La activista
Bertha Cáceres, de Honduras, fue asesinada en su casa.
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Red latina sin fronteras
Publicado: 21 junio, 2016
El 2015 bate récord de
ambientalistas asesinados
185 activistas asesinados el año pasado en 16 países. Colombia ocupa
el tercer lugar en la lista.
Los pueblos indígenas son los más afectados.
El último informe de la ONG Global Witness arrojó una de las
cifras más indignantes y preocupantes en materia de derechos humanos: 185
defensores de la tierra y el medio ambiente fueron asesinados en 2015, en 16
países. 66 % de las víctimas son latinoamericanas. (Lea: Colombia entre los
países más peligrosos para los ambientalistas).
Las industrias extractivistas
y mineras, los proyectos hidroeléctricos, el acaparamiento de tierras para la
agroindustria a gran escala y la tala, generalmente asociada a madereros
ilegales que entran en áreas protegidas o territorios indígenas, fueron las
principales causas de los crímenes perpetrados.
“Uno de los factores subyacentes a todos los asesinatos fue la
presión sobre la propiedad, el control o el uso de la tierra; por lo que muchas
comunidades rurales se vieron sometidas a una violenta represión por parte de
terratenientes y empresas con más poder que ellos”, dice el informe.
La lista la encabeza
Brasil (con 50 asesinatos), Filipinas (con 33), Colombia (con 26), y Perú y
Nicaragua (con 12 cada uno).
Los indígenas siguen
siendo el sector más vulnerado. De los activistas y defensores asesinados el
año pasado, 67 eran indígenas, lo que supone casi 40 % del total. Sólo en
Colombia, se registraron nueve casos cuyos principales sospechosos, de acuerdo
con grupos defensores de DD.HH, son grupos paramilitares que trabajan de la
mano con élites políticas y empresarios locales.
“Los pueblos indígenas
sufren actos de violencia relacionados con el conflicto armado que se está
desarrollando en el país y han sido testigos de acaparamientos de tierras a
gran escala y desplazamientos en sus territorios”.
Entre las varias
denuncias, Global Witness advierte que la defensa del medio ambiente no solo
está criminalizada, especialmente en países africanos, sino que además los
autores de los asesinatos rara vez comparecen ante la justicia debido a que los
gobiernos no investigan ni procesan adecuadamente por estos delitos.
“Muchas autoridades o bien cierran los ojos o impiden
activamente la investigación de estos asesinatos por la connivencia que existe
entre intereses corporativos y estatales. Está arraigada cultura de impunidad
facilita que se lleven a cabo más asesinatos porque los responsables saben que
es poco probable que tengan que responder ante la justicia”, agrega el documento.
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