Publicado: 25 de marzo de
2016 en 2016,
Por: @tenejapanboy
Antes que nada, aclaro, no tengo el gusto, susto o disgusto de
conocer a nadie de los que ocupan, usan o como algunos derechairos expresan “abusan” del “Auditorio Justo Sierra” mejor conocido como el “Che
Guevara”, de la UNAM. Y ahora sí, voy derecho y no me quito. Desde hace
varias semanas se ha venido pidiendo, por parte de algunos grupos dentro y
fuera de la UNAM, que se desaloje el “Che
Guevara”, pues está siendo ocupado, usado y usufructuado de manera “ilegal” por grupos ajenos a la
institución. Se alega que los que ahí
están, lo usan para sus “lucrativos negocios”,
que además es un hotel de paso dentro de
la UNAM, que es una fábrica de chairos,
que ahí venden droga (esto dicho en tono de voz alterado e histérico) y que ahí viven, conviven y
sobreviven puros vándalos, etcétera.
Muy bien, el catálogo de agravios cumple con todos los requisitos de los derechairos
alérgicos a todo aquello que parezca comunitario, autosustentable, solidario
con el pueblo, rojo e izquierdoso. Y ahora la pregunta es ¿Por qué el nuevo
rector le trae tantas ganas al “Che Guevara”? ¿De dónde salió la
creciente necesidad de recuperar el mentado auditorio? y ¿Por qué se ha llegado hasta la amenaza de
usar la fuerza pública para “recuperar”
el mentado auditorio? Y en sentido contrario ¿Por qué no le trae las mismas
ganas para recuperar otro espacio, que al igual que el Che, está, parafraseando a los enemigos de los que Okupa el Che, usurpando y lucrando (y
aquí sí obteniendo millonarias ganancias) con un espacio universitario, sin ser
universitarios…?
Por Mi raza hablará el…
Fútbol… ¿americano?
El equipo de fútbol Pumas… de la UNAM, tiene de universitario,
lo que yo tengo de suizo y Peña tiene de inteligente; es decir, el equipo de
fútbol de los pumas de la UNAM se llama así, pero no es de, ni pertenece a la
Universidad Nacional Autónoma de México, es
algo así como una “concesión”,
sin serlo , y en realidad es manejado
por un patronato, que según las malas lenguas, tiene como única obligación la
de mantener en buen estado al estadio olímpico de CU (que como se puede ver en
la imagen que ilustra este segmento, en sus mejores tiempos estaba destinado a
la práctica del fútbol americano y no para el panbol televisado).
Antecedentes
Fue en la década de los
70’s, cuando un grupo de “nobles”,
“poderosos”, “desinteresados” panboleros
y maquiavélicos empresarios, propusieron al entonces rector de la UNAM,
Guillermo Soberón, que en aras de que la Universidad Nacional Autónoma de
México, no “distrajera” recursos
materiales, personales y económicos en un equipo profesional de panbol, ellos, los empresarios, (algunos
egresados de la UNAM), se harían cargo del equipo de fútbol y correrían con
todos los gastos que implicara su administración, e incluso ofrecieron, en su “inmensa bondad”, que si había pérdidas,
ellos las asumirían y si en cambio, el equipo de fútbol obtenía ganancias, los
empresarios donarían parte de ellas
para apoyar las finanzas universitarias.
A cambio, la UNAM (claro,
¿qué esperaban, todo bueno bonito y
barato?), cedería el uso del nombre Pumas
y Universidad Nacional Autónoma de México,
escudo, estadio, la cantera al “patronato”, y este tendría también el derecho de
comercializar todo lo referente a los Pumas,
inclusive, se reservaron la opción de
ceder y mercantilizar sus derechos a
terceros (Televisa, Nike, Banamex, Infinitum, etcétera). Este leonino trato fue
aceptado por Soberón (me imagino que a cambio de algo pero a nivel personal), y
fue el 5 de julio de 1977, cuando se firmó el convenio que otorgaba al “Club Universidad Nacional AC” (el
mentado patronato), el uso y el abuso
del club de fútbol Pumas de la UNAM por un total de ¡NOVENTA Y NUEVE AÑOS! y, según la revista Contralinea en el
artículo “Pumas: ni 1 peso a la UNAM” ( Contralínea 370 / 27 de enero al 3
de febrero de 2013), no hay ninguna obligación de esta AC de darle a la
UNAM ni un méndigo peso.
Aunque, por su parte, el
periódico Publímetro en su artículo titulado “9 razones por las que Pumas no pertenece a la UNAM”, del 26 de
noviembre de 2014, asevera, contradiciendo el dicho de Contralinea, que “la
UNAM ha recibido la suma de 43 millones 536 mil 654 pesos por la explotación de
su imagen durante 4 décadas”.
Es decir, la institución
educativa ha recibido del Club una cantidad similar a lo que podría ingresar en
un partido de liguilla. Lo cual, comparado con las millonarias cantidades de
dinero que el Club genera por comercialización de marcas, artículos, taquilla y
derechos de televisión, que van a parar al 100% a la AC panbolera, es un pelo de
puma. Asociación Civil, que entre sus destacados directivos tiene a gente de
tan alta valía como una leedora de noticias de televisa (parienta de FECAL), al
hijo de uno de los prestanombres más ricos del mundo cuya empresa telefónica
dice que todo México es territorio de su empresa. Y a uno de los socios de la
empresa constructora que años antes era la favorita de los priistas y que ahora está a punto de irse
al despeñadero, pues ahora los priistas son
majos y ya no les gusta el
chorizo nacional (ICA) y prefieren la butifarra española (OHL). Por cierto,
esta AC, al no ser parte de la UNAM, y no recibir financiamiento de parte del
gobierno, no tiene la obligación de responder a las solicitudes de información
que le hagamos los ciudadanos a través de la UNAM, y mucho menos a través del
Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de
Datos Personales, INAI y esa impunidad aún cuando obtienen ganancias del uso de
instalaciones que son propiedad del pueblo de México (lucro que como AC, no
tiene permitido).
