Colaboración/26 octubre,
2015/
Por Juan Manuel García
Agencia SubVersiones
La vivienda es una condición necesaria para la reproducción
social. La zona de los Pedregales de Coyoacán, que ocupa siete colonias como
Santo Domingo y Ajusco, ha sido desde hace años un ejemplo de la lucha por
alcanzar esas condiciones, por la autoconstrucción de la vivienda y por la
distribución de los servicios indispensables. Pero a raíz de modificaciones –de
tintes neoliberales– al modelo urbanístico de la Ciudad de México, los colonos
originarios se encuentran en defensa de los Pedegrales ante un inminente
proceso de despojo debido a un megaproyecto inmobilirario camuflado con el
discurso de un «proyecto de desarrollo
económico y social».
El largo proceso de habitar
Los Pedegrales de Santo Domingo se encuentra en un suelo
totalmente volcánico, producto de años de erupciones del volcán Xitle.
Prácticamente es un suelo muy difícil para la construcción de viviendas; eso no
fue impedimento para que a principios de los años setenta cientos de personas
llegaran ahí buscando un lugar para vivir. Ya que el suelo tenía esas
dificultades, la construcción de las viviendas fue un trabajo colectivo. Poco
tiempo llevaba el proceso cuando el Instituto Nacional para el Desarrollo de la
Comunidad Rural y de la Vivienda Popular (INDECO) expropió la tierra comunal
llamando la atención del entonces Departamento del Distrito Federal (DDF) para
destinarla al desarrollo de programas de habitación popular en la zona.
En 1973 el Fideicomiso
de Desarrollo Urbano Ejidal (FIDEURBE) inicia los trámites para regularizar la
colonia. La zona de los Pedegrales quedaría sujeta a las normas de regulación
urbana mandadas desde el DDF. Poco después se introducen los servicios de agua
y luz. El proceso de regulación culminaría en 1993 cuando se expide un decreto
para que la Dirección General de Regulación Territorial fuera la única
institución a cargo de regular los lotes.
En todas las ocasiones
que el Estado ha tratado de intervenir en los Pedegrales, con pretextos de
algún tipo de proyecto o con intención de desalojarlos, la población se ha
organizado y enfrentado la situación.
Doña Fili, Los Pedregales en la
memoria
Agencia
SubVersiones
Publicado el
25/10/2015
Entrevista con Doña Fili,
guardiana de la historia de los Pedregales de Coyoacán. Fili vivió el proceso
de ocupación de esta extensa zona al sur de la Ciudad de México, en los años
cincuenta se enfrentó al alza de rentas en el centro de Coyoacán y en los
sesenta buscó nuevos horizontes en la colonia Ajusco. En 1971, tras una serie
de tentativas de desalojo, doña Fili participó en la invasión de Santo Domingo,
donde vive desde entonces.
Lo que viene para los Pedegrales
El 23 de diciembre de 2013 el jefe de gobierno del Distrito
Federal, Miguel Ángel Mancera, expidió un decreto en el que asienta que el
predio de la Planta de Asfalto, que desde hace unos años estaba bajo el control
del Gobierno del Distrito Federal (GDF), dejaría de ser parte de los bienes
públicos para pasar a ser parte de un terreno en donde se construirá una Zona
de Desarrollo Económico y Social (ZODES) con el nombre de Ciudad Futura. El
proyecto estaría a cargo de la empresa paraestatal del Gobierno del Distrito
Federal «Calidad de Vida, Progreso y
Desarrollo para la Ciudad de México» hoy ProCdMX, «Agencia de Promoción de Inversiones y Desarrollo para la Ciudad de
México» empresa privada a la que el GDF da preferencias ya que tiene
intereses económicos ya que le permite intervenir o administrar proyectos y
cuyo director general es el empresario Simón Levy-Dabbah.
De acuerdo con el
documento ejecutivo de difusión del proyecto ZODES Ciudad Futura, el propósito
de esta obra es el de «impulsar
vocaciones productivas, generar inversión, infraestructura y condiciones
urbanas sustentables para recuperar cualitativamente zonas específicas de la
Ciudad de México, a través de un modelo de gestión territorial basado en
asociaciones estratégicas entre el sector público, el sector privado y el
sector social, orientadas a mejorar la calidad de vida en la ciudad». Es
decir que para llevarlo a cabo es necesario obligar al GDF a crear una
asociación público-privada. Ésta es una de las máximas expresiones del
neoliberalismo en la ciudad.
La ZODES Ciudad Futura comprende un polígono (llamado zona
de actuación) de 528 hectáreas, que van desde el Estadio Azteca en su parte
oriente, hasta la Ciudad Universitaria al poniente, y de sur a norte desde la
Planta de Asfalto hasta el Parque Huayamilpas. En esa zona el proyecto plantea,
entre otras cosas, transformar la Planta de Asfalto en un complejo desarrollo
urbano de uso habitacional de hasta 37 niveles de alto. Otro cambio sustancial
es el de modificar el uso de suelo de la zona, de habitacional comercial (HC) a
habitacional mixto (HM) también de un gran número de niveles, contemplando
zonas de áreas verdes, equipamiento y espacios abiertos. Por último se proyecta
también la intención de construir Centros de Transferencia Multimodal (CETRAM)
–enormes plazas comerciales que a su vez serán paraderos donde se concentrarán
diferentes rutas de transporte– en las estaciones Universidad y Huipulco.
