MÉXICO: LOS LEGADOS DE LA IZQUIERDA
Participación de Pablo González Casanova en el Seminario
“Los muros del capital, las grietas de la
izquierda”
América
Latina en Movimiento
15/abril/2017
publicado
el 23 de mayo de 2017 en alainet.org
En primer lugar una excusa, porque el día de ayer
estuve tratando de terminar, y terminé, una ponencia que les iba a leer y que
ahora pensé que era mejor no leer... Porque, había yo traído tres textos a
Chiapas, pensando que iba hablar al principio de la reunión, del encuentro, y
resulta que me invitaron para el final del encuentro, y lo que pensaba decir no
venía al caso. Entonces decidí hacer... acordarme del maestro Alfonso Reyes,
que me decía que cuando pudiera dar una conferencia sin leer, sería mucho mejor
darla sin leer, y que si la leía viera más... al público que al papel. Aquí
puedo ver un poco, en medio de la oscuridad, al público, y decirle que pensé en
la conveniencia de definir qué es la izquierda para... en parte, contradecir a
quienes nos están acusando de dividir a la izquierda. Y me pareció que ese
problema es interesante traerlo aquí, y entonces se me ocurrió ver cómo ha
definido el pueblo mexicano a la izquierda a lo largo de su historia.
Empecé a pensar en los curas
rebeldes que se vinieron huyendo de la inquisición y del cristianismo de Carlos
V y Felipe II. Y esos curas rebeldes son el principio de un proceso que
corresponde a la emancipación humana; y que naturalmente incluye una categoría
que no existía en las ciencias sociales, o que no era central en las ciencias
sociales, y que es central en la vida humana; que es la categoría de la
explotación de unos hombres por otros.
Esa categoría no existía
antes, pero no es la única que hace suyo el pensamiento emancipador; es decir,
no puede haber emancipación humana si hay explotación de unos hombres por
otros, eso es absolutamente claro, pero acabar con la explotación no es
suficiente porque la emancipación humana es mucho más que eso. Entonces, a
partir de esta toma de posición, me pareció que aquellos curas; aquel cura que
se subió al púlpito en la isla de Santo Domingo y ante la furia, la rabia
desatada de los conquistadores, declaró o dijo en su sermón que los indios
tienen alma; es decir, que no son animales...aquel cura exigió respeto a ellos por
su dignidad humana. Y los conquistadores se pusieron furiosos, y bueno, en
realidad eran herederos del Aristóteles que manejó la inquisición, aquél que le
recomendó a Alejandro el Grande, un discípulo suyo, cuando se fue a conquistar
Asia; y le dijo: "a los griegos
trátalos como ciudadanos y a los bárbaros como animales o como plantas"...
Entonces, el respetar al ser
humano, el respetar la dignidad del ser humano, es una lucha muy grande que se
sigue dando hasta hoy; y la palabra, el término dignidad, es parte de la
terminología más cara para nosotros.
Yo acabo de mandar a la
Enciclopedia Marxista de Ciencias Sociales de Alemania un trabajo sobre la
dignidad, y allí cito a esos curas rebeldes que defendieron vigorosamente la
dignidad de los indios. Pero como se ve, esta lucha siguió hasta nuestros días
y entre los teólogos apareció la teología de la liberación con Gustavo
Gutiérrez, en Perú; con varios teólogos notables y pensadores políticos en
Brasil, como Leonardo Boff, o como Frei Betto, a quien me he encontrado muchas
veces en Cuba, y que está luchando ya no sólo por reconocer la dignidad humana
de los nativos sino por el socialismo.
Una primera definición
entonces de izquierda sería esa: la que lucha por la dignidad humana de cuanto
ser humano es oprimido y discriminado.
Una segunda, es la lucha por
la independencia, una lucha a la que no se le dio la importancia que tenía, y
que tiene, sino hasta años muy recientes; hasta hace unas cuantas décadas con
Fanon, en que el hombre colonial -el que vive en los países coloniales- apareció
como un hombre oprimido, y bajo una opresión y una forma de dominación y de
desprecio, y de privación, especiales; y tan especiales, que ahora vemos por
ejemplo con lo que está ocurriendo en África. En 7 países de África, están por
morirse, o ya murieron o se están muriendo varios millones de habitantes, de
hambre; cosa que ocurrirá si lo que nos contaba ayer, según me dijeron, Magdalena
Gómez, que ocurre en México, donde no sólo nos están quitando los recursos como
el petróleo, la electricidad, etcétera, sino las tierras, el agua y el
subsuelo, y donde se están creando “enclaves
coloniales” como los que ella mencionó.
