Por Santiago Navarro
Fuente: Agencia
Subversiones
Publicado en OtrAmérica de
sur a norte
Jueves 06 de marzo de 2014: Bienvenidxs a Tlanixco, poblado
indígena “terrorista” enclavado en el
Nevado de Toluca (Estado de México). Bienvenidxs a una comunidad que ha
defendido el agua, las tierras y al río Texcaltengo. Por esa razón, seis de sus
líderes han sido condenados a penas de cárcel como “terroristas”. Llevan 10 años encarcelados. El mundo al revés sigue
confirmando su ilógica.
La guerra por el control
del agua, mejor conocida en estos tiempos como el Oro Azul, ha provocado el rompimiento de cientos de comunidades
indígenas, dejando a su paso un sin fin de violaciones a sus derechos humanos,
asesinatos, desapariciones, represión y encarcelamientos injustos, tal es el
caso de los seis indígenas nahuas de San Pedro Tlanixco en el Estado de México,
quienes han sido considerados como “terroristas”
y sentenciados a purgar penas de más de 50 años.
La comunidad de Tlanixco
–palabra en náhuatl que significa “en la
haz de la tierra”– está incrustada dentro de los hermosos paisajes de la
cordillera del Nevado de Toluca, antes conocido con el nombre de Chicnauhtécatl
–nueve aguas o nueve manantiales–. Esta comunidad indígena ha sido catalogada como
un “poblado terrorista” por el hecho
de defender su tierra y el agua, según la línea de investigación de la
Procuraduría General de la República, PGR/TOL/V/017/2002.
Estos pueblos indígenas
han sido fragmentados y perseguidos por no estar de acuerdo con los proyectos
que han prometido traer modernidad y desarrollo para estas comunidades. Las
comunidades de Tlanixco han sostenido un férrea
resistencia desde los años 80, cuando se opusieron a la construcción de la
autopista Tenango-Ixtapan de la Sal, así mismo, se opusieron a que les
despojaran del río Texcaltengo, el cual fue concesionado y entregado a la
inversión privada de los monocultivos de flores, del municipio de Villa
Guerrero, sede de la Asociación de Floricultores de Villa Guerrero (ASFLORVI).
“Nos dimos cuenta de que el gobierno quería que nos
confrontáramos con otras comunidades vecinas y por medio de engaños nos
construyeron un pozo artesanal para el uso doméstico, después pudieron
concesionar el agua y la pusieron en a las manos de las empresas floricultoras”, relata Rosario Peralta
Sánchez, miembro de esta comunidad.
En el año 2001 la Comisión
Nacional del Agua (CONAGUA) canceló la concesión que tenían los ejidatarios de
esta comunidad, declarándolo como nulo en el oficio BOO.E.12.1.0.2.-00971,
razón por la cual, los habitantes de Tlanixco decidieron bloquear la autopista
Tenango-Ixtapan de la Sal. Después de varias negociaciones con el gobierno, se
dio un acto de provocación donde perdió la vida el ingeniero Alejandro Cárbaso,
motivo por el cual, al día siguiente, con extrema violencia, se detuvo a los
representantes del pueblo que defendían el agua.
“Fue una represión muy fea, donde catearon muchas casas, en un
momento calculamos que llegaron alrededor de 1.500 elementos de la policía
utilizando una violencia extrema, contra hombres, mujeres y niños, así fue como
se rompió el tejido social de nuestras comunidades”, agrega Peralta Sánchez.
El resultado de esas
detenciones, es el encarcelamiento de seis de los representantes de la
comunidad que llevan más de diez años en prisión y una serie de órdenes de aprehensión
que aún están abiertas, por tanto hay varias personas que aún mantienen una
vida en el anonimato y la clandestinidad para que no los detengan.
Pedro Sánchez Berriozábal,
Teófilo Pérez Gonzales y Rómulo Áreas Mireles han sido sentenciados a más de
cincuenta años en prisión por el delito de homicidio, así mismo Lorenzo Sánchez
Berriozábal, hermano de Pedro; Marco Antonio Pérez González, hermano de
Teófilo, y la señora Dominga González Martínez, se encuentran procesados en el
mismo penal.
Sus hermanos indígenas han
decidido hacer un llamamiento a la sociedad civil y las organizaciones no
gubernamentales para que se pronuncien por la libertad de estas personas injustamente
encarceladas.
Según datos de las
Naciones Unidas, cada día mueren 5000 niños por falta de agua potable, un
equivalente a más de 2 millones de infantes por año. Este tipo de terrorismo
contrasta con los terroristas de
Tlanixco, quienes buscan defender el agua, no como una propiedad privada, sino
como algo fundamental para la vida.
El concepto de Oro Azul, modernidad y desarrollo
no cabe en su vida diaria de estas
comunidades indígenas, pues al igual que la tierra, el agua para ellos es bien
común que debe respetarse, pues no tiene un precio monetario.
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