Por: Blanca Berenice
Juárez Alonso, Jorge de Jesús Ortega Mendoza, Alejandro Medina Tapia y Rodrigo
Damián González Gómez
La Revuelta
Fuente: La que Arde
Recientemente
en la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco (UAM-X) se ha
generado un ambiente de denuncia. Estudiantes han levantado la voz frente a la
impunidad, el acoso, la violencia, el mal manejo de la administración, la
violación de los derechos universitarios y la prepotencia de algunos
académicos. Esto último motivó a un grupo de séptimo trimestre de la
Licenciatura en Comunicación Social a tomar acción en conjunto para evitar que
se continúe minimizando esta problemática dentro de la universidad.
“¡Soy su Dios, pinches rebeldes!”.
Comenzaba el séptimo módulo
de la carrera para Rubén* en uno de los trimestres más esperados por las y los
estudiantes de Comunicación Social: Radio. Entre sus profesores estaba Teodoro
Villegas Barrera, ex Subdirector Administrativo de UAM Radio, impartiendo el
taller de Producción Sonora y el curso de apoyo de Guionismo. Como hacen muchas
y muchos “UAMerxs”, Rubén pidió
referencias sobre las y los docentes en internet a sus compañeras y compañeros
de la carrera.
Las opiniones que encontró apuntaban a que el curso de Teodoro Villegas
sería complicado, y no precisamente por la cantidad de trabajo. El problema
sería más bien lidiar con el carácter del profesor y su “peculiar” trato hacia sus estudiantes, aunque la mayoría de las
referencias justificaban ese trato por la presunta calidad de las clases del
profesor.
Un egresado le advirtió que tuviera cuidado y buscase una permuta de ser
posible, dada la fama que Villegas tiene de ser temperamental, al grado de
reprobar grupos enteros. Estudiantes de noveno trimestre le dijeron que el
docente “tiene un poder de seducción que
pareciera embriagar a la mayoría de sus alumnos a través de su gran ego”,
que lo lleva incluso a autonombrarse “Dios”
de la Comunicación y la Radio en México.
Esta situación al parecer no es nueva, pues Luis*, que se graduó en 1996
de la UAM-X, recuerda que en sus tiempos ya se hablaba de la prepotencia y el
egocentrismo de Teodoro en los talleres de Comunicación.
Rubén* refiere que la primera clase del grupo con Villegas inició con
una gran expectativa por parte de las y los estudiantes. Aquel día, relata, el
docente mostró una actitud algo fuerte y seria, “como para advertir que con él se trabaja duro y sin juegos”: nada
que pudiera preocupar al grupo de estudiantes. La mayoría de las y los compañeros
de Rubén estaban entusiasmados por tener la oportunidad de realizar trabajos
con calidad profesional.
En un momento, sin embargo, según relata Rubén*, Villegas le dijo al
grupo: “Si hacen algo mal yo no les voy a
decir ‘¡ay tontos!’. Van a hacer pendejadas, por lo tanto les voy a decir
¡pendejos!”. Después de eso, al grupo también le sorprendió el modo en que
su profesor se expresaba de sus compañeras y compañeros docentes: “La gran mayoría son pendejos y pendejas”,
refiere Rubén que le dijo al grupo, admitiendo que en ese momento el aula se
llenó de risas. “Desgraciadamente ya
estábamos dentro de la dinámica que él quería”. Sin embargo, continúa
narrando, cuando en el grupo surgía alguna duda técnica respecto a las cabinas
de radio, Villegas era incapaz de resolverlas, y eran las y los profesorxs que
él había descalificado quienes se encargaban de asesorar al grupo.
