Fotografía de Solitary Watch
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Texto de Mumia Abu-Jamal
Publicado por Amig@s de
Mumia de México
21 de septiembre de 2015
Aunque tenía fama gansteril, en prisión
esas cosas importan poco. Él aprendió derecho en prisión y sacudió los muros
carcelarios en el caso conocido como Tillery vs Owens, un caso pionero sobre
las condiciones carcelarias en el cual el «doble
juego» de mantener cuatro hombres en una celda se declaró inconstitucional.
El departamento médico de la prisión también se declaró inconstitucional y las
condiciones de vida en parte de la prisión fueron declarados una violación a la
Constitución.
Un poco
después de su victoria gloriosa, Major Tillery fue trasladado a una prisión en
otro estado. ¿Una represalia? Parece que
sí.
Hace
varios meses Major me vio en la biblioteca y expresó su consternación sobre mi
apariencia, postura y somnolencia. Discutió conmigo, insistiendo que yo tenía
que ir a la enfermería.
Resistí
a la idea, diciendo que yo estaba bien o que estaría bien en unos pocos días.
Dijo Major: «Hombre, te estoy viendo. Tu
piel se está descamando. Estás tan cansado que no puedes mantenerte despierto.
¡No estás chido, Mu!».
Fue más
lejos. Se acercó al director de la prisión y le advirtió que Jamal podría morir
si no era hospitalizado inmediatamente.
El
director respondió: «Sugiero que te
preocupes menos por otro preso y más por ti mismo».
Major
le contestó: «Esto es lo que estoy
haciendo porque él es mi hermano y lo que quiero para mi hermano, lo quiero
para mí mismo».
Desde
ese día en adelante, Tillery fue sujeto a hostigamientos y revisiones
diariamente. También le quitaron su trabajo de facilitador entre los presos.
Lo
trasladaron, primero al otro lado de la prisión y un poco después a otra
prisión. Frackville. Al estar ahí, le dieron otra sorpresa, una acusación de
mala conducta por utilizar estampillas para traficar drogas (suboxona). ¡Lo
enviaron al hoyo por un periodo de seis meses!
Pero
aquí está el problema con la acusación. En Frackville (igual que Mahanoy), los
trabajadores en la sala de correo quitan todas las estampillas antes de que los
presos reciban su correo.
Tillery
exigió que la policía estatal lo acusara formalmente para que el pudiera
demostrar la falsedad de la acusación. La prisión rechazó su petición.
¿Una
represalia? Parece que sí.
Y para
colmo, Major Tillery y decenas de otros hombres también sufren de erupciones de
la piel pero obtienen poco alivio.
Major
está en el hoyo, no por haber traficado drogas, sino debido a algo que las
autoridades carcelarias odian y temen más que nada: la unidad entre los presos,
la solidaridad entre los presos.
El 5 de
septiembre de 2015, Tillery cumplió 65 años. Su aislamiento es una descarada
represalia.
Desde la nación encarcelada soy Mumia
Abu-Jamal
© ‘15maj
14 de agosto de 2015
Audio grabado por Noelle
Hanrahan: www.prisonradio.org
Texto circulado por
Fatirah Litestar01@aol.com
Traducción Amig@s de
Mumia, México
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