Publicado originalmente en
Periódico La Boina: https://periodicolaboina.wordpress.com/2015/11/24/que-es-el-confederalismo-democratico/
Redacción Desinformémonos
Para entender qué es el Confederalismo
Democrático Kurdo, hay que entender de dónde viene.
El PKK
(Partido de los Trabajadores del Kurdistán) nació en la zona turca del
Kurdistán en 1978 como una apuesta por la liberación nacional y social del
pueblo kurdo desde una posición marxista-leninista, con la intención de generar
un Estado Kurdo Socialista dentro de la órbita de la antigua URSS. Tras años de
guerra contra Turquía, se comienza a producir en seno del partido un
alejamiento del Socialismo Real, una
evolución ideológica que comenzó a hacerse patente entre finales del pasado
siglo y comienzos del presente, fruto de un estancamiento del proceso de lucha
pasado y de una valoración crítica del camino (algo que ya de por sí nos parece
muy sano dentro de cualquier organización), y que a ritmos no siempre parejos
ha involucrado tanto a las bases como a los cuadros del partido, (con especial
mención a Öcalan, carismático líder del PKK, encerrado en una prisión turca
desde 1999). Este cambio vino de la mano de la creación por parte del PKK de un
frente amplio denominado KCK (Unión de Comunidades del Kurdistán), sobre el que
pivotan más de 400 organizaciones políticas y sociales, y que fue generando un
nuevo proyecto político basado en lo que ellos denominan Confederalismo
Democrático.
Esta
nueva tendencia, sin renegar del marxismo, bebe principalmente del municipalismo
libertario y la ecología social teorizada por el norteamericano Murray
Bookchin. En este sentido, su núcleo ideológico pivota sobre el socialismo, el
ecologismo y el feminismo. Se plantea una “democracia
sin Estado”, que se fundamenta en la economía comunal, en la decisión y el
trabajo desde abajo y en la centralidad de los municipios como ejes de la vida
social (que irían generando una gran confederación); aunque incluyendo en todo
ello la contradictoria participación en el aparato estatal actual a través de
elecciones, algo que ya prescribe el anarquista norteamericano. El comunalismo
de Bookchin plantea una estrategia en cinco pasos:
Empoderar
legalmente a los municipios existentes intentando así llevar el poder de
decisión a las localidades.
Democratizar
los municipios a través de asambleas de base.
Unir a
los municipios “en redes regionales y
confederaciones más amplias […] que
trabajen para reemplazar gradualmente los estados-nación por las
confederaciones municipales”, mientras se asegura que “los niveles” más altos “de
la confederación tienen principalmente funciones administrativas y de
coordinación”.
“Unir a los movimientos sociales
progresistas” para fortalecer la sociedad civil y establecer “un punto focal común de iniciativas y
movimientos de todos los ciudadanos”: las asambleas. Esta cooperación es “no porque esperamos encontrarnos siempre un
consenso armonioso, sino —por el contrario— porque creemos en el desacuerdo y la deliberación. La sociedad se desarrolla mediante el debate
y el conflicto”. Además, las asambleas deben ser laicas, “combatiendo las influencias religiosas en
la política y el gobierno”, y conformando un “escenario para la lucha de clases”.
Con el
fin de lograr su visión de una “sociedad
sin clases, basada en el control político colectivo de los medios de producción
socialmente importantes”, se llama a la “municipalización
de la economía” y se propone una “asignación
confederal de recursos para garantizar el equilibrio entre regiones”.
En
términos simples, esto equivale a una combinación de la autogestión obrera y la planificación
participativa para satisfacer las necesidades sociales: economía anarquista clásica.
Tal como
lo expresa Eirik Eiglad, ex-editor de Bookchin y estudioso del KCK: “Es de particular importancia la necesidad
de combinar las ideas de los movimientos feministas y ecológicos progresistas
con los nuevos movimientos urbanos y las iniciativas de los ciudadanos, así
como con las de sindicatos, cooperativas y colectivos locales… Creemos que las
ideas comunalistas de una democracia asamblearia contribuirán a hacer posible
este progresivo intercambio de ideas sobre una base más permanente, y con
consecuencias políticas más directas. Aún así, el comunalismo no es sólo una
forma táctica de unir estos movimientos radicales. Nuestra llamada a la
democracia municipal es un intento de llevar la razón y la ética al primer
plano de las discusiones públicas”.
