Por Santiago Navarro F. y
Renata Bessi
Agencia SubVersiones
22 abril, 2016
Pueblos indígenas, organizaciones y comunidades de barrios
lanzaron, este miércoles 21 de abril, la Campaña en Defensa de la Madre Tierra,
la Vida y el Territorio en el estado de Oaxaca. La campaña, lanzada
nacionalmente el 10 de abril –aniversario luctuoso de Emiliano Zapata–, ha
recibido hasta el momento la adhesión de 179 organizaciones y comunidades en
todo el México y se extiende a 8 regiones del país, Centro (Estado de México,
Hidalgo, Morelos, Puebla, Tlaxcala), Ciudad de México, Chiapas, Guerrero,
Norte, Oaxaca, Occidente, Veracruz y la Península.
La tarea es combatir la
desinformación y el argumento de que no está pasando nada con los pueblos y
bienes naturales en todo México, explica Juan Carlos Flores, del Frente de
Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua de Morelos, Puebla y Tlaxcala. «Vivimos el ataque sistemático por parte de
un proyecto de desarrollo extractivo que no toma en cuenta a los pueblos
indígenas y tampoco a los barrios y comunidades urbanas. Vemos un dispositivo
de despojo y de expropiación. Estos proyectos no son para el desarrollo del
país, pero sí para desarrollo de empresas trasnacionales», dice el vocero. «Estamos regresando a los tiempos de la
colonia. Vivimos una economía de saqueo».
Más que hacer la denuncia,
el objetivo es contraponer los modos de vida y de gobierno de los pueblos
alternos al modelo de desarrollo impuesto por el Estado. «Haremos visible las alternativas de vida y de gobierno que en los
pueblos y ciudades estamos construyendo, para demostrar lo que es un verdadero
desarrollo y que sí es posible otra forma de vivir en sociedad respetando la
madre tierra y a nuestros hermanos, sembrando futuro, no muerte», sostiene
el texto de la convocatoria de la campaña aprobado en diciembre del año 2015 en
la asamblea nacional realizada en Tezontepec, Hidalgo.
Las reformas estructurales
modificaron la estructura del Estado para despojar de sus territorios a los pueblos. «Las reformas estructurales pretenden acabar
con las conquistas logradas por nuestros abuelos en la Revolución Mexicana, la
reforma agraria que restituye el territorio del pueblo para el pueblo ha sido
traicionada, hoy nuevamente están legalizando el despojo de las tierras,
montes, aguas y cerros. Han roto el contrato social plasmado en la
Constitución, que incluía los derechos de los pueblos indígenas, campesinos,
obreros y de la gente pobre de este país», afirma la convocatoria.
Zonas Económicas Especiales
Las comunidades, movimientos y organizaciones en Oaxaca, que
pertenecen a la campaña, rechazan las Zonas
Económicas Especiales, aprobadas por el senado el pasado 14 de abril, a fin
de promover el desarrollo en regiones del sur y sureste, bajo el esquema de
créditos e incentivos fiscales a los inversionistas de capital nacional y
transnacional en su mayoría.
De acuerdo con la página
web de la Presidencia de la República, la ley facultaría para establecer en
primer orden tres Zonas Económicas
Especiales: la de Puerto Chiapas; la del Corredor Interocéanico, que
abarcaría desde Coatzacoalcos hasta Salina Cruz, pasando por el Istmo de
Tehuantepec y el puerto de Lázaro Cárdenas, que comprendería la zona limítrofe
de Michoacán y Guerrero, es considerada una zona geoestratégica principalmente
para la circulación de mercancías y recursos naturales.
La campaña en Oaxaca exige
aún la cancelación de los proyectos mineros: San José y Trinidad Norte,
impulsados por Fortuna Silver Mines, El Doctor, operado por la empresa Plata
Real y la cancelación del proyecto hidroeléctrico Paso de la Reina, en la costa
de Oaxaca.