En relación con el curso de apoyo de Guionismo, Rubén* refiere: “Básicamente no nos dijo cómo nos iba a
evaluar… no supimos a ciencia cierta cómo nos iba a calificar”. Así, a
pesar de que el Reglamento de Ingreso, Promoción y Permanencia del Personal
Académico de la UAM establece como responsabilidad del docente: “Dar a conocer a los alumnos el programa y
las formas de evaluación de la unidad de enseñanza aprendizaje, correspondiente
al inicio del trimestre”, Rubén y su grupo refieren que Villegas no cumplió
con este lineamiento.
Después de cuatro semanas de mantener una relación estable -aunque
siempre entre insultos- con Villegas, Estefanía*, compañera de Rubén*, refiere
que para la semana seis los buenos tratos por parte de Villegas desaparecieron
por completo. El miércoles 15 de junio, relata Estefanía*, el grupo entregó un
guión por equipos y uno individual para una segunda revisión. Al revisarlos el
profesor evidenció las fallas técnicas de los trabajos de manera ofensiva, con
frases como: “Este guión es una
porquería”.
Al siguiente, según relata Rubén*, Villegas dio inicio a la sesión con
un comportamiento hostil e intolerante hacia las dudas del grupo,
interrumpiendo las participaciones de las y los estudiantes, asegurando que
carecían de un compromiso con su clase y que no les importaba aprender, a lo
que dio por llamar “importamadrismo”.
El grupo refiere que después de esto no tuvieron oportunidad de externar sus
dudas, pues Villegas dio por terminada la sesión: “Le voy a decir a Teseo que les ponga a un pendejo a darles clase”,
refieren que fueron sus palabras antes de abandonar el salón.
Al día siguiente, 17 de junio, Luis Alfredo Rasgado Flores, Jefe de
Departamento de Educación y Comunicación, y Teseo López Vargas, Coordinador de
la Licenciatura en Comunicación Social de la UAM-X, comunicaron al grupo que
Villegas había presentado una queja ante la Coordinación acusando a las y los
estudiantes de no cumplir con sus condiciones y expresando su intención de
dejar de impartirles clases, puesto que parecía haberse encontrado “con el peor grupo de su vida”. En
respuesta, el Coordinador López Vargas invitó al grupo a sobrellevar la
situación debido a “la avanzada edad del
profesor y su carácter ya conocido”.
Como parte de las actividades trimestrales, con cada generación se lleva
a cabo un diálogo entre los grupos de séptimo módulo para preparar la barra
radiofónica, que posteriormente se transmite en la cafetería de la unidad y se
evalúa como proyecto generacional al final del trimestre en el auditorio Granados Chapa. El viernes 17 de junio,
refieren Rubén* y Estefanía*, Villegas anunció en tono furioso al grupo que los
retiraría de la barra, y que él la haría aparte, bajo sus condiciones. Acto
seguido cedió sus horas en cabina al resto de las y los profesores sin antes
comentarlo con sus estudiantes. Una gran parte de la generación estuvo
dispuesta a no aceptar esas horas y a ayudar al grupo en lo que necesitaran.
César*, estudiante de otro salón, refiere que Teodoro expresaba
abiertamente su descontento con su grupo, y a veces contra toda la generación, “por no hacer buenas preguntas”. “Durante los diálogos ningún(a) profesor(a)
le lleva la contraria, lo que él dice es lo que los demás aceptan”, señala.
Estefanía* refiere que a esas alturas el grupo no vio más opciones: “Era denunciarlo o seguir con él bajo sus
condiciones”. En consecuencia, el lunes siguiente, 20 de junio, el grupo
intentó sin éxito dialogar con el profesor. Estefanía* relata que al tiempo que
se cerraba al diálogo, Villegas aseguraba que a él “lo respaldaban 35 años de trabajo en la UAM” mientras al grupo “no lo respaldaba nada ni nadie”.
En la UAM las y los alumnos tienen derecho a que las y los integrantes
de la Comunidad Universitaria respeten su dignidad como personas y “…a recibir un trato digno durante el
proceso de enseñanza-aprendizaje”, como lo establece el Reglamento de la
Defensoría de los Derechos Universitarios. Fue en ese