Orestes Libertario
17 noviembre, 2015
Fotografías de Andrea
Marichal y la French
El esperado día de la elotada ha llegado;
es lunes 28 de septiembre y las mazorcas ya están buenas: es maíz criollo y hay
de varios colores. El trabajo ha sido continuo desde que se comenzó a preparar
la tierra y se sembró la planta a mediados de mayo; jueves y domingo se dieron
cita los que contribuyeron en la medida de sus posibilidades al tequio o coatequitl, trabajo
comunitario y voluntario. Los organizadores del proyecto hicieron lo necesario
para que los habitantes del barrio de Santo Domingo prestaran el terreno del
santo y este fuese sembrado.
Llegamos
al terreno del santo; a un lado hay una cancha de futbol, atrás las casas del
barrio que se trepan sobre la montaña, de fondo la sierra de los cerros
tepoztecos, deleite a la vista de cualquiera. Ya hay algo de gente y las
mazorcas se asan en el tlecuil,
nombre náhuatl para el pequeño hornillo de piedras. Algunos han traído cruces
de pericón y la cosa es acomodarlas: se ha concluido un ciclo y la elotada es
un convivio que lo celebra.
La
milpa es el lugar donde se siembra lo que se ha de consumir como alimento, es
lugar de interacción, es parte de la identidad del pueblo y conforma un
imaginario colectivo, rumbo familiar para algunos, lugar de descubrimiento para
otros, lugar del maíz y las plantas que lo acompañan. El clima, el sol, la
lluvia, el trabajo y la interacción de las personas le dan vida y la realzan.
Dice
una tarjeta de invitación a celebrar el trabajo de la milpa: «El
maíz es la base de nuestra alimentación como mexicanos. Al sembrar maíz
criollo se evita la utilización de semillas transgénicas que buscan desaparecer
las variedades que afortunadamente se conservan en nuestro territorio. Los
abonos y plaguicidas que se utilizaron fueron elaborados con materiales
naturales como el carbón, ceniza, estiércol de vaca, entre otros, evitando el
uso de productos sintéticos que contaminan y dañan la tierra». Al abono
utilizado en esta milpa se le conoce con el nombre de Bocachi.
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