¿Qué traerá la Ciudad Futura?
El proyecto de la Ciudad
del Futuro claro que no contempla los problemas que conlleva su
edificación. El hecho de que se realice en una de las zonas más populares de la
ciudad, con una renta potencial del suelo baja, resulta un botín fácil para las
empresas inmobiliarias.
Un primer problema es
que ese plan llevaría a una densificación enorme en la zona. Cientos de
personas con un poder adquisitivo alto llegarán a poblar los Pedegrales. Con el
paso del tiempo el costo de la renta del suelo y los servicios comenzarán a
subir generando que la población originaria no pueda pagar por ambos, siendo
que lucharon por tenerlos desde hace décadas.
Los pocos espacios
públicos como el famoso Parque Huayamilpas, que tiene una historia ancestral,
serán convertidos en parques urbanos, es decir, áreas asfaltadas con diseños «modernos» y atractivos para la
recreación y con posibilidad de construir edificios. Para el caso de dicho
parque se propone cambiar el uso de suelo: de ser un espacio abierto a uno de
equipamiento con construcción de hasta tres niveles. Esto será una gran
atracción para más proyectos inmobiliarios.
El otro problema
fundamental es el abastecimiento de agua. Actualmente la zona de los Pedegrales
de Coyoacán se abastece de agua por tandeo, es decir que por períodos de días
no hay agua. Son muy pocos los pozos que se utilizan para el suministro de la
zona y otros más son de uso industrial.
Según la Factibilidad de
Servicios Hidráulicos (documento que emite la dependencia encargada de la
operación hidráulica en el Distrito Federal) el abastecimiento de agua en la
zona de los Pedegrales no alcanzaría en caso de construir reforzamientos muy
caros o de nuevas viviendas. Si actualmente el suministro ya es un problema,
con la Ciudad Futura no habrá abasto para todos los pobladores, además de que
se volvería de alto costo.
Frente a la visión
de ciudad empresarial, la organización popular
Ante las grandes consecuencias que traerá el proyecto de la
ZODES Ciudad Futura, lxs colonxs se organizan en asambleas para discutir los
grandes problemas. Desde el 2013 han evidenciado la colusión que existe entre
el GDF y la empresa ProCdMX; de cómo fue concesionada la Planta de Asfalto para
construir la Ciudad Futura y las trabas que ha impuesto el Sistema de Aguas de
la Ciudad de México SACMEX cuando se les pide información acerca de las
condiciones de los pozos.
Lxs colonxs organizadxs
saben que se enfrentan a un problema llamado gentrificación. Básicamente es un
proceso que comienza con la poca o nula inversión pública y degradación de los
servicios; hay una estigmatización sobre las condiciones de las zonas señalando
la marginación y la criminalidad. Entonces se inicia la especulación por el
suelo y los grupos inmobiliarios compran al por mayor; luego, comienza a ser
caro vivir en la zona gracias a que sube la renta del suelo y el abasto de los
servicios. La última opción para la población originaria es irse de ahí.
La Ciudad del Futuro contra los
Pedregales de Coyoacán
Agencia
SubVersiones
Publicado el
07/10/2015
Los habitantes de los
Pedregales de Coyoacán –que comprenden a las colonias populares de Santo
Domingo, Ajusco, Santa Úrsula, Ruiz Cortines, Pedregal de Carrasco, entre
otras– se enfrentan al desarrollo urbano capitalista. La Ciudad del Futuro que
el gobierno del Distrito Federal pretende imponer en los terrenos de la planta
de asfalto, es una de la cinco Zonas Especiales de Desarrollo Económico y
Social (ZODES) que se desenvuelven en la capital mexicana y que constituyen la
expresión más acabada de la privatización de la ciudad.
Este proceso se repite y
se mantiene latente en ciertos puntos de la Ciudad de México. Ejemplo de esto
es la colonia Juárez y el mercado de la Merced en el centro de la ciudad;
también en las demás ZODES: la proyectada en Chapultepec con el nombre de
Corredor Cultural-Creativo, la Ciudad Administrativa en la colonia Doctores, en
la delegación Cuauhtémoc la Ciudad Verde y a un lado de los Pedregales la
Ciudad de la Salud.
La lucha por los
Pedregales frente a la Ciudad Futura es una lucha entre la clase empresarial y
política contra la clase trabajadora; entre quienes ven la vivienda como
mercancía y quienes lucharon por los servicios básicos y construyeron de manera
colectiva sus hogares. Es la visión neoliberal de la ciudad vista como una
empresa en contra de quienes construyen la ciudad habitándola, creando comunidad
y formando organización para defender su territorio.
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