31-Oct-2013
Autor:
Gabriela
Coutiño
Fuente:
Chacarotex
Luego
que el presidente de México, Enrique Peña Nieto, anunció que indultará al
profesor tzotzil Alberto Patishtán, condenado a 60 años de prisión por
asesinato, su hija Gabriela Patishtán Ruiz dijo que su padre sí acepta el
indulto presidencial, porque la reforma que aprobó el Congreso reconoce que en
el proceso que se le siguió, se violaron sus derechos humanos.
Emocionada, Gabriela Patishtán dijo que su padre está emocionado y un poco
nervioso, y señaló que con el indulto no reconoce su culpabilidad, por el
contrario, “se violaron sus derechos”
y así lo consigna la reforma del código penal federal.
Indicó que la libertad de su padre, quien cumplió 13 años en la cárcel, “es el fruto de la lucha que diversas
organizaciones y personas han realizado desde que fue injustamente encarcelado”.
Patishtán
recibe la noticia en el hospital
Luego
de conocer la noticia explicó que habló con su papá por teléfono a la ciudad de
México, donde se encuentra desde el pasado 4 de octubre. En el Instituto
Nacional de Neurología Patishtán recibe 28 sesiones de radio terapia –que
durarán todo lo que resta del mes de noviembre-, debido a que volvió a
presentarse el tumor en el cerebro.
“Está emocionado y un poco nervioso
porque se dice que podría ser liberado el jueves… y parece que ésta es la
definitiva, después de tantas expectativas fallidas de que sería librado. No es
fácil recibir la noticia después de 13 años de estar en prisión”, comentó.
La joven informó que este miércoles viajará a la ciudad de México para
estar cerca de su padre, porque “hasta
que no lo veamos fuera de cárcel, no podremos estar seguros de que obtenido la
tan anhelada libertad”.
Con Alberto Patishtán, se encuentra Héctor, su otro hijo acompañándolo.
Este martes, el Congreso aprobó una reforma al Código Penal que estipula
que el Ejecutivo “podrá conceder el
indulto por cualquier delito (…) cuando
existan indicios consistentes de violaciones graves a los derechos humanos de
la persona sentenciada”.
“No
le debo a nadie nada”
Patishtán,
un profesor de la etnia tzotzil, fue detenido en 2000 tras la muerte de siete
policías en una emboscada de hombres armados en el municipio de El Bosque, de
donde es originario. Ese mismo año, fue condenado a 60 años de prisión por
homicidio y otros delitos.
El maestro, de 41 años, es el único de los detenidos por este ataque que
sigue en prisión pese a que su defensa y diversas ONG, entre ellos Amnistía
Internacional, alertaron que en el juicio no se tuvieron en cuenta pruebas que
demostraban su inocencia, incluidos varios testimonios que aseguran que no
estuvo en el lugar de la masacre.
Alberto Patishtán, quien ha logrado lo que pocos luchadores sociales: ser
profeta en su tierra, el 25 de septiembre pasado recibió de manos de indígenas
de El Bosque, de los obispos Raúl Vera López y Felipe Arizmendi Esquivel, y de
representantes de organizaciones defensoras de los derechos humanos, un
simbólico reconocimiento de inocencia; el que la Suprema Corte de Justicia de
México le negó.
En esa ocasión el líder indígena sostuvo: “las autoridades no han podido escuchar ni ver, y nuevamente me dejan
en la cárcel para que yo cumpla los 60 años que me han impuesto. Ante los ojos
de Dios, desde los primeros días en que me detuvieron, soy inocente. No he
cometido nada y dentro de mi conciencia no le debo a nadie nada”, dijo.
“No he cometido los delitos de los
que me han puesto y eso me mantiene tranquilo para seguir luchando y exigir mi
libertad. La autoridad no lo quiere reconocer, los comprendo a veces porque la
ambición los ha cegado, por eso no pueden ver las cosas”.
“Es triste ver que los que realmente
han cometido otros delitos son los que se van (de la cárcel). Los que cuentan con poder económico, por las influencias, logran su
libertad. A mí, tal vez por mi color, por mis carencias, mi pobreza y por ser
indígena, me negaron la libertad pero no pierdo la esperanza, seguiré luchando
(…) Mi conciencia me dicta la libertad y
me mantiene firme y sin miedo”, expresó entonces.
Un
indulto otorgado, no solicitado
El
abogado Rivero recordó al conocer la noticia del indulto, que su cliente, quien
ha atraído la solidaridad de movimientos civiles de Francia, España y otros
países, “siempre ha sostenido que nunca
solicitaría el indulto dado que es inocente y no tendría por qué pedir perdón”.
Y efectivamente, el indulto le será otorgado sin haberlo solicitado.
El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, quien ha
acompañado al maestros indígena en la lucha por su libertad, sostuvo por su
parte que “para que la justicia sea
integral, la libertad de Patishtán precisa el reconocimiento de inocencia y
reparación del daño”, por los años de injusta prisión.
Urge la liberación de mi padre ante
su mal estado de salud, advierte hijo de Patishtán
19-Oct-2013
Autor:
Carolina
Gómez
Fuente:
La Jornada
A poco más de un mes de que el primer
tribunal colegiado del vigésimo circuito, con sede en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, ratificara la
sentencia de 60 años de cárcel al profesor tzotzil Alberto Patishtán Gómez, su
hijo Héctor Patishtán remarcó que por las condiciones de salud de su padre, "lo que nos urge es su libertad".
Precisó que "nadie está pidiendo indulto, porque no
es la mejor vía, ya que es un perdón del gobierno, cuando debería ser al
contrario; ellos deberían pedirnos perdón por estos 13 años de injusticia e
impunidad".
Al participar en el foro Chiapas, la guerra y resistencias continúan:
EZLN, Alberto Patishtán y
desplazamiento forzado, organizado por el Programa de Interculturalidad y
Asuntos Indígenas de la Universidad Iberoamericana, Héctor Patishtán precisó
que al haberse agotado todas las vías jurídicas en el país, uno de los caminos
para lograr la excarcelación de su padre es recurrir a la Corte Interamericana
de Derechos Humanos (CIDH), aunque también, dijo, se contempla la posibilidad
de que se legisle para crear una ley de amnistía.
"No tardaremos mucho en que mi papá sea liberado", confió el joven de 17 años, quien lamentó que "la justicia mexicana esté hecha para servir sólo a algunos, y la
clases vulnerables, los indígenas, somos los más lastimados". Puso de
ejemplo “las cárceles de Chiapas, que están llenas de indígenas acusados de
delitos que no cometieron, pero que por no saber español y por ser torturados
admiten haberlos cometido.
"No estamos peleados con ninguna de las vías posibles para la libertad
de mi padre", aclaró. Asimismo, señaló que como
jóvenes que tienen en sus manos el futuro del país, deben pugnar por los
cambios para que no se repitan injusticias como la cometida contra su padre.
"Como jóvenes, ¿qué podemos esperar? Si seguimos así, ¿qué pasara?
Seguirá la criminalización de la protesta, las desapariciones forzadas. Es
tiempo de reflexionar, de pensar qué queremos. Como jóvenes somos la esperanza
de México y si queremos cambiarlo hay que empezar desde ahora", advirtió.
Aseguró que pese a su
estado de salud y los reveses judiciales, el ánimo de su padre es bueno;
recordó: "él dice que lo que nunca
pueden encerrar en la cárcel ni matar es la dignidad, la libertad y el orgullo,
aunque te pongan mil años de sentencia".
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