Víctor Sánchez·
Domingo, 24 de enero de
2016
Añoranzas.
Próspero 2016: ¿con el
mínimo? ¡Órale Bartola!
Víctor Sánchez.
En cuestiones de política, a pesar del doble
discurso, se proponen formas públicas para atender las necesidades sociales de
la población. Con los dineros de los impuestos se da cuenta de los posibles
programas o alternativas a los mismos; procuran pues las maneras directas con
impacto a las condiciones de vida del pueblo. Definir las cuestiones sociales y
públicas para la mejora de la vida privada de los mexicanos; esos que, al
carecer de recursos económicos suficientes, la política federal o estatal
colabora en su bienestar. La administración, nos dicen, en pos de la mayoría.
Órale con la decisión.
Los
políticos como sabemos hacen su tarea sin importar dónde desempeñen sus
funciones. En los municipios, en los partidos políticos, en la administración
nacional o en las secretarías nacionales; cada cual, en cada nivel afirman
realizarla teniendo como fin u objetivo cumplir la Constitución, porque vivimos
en un Estado de Derecho. Por doquier disparan sus discursos de un futuro
razonable y promisorio. Se insiste la expectativa es una política pública de
bienestar social.
El
Inquilino de Los Pinos, sin Pena precisó su postura política:
El 2015 ha sido un año en el que hemos
avanzado, un año en el que México rompió inercias y eliminó las barreras que le
impedían desplegar todo su potencial. Hoy estamos mejor preparados para el
futuro.
Llegamos a la mitad de esta Administración y,
si bien contamos con avances importantes en múltiples materias, aún tenemos
mucho por hacer. En 2016, seguiremos trabajando con ánimo y energía para
construir la nueva realidad que México reclama.
Que tengan una feliz celebración esta noche y
que 2016 le depare a toda la sociedad mexicana, un año de prosperidad, de
dicha, de grandes logros y de realizaciones personales y familiares, pero sobre
todo, que 2016 le depare a nuestra nación muchos éxitos.
¡Feliz año nuevo para todos!
Órale con
el Inquilino de Los Pinos, sin pena se olvida quién es. El poder ejecutivo
sólo, como buen amigo, nos desea pasarla bien. Tendremos realizaciones
personales y, claro, familiares. Con grandes logros. ¡México está preparado! Un
discurso político hueco. En sus propuestas y en su plan de trabajo, como en
todos sus documentos, dice que los mexicanos exigimos crear mercados o
mercancías en todos los ámbitos. Destruir los monopolios nacionales de energía,
ha sido un reclamo de los mexicanos. CFE no podría mejorar sin entregarla al
capital privado; sólo convirtiendo en mercancía todos sus procesos podrá
consolidarse. Reclamo de los mexicanos dice.
Abaratar
la mano de obra de los mexicanos, con la flexibilidad absoluta de todos los
contratos colectivos, de las jubilaciones y de la estabilidad en el trabajo,
fue un reclamo de los mexicanos, de los trabajadores. Someter a todos los
sindicatos del país fue un reclamo de los trabajadores. Eso significa crear
mercados para la fluidez del capital privado nacional, pero sobretodo,
extranjero.
La
exigencia de los mexicanos, lo dice sin pena, forjar el dominio o hegemonía del
capital sobre el trabajo. Lo dijimos y lo firmamos: órale con el grupo
Atlacomulco.
Aún más,
su doble discurso, lo precisó días antes. Con un tono de buenos amigos, tono de
concordia con el pueblo:
Este día comienza la segunda mitad de mi
administración al frente del Gobierno de la República. Hoy te escribo para
darte las gracias.
Gracias por tu apoyo, gracias por tu respaldo
a las instituciones, gracias también por tu crítica, que nos hace trabajar más
duro y, sobre todo, gracias por tu esfuerzo diario en favor de México.
