La soberanía popular tiene su matriz originaria en
el territorio comunal.
Entrevista a
Gabriel Salazar
Por Alejandro
Lavquén
Fuente:
Publicada en
revista Punto Final Nº 869
Red Latina sin
fronteras
Enero 20 de 2016
Dispositivo Histórico para Asambleas Populares de Base |
El poder nuestro de cada día (LOM Ediciones), es el nuevo
libro del historiador Gabriel Salazar. Los editores explican el origen de esta
nueva publicación: “Cuando las organizaciones
sociales de pobladores vieron la necesidad de tener una “carta de navegación
histórica” para participar en las asambleas populares de base que les
permitiera orientar la discusión en torno a una nueva Constitución, acudieron
al historiador Gabriel Salazar, quien les contestó con el documento que llamó Dispositivo Histórico para Asambleas Populares de Base. Sobre el tema, Gabriel
Salazar conversó con Punto Final.
Usted plantea que se debe “luchar
desde nuestra memoria” ¿Qué significa?
“Significa que debemos actuar políticamente en base a nuestra experiencia
directa de los hechos y de los procesos reales, no en base de ideologías,
utopías primarias y menos en base a dictámenes externos”.
Cuando habla de fortalecer el poder
local ¿Existe realmente una cuota concreta de poder local en la ciudadanía?
“La historia social demuestra que la clase popular es siempre mayoría en
sus lugares de trabajo y de vivienda, donde puede ejercer un poder
considerable, dado que conoce mejor que nadie los rasgos materiales y sociales
de esos ‘territorios’. Por eso la soberanía ha radicado siempre en las
‘comunidades locales’”.
Usted habla de “cultura soberana” y
“soberanía comunitaria” ¿Cómo se desarrollan?
“La soberanía comunitaria no se desarrolla ni constituye sólo por ‘lo
territorial’ o ‘lo local’, sino –y sobre todo– por la interacción entre los miembros de la comunidad, por sus formas
asociativas, por su capacidad para deliberar sobre los problemas, y su
capacidad derivada para resolverlos por sí misma (por la misma comunidad) y por la memoria viva que debe mantener de
esas capacidades”.
La participación de los militares
¿Cómo la definiría en un proceso constituyente?, en el entendido de que son
parte de la comunidad.
“Todas las constituciones que ha tenido Chile definen a los militares
como ‘no deliberantes’ y como ‘esencialmente obedientes’. Con eso le quitan la
condición de ciudadanos, que, por definición, son esencialmente ‘deliberantes’
y nunca jamás meramente ‘obedientes’. Es obvio que es necesario transformar a
los militares en ciudadanos deliberantes, porque así serán esencialmente
obedientes a la comunidad que delibera, y no a los generalotes propensos a ser
comprados por el dinero.
“La cúpulas del viejo Estado”, como
define a la Segpres, al Congreso y al Consejo Ciudadano de Observadores
nombrado por la presidenta ¿Engañaron nuevamente al pueblo con los “foros,
consultas y cabildos” en lo referente a una Asamblea Constituyente?
El ‘poder constituyente’ es una función esencial y exclusiva de la
soberanía popular. Una Constitución bien hecha debería incluir instancias de
deliberación colectiva (asambleas) para que la ciudadanía pueda ejercer su
soberanía real. Si no existen esas instancias constitucionales, entonces la
ciudadanía debe arreglárselas por sí misma para organizar un proceso
constituyente. Como la soberanía no radica nunca en los Estados ilegítimos ni
en las Constituciones ilegítimas (caso chileno), el Gobierno no tiene ningún
derecho para tomar la iniciativa de un proceso de ese tipo y menos para manipularlo
de punta a cabo, como lo ha intentado hacer al gobierno de la Nueva Mayoría. Su
‘proceso’ es un proceso ilegítimo.
¿Es la solución una
Federación de Poderes Locales?
La soberanía popular tiene
su matriz originaria en el territorio comunal. Si se propone extender su
soberanía a lo regional y lo nacional, no tiene otro camino que ‘federar’ sus asambleas de base. Todo
otro camino conduce al Partido Único, al sistema liberal multo-partidario y/o
al caudillismo personalista.
La Izquierda intenta reagruparse, y
dentro de las posibilidades aparece el Frente Amplio como alternativa a la
actual casta política ¿Qué opinión le merece?
La historia de Chile muestra
hasta el cansancio que todos los movimientos de partidos que se proponen, con
gran bombo, formar un ‘bloque
alternativo’ dentro del parlamento liberal, terminan reforzando la
clase política como furgón de cola, y nunca liberando la soberanía popular de
la alienación en que se encuentra dentro de un Estado liberal. No creo que los jóvenes del Frente Amplio vayan a romper esta tendencia
histórica.
Gabriel Salazar: "luchar desde nuestra memoria" |
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