Martes 19 de noviembre de 2013
Por RNW/@masde131
Cherán K´eri
Desde febrero 2013, el estado
sureño de Michoacán enfrenta una ola de violencia que ha desembocado en la
intervención del ejército en municipios como Lázaro Cárdenas y Vista Hermosa y
la reciente proliferación de grupos de autodefensa armada. Todo esto ha llevado
a diversos actores del país a tildar la entidad de estado fallido.
Antes, en el 2011,
el municipio indígena purépecha de Cherán se levantó masivamente y se organizó
en fogatas de barrios para defenderse del crimen organizado que devastaba sus
montes. A partir de ese proceso, los purépechas decidieron conformar un
gobierno que califican como distinto.
“Ahorita estamos viviendo aquí en Michoacán una
etapa de grandes confusiones”, cuenta Tata Meché, “este tiempo de
oscuridad, de todo lo que estamos viviendo necesariamente tiene que dar lugar a
un nuevo tiempo distinto”.
Consejero
de las autoridades comunitarias de Cherán, Tatá Meché piensa que la violencia
que vive su estado, el país y el mundo en general (que llama deshumanización)
necesariamente debe derivar en un cambio de conciencia en el cual las
comunidades indígenas tendrán un papel protagónico.
“En Cherán, al igual que en otros lugares del
mundo, se están empezando a dar las primeras manifestaciones de ese nuevo sol”. Considera que esa es la responsabilidad que
Cherán tiene como pueblo desde el 2011.
“Todo nuestro sistema de gobierno es colectivo
basado en un sistema de organización circular, no jerárquico”, explica, “hicimos
a un lado complejidades que el mismo sistema político que tenemos en México lo
utilizan para provocar trampas”.
Primero
conformaron una Ronda Comunitaria, divida en la ronda del pueblo y la ronda del
monte. El primer grupo está ligeramente armado y las rondas que cuidan el
bosque usan camuflaje y armas de mayor calibre.
Posteriormente
crearon un sistema político organizado en círculos. El más grande es la
asamblea integrada por todo el pueblo. El siguiente está conformado por los
barrios organizados en las fogatas creadas durante el levantamiento.
Posteriormente hay otro círculo conformado por siete consejos operativos
elegidos en las fogatas donde se atienden los asuntos de educación, salud
pública e incluso bienes comunales.
Uno de
ellos el Consejo Mayor de Gobierno (o de Keris, que en purépecha significa
grande), éste supervisa y apoya a los otros consejos que son especializados en
atender diversos asuntos. Desde su formación, las rondas comunitarias le
reportan y rinden cuentas al Consejo de Procuración y Justicia y eventualmente
al Consejo de Keris.
Ninguna
de las personas que integran estas comisiones recibe salario ya que están, dice
Tatá Meché, “prestando un servicio a la
comunidad”. “No es ni se parece en
nada a la forma de organización que se tiene en nuestro país”.
“O sea, nosotros rompimos e hicimos a un lado
el sistema de partidos políticos”, afirma. Explica que el nuevo gobierno está inspirado en el sistema solar,
ya que los purépechas se consideran hijos del sol. Para el futuro están
pensando en conformar un modelo de desarrollo propio basado en un “sentido comunitario”, o “colectivismo”: la ayuda mutua y el
trabajo colectivo. De acuerdo con Tatá Meché, todo esto se logró con el respeto
de los gobiernos federal y estatal y el reconocimiento de sus 27 mil hectáreas
de territorio comunal. Para lograrlo se manifestaron e insistieron largamente
ante instancias estatales y posteriormente ante el Tribunal Federal Electoral.
Hoy, utilizan los recursos que les corresponde como municipio y los utilizan en
su gobierno.
Trinidad,
miembro del Consejo de Keris, con las manos empolvadas por trabajar en la
construcción mediante faenas de la dirección de la escuela bilingüe Lázaro
Cárdenas, cuenta además que tienen un proyecto de 20 años en el que hubo
participación de niños, mujeres, jóvenes, ancianos que decían cómo quieren un
Cherán en el futuro.
“Yo me siento muy orgulloso por ejemplo a veces
cuando salimos a otros lados y que lo reconocen más allá de la situación que
están viviendo, que nosotros podamos dormir en paz, estamos tranquilos”, dice.
También
han echado a andar empresas que en anteriores administraciones fueron saqueadas
y ahora pretenden generar recursos para la comunidad: el aserradero y un
molino, con el que limpian sus bosques con la madera talada por el crimen
organizado, una fábrica de adocretos que emplea a 40 personas y un vivero que
es el segundo más grande de Michoacán y emplea 60 personas.
La
maestra Gloria, del Consejo de Educación y Cultura, revela también que ya
tienen una propuesta de educación alternativa para el pueblo que comenzó con
talleres con los maestros, un foro y consultas a los docentes para que la
recuperación de su identidad desde el preescolar mediante saberes comunitarios,
gastronomía, artesanía, la lengua purépecha y el involucramiento de las
familias.
La
doctora Gloria, que forma parte del Consejo de Keris, piensa que todavía falta
mucho por hacer, como que el trabajo ante la comunidad se haga de tiempo
completo, poner perfiles con personas capacitadas para los trabajos y promover
la equidad de género pues, al día de hoy, hay siete mujeres que forman parte de
las Rondas Comunitarias y sólo una –la doctora Gloria– que forma parte del
Consejo de Keris.
Y sin
embargo, la gente en Cherán comenta que no volverá a ser la misma: “Yo me acuerdo cómo las fogatas nos unieron
a la comunidad. La hacíamos como tipo familia. Nos hizo como conocernos más,
como sentirnos mero que nos nace estar juntos”, dice orgullosa la doctora
Gloria.
“Ese grado de consciencia, la comunidad de
Cherán de hace tres años a la de ahora es diferente, piensan diferente, sienten
diferente, sonríen diferente”, cuenta Lenin, escritor de Cherán. Y pregunta: “¿No vinieron a la fiesta patronal? (del cinco de octubre)”.
“Una celebración de una cosa elemental que es
la vida. Empiezas a sentir y percibir la sonrisa, ¿no? A final de cuentas todo
movimiento social tiene que ir encaminado a eso”.
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