De la Molotov de 1984 a la Quema de la Puerta en
2014
Antecedente
Histórico
El 1º de mayo de 1984, iniciando la etapa
neoliberal en México, un grupo de estudiantes de la Preparatoria Popular
Tacuba, durante el desfile oficial del Día del Trabajo arrojó dos bombas
incendiarias a los balcones de Palacio Nacional. Inmediatamente la mayoría de
la izquierda de aquellos tiempos
(sobre todo los que ya entraban al terreno de las prebendas políticas
oficiales), satanizaron la acción. Con esta actitud de deslinde se propició el
linchamiento contra la Preparatoria Popular Tacuba y la justificación de su
allanamiento y destrucción. Lo que justificó esa represión no fue la acción de
la molotov sino el vacío y satanización de esa izquierda “pacifista”.
Siguiendo
el principio de nuestra organización de reconocer todas las formas de lucha, en
1984 nuestra posición fue afirmar públicamente que la acción fue correcta pues
evidenció al Estado Mexicano y quebrantó los controles mediáticos que hacían
pensar que en México el pueblo estaba conforme con las privatizaciones que ya
imponía el sistema, sin embargo también afirmamos que fue una acción
irresponsable pues al no ser reivindicada por el grupo que la realizó, colocó
en el primer plano de la represión a la Preparatoria Popular en su conjunto.
Finalmente la PPT fue destruida y fueron detenidos varios estudiantes que
pasaron años en prisión.
Esta
posición con respecto a la molotov de 1984, atrajo la represión hacia CLETA,
pues compañeros fueron acusados, por varios organismos de “izquierda”, como cómplices
de la acción. Pero en 1982 ya habíamos decidido salir de esos círculos y
sumergirnos en los sótanos de la sociedad en lo que fue la formación de
Coordinadoras de Resistencia como la CNTE, la CONAMUP, la CNPA y la COSINA,
aunque manteniendo espacios de proyección de nuestro trabajo como fueron el
Foro Abierto de la Casa de Lago, la explanada de la UNAM, afuera de Bellas
Artes, el Cervantino Callejero y entre otros.
Este
accionar, si bien redundó en la negación de nuestra existencia con
organización, fue un acierto, pues al desaparecer de la escena de los medios
culturales pudimos comprometernos más libremente con el movimiento social, sin
las contradicciones que se generan en discusiones entre compañer@s que están
lejos de la cotidianidad de los trabajadores.
Sobre la quema de
la puerta de Palacio en 2014
Hacemos esta remembranza pues actualmente
se reaviva la discusión sobre las acciones violentas que algunos sectores
atribuyen a provocadores, (polémica válida pues es una de las tácticas de
contrainsurgencia del Estado), pero esquematizada y satanizada por compañer@s
que debido a su poca participación política ven en cada acción “violenta” a enemigos infiltrados que
hay que reprimir.
Nuestra posición como organización:
1.- Mantenemos el principio de
reconocer todas las formas de lucha.
2.- La OPC-CLETA somos una
organización cultural que labora en las áreas del arte, los medios de
comunicación y la pedagogía, por lo que, toda acción de mayor confrontación, no
puede realizarla ningún integrante de la OPC-CLETA, bajo el amparo de nuestra
organización.
3.- Respetamos a los compañeros y
organizaciones que actualmente realizan acciones de mayor confrontación con el
enemigo.
4.- Denunciamos que el Estado,
como parte de sus acciones de contrainsurgencia utiliza provocadores y cuando
lo considera necesario promueve acciones violentas para involucrar al
movimiento, acciones que repudiamos, pero no toda acción violenta es realizada
por el Estado, sino que también es válida la consigna de que “mientras
no haya justicia para el pueblo no habrá paz para el gobierno”.
5.- Desde esta perspectiva, no
estamos en contra de acciones como el levantamiento armado zapatista de 1994,
los machetes que levantan con orgullo los campesinos de Atenco, o la
insurrección de los pueblos para defender su patrimonio como sucedió en Cherán y
ya se reproduce en otros pueblos; tampoco estamos en contra de las Policías
Comunitarias que nacen de la necesidad de los pueblos de defenderse, ni el
Plantón de la Dignidad y Resistencia que CLETA-UNAM, seccional universitaria de
la OPC-Cleta realizó de 1985 a 1996 en la Casa del Lago para impedir la
privatización del Bosque de Chapultepec y muchas otras manifestaciones de
acción directa que varios grupos están implementando.
6.- Nos oponemos a quienes, al
cobijo del pueblo, realizan acciones unilaterales en las que se involucra a los
trabajadores y se les deja indefensos frente a los represores. Creemos que toda
acción que rompa con los marcos legaloides del Estado, realizada por un grupo
revolucionario (sea cual sea su línea política), debe ser reivindicada por
dicho grupo, de lo contrario, facilita al Estado para implementar provocaciones
y/o culpar a inocentes que no participaron en la acción, o no estaban preparados
para enfrentar la represión.
Los
grupos que realizan estas formas de lucha de mayor confrontación deben jugar el
papel de defender al pueblo, no de ponerlo en bandeja de plata para el festín
represivo de los opresores.
Fraternalmente
Las
aves del más dulce canto defienden su libertad también con garras
Organización Político Cultural Cleta
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