Red Latina sin fronteras
https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2016/08/13/chile-hasta-la-victoria-siempre-querida-ruth/
Publicado: 13 agosto, 2016
En el memorial por las víctimas
de la dictadura fueron sepultados los restos de Hugo Ratier Noguera (a la
izquierda su compañera Ruth Carvajal y su hijo, Dagoberto Vergara) y Alejandro
Salgado Troquian (a la derecha su compañera Digna Césped y sus hijos María
Isabel Martínez y Alejandro Bustos). Habla la presidenta de la Agrupación de
Familiares de Ejecutados Políticos, Patricia Silva.
¿Por quién
doblan las campanas?
Hoy día repican por nuestra querida amiga y compañera Ruth
Carvajal, quien después de una dura lucha contra el cáncer y el olvido nos ha
dejado esta mañana.
Nuestra querida Ruth nos
deja, sin que aún se dicte sentencia contra los asesinos de su compañero, el
militante del Movimiento de Izquierda Revolucionario, MIR, Hugo Ratier Noguera,
miembro del Comité Central, jefe militar de Santiago, acribillado a mansalva y
sobreseguro el 7 de septiembre de 1983 en calle Janequeo de Quinta Normal junto
al compañero Alejandro Salgado. Ese mismo día en calle Fuenteovejuna fueron
asesinados otros tres heroicos miembros de la Resistencia Popular contra la
dictadura, por los mismos esbirros.
Ruth conoció a Hugo a
fines del 74, y solo los pudo separar el crimen de esta sociedad de mierda que
querían transformar. En esos tiempos solo quedaba un puñado de valientes
dispuestos a enfrentar con las armas en la mano a la dictadura que se sigue
proyectando en estos tiempos. Vivieron la clandestinidad dura, en Renca y otros
lugares populares, junto a sus 4 hijos, recorrieron casas de seguridad, hasta
llegar a la casa de Janequeo, siempre acechados por los criminales. Ella no
dudó un segundo en apoyarlo, en las múltiples acciones llevadas adelante por su
compañero: ajusticiamiento de criminales, recuperaciones, múltiples acciones de
propaganda armada y de organización en medio del terror.
Finalmente, Hugo le plantea que salga hacia la Isla solidaria, por razones de seguridad. Ya intuía que estaban prontos a dar con él, y que pronto se reunirían. Ruth supo en su fuero interno que eso no ocurriría, que el hombre al que amaba se quedaría a combatir hasta el último aliento por los pobres del campo y la ciudad en este latifundio.
Ella es de nuestras
heroínas anónimas; no tenía recursos ni interés en conseguirlos de mala manera.
Sus últimos días los pasó en una población popular, al final de Santa Rosa,
como en sus tiempos de clandestinidad, con su hermosa dignidad y optimismo que echaremos
de menos por siempre.
Quedan sus hijos,
orgullosos de la vida llevada por sus padres, quedamos nosotros, los
sobrevivientes a tanta infamia que se sigue proyectando en este régimen de
traidores y cobardes.
Brindo con lágrimas por tí,
mi querida Ruth, pero con la alegría de haber conocido y compartido la cara
digna de este pueblo que no deja de resistir.
¡Hasta la Victoria
siempre querida Ruth!
¡Patria o Muerte,
Venceremos!
Amulepe Taiñ Weychan.
Walmapu en Resistencia, 12
de agosto 2016
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