Como Presidente de la República, he tenido la
gran oportunidad de recorrer el país y ser testigo del deseo de los mexicanos
de superarse y salir delante.
México, lo creo firmemente, está destinado a
ser una de las naciones más prósperas; de mayor bienestar para su gente; y un
gran referente para el mundo.
Hoy nos toca definir, qué tanto vamos a
contribuir para que ese México del futuro llegue lo antes posible.
¡Creamos en México, creamos en nosotros y en
nuestra capacidad para ser mejores cada día!
Con ánimo renovado, con la energía e
inspiración que ustedes me brindan, hoy inicio la segunda mitad de mi gobierno.
Por ustedes y con ustedes, vamos a seguir transformando a México.
¡Muchas gracias!
Sin pena,
de nuevo renueva el discurso vacío. Sin propuestas. Indica que seguirá el
camino de sus reformas estructurales, esas solicitadas y exigidas por los
mexicanos. Los trabajadores pidieron condicionar las jubilaciones hasta la
vejez siempre, y cuando, los banqueros las controlaran; para que administrasen
sus fondos en forma vitalicia. Los trabajadores exigieron trabajar más años,
hasta la vejez, para tener una pensión por sólo 3 o cinco años, y con
cantidades miserables. Al crear las pensiones como mercancía entregadas al
mercado del dinero, de las finanzas, los pensionados y jubilados serían
prósperos: con bienestar de la gente.
Sin pena,
lo afirma. Sus buenos deseos son melosos y mentirosos. Excelente cinismo en los
discursos que se preparan en la presidencia. Todos sin pena, todos
inmejorables, pues descartan la definición de alguna política pública. Buenos
deseos, como si fuera el compadre.
Sólo
necesitamos creer en México. ¡Va, qué va! ¡Sin Pena… ni gloria!
Siguió en
esa línea. Llena de prosperidad. Nada como la más común de las frases y deseo:
Bienvenido 2016 ¡Feliz año nuevo!
Seguiremos trabajando con ánimo y energía
para construir la nueva realidad que México reclama.
Enrique Peña Nieto.
Contagiado
ya por el fervor de sus logros, de los avances que como “arquitecto del libre mercado” notaba, quizás recordando al
innombrable, que nos llevó al primer mundo mundial, e insistía: “Nuestro país está destinado a ser una de
las naciones más prósperas, de mayor bienestar para su gente, y un gran
referente para el mundo. Hoy más que nunca, debemos de creer en México”. Logró, dice su balance, mover a México al
lugar que se merece, que le corresponde. Como la CFE, somos ya de clase
mundial.
El
mensaje de año nuevo se descarta su contenido político. O bien le fascina
indicar que sus tres años de estancia en Los Pinos han sido los mejores para el
país, y, los 3 restantes serán inmejorables. Lo más mejor de lo mejor. P’os ora
sí se notará el impacto de las reformas estructurales. Nomás porque lo dice,
nomás porque lo anuncia. Aunque antes, lo firmaba y lo acotaba con el actuario.
“La verdad es que francamente no venía
preparado el día de hoy para dar mensajes, pero siempre es motivo de alegría y
de satisfacción tener la oportunidad de encontrarme con los representantes de
los distintos medios de comunicación que en mi diario actuar, prácticamente, me
vienen a acompañando. [sic]
Que son ustedes el enlace para poder,
realmente, mantener informada a la sociedad mexicana de lo que hace el
Presidente de la República, de lo que venimos edificando como Gobierno en
distintos espacios.
Pero ustedes siguiéndole los pasos,
prácticamente, todos los días al Presidente de la República. […sic]
Afortunadamente, no se los siguen todo el
tiempo y en todo momento porque se meterían hasta en los espacios de mayor
intimidad. Para fortuna no es así. [re sic]
Pero yo quiero hoy agradecerles, y lo digo
además de forma muy sentida, agradecerles el espacio de tres años ya, que me
han acompañado en esta alta responsabilidad que tengo como Presidente de la
República, en la oportunidad de incidir de forma positiva en el cambio que
estamos buscando para México, la transformación y la evolución que un país,
eventualmente, está teniendo y que ha sido uno de los propósitos de esta
Administración, realmente, impulsar una transformación positiva para el país.
