Por Gustavo De la Rosa
noviembre 24, 2015
Tomado de Dossier Político
La SEP
reprueba la evaluación docente
La prueba
ácida para la reforma estructural educativa ha sido la evaluación de los
maestros.
Para aplicarla la institución destruyó la
integridad de los profesores que habrían de llevarla a cabo; con hechos los
demeritó como docentes y convirtió en piezas de una maquinaria insensible e
inmoral. Si quieres tener trabajo –les habría dicho– ahora serás un engrane, ya
no humano, al servicio de Educación.
En Juárez, y ante la falta de infraestructura
digital, las autoridades designaron como sede para el examen el Instituto de
Ciencias Sociales de la UACJ y, para poder llevarlo a cabo, fue rodeado por
cientos de policías enmascarados y con armas largas.
Los guardias de la institución, apoyados por
los agentes, sólo permitían ingresar a los examinados y los universitarios que
se identificaran y rindieran fe de lo que harían en el campus, como si se
tratara de una prisión. Fue un operativo semejante al que se llevó a cabo para
la toma de Ciudad Universitaria, en 1968.
Nos recordó también a los peores días de la
guerra de los cárteles, cuando se daban enfrentamientos en un barrio de la
ciudad y cuadras enteras eran bloqueadas por los militares en su cacería de
sospechosos.
Todo esto porque la SEP no tiene la capacidad
o infraestructura para aplicar la evaluación docente que dice cambiará la
calidad educativa del país. Al igual que la guerra de Calderón, esto demuestra
que el Gobierno empieza sin estar preparado ni con una estrategia puntual, no
cuenta con el apoyo de la población de enfoque, ni sabe a ciencia cierta qué va
a suceder al final. Estos errores seguramente lo llevarán otra vez al fracaso.
¿Cómo vamos a tener una mejor educación si
los exámenes se aplican a punta de rifle policiaco? ¿Cómo tendremos una nueva
educación si el Gobernador César Duarte obliga a su hermano Ricardo Duarte,
rector de la Universidad, a permitir la violación de su autonomía?
La autonomía universitaria es la garantía
para estudiar, investigar, difundir la cultura y promover el desarrollo de la
comunidad en un espacio libre y plural, sin intervención gubernamental. Es el
escudo de la casa de estudios y no puede usarse para imponer una acción gubernamental
que afecte al gremio.
El semblante de los maestros que entraron a
presentar el examen era similar al de los judíos rumbo a los vagones que los
llevarían a los campos de exterminio. Con profunda tristeza y vergüenza en sus
rostros pasaron entre los policías armados, escuchando los reclamos de sus
compañeros.
¿Cómo tendremos una nueva educación si en los
exámenes de simulacro reprobó más del 90 por ciento de los docentes actuales?
¿Cómo tendremos calidad educativa si se empieza modificando la Constitución
para violar el principio jurídico universal de la no retroactividad de la Ley?
Se han roto todos los valores fundamentales de una educación de calidad y así,
sin valores, es simplemente instrucción.
Los valores de la educación en México son que
sea laica, democrática y científica; de respeto a la dignidad del hombre, la
libertad y la paz, y como institución la SEP está obligada a respetar,
garantizar y promover los Derechos Humanos, pero los primeros actos de la
puesta en práctica de la Reforma Educativa mandan al traste esos valores y
compromisos.
¿Cómo tendremos una nueva educación si se
utiliza a los dirigentes sindicales como verdugos y golpeadores de sus propios
compañeros? Los profesores presentan el examen en las tinieblas y sólo para
conservar el empleo, por lo menos durante sus siguientes tres años “y después ya Dios dirá” me comentaron profesores
conocidos.
¿Cómo creer que la evaluación es honesta si
los resultados van a durar bajo resguardo de la SEP durante tres meses, cuando
podrían publicarse inmediatamente? Realmente la aplicación de la evaluación
docente sólo demuestra que Educación no está lista técnica, pedagógica o
éticamente, ni cuenta con el apoyo y entusiasmo de los maestros para iniciar la
Reforma Educativa.
Quien mal empieza, mal acaba.
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