Entonces sigue siendo un
problema especial el estar contra el colonialismo, que más tarde se va a
vincular al capital monopólico y va a adquirir otro nombre, el de imperialismo,
y de eso hablaré un poco después. La lucha por la independencia además, unió a
los pueblos indios con los líderes de la Independencia... Cuando Guadalupe
Victoria le propuso a Morelos, perdón a Hidalgo, el dirigir la guerra, Hidalgo,
según me contaron, le respondió: "No,
ésta es una guerra del pueblo"; y parece que en la guerra había más
pueblos indios luchando por la independencia que mestizos, o blanquitos.
Entonces, los indios han estado insertos en nuestra historia, desde que nació
este país como un país independiente, y hay que darse cuenta que lo que ahora
se está haciendo es volviendo a decir eso; volviendo a expresar la estrecha
vinculación, la total vinculación, que en México tiene el indio y el que no es
indio. También, de ese par de curas que eran Hidalgo y Morelos, aparte de hacer
la guerra del pueblo, uno de ellos, Morelos hizo la primera comunidad que se
autogobernaba, y esa es otra forma de definir a la izquierda. Con comunidades y
redes de comunidades autogobernadas y autosuficientes.
Y ahora paso a un legado más
sobre el que, quienes manejaban ese marxismo un poco elemental de que no quiero
acordarme, decían: que era una revolución burguesa, etcétera; pero no, es otra
forma, otro legado de la emancipación la, que va a realizar Don Benito Juárez.
¿Emancipación de qué?, de la utilización de la religión para oprimir; y de la
alta jerarquía eclesiástica, que junto con muchos de los ricos de la época
colonial fueron los que se quedaron con el poder y las riquezas cuando España
ya no los pudo retener; y fue una gran virtud de Juárez, el hacer "La
Reforma", como se le llamó, la más profunda de toda América Latina,
quitándole al clero sus inmensas propiedades, y estableciendo la educación
laica y el derecho a pensar sin que le invocaran a uno a Dios para decirle que
estaba equivocado. Entonces ese es otro legado que define a la izquierda, y a
la lucha por la emancipación humana.
Con los liberales también,
aparecen otras formas más de emancipación. Una es la que se da por la Autonomía
Universitaria; la gran lucha que ocurre a lo largo del siglo XIX y XX, y que
exige la independencia del Estado para que el pensamiento oficial no intervenga
en lo que los profesores y los alumnos enseñan y aprenden. Fue y es una lucha
maravillosa, que se sigue dando a lo largo de todos los años y que nos va a
entregar hasta el "68" mucho
de lo que la emancipación humana es.
Y en esa corriente, en ella,
destaca alguien que no nació en México, pero que es latinoamericano, y que es
uno de los escritores más notables de la lengua castellana, que es José Martí.
Y Martí representa un liberalismo radical, de una profundidad verdaderamente
extraordinaria, porque por un lado le da una fuerza, una importancia central, a
la moral como poder; y por otro, denuncia, con su riquísima pluma, al
imperialismo naciente; y por otro más..., organiza una lucha revolucionaria en
la que invita a formar parte de la dirección revolucionaria a un comunista.
Todo este liberalismo radical de fines del siglo XIX es el antecedente de la
única revolución que subsiste en este momento de todas las luchas que se
hicieron en busca del socialismo; y quiere decir que quienes rechazaban, o nos
pedían incluso que no habláramos de moral, no entendían que no estábamos
hablando de moralina, como con justa razón la denominó Benedetti, sino que
estábamos hablando de moral de lucha, de moral de cooperación y de una palabra
que siempre me sale en rojo en la computadora porque todavía no la acepta la
Academia Española y que la inventaron aquí, los compañeros zapatistas, que es
la que nos permite destacar la moral de compartición... Entonces moral de
lucha, moral de cooperación, moral de compartición aclaran de qué moral estamos
hablando y que buscamos tenazmente practicar; y ambas aclaraciones acaban
completamente con los planteamientos absurdos, y con los silogismos falsos, que
padeció una gran corriente anarquista, y acaban también con la simulación de
los que hablan de moral nada más para engañar y pretender que son lo que no
son...
