Pedro Echeverría V.
1.
Dado que los anarquistas no han luchado por construir partidos, ni gobiernos,
ni Estado, y solo se han unido para luchar contra esas instituciones y la
sociedad capitalista que los hace posible, sólo puede decirse que hay
corrientes anarquistas radicales y pacíficas. En cambio, en nombre del marxismo
han surgido millones de partidos, decenas de gobiernos (Rusia, China, Europa,
Cuba, Nicaragua) y proyectos para sociedades futuras haciendo ver que hay por
lo menos 20 interpretaciones del marxismo. Sin embargo, a partir de los años
sesenta del siglo XX las luchas en las calles de los jóvenes parecieron
identificarse más con el viejo ideal anarquista de los sin partido, sin
gobierno y sin Estado. ¿Hasta qué grado hoy muchas corrientes marxistas –sobre
todo las socialdemócratas- han desprestigiado al marxismo?
2. Mijaíl Bakunin
(1814-76) y Kart Marx (1818-83), luchadores por la revolución mundial de los
trabajadores contra la explotación capitalista, fueron amigos pero se
confrontaron ideológicamente en la Primera Internacional (1864-72) en los años
sesenta del siglo XIX: Cuando Bakunin se presentó en Londres en
1864, Marx lo enjuició así en una
carta a Engels: “Es una de las pocas
personas que al cabo de dieciséis años no solo no ha retrocedido, sino que ha
evolucionado considerablemente”. Bakunin, por su parte escribió en una carta:
"Desde que abandonamos pública y
solemnemente a la burguesía en el Congreso de Berna, no sé de ninguna otra
sociedad, cualquier otro ambiente, que el mundo de los trabajadores. Mi país es
ahora la Internacional, de la cual usted es uno de los fundadores más
importantes… yo soy su discípulo, y estoy orgulloso de serlo".
3. Bakunin escribe que bien podría llegarse “a una lucha entre los dos no por una cuestión personal, sino
simplemente por principios, es decir, el comunismo de Estado cuyos ardientes
adeptos son él y los ingleses y alemanes que dirige. De llegarse a tal combate,
sería a vida o muerte”. “Yo
pretendo abolir el Estado, que hasta hoy ha esclavizado, oprimido, expoliado y
humillado a las personas”. La realidad es que tanto el marxismo como el
anarquismo parten de la situación en que se encuentran los trabajadores, de la
desigualdad tan tremenda que hay entre estos y la burguesía, y proponen una
sociedad mucho más justa en la que todos los hombres sean iguales. Las
dos ideologías obreras van a encontrar siempre enfrente a un enemigo común: la
burguesía, que, como es lógico, no va a tolerar que los obreros trasformen la
sociedad ya que ello conllevaría su propia desaparición.
4. Es indiscutible que la única solución posible para cumplir el
objetivo de liberar a la clase trabajadora es mediante la eliminación de la
sociedad burguesa y el sistema capitalista, en este punto están de acuerdo
Bakunin y Marx. El problema de desacuerdo es en los métodos para acabar con el
capitalismo: si el Estado debe abolirse ya o permanecer. Otro paralelismo
entre marxistas y anarquistas es que, una vez que se haya producido la
liberación de la clase trabajadora tras el fin del capitalismo, la propiedad de
todos los bienes sería colectiva y por tanto quedaría abolida la propiedad
privada, uno de los principios básicos de la burguesía y el liberalismo
político. De todas formas también en este tipo de propiedad colectiva habrá
diferencias de matices entre las dos propuestas obreras.
5.
En la sociedad capitalista, liberal o burguesa, Marx llega a considerar
legítima la participación en la vida política por medio de partidos obreros en
el juego electoral. Piensa que ganando las elecciones se pueden cambiar muchas
cosas, aunque no tiene confianza ni muchas esperanzas en que de esta manera se
transforme la sociedad ya que la burguesía seguirá dominando y conservando
importantes dominio del poder. ¿Qué dicen los anarquistas? Que ellos no participan en política (¿electoral?)
porque consideran absolutamente injusta la sociedad burguesa y participar en
política sería aceptar, implícitamente, esa sociedad dominante. Por eso no
aceptan la formación de partidos políticos como forma de organización, dando
mayor importancia al trabajo en el interior de los sindicatos anarquistas, los
movimientos de masas, así como a agrupaciones informales que no busquen el
poder.
6. Los marxistas son partidarios de que los obreros
organizados tomen el poder político a través de una revolución (siendo la forma
que ha tenido la burguesía de acceder al poder), y una vez que los obreros
ocupen el poder se establecerá la dictadura del
proletariado para
desmontar el sistema capitalista y como transición hacia la sociedad sin clases
en la que todos los hombres serán iguales (así se explica en el Estado y la
Revolución de Lenin) Los anarquistas, por el contrario, critican y atacan al
Estado y a toda autoridad; piensan que el Estado ha generado el capitalismo y
son dos aliados eternos, que el poder impone desigualdad e impide la libertad
del individuo. Por eso concluyen que el objetivo no es conquistar el poder, con
lo que no se conseguiría nada, sino destruir el poder, el Estado, como fuente
de todos los males.
7. Para Marx del siglo XIX, serían los obreros –la
clase trabajadora que se desarrolla más en la sociedad burguesa- los que acabarían
con el capitalismo por tener una mayor conciencia de clase y ser la
contradicción principal; casualmente podían contar con otros aliados como el
campesinado, pero el protagonista fundamental debía ser el proletariado. Algunas
corrientes
anarquistas, sin embargo, piensan diferente: argumentan que la eliminación del
capitalismo y la sociedad burguesa sería llevada a cabo por los más explotados
y más miserables, los campesinos, los marginados y otros sectores muy
confrontados; y en su modelo alternativo de sociedad proponen una vuelta al
campo, en el panorama de la II Revolución Industrial.
8.
La dictadura del proletariado será inevitable para los marxistas; señalan que
en esta fase transitoria debe y tiene que existir un Estado fuerte, autoritario
y centralizado para acabar con los restos del capitalismo. Incluso el “socialismo de Estado de transición” se
convirtió en nuevo Estado. La postura anarquista será radicalmente
opuesta, van en contra del Estado y por tanto éste tiene que desaparecer, no se
trata de sustituir a la burguesía por los trabajadores en el poder, sino
eliminar el poder, el Estado y la autoridad como fuentes de desigualdades entre
los hombres. Su propuesta es la de una sociedad dividida en comunas o células
anarquistas que espontáneamente se federarían para coordinarse en algunos
asuntos de interés general pero sin que existan estados, ejércitos ni
fronteras.
9. ¿Cómo festejarán aquellos dos acontecimientos de
mayo del siglo XIX? Si los marxistas (aunque ya maduros) se reúnen para analizar
la situación nacional e internacional y discutir las mejores formas para
destruir el poder de la burguesía y asumir el poder en nombre del proletariado,
estarán siendo muy consecuentes con Marx. Si los jóvenes anarquistas salen a la
calle para gritar contra la explotación capitalista, reclamar libertad, pintar
paredes y confrontar la represión, estarán haciendo honor a Bakunin. Pienso que
este mayo en México va a ser muy importante, no tanto por los aniversarios de
nuestros viejos ideólogos y luchadores sociales, sino porque obligará a los
trabajadores –sobre todo a los profesores y estudiantes del país- a retomar sus
batallas contra la explotación y la libertad por las que tanto luchó Bakunin y
Marx. (24/IV/13)
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