Para
Öcalan el Confederalismo Democrático significa una “sociedad democrática, ecológica y liberada en cuanto al género”, o
simplemente “democracia sin estado”.
Él explícitamente señala la diferencia entre “modernidad capitalista” y “modernidad
democrática”, en la que “los tres
elementos básicos: el capitalismo, el estado-nación, y el industrialismo”
se sustituyen por una “nación
democrática, la economía comunal, y la industria ecológica”. Esto implica “tres proyectos: uno para la república
democrática, otro para el Confederalismo Democrático y un tercero para la
autonomía democrática”. El concepto de la “república democrática” se refiere esencialmente al logro para los
kurdos de los por mucho tiempo negados derechos de ciudadanía y derechos
civiles, incluyendo el de hablar y enseñar su propio idioma libremente. La
autonomía democrática y el Confederalismo Democrático se refieren ambos a las “capacidades autónomas del pueblo, una
estructura política más directa y menos representativa”.
En la
práctica, el peso de esta teoría recae sobre las asambleas y los consejos
locales, apostando por la autogestión a nivel político y económico (a nivel de “educación, salud, cultura, agricultura,
industria, servicios sociales y seguridad, asuntos de la mujer, la juventud y
el deporte”). La lucha armada ha ido quedando en segundo plano (si es que
se pude hablar así en un contexto de guerra soterrada con los diferentes
estados de la región) frente a un proceso de extensión de la política a pie de
calle: «Existe participación popular en
los consejos, incluso de personas no kurdas, y mientras las Diyarbakir, la
ciudad más grande en el Kurdistán turco, hay asambleas en casi todas partes”.
En otro lugar, “en las provincias de Hakkari y Sirnak… hay dos autoridades
paralelas [el KCK y el Estado], de los cuales la estructura confederal
democrática es más poderosa en la práctica”. El KCK en Turquía “se organiza a nivel de aldea (köy), barrio urbano (mahalle), distrito (ilçe), ciudad (kent), y la región (Bölge),
que se denomina “el Norte de Kurdistán”.
El nivel “más alto” de la federación
en el norte de Kurdistán, el DTK (Congreso de la Sociedad Democrática), es una
mezcla de delegados de a pie con mandatos revocables elegidos por sus iguales,
que constituyen el 60 por ciento, y los representantes de “más de quinientas organizaciones de la sociedad civil, sindicatos y
partidos políticos”, que conforman el 40 por ciento restante, de los cuales
aproximadamente el 6 por ciento está “reservado
para los representantes de minorías religiosas, académicos u otros con un
conocimiento o punto de vista particular”.
Del mismo
modo, el aspecto más étnico y nacionalista, aun perviviendo en cierta medida,
va dejando paso a una apuesta federativa que se aleja de las fronteras, en la
que el Estado-Nación ya no es el paradigma a seguir, sino que se presenta una
sociedad con poder descentralizado en asambleas locales. A fin de cuentas, y
teniendo en cuenta las palabras del periodista y antropólogo kurdo Mehmet
Dogan: “El Estado-Nación capitalista es
un Estado que legitima la dominación en tres sentidos: en primera instancia, permite
que una clase explote a las clases populares; en segunda instancia, a través
del machismo; y, por último, tenemos la dominación sobre la naturaleza… El
Confederalismo Democrático no prevé solamente la autodeterminación de los
pueblos kurdos, turcos, armenios, árabes y persas, sino que también apuesta a
construir una manera de organización comunitaria desde la base donde todos
podamos vivir en armonía con la naturaleza, donde hombres y mujeres sean
realmente iguales”.
FUENTES:
– “El confederalismo democrático: un acercamiento al conflicto kurdo”
de Todo Por Hacer.
-“El
nuevo PKK: desatando una revolución social en el Kurdistán” de Roar
Magazine.
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