Así las contribuciones a la
izquierda de las corrientes liberales son muy fuertes; y van a llegar hasta
nuestros días en que se enriquecen mucho con incontables experiencias y
prácticas que comprueban su fuerza en el poder de movimientos y
colectividades...
Pero, voy a seguir más o
menos el curso de la historia de los legados y me voy a pasar a la Revolución
Mexicana, en la que México también es el que hizo la reforma agraria más
profunda de toda América Latina, una reforma revolucionaria en la que
participaron los campesinos y los pueblos indios de México muy activamente,
sobre todo con el zapatismo histórico, con el primer zapatismo, y fue una
revolución de esas que se menospreciaron en cierto momento como burguesas por
quienes incluso también califican de burguesas a las revoluciones del
socialismo de Estado, en un modo de pensar bajo estereotipos que nos impiden
ver la evolución de las luchas y de las acciones revolucionarias y
contrarrevolucionarias. Y son las luchas en su accionar histórico las que
realmente definen los procesos... En efecto, la Revolución Mexicana no fue una
Revolución que hubiesen hecho los obreros solos, y es más, el comunismo no se
había difundido tanto como el anarquismo entre los trabajadores. Pero los trabajadores
participaron en esa guerra, y activamente; y participaron los campesinos y los
pueblos indios y la pequeña burguesía, y se hizo una Revolución que logró esa
Constitución de 1917 que estaba mucho más avanzada que la de la Unión
Soviética, con principios de política de libre autodeterminación de los pueblos
y de no intervención, realmente extraordinarios, y con derechos de los
trabajadores, de los campesinos... y todo eso ocurrió en procesos en los que
parece que por un momento la burguesía se alía con las fuerzas populares para
los objetivos que éstas buscan pero poco a poco esas alianzas se van echando a
perder, y las burguesías vuelven a recuperar su avidez; y su egoísmo y el
proceso funciona de la manera más perversa... Se da un fenómeno que hemos visto
recientemente con la mayoría de los nuevos gobiernos progresistas de América
Latina. Es un fenómeno que se repite y se va a repetir cada vez que pueda, si
no nos preparamos para enfrentarlo en cuanto aparezca. Y ese proceso se dio con
la Revolución Mexicana de entonces, que vemos cómo tuvo momentos de definición
de izquierda realmente extraordinarios. Su política, por ejemplo, de recibir a
Trotsky, fue realmente de un talento muy, muy grande para explicar realmente
cuál era nuestra posición; porque por otro lado estaba la alianza con Lombardo
y con los trabajadores, una alianza de clases que Lombardo llevó demasiado
lejos y que se desprestigió, pero que en un momento dado le ayudó a radicalizar
muchas de las posiciones del propio cardenismo. Entonces, en México vemos una
de las revoluciones, que a nivel mundial lleva al nacionalismo revolucionario,
a las más profundas reestructuraciones de la soberanía nacional, del derecho a
la tierra de los campesinos, de los ejidatarios, comuneros y pequeños propietarios,
del derecho de los obreros a organizarse para defender sus valores e intereses.
Y esa revolución, como muchas otras, sufre un proceso de recuperación que la
lleva primero a establecer gobiernos de tipo llamado populista, con un
populismo en el que empieza la falta de moral pública a prevalecer, pero no al
grado que va a dominar hoy. Realmente hay un salto cualitativo en la
desvergüenza, y en este momento este salto se ha dado y uno ve que la impunidad
y la exhibición de la riqueza obtenida ilegalmente, coinciden con el
empobrecimiento del pueblo y del país.
Entonces ese populismo va a
dar tumbos y va a ir perdiendo fuerza, y ahí entra el gran proyecto de
dominación y acumulación a nivel mundial del neoliberalismo globalizador. Y ese
proyecto ha alcanzado un nivel mundial porque estaba ocurriendo algo semejante
en la Unión Soviética y en China; a tal grado que Kissinger organizó muy bien a
la llamada ultraizquierda que en Perú hizo estragos y acabó con muchos cuadros
del Partido Comunista, que era pro-soviético. Y en el caso del presidente
Allende..., yo estuve allá cuando fue el compañero Fidel Castro y estaba
operando la política de desestabilización en que al mismo tiempo que subían los
precios, se ocultaban los víveres y se agitaban los provocadores, en verdad
desatados; y muchos de ellos eran genuinos, no eran agentes de la policía, pero
se creían más revolucionarios y tenían luz verde como consecuencia de la
plática previa de Mao Tse Tung y Kissinger. Y así, vimos y vemos un proceso
muy, muy doloroso, en el que fue inútil el discurso, el discurrir y razonar de
Fidel.