Empresarios derechosos
SI, emprendedores de izquierda NO.
Así las cosas, resulta que en la UNAM, institución pública,
que recibe recursos millonarios de la federación y tiene bajo su responsabilidad
el uso de los espacios universitarios, consiente,
apapacha, mima a un grupo de vándalos de cuello blanco que tiene desde 1977 (39
años), secuestrado el Estadio Universitario de CU (y que amablemente lo “prestan” para alguno que otro evento
universitario o de alguna televisora) y que gracias a prebendas, no del todo
claras, ganan millones, ¡Sí! ¡Millones de pesos! y no contribuyen en nada para
la UNAM. Y en cambio, si unos “chairos”,
vestidos informalmente, que generan proyectos autosustentables, ofrecen
talleres y no ganan millones, y que okupan desde el año 2000 (16 años), el “Auditorio Che Justo Guevara Sierra”, a esos sí, a ellos las
autoridades de la UNAM los amenazan con
desalojarlos violentamente usando la fuerza pública, invitando a un diálogo de
sordos, donde de antemano mediatizan y politizan el asunto por los medios de
comunicación afines al gobierno y a los cuales los del “Okupa Che” por supuesto no tienen, ni tendrán acceso, generando
con ello un situación tensa que divide a su interior a la comunidad
universitaria y a la sociedad en su conjunto. ¿Cuál es el interés en el Che? Si
en la UNAM hay más de 30 auditorios donde sin mayor problema se pueden ocupar
para hacer lo que se les venga en gana, pero no es que en la UNAM falten
espacios para que todos los que así lo deseen expresen sus sentires, no, el Che es una posición emblemática, es un
signo de resistencia, es un espacio donde siempre está presente la crítica, la
oposición y el cuestionamiento a las
políticas estáticas de la rectoría y por extensión del gobierno.
¡Pare de Sufrir! el
Justo Cierra, donde el Che Guevara Peca. El opio de los pueblos.
Yo creo, y esta es mi fanfarrona opinión, que en una de esas y
en vista del éxito económico que el equipo de panbol de la UNAM ha generado para los empresarios de derecha (y no
me extrañaría que para los funcionarios ligados a las diferentes rectorías a lo
largo de los años, también represente lo mismo y que a cambio de recibir su
moche de esas ganancias, no sientan la
necesidad de verse tentados a desaparecer al patronato y cambiar el estatus del
equipo de fútbol y con ello obtener directamente las ganancias que por el uso de todo lo relacionado con los
pumas la UNAM debería recibir), ahora quieran hacer del Auditorio Che
Guevara-Justo Sierra , otro espacio generador de dinero para los empresarios y
para los funcionarios universitarios (que no para la UNAM) y ahora se las quieran
dar, las instalaciones, a Slim, para que haga un Teatro Telmex dentro de las
instalaciones universitarias. O tal vez quieran donárselo a Televisa para hacer un foro o auditorio
donde empiece a transmitirse la nueva temporada de “en familia con Chabuelo”, o en el colmo de la lucha contra la
educación laica, se quiera otorgar su
uso irrestricto a un grupo de empresarios brasileños para que instalen en el “Che Guevara” auditorio menos conocido
como Justo Sierra, una sucursal de “Pare
de Sufrir” o séase un “Santuario de
la Fe”, para que los cariocas hagan harta lana, y se mochen con los
funcionarios en turno y la UNAM tenga su segundo templo religioso, pues ya tiene uno que es
para esa religión mal llamada deporte, que es el panbol (y
hablo del fútbol comercializado por la televisión).
Conclusión
Así que, mis estimados, cultos y en ocasiones inocentes
leedores, no crean que lo del conflicto con los que ocupan el Auditorio Che
Guevara (Okupa Che), es por cuestiones políticas, no mis gentiles leedores, el
asunto aquí es de dinero. Si te mochas
puedes usar todo lo que se te antoje de la UNAM. Si no te mochas, te
desalojo. Y ¡Aguas con el rector en turno, pues de a tiro se ve que le encanta la lana y quiere darle a
la UNAM una cara nueva para que coquetee y se prostituya con el capital privado (y si no lo creen,
ahí está TVUNAM con Nico Alvarado, que viene siendo un excelente botón de muestra). El caso es que el rector
debería de estar ocupándose de asuntos más relevantes, como es el de lidiar con
la creciente demanda de lugares para estudiar (y de la que si se están ocupando
otros actores de la vida política mexicana y los tachan de oportunistas) y del
número exorbitante de rechazados (con la lana que el Club de Fútbol Pumas se
embolsa anualmente, fácil podrían, construir, ampliar, mejorar y equipar,
más instalaciones universitarias, para
con ello disminuir el número de rechazados), que el de andar viendo como
comercializa y derechiza, los espacios universitarios. Señor rector, Enrique
Luis Graue, OkupeChe de eso, y deje de andar prostituyendo a la UNAM.
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