Qué
elementos se han conjurado para ese desenlace?
-Hasta ahora, las grandes potencias tenían dos alternativas
para la región: o la dictadura o el islamismo, radical o moderado, chií o suní.
Por contra, esa realidad que representan los kurdos de un Oriente Medio diverso
y plural, una realidad que existe, estaba oculta. Pero ahora, el apoyo a las
dictaduras ha quedado fulminado por las primaveras árabes. Y el surgimiento de
un islamismo ultra, el del Estado Islámico (EI) y el del Frente Al-Nosra, ha
provocado el fracaso del islamismo moderado.
Eso se está viendo en Siria, donde pese a los intentos de
Turquía de presentar una alternativa con rebeldes “moderados”, estos acaban
fagocitados por el EI o Al-Nosra.
-Y
solo nos quedan los kurdos…
-En el conjunto de la región, el único pueblo que tiene
capacidad y extensión geográfica, homogeneidad demográfica, una organización
estructurada desde hace décadas y, finalmente, experiencia militar son los
kurdos. Son ellos lo que demuestran que el EI puede ser derrotado, en Kobani,
en Sinjar (Irak). La UE y EEUU deben darse cuenta de que hay alternativa y que
esa realidad puede ser un Oriente Medio basado en los planteamientos
federalistas que defienden los kurdos.
-¿Se
puede derrotar al EI?
-Douglas Bazi, un sacerdote cristiano caldeo iraquí que fue
secuestrado por yihadistas, asegura que el EI era “una cuadrilla de ratones que
de la noche a la mañana y por culpa de la política de las grandes potencias y
de los gobiernos de la zona se han convertido en un Ejército de dragones”. El
EI es un tigre de papel que ha medrado porque el Estado sirio y el Estado
iraquí se han desintegrado. En una situación de vacío de poder las
organizaciones mejor estructuradas y mejor armadas ocupan ese espacio. El EI
pilló a todo el mundo descolocado, por no usar otra expresión, pero ni es tan
fuerte ni tiene el apoyo que pretende.
-¿Cómo
ve el futuro de Rojava en Siria?
-Como en las otras zonas de Kurdistán, Siria ya no puede tener
un proyecto político sin tener en cuenta las reivindicaciones del pueblo kurdo.
Se le llame como se le llame, la futura Constitución siria tiene que reconocer
una autonomía para los kurdos y para las otras minorías. Rojava era la parte
más indefensa de Kurdistán, por su orografía desértica, por su incapacidad para
luchar con las armas frente a un Ejército como el sirio y por la consiguiente
arabización, siquiera en las costumbres, de los kurdos de Siria. Pero hoy los
kurdos deberán ser tenidos en cuenta en toda negociación, mal que le pese a
Turquía, y en el diseño del futuro del Estadio sirio. De lo contrario, cuando
acabe esta sangría, empezará una guerra entre los kurdos y el resto de Siria.
-En Irak, el Gobierno Autónomo kurdo “aprovechó” la ofensiva del EI en 2014 para recuperar territorios
históricos como Kirkuk. ¿Cree que la situación está consolidada o depende del
desenlace de la guerra?
-No creo que se vayan a devolver. Los kurdos están en una
posición de fuerza, porque hacen de intermediarios entre los suníes, sus
enemigos históricos, y los chiíes. A los primeros les viene bien que los kurdos
hagan de contrapeso frente a los chiíes, y estos últimos saben que no tienen
capacidad para enfrentarse a una futura e hipotética coalición entre suníes y
kurdos. La única solución para Irak, dejando aparte la división total del país,
es que los suníes y algunas zonas chiíes disfruten de una autonomía similar a
la de los kurdos. Y no lo digo yo, lo defienden ex dirigentes del unionista
partido Baath y partidos chiíes que gobiernan Basora.
-¿El Gobierno Rohani en Teherán y el tímido deshielo con EEUU
puede beneficiar a los kurdos de Rojelat (Kurdistán iraní)?
-Al contrario. El final de las sanciones y del embargo estaría
bien porque al final quien lo sufre es el pueblo iraní, pero ni EEUU ni la UE
deberían olvidar la naturaleza del régimen de la República Islámica que, con
Rohani, ha batido el récord de condenas a muerte –muchas contra militantes
kurdos– y no ha mejorado en nada la situación política ni los derechos humanos.
-¿El confederalismo democrático de Öcalan tiene futuro o los
kurdos se van a ver forzados al fin a luchar por la secesión?
-Debería tenerlo. Al fin y al cabo, es una apuesta que se
parece mucho a nuestro sistema foral.
-En ese sentido, ¿no tiene ese plan en el fondo reminiscencias
otomanas?