Una transformación que depare la sociedad,
que ese el objetivo que buscamos como Gobierno, que nuestra sociedad tenga
mejores condiciones, mayores oportunidades; que vivan un país donde haya,
realmente, espacios de realización individual, de beneficio y bienestar colectivo,
en donde realmente seamos un país que destaque dentro del orbe, dentro del
mundo.
Y eso es lo que hemos venido haciendo.
…Vienen hacia adelante tres años que, sin
duda, espero nos permitan concretar y consolidar mucho del esfuerzo y de los
cimientos que hemos edificado desde el inicio de esta Administración.
Que sean tres años de consolidación de un
país más avanzado, de mayor desarrollo, de más progreso y, sobre todo, de una
mayor justicia y equidad entre la sociedad mexicana.
Ese es el rumbo que tenemos claramente
trazado….
…2016 les depare a ustedes, como deseo le
depare a todo México, a su sociedad, un año de prosperidad, de dicha, de
avance, de logros y de realizaciones, personales, familiares y en lo que
queremos todos, una mejor Nación…
Los discursos
de “nuestro” dizque máximo exponente
o ponente de la política están vacíos. Ni siquiera podríamos. La primera
muestra de lo antes expuesto, nos demuestra su carácter común, simples saludos
de familia. Un feliz año o un próspero año, les desea sin Pena. Órale con ese
deseo. Órale con el dizque discurso para el año que viviremos. Todo queda a
nivel de las posibilidades concretas de cada uno de los mexicanos, de cada uno
de los ciudadanos: el que pueda puede y el que no, p’os no.
El otro
presentado, sobre el balance de sus 3 años de dizque gobierno, es la muestra
clara del doble discurso: tiene su propia realidad virtual, el mejor país que
tenemos pues avanza como ningún momento anterior: como “foxilandia”. Tan alejado de la realidad como cuando se dice que
todos los mexicanos tienen como ingresos 6 mil pesos mensuales y eso da hartos
beneficios patrimoniales para la familia: disfrutan con ello la vida, se colman
de felicidad. Los 3 años han sido una maravilla. Los 3 que vienen serán mejores
que ellos, pues vendrán los frutos de las “reformas
estructurales” que han transformado a México. Más que mejor vivirán los
mexicanos. Todo lo sembrado, será cosechado. Uuuyyyy que mello.
Considera,
¡sin duda!, que los mexicanos viven en un mundo como son sus presentaciones
públicas: escenarios glamorosos con asistentes adecuados. Todos siguiendo el
guion, los modos y estilos preparados por Televisa. Escenarios, espectáculo y
público preferente. Todo le aceptan, todo le aprueban y todo le aplauden. En el
momento preciso, en el lugar preciso: el preciso se adorna con sus discursos
sin Pena. Son los anhelos y los sueños hechos realidad: televisa al servicio
del preciso. Eso nos dicen. Al parecer eso es lo que se demuestra.
Con estos
anhelos, con estos esfuerzos, con estos cimientos y las sólidas proyecciones se
nos viene prometiendo un México poderoso y, sobre todo, unos mexicanos
realizados como nunca antes podría suceder. Sin Pena se considera su logro, sin
Pena se nos propone esa superación, sin Pena se nos promete un abanico de
oportunidades. Por ello el inicio del año 2016 fue ¡fabuloso!
El día de
hoy, lunes 4 de enero del 2016, la secretaría del trabajo y la comisión
nacional de los salarios mínimos nos mostraron la prosperidad deseada,
postulada y programada para los trabajadores mexicanos -para el pueblo-, por
eso se procura el sólido apoyo en el poder adquisitivo, en los salarios. Con un
desplegado se desplegó la prosperidad a la mayoría de los mexicanos. Recordemos
el salario mínimo “mínimo” o el
básico, es de $ 73.