Yo lo oí ahí, estuve en
varios actos a los que fue Fidel, y en uno de ellos estábamos en el Palacio de Gobierno
de la Ciudad y ellos -Allende y Fidel- estaban en el balcón central, y yo estaba
un poco a la izquierda, y.… bueno, a la izquierda físicamente, ¿no? Y entonces
Fidel pronunció un discurso maravilloso, en verdad; y de pronto cuando ya tenía
cautivado a todo su auditorio, dijo: -“¿Y
ustedes creen, ustedes creen... que el pueblo se equivoca?” y entonces
todos en la plaza gritaron: -“¡No, no se
equivoca!”. -“¡Pues fíjense que sí!”...-
Y aquélla fue la risa más fuerte que yo he oído en mi vida. Y entonces lo que
él trataba de explicarles es que la correlación de fuerzas que tenía Allende,
no la podían desconocer, y que Allende no podía ir más lejos, ni más aprisa, y
que la estaban tratando de llevar más lejos para tirarlo; porque a una gente
que va corriendo, lo puede uno tirar de dos maneras: metiéndole el pie, o
empujándolo por la espalda. Y era lo que estaban haciendo.
Entonces ahí tenemos otro
problema, otra forma de definir a la izquierda en el sentido de que tiene uno
que calcular con mucho cuidado el tipo de alianzas que se hacen, y que siempre
hay posibilidades de error, pero que pensar en términos de una sola corriente
es completamente contradictorio y la unidad en la diversidad se impone
necesariamente.
Hay un elemento más al que
querría referirme y es el que concierne al enriquecimiento de los valores, o de
las metas por los que la izquierda lucha. Ese enriquecimiento se dio de una
manera notable en el caso de Cuba, donde es auténticamente cierto que el
maestro, o el autor intelectual de la Revolución... es Martí, y donde vemos que
realmente se trata de otro socialismo. Y basta ver el papel que juega el
Partido Comunista Cubano, que no es un partido que domine la verdad y que sea
el vocero de la conciencia del proletariado; sino que es un partido que orienta
y que aprende. Y nosotros vemos ahí una enorme importancia que define a la
izquierda con la pedagogía de la liberación de Paulo Freire y con los discursos
de Fidel, que son realmente ejemplares para transmitirle el poder al pueblo;
porque es muy, muy lindo pensar que el pueblo gobierne, pero ¿sabe hablar, sabe
oír? No, pero se le puede enseñar, y al enseñarle uno, también uno puede
aprender. Y eso es lo que les pasó a los dirigentes de la Revolución del 26 de
julio, que aprendieron mucho. Entonces, ahí aparece una nueva revolución, que
vemos que tiene una capacidad de resistencia que las otras no tuvieron, y que
será el tema final al que me refiera; porque antes querría decir algo más en
relación a los nuevos valores, a las nuevas metas que definen a la izquierda y
a la emancipación humana. Y una se refiere justamente a lo que dijo la
compañera: a la mujer, al homosexual, al transexual; a una serie de valores que
no se reconocían y que de pronto surgen en un primer plano con sufrimientos
espantosos que no nos habíamos percatado de su existencia, y eso ocurre en el
68 con los movimientos estudiantiles. Y como la población antes tenía una
esperanza de vida mucho menor, por ejemplo, yo no estaría hablando aquí si
estuviéramos en el siglo XIX; pues aparece un nuevo personaje muy importante en
las revoluciones, que es la juventud. Y la juventud cumple un papel de vínculo
entre todas las edades y trae estas nuevas, estos nuevos valores a un primer
plano; y los trae por ejemplo con otro movimiento sumamente original del que
voy a hablar con mucho cuidado porque no quiero, este... elogiar demasiado a
mis huéspedes, que me dan esta hospitalidad fraternal; pero lo que ha ocurrido
en la Lacandona, yo creo que es el principio de un proyecto de Democracia
Universal.
