A. Cubillas / @And_Cubillas
15/05/2015
Las lámparas mineras volverán a teñir este jueves la capital en una
semana donde se repetirán las protestas y los encierros de 48 horas en
ayuntamientos
Huelga general en la minería. El “ninguneo”
del Gobierno, las promesas que no se convierten en hechos y la dura realidad
que se impone ha empujado al sector a dar un golpe encima de la mesa que ha
acordado iniciar una huelga general el próximos jueves 21 de mayo a la que se
sumarán los trabajadores del conjunto de la empresas así como de las contratas
y subcontratas y las auxiliares.
Una jornada en la
que además, según acordaron en los representantes sindicales de CCOO, UGT, USO
y la Asociación de Vigilantes, en una reunión a última hora de este jueves, los
trabajadores de la minería de la provincia se volverán a poner el mono (overol) y el casco con las
lámparas que iluminarán las calles de la capital leonesa que recorrerán durante
una manifestación nocturna que arrancará a las 21:00 horas.
La “total y absoluta” falta de voluntad por
salvar al sector ha llevado a los trabajadores a dar un paso al frente y
recrudecer sus protestas con un calendario de movilizaciones que ya arrancó
esta semana con encierros en los ayuntamientos y protestas frente a las
térmicas.
Encierros de 24
horas que se repetirán el martes 19 y miércoles 20 de mayo y que se extenderán
a los principales ayuntamientos mineros del conjunto de la provincia en
paralelo a las concentraciones que se repetirán a los pies de las térmicas de
La Robla y Compostilla.
Urgente solución
Un
calendario de movilizaciones en la semana previa a las elecciones municipales y
autonómicas que buscan arrancar el compromiso del Ministerio de Industria de
cumplir “única y llanamente” lo
firmado en el Plan de Carbón y dotar de futuro y viabilidad a las empresas
mineras de la provincia.
“Solo
exigimos lo que ellos firmaron”, han denunciado desde el comité de la Hullera Vasco Leonesa, que
recuerdan la necesidad de que Industria plasme en el BOE sus promeses de forma
urgente ante la grave situación que atraviesan en su conjunto las empresas.
Porque ya lo advertían, de no ser así recrudecerán
sus protestas sin importarles hasta donde tengan que llegar. “Si pasan las elecciones y seguimos en la
misma tesitura esto puede ser un caos. De perdidos al río nos da igual hacer
protestas tranquilas que alegales. Nos da igual. Si vamos a morir, moriremos
con las botas puestas”.
Con las botas puestas, siempre hasta el final
porque están cansados de trabajar sin cobrar, de vivir el cuarto ERE en cinco
años y de vivir de fe, de esa con la que, según recuerdan al Gobierno, no se
lleva el pan a casa. Por ello advierten de llegarán hasta donde hagan falta
para salvar sus empleos y el futuro de los suyos.
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