x Alfredo Jalife-Rahme
28/06/2013
Extractado por La Haine
La israelí Narus, que confecciona el
software de intercepción de alta velocidad de los servicios de EEUU, puede
analizar más de 100 mil millones de correos al día
El legendario Daniel Ellsberg –anterior analista
militar de RAND y divulgador de Los papeles del Pentágono de los sensibles
secretos de la guerra en Vietnam– considera que "en la historia de Estados Unidos no ha existido una filtración
más importante que la divulgación del material de la NSA ('National
Security Agency') por Edward
Snowden" ('The Guardian',
10/6/13).
Un aspecto poco abordado del magno escándalo PRISMA de NSA es la
privatización del ciberespionaje de Estados Unidos.
Las empresas privadas se han vuelto supermillonarias por escudriñar la
información "privada" de los ciberesclavos ciudadanos para beneficio
del gobierno plutocrático de Estados Unidos, desde Verizon hasta los nueve
expuestos proveedores de servicios de Internet.
Michael Hayden –ex general, anterior director de NSA y de la CIA, quien
supervisó tal privatización– se jacta de que
“la mayor concentración de ciberpoder en el planeta se encuentra en la
intersección de Baltimore Parkway y Maryland Route 32”, en referencia al
parque tecno-industrial que comparte con magnos contratistas adscritos a la
vigilancia y el espionaje: desde Booz Allen Hamilton (Grupo Carlyle), pasando
por SAIC, hasta Northrop Grumman.
Michael Hayden acuñó el neologismo "Blackwater
digital" del complejo tecnoindustrial de ciberespionaje: "concepto del sector privado en
Ciber", en perversa alusión al siniestro conglomerado "privado" de 40 mil
mercenarios que prestan sus servicios al Departamento de Estado y que, debido a
sus multiples atrocidades globales (v. gr. en Irak), ha transmutado su nombre
primigenio, primero, a Servicios Xe y, ahora, a Academi.
Hoy Michael Hayden, miembro del consejo de administración de Soluciones
Motorola, es uno de los máximos jerarcas de Chertoff Group, consultora de
espionaje de Michael Chertoff, anterior secretario bushiano de la "Seguridad del Hogar" (creada
después del 11-S). ¡Todo lo que transformó el "paradigmático 11-S"!
Tim Shorrock –autor del estrujante libro 'Espías para alquilar: el mundo secreto del outsourcing del espionaje' (Simon
and Schuster, 2008)– se queja de que la famosa serie "Top secret America", de 'The Washington Post' (19, 20 y 21/7/10 y 20/12/10), tardó siete
años en publicar sus hallazgos sobre la privatización del ciberespionaje.
Tim Shorrock desmenuza a una pléyade de trasnacionales de la dupla
Estados Unidos/Israel vinculada al complejo militar industrial de ambos países
(AlterNet, 10/6/13).
Coloca en primer lugar a Narus, hoy "subsidiaria
de Boeing, de origen israelí", que confecciona el software de
intercepción de alta velocidad de NSA; luego señala a CSC –"integrador de sistemas" que maneja el sistema interno
de tecnología de información/defensa de ciberespionaje–, a otro coloso "privado", SAIC –empresa de
Defensa de 45 mil empleados– y a CACI Intl, que, por cierto, dirigió las
torturas bárbaras de Abu Ghraib.
Comenta que uno de los más importantes contratistas de NSA es Narus, que
realiza un software crucial de telecomunicaciones que permite a las “agencias del gobierno y a las
trasnacionales monitorear inmensas cantidades de datos que fluyen en los cables
de fibra óptica” (nota: como Gran Bretaña).
Un solo dispositivo de Narus puede analizar un millón 250 mil correos
electrónicos de mil caracteres por segundo: más de 100 mil millones de correos
al día.
Bill Binney, detractor del ciberespionaje de NSA, conjetura que “quizá Narus pica entre 60 y 80 por ciento
de los datos que fluyen en las redes de EEUU”.
