junio 30, 2014
Publicado por Guerrilla
Comunicacional México
El
Tom de Analco, originario de Sinaloa, creció en el Barrio de Analco,
Guadalajara, durante su juventud fue militante del Frente Estudiantil
Revolucionario, para luego formar parte de la filas de la Liga Comunista 23 de Septiembre durante los años setenta
(1973).
Su participación en la
guerra revolucionaria se desarrolló en el “Cuadrilátero
de Oro” (Sinaloa, Sonora, Chihuahua y Durango), en la Brigada Genaro
Vázquez (Guerrero) y en la Brigada Revolucionaria Emiliano Zapata (Oaxaca), en
donde El Tom de Analco desempeñó la función de correo y enlace en todos estos
frentes rurales. El Tom combatió en todos estos frentes como parte integral de
los comandos de la Liga establecidos en estas zonas rurales.
En el “Cuadrilátero de Oro” el Tom de Analco fue el quien más bajas le
ocasionó a policías y militares en los viajes que debido a su función
realizaba.
A las generaciones
posteriores a los años setentas quizá les parezca irrelevante la función de
enlace y correo; para entenderla cabalmente habría que haber vivido aquello como
protagonista de la guerra: Las zonas de los frentes de guerra estaban
estratégicamente cercadas por el ejército mexicano y las carreteras del país
estaban infestadas de retenes militares. Fueron estas circunstancias las que
propiciaron la prisión y muerte de muchos militantes de la Liga, pues
desplazarse de una ciudad a otra era toda una odisea.
Tomás fue parte del comando
que la Liga Comunista 23 de Septiembre que subió a la sierra de Guerrero para
establecer un enlace con el Partido de Los Pobres de Lucio Cabañas. Juntos, la
LC23S y el PDLP ocasionaron las más grandes emboscadas al ejército mexicano
durante la insurrección armada de los años setentas.
Recordando una de las
acciones que más revuelo causaron del Tom fue cuando el principal dirigente de
la Liga Comunista 23 de Septiembre, Ignacio Salas Obregón Oseas, le dijo:
—Te vas a ir como
responsable a Oaxaca a levantar el movimiento.
—¿Y qué armas me voy a
llevar?— le preguntó Tom.
A lo que Oseas le dijo,
señalándole unas armas viejas:
—Pues allí están esas
pistolas.
Tom, al verlas, respondió
sorprendido:
—¿Cómo, no hay armas
largas?
—No-, le contestó Salas
Obregón.
Al escuchar esto, Tomás se
retiró sin hacer comentario alguno. Ese día cuatro de marzo de 1974, por el
rumbo de la plaza de la bandera, Tom enfrentó y terminó abatiendo a dos
soldados del veintiún regimiento de caballería, les quitó los rifles y regresó
con Oseas, diciéndole:
—Pues ya tenemos dos rifles
FAL.
Tomás Lizárraga Tirado fue
ejecutado por la espalda en 1977 en Guadalajara, en circunstancias poco claras.
“A ti, para quien no
tañeron las campanas cuando caíste”
FUENTES:
“La
Liga Comunista 23 de Septiembre: Una cronología”, autor: Alberto López Limón.
“Los ojos de la noche: El comando guerrillero Óscar
González”, autor: Miguel Topete.
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