Por Niñx Salvaje
Entrevista: Niñx Salvaje
Fotos: Pauline Rosen Cros,
Renata Bessi y Santiago Navarro F.
Agencia SubVersiones
/15 junio, 2016/
A diez años del 14 de junio del 2006 fecha en la que comenzó
el levantamiento popular en Oaxaca, platicamos con el compañero Fernando Lobo,
escritor y ex-locutor de Radio Plantón.
Cuéntanos, ¿cómo entiendes lo que pasó en Oaxaca en el 2006?
Desde mi perspectiva, en ese entonces había este enorme
conflicto entre el sindicato de profesores y el gobierno estatal que estaba
directamente relacionado con una demanda salarial. Era una cuestión de dinero.
Por otro lado, una de las estrategias del sindicato era desconocer a la
autoridad inmediata que era el gobernador para entablar una interlocución
directa con el gobierno federal. En este sentido surge en primera instancia la
idea de la destitución del gobernador.
Pero antes de que esto
ocurriera, yo era colaborador en Radio
Plantón y el 3 de junio para ser precisos, salió una nota en La Jornada
diciendo: “Se alista la Policía Federal
Preventiva (PFP) a desalojar el
plantón magisterial”, que habían colocado como parte de las acciones que
usó el sindicato para exigir un aumento salarial. El 3 de junio sale esta nota
en la Jornada, y desde esa mañana comenzamos a recibir llamadas, la radio del
sindicato, llamadas del público, de radioescuchas que no eran profesores, ni
siquiera era gente de movimientos sociales o de organizaciones civiles: eran
vecinos que querían saber si iba a haber plantón o no.
Mientras contestábamos las
llamadas, la gente aprovechaba estar al aire para protestar por una gran
cantidad de cosas. Del 3 de junio al 14 de junio, Radio Plantón se convirtió en una especie de reality show de la protesta social, del descontento. Fue tan rudo
el 3 de junio que a partir de ahí sumamos a 24 horas la transmisión, de ahí hasta el 14 sin parar, llamadas a las
3-4 de la mañana, eso era lo que ocurría. Nuestra estrategia fue muy sencilla:
pasamos las llamadas al aire, no hacíamos nada más.
Entonces el 14 de junio
llega el desalojo del plantón, un desalojo fallido, y de inmediato un grupo de
estudiantes de la UABJO, gente del Frente Popular Revolucionario toma Radio Universidad y ahí ese reality show de la rabia social se
expande con una potencia en AM a todo el valle y se vuelve una revuelta,
prácticamente una insurrección. Básicamente, todas las grandes acciones del
2016 tienen que ver con medios masivos de comunicación. Los medios de
comunicación tomados funcionaban para enunciar las causas del movimiento pero
también como un dispositivo de seguridad y autodefensa. Y en ese sentido se
volvieron imprescindibles.
Tuvimos Radio Plantón, después Radio Universidad, después CorTV la televisora estatal y las radios
estatales que fueron baleadas por la policía estatal misma y finalmente las
radios comerciales.
El día que se toman las
radios comerciales es un 21 de agosto y es ya un estado de alerta nacional: los
dueños de esas radios son los dueños de los grandes medios masivos de
comunicación. El gobierno estatal responde con un convoy de policías armados
que dispara intimidantemente hacia las barricadas. Sólo en una ocasión
dispararon de frente y muere Lorenzo San Pablo.
Ese día la radio comercial
tomada, la Ley, llama a la población
con un llamado que a mí me pareció un despropósito absoluto: “hay gente armada disparando contra civiles
por favor salgan a las calles a tomar barricadas”. Pero lo que me pareció
impresionante de esta noche es que la gente salió, y puso barricadas. Es uno de
los grandes fenómenos que no termino de entender. Pero finalmente así entiendo
que el 2006 fue una canalización de la rabia social que fue impulsada por
medios masivos de comunicación tomados por movimientos de ultra izquierda.
¿Podría volver a pasar algo así, ahora en el 2016?
Algo así no. Ocurrirá un conflicto, habrá rebelión y habrá
represión, de la legal y de la clandestina. Esos patrones no cambiarán. El
resto es una variable que nosotros desconocemos absolutamente, no se repetirán
las cosas como ocurrieron. Y sobre todo la causa no es la misma. En este 2016
lo que está en juego es una imposición autoritaria, lo que llaman “reforma educativa”, es decir una
reforma administrativa y laboral que es un primer paso para ilegalizar a un
sindicato que podría rebelarse contra una futura re-privatización de la
educación que es lo que se viene. En ese sentido lo que está en juego es mucho
mayor y las condiciones en el país están mucho más endebles. Es un estado
desintegrándose en la medida en que adoptan estas políticas neoliberales que
terminan siendo una simple agenda de negocios. Eso es lo que es: un proyecto
neoliberal. Al final significa acabar con cualquier política pública para
terminar con una agenda enorme de negocios.
¿Cuál es para ti el error más grande, o los errores más
grandes que se hicieron en el 2006 y después ?
El primero es la relación con los medios de comunicación. Hay
una especie de rechazo permanente a lo que los grandes medios masivos de
comunicación enuncian, que tienen programadas campañas contra el movimiento
popular muy establecidas, con muchos intereses y muchísimo dinero de por medio.
Pero nosotros nombramos
voceros, los cuales están muy interesados en hablarle a esos medios. Las
manifestaciones respetan a los reporteros. “Di
la verdad”, les piden. Todo el mundo está esperando que ese gran cúmulo de
intereses comerciales de las élites digan la verdad. Es como pedirle peras al
olmo. El olmo no da peras. Eso es uno.
El segundo es cómo
asimilamos la violencia. Esto es una lección del 2006: en el 2006, a partir de
octubre-noviembre el movimiento comenzó a producir un discurso en el cual nos
caracterizamos como un movimiento de resistencia civil y pacífica. Sin embargo,
las grandes acciones, casi todas espontáneas que no pasaron por asamblea,
fueron ensalzadas. Como la toma de CorTV,
la resistencia del 14 de junio, la toma de las radios comerciales. Ninguna de
esas acciones, que por supuesto fueron violentas, pasó por una decisión de
asamblea. No es que lo vea yo como un error, no puedo entender que un gran
movimiento social se equivoque, no es que razone, no se le puede pedir a un
movimiento social que tome decisiones estratégicas. Es una gran multitud con
una multitud de subjetividades, de intereses, de emociones, de deseos, de
ideales. En fin: es complejísimo, pero encuentro esta disyuntiva entre la presentación
de un movimiento pacífico y la necesidad de la violencia. Creo que tendríamos
que asimilarla por dos razones. Uno, los movimientos populares ejercen
violencia, deben ejercerla. Poner el cuerpo es ejercer violencia. Y dos, el
estado ejerce violencia permanentemente y la mayor parte de la violencia que
ejerce es clandestina. Es absolutamente oculta. Y en el 2006 manejamos esas dos
caras: somos pacíficos pero se ejerce la violencia. No veo ningún error ahí,
pero creo que debemos reflexionar mucho sobre eso y sobre todo tomar en las
manos ese concepto de violencia y trabajarlo.
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