La "tecnología Narus"
reconstruye todo on line y luego lo traslada al almacenaje de NSA para su
análisis ulterior. Todo está incluido ("All
inclusive", como en los hoteles de turismo): correos, llamadas
telefónicas y Skype.
Debido a que todavía existía un 20 por ciento que se escapaba al
ciberespionaje, NSA decidió crear en 2006 el programa Prisma, con el fin de
vigilar la base de datos de los proveedores de los servicios de Internet
(Google y Yahoo!) y así cerrar la brecha.
La parte del "análisis"
de los "metadatos"
corresponde a Booz Allen Hamilton (Grupo Carlyle) y a otros contratistas, donde
Michael McConnell –anterior vicealmirante, ex director de NSA (de 1992 a 2006)
y mandamás de la "inteligencia
nacional" (NI, por sus siglas en inglés) dependiente del presidente de
Estados Unidos– jugó un papel determinante, al unísono de Michael Hayden, para
la privatización del ciberespionaje. Hoy Michael McConnell funge como
vicedirector de Booz Allen Hamilton (Grupo Carlyle).
Cabe recordar que el vicealmirante Michael McConnell participó en el
diseño del siniestro 'Total Information
Awareness' (TIA) –ver Bajo la Lupa, "Bursatilización
del terrorismo financiero-petrolero", 3/6/04. Entonces comenté: “Lástima que el Pentágono haya desmontado su
oficina de bursatilización de asuntos terroristas, por medio de la cual se
consideraba cotizar los predecibles atentados. La oficina bursátil estaba a
cargo del almirante John Poindexter, tránsfuga del grupo criminal Irán-contras
que fue obligado a renunciar cuando se expuso la magnitud de su proyecto
macabro, con lo que los megaespeculadores del planeado terrorismo planetario
se hubieran hecho inmensamente ricos con sus pronósticos tan acertados”.
TIA es el antecesor de PRISMA.
Otras empresas pilares del "análisis
Sigint" (señales de espionaje) incluyen a las magnas contratistas de
defensa Northrop Grumman y Raytheon.
Tim Shorrock se ha consagrado a analizar a los "espías para alquilar", un proyecto de CorpWatch: el "Quién es quién" de los
contratistas de espionaje (descargable en crocodyl.org).
La privatización de NSA se inició mediante 'outsourcing' durante el auge de la revolución de las
telecomunicaciones que dio cabida en las entrañas del Pentágono al sector
privado de Internet de Estados Unidos.
A propósito, el teniente general retirado James Clapper, hoy director de
NI (máximo espía de Estados Unidos), rechaza sin desparpajo los
"mitos" sobre el Prisma de NSA ('CBS', 8/6/13).
Pepe Escobar decanta los hallazgos de Tim Shorrock ('Asia Times', 11/6/13): "La mayor parte del hardware y del
software utilizados por la mareante red de 16 agencias de espionaje de EEUU
está privatizada".
Pepe Escobar expone que “una
investigación del 'Washington Post' descubrió que las agencias de seguridad,
contraterrorismo y espionaje de Estados Unidos mantienen negocios con más mil
900 empresas”, lo cual les confiere un "acceso
indiscriminado a información ultraconfidencial".
¡Increíble paradoja!: privatización de la ciberprivacidad de la masa de
ciudadanos del mundo por la plutocracia militarizada de Estados Unidos.
Valery Plame Wilson (expuesta vengativamente como espía de la CIA por el
equipo de Dick Cheney) y su esposo, el embajador Joe Wilson, en un artículo
conjunto en 'The Guardian' (24/6/13),
fustigan el "complejo industrial de
espionaje" de la NSA y consideran que las "filtraciones de Snowden han abierto un debate público vital para
nuestros derechos y privacidad en donde la supervisión y la rendición de
cuentas han fracasado", cuando la "seguridad
nacional" colisiona con las "garantías
constitucionales de privacidad".
¡Oh "privatización":
cuantos crímenes se cometen en tu nombre!
Comentarios