Modus operandi
Rose Dionisio, coordinadora de los Pueblos del Valle de
Oaxaca, relata que en todos los lugares en que están imponiendo los
megaproyectos, existe un proceso de hostigamiento y criminalización de las
personas que están en defensa del territorio. «No sólo es la destrucción de la naturaleza, la apropiación de los
bienes naturales. Hay presos políticos, procesos legales contra defensores de
derechos humanos, criminalización, judicialización de la lucha, represión,
desapariciones y asesinatos. Es una constante en estos proyectos», afirma
ella.
«Bajo el pretexto del narcotráfico, han sacado al ejército a
las calles, violando el artículo 129 de la constitución sobre el
acuartelamiento que deben tener las fuerzas castrenses, y utilizan esta
militarización para imponer los proyectos de muerte en nuestros pueblos y
comunidades, contradiciendo la obligación que tienen las fuerzas castrenses de
proteger la soberanía nacional que reside esencial y originalmente en el
pueblo»,
sostiene el texto de la compaña.
Para José Luis Hernández,
del Frente Indígena en Defensa de la Madre Tierra de San Francisco
Xochicuautla, el Estado mexicano ha implementado un terrorismo de Estado hacia
las organizaciones y pueblos que se contrapone a sus proyectos. «Se viola leyes, tratados internacionales,
la Constitución. Hemos vivido represiones, persecuciones, hostigamientos. Hasta
el momento 22 compañeros han sido encarcelados».
Salir de la defensiva
«Pasar de la defensiva a
la ofensiva, tenemos que actuar ya, las
consecuencias de esta nueva colonia comienzan a ser irreversibles. No basta con
indignarse, con reclamar y exigir, hay que organizarnos de manera independiente,
ir compartiendo saberes, identificándonos, fortaleciendo nuestra cultura.
Tenemos que recuperar los valores comunitarios, reapropiarnos de eso que
intentan despojarnos. Porque sin tierra y territorio la vida no es posible», sostiene el texto de
convocatoria de la campaña.
Movilizarse
La campaña tiene algunas actividades ya programada para el
año:
21 de julio–Foro de discusión sobre proyectos de desarrollo e
inversión en Oaxaca.
22 de julio–Calenda. Fiesta en las calles por la defensa de
la Madre Tierra.
29 de septiembre–Festival Estatal en Defensa de Maíz Nativo.
20 de noviembre–Movilizaciones regionales dislocadas.
Además de las actividades
ya programadas, todos aquellos que están en contra de los agrotóxicos, los
monocultivos y tratan de preservar semillas; todas aquellas comunidades que son
avasalladas por megaproyectos energéticos (hidroeléctricas, eólicas,
termoeléctricas, gasoductos, fracking), de infraestructura (autopistas,
aeropuertos, trenes) y de minería; todas las comunidades que están siendo
afectadas por la contaminación de la industria y otros proyectos de muerte;
todos los barrios y colonias que en las ciudades resisten la imposición de
grandes avenidas, megacentros comerciales, transporte masivo, desarrollos
urbanos y basureros; todos quienes luchan contra el intento de volver mercancía
las playas, los manglares, los lagos, los bosques y las áreas naturales
protegidas, son llamados a integrar a la campaña y desarrollar actividades
desde sus espacios.
Llamado
Las comunidades indígenas están a la vanguardia en la defensa
de los recursos naturales, defiende Hernández. «Queremos decir que defendemos nuestro territorio, pero también
defendemos bosques y defendemos agua. Y eso no es patrimonio solamente de las
comunidades indígenas, es patrimonio de la gente que está en la ciudad, de la
gente que no es indígena. Es patrimonio de todos nosotros».
La campaña hace un
llamado: «Defendamos la cultura de
nuestros pueblos, el control de producir nuestros alimentos, reconstruyamos
nuestros sistemas normativos y de gobierno, nuestras instituciones
comunitarias: la autonomía y el autogobierno. Creemos nuestras propias leyes,
porque cuando la ley es injusta, lo
justo es desobedecerla».
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