Si el imperialismo, si el
capital monopólico, si los complejos empresariales, militares, políticos y
mediáticos tienen un proyecto de globalización neoliberal, yo creo que nosotros
tenemos un proyecto aquí, que nació aquí en la Lacandona, que no sólo es
nacional, que es universal y que va a ser universal si la humanidad se salva. Porque
ese es el último problema que les quería tratar. Y es que estamos viendo una
efectividad tremenda de las nuevas formas organización que están usando dos
técnicas, o dos tecnologías científicas, muy eficaces. Una de ellas está
relacionada con las ciencias de la comunicación, de la información, de los
mensajes, de la lectura del mensaje y de la ejecución del mensaje. Otra está
vinculada con la existencia, o la modelación y escenificación, de sistemas que
se llaman inteligentes y que buscan alcanzar un objetivo. Y todo ese conjunto
está dominado por un sistema completamente tonto, que es el capitalismo, y que
está negando la validez... el valor de las propias ciencias que cultiva en
cuanto estas dicen que algo que afecta su avidez de poder, de riquezas y de
utilidades.
El problema es que en la
vida académica hay una...eh, un temor, una actitud de cautela, un miedo que les
impide a sus miembros decir que realmente no hay solución para resolver
problemas vitales dentro del capitalismo. Que... y esto lo dice lo dije la vez
pasada que estuve aquí; que todas las medidas que el capitalismo ha tomado con
anterioridad para resolver sus crisis y los problemas que le plantea a la
humanidad y a la tierra, a la vida en la tierra, están en crisis, pero muchos
especialistas no se atreven a decirlo y les doy un ejemplo: Hace poco, Trump
negó que el cambio climático se debiera a los gases de las industrias y volvió
a echar carbón y demás contaminantes; y desconoció el valor de la ciencia, y el
presidente de la Academia de Ciencias de los Estados Unidos hizo una carta
protestando muy fuertemente; pero al final de la carta, él mismo dice que la
ciencia abrió la caja de Pandora; es decir, pensar esta gente, que el
capitalismo es el origen de su propia muerte y de la muerte de sus propios
herederos les resulta imposible, y son tontos y necios, y se ponen furibundos;
como los habrán visto ustedes si se les dice una cosa que es absolutamente
elemental. Es como si se enojara uno porque existe la ley de la gravedad y se
pusiera uno furioso.
Entonces, nos encontramos en
una situación realmente delicada en la que movimientos como el zapatista son
importantísimos; y para mí, tanto Cuba como la Lacandona, son la esperanza para
la humanidad. Porque en ambas se dan todos los valores de la emancipación
humana en potencia, y se da un hecho en el que debemos reparar con cuidado, y
es que, en otros países creímos que se estaba yendo al socialismo, y yo por lo
menos nunca me imaginé que íbamos a regresar al capitalismo; y el capitalismo
fue restaurado y está gobernando ahora en Rusia, en China y en Occidente.
Entonces, la responsabilidad de nuestro proyecto es inmensa porque da los
elementos para pasar de la idea de la Democracia, a la idea de la democracia
con el poder distribuido entre todo el pueblo. Hay la posibilidad de pasar de
la pura retórica a la democracia de todos, con todos y para todos, y a un mundo
en el que quepan todos los mundos. Se puede pasar en la realidad a eso que
podría quedarse nada más en una frase, en un conjunto de palabras, en un
conjunto de conceptos; se puede pasar a la realidad por las técnicas de que hoy
disponemos y por la moral de lucha, de cooperación y de compartición que
sustentamos. Entonces..., ahora sí tenemos una ventaja, y es que lo que antes
se tenía que quedar en la retórica, ahora se puede volver real y debemos
aprovecharlo y tener la capacidad de aumentarlo; tenemos que aumentar nuestra
capacidad de comunicar nuestros proyectos con el resto del mundo, empezando por
nuestro país. Por eso la decisión que ha tomado el EZ con el Congreso Nacional
Indígena, de participar en las elecciones, y de hacerlo en la forma en que ha
planteado su ingreso, a sabiendas de que los procesos electorales han servido
exclusivamente para mediatizar las luchas de clases y las luchas de los
pueblos, ahora está entrando, no para jugar ese papel mediatizador y no para
ocupar puestitos públicos, sino para hacerse de un espacio de lucha ideológica
que abra la conciencia de muchos mexicanos más, de los que hablan lenguas
originarias, que es así como podemos definir mejor a los pueblos indios, por
sus idiomas. Y ahora sí, desde el principio, se nos plantea el problema de
impedir la restauración, y para eso hay un teórico Durito; el teórico Durito
que nos dijo algo que es muy importante y es que hay que enterrar al
capitalismo boca abajo para que si se quiere salir se meta más y más y no
regrese.
Gracias.
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