El
desplegado nos muestra el monto mínimo de 59 salarios “profesionales”, que no logran siquiera duplicar mínimo para llegar
a $ 146. De su listado de esos salarios profesionales, 57 se quedan cortos. Así
que la línea de pobreza les toca a todos ellos. 25 de esa lista no logra los
100 pesos; 32 aunque los rebasan no alcanza el doble, el máximo queda a 26
pesos menos. El técnico en trabajo social tiene un salario mínimo de $ 120.00;
no lo duplica, como vimos éste es el máximo de los mínimos autorizados para
este año. Se mueve a México con esta expectativa de vida, por el nivel de
pobreza pues como sabemos la canasta básica está por arriba de estos salarios.
Poco, muy poco, se podrán mover los mexicanos.
Los más
altos salarios profesionales publicados, son los de reportero con $ 218.87
-gráfico o de prensa impresa-, los cuales triplican al mínimo que entonces
apenas permitirían un sustento regular de dicha canasta. Pero poco sabemos de
la estabilidad de los salarios en una estructura elemental con prestaciones
sociales, por ejemplo. ¿Cuántos de ellos son de empleos estables o cuántos de
ellos tienen dichas prestaciones? Estos aspectos contextuales poco les importan
a los responsables de la publicación o al Movedor de México. Pues primero
movieron hacia la flexibilidad y, ahora, con los salarios queda claro su
movimiento del juego: contar con una mano de obra barata y flexible en todos
sentidos, disponible bajo cualquier situación.
El
promedio de los salarios profesionales menores a $100 es de 95.51 pesos
diarios. El promedio de los salarios mayores a $100 sólo llega a $122.06.
En el
primer caso, son $2,865.30 al mes y, en el segundo, $3,661.80 los famosos 6 mil
pesos del gabinete no aparecen por ninguna parte.
Sólo nos
falta agregar algunos precios. Sobre todo, donde se puede disfrutar la
felicidad: el cine. Como dice el gabinete económico, la familia podrá con esos
salarios disfrutar de “las pelis”. El
promedio del precio, la tarifa, de los complejos de chilangolandia [y como
buenos monopolios, de todo el país] es de 50 pesos por persona, claro. Una
familia pequeña de 4 miembros, 2 mayores y dos peques, serían $200.00 sin
gastar en nada más. Hay salas con mejor tecnología y los precios suben a más de
70 pesos = 280 sin gastar nada más. Viven a unas cuadras del cine, se van
caminando y sin antojos de ninguna especie: ni perros calientes, ni palomitas
ni refrescos o dulces. Sólo la entrada, sólo los 4 boletos de la familia.
Pero si
le agregamos dos combos, uno por pareja de personas: serían al menos otros 200
o 220 pesos, lo cual hace subir el costo del cine a 420 pesos, más de 5 días de
trabajo. Sin contar el viaje en Metrobus, Metro o alguna combi. En el Metrobus
serían 24 pesos más. $440 por un día de cine.
Como dice
la canción, a Bartola le dejan dos
pesos para el teléfono y la luz; para el gasto y el alipus. Tortillas, para la
sopa, el arroz, un guisado con carnita y p’os nomás por decir, un “refre” o quizá una chela.
Órale con
el año próspero y los $73 pesos de salario mínimo, culmina la felicidad plena
de los mexicanos todos. Eso sí, sin Pena.
¡Perdón!
¡Nomás para terminar! Dice la Suprema que es un salario constitucional. Que la flexibilidad de ley del trabajo,
también lo es. Y que ni la hagas de tos, ni huelga por ellos: ya no pagarán
salarios caídos si la haces.
Órales
con el feliz año 2016.
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