-Exactamente. Son los viejos Principados Kurdos, que eran a
veces gobernados ¡por mujeres! Nadie venía desde la Sublime Puerta de Estambul
a pedir explicaciones. Los kurdos se gobernaban según sus leyes.
-¿Y no cree que el presidente turco, Erdogan, neotomano
confeso, ha perdido una oportunidad de oro al rechazar esa propuesta para
solucionar de una vez el problema kurdo?
-Creo que sinceramente Erdogan se ha vuelto loco. Acaba de
fulminar a su mano derecha (el primer ministro Davutoglu) porque disentía en
algunas cosas y exige la convocatoria inmediata de su ansiado referéndum
presidencialista. Erdogan no perdona que la histórica irrupción de los kurdos
del HDP en el Parlamento frustrara sus planes para convertirse en presidente
plenipotenciario, cuando debería haberse dado cuenta de que era la mejor
oportunidad para acabar con la guerra en Kurdistán Norte. Más aún cuando en
febrero de 2015 se había alcanzado un acuerdo entre las dos partes que habría
traído la solución. Frente a ello, Erdogan optó por la violencia y, como le
recordaron los militares en los primeros funerales por los soldados muertos,
por reiniciar una guerra que se había acabado y solo para conseguir sus
objetivos personales. Turquía está perpetrando una verdadera campaña de
limpieza étnica con la pasividad y el silencio, cuando no la complicidad, de UE
y EEUU. Kurdistán Norte está sufriendo masacres colectivas, ejecuciones
sumarias, destrucción de núcleos de población enteros y la UE, de rodillas ante
Erdogan por la crisis de los refugiados, no dice nada, salvo honrosas
excepciones.
-Hay sectores que, aun
reconociendo que el primer y último responsable de la ruptura del alto el fuego
es el Estado turco, opinan que el regreso a la lucha armada es un error
estratégico del movimiento kurdo.
Más que por reiniciar la
lucha armada, el error del PKK ha sido llevar la guerra a las ciudades kurdas.
Eso ha supuesto la destrucción de núcleos urbanos como la histórica Diyarbakir,
además de la muerte de cientos de los mejores militantes que tiene la organización
en Turquía.
En fin, esa situación ha
colocado al movimiento kurdo en una situación de extrema debilidad política,
con la ilegalización en ciernes, y en el Kurdistán ha quedado completamente
laminada toda esa compleja trama de organizaciones cívicas que se había
conseguido articular para hacer frente a la ocupación militar. Ha sido un error
y me temo que va a ser difícil recuperar lo logrado hasta ahora. “No se puede
ignorar la gran complejidad de Oriente Medio”
-¿Qué lleva a un periodista como usted a convertirse en una
suerte de embajador del pueblo kurdo ante el mundo?
-Fue un cúmulo de sorpresas. La primera fue la revolución
islamista iraní. Nuestro modelo de revolución era el bolchevique, el
sandinista…. Yo hasta entonces repetía el mantra de que los kurdos eran unas
tribus que manipulaba la CIA contra Saddam Hussein en Irak. Y cuando hice un
trabajo sobre Irán, segunda sorpresa: el primer pueblo que se levanta contra
Jomeini es el kurdo, su partido se declara marxista-leninista y su líder es
profesor de la Sorbona. Ya cuando descubro que la mitad de los turcos malvive
en Turquía, país de nuestro entorno, se me encienden todas las alarmas.
-¿Qué le ha supuesto una implicación tan profunda en el drama
kurdo?
-El pueblo kurdo es un gigantesco máster para comprender la
complejidad de Oriente Medio. La mejor manera de comprender el baasismo en
Siria o en Irak, el supuesto kemalismo laico en Turquía o la supuesta
democracia islámica iraní es hacerlo a través de los que luchan contra esos
sistemas y los sufren. Conocer Oriente Medio a través de los kurdos me ha
ayudado profesional y personalmente.
-¿De
qué Oriente Medio habla?
-Los kurdos son mayoritariamente musulmanes suníes, pero
reivindican una diversidad de las interpretaciones del islam, además de la
variedad de credos entre los kurdos, desde el sufismo, el chiísmo, el
cristianismo, el jezidismo… Están en las antípodas del wahabismo del EI.
-¿Cree que la izquierda ha comprendido la complejidad de
Oriente Medio?
-Sinceramente, y por experiencia personal, creo que la
izquierda no termina de comprender las ventajas de apoyar a los kurdos y a
otras minorías para tener una visión más real sobre esa región estratégica.
Tampoco ha estado a la altura en situaciones dramáticas como el genocidio de los
yezidíes. Los kurdos piden armas modernas y apoyo aéreo para defenderse y
salvar Oriente Medio. Ayudémosles en esa lucha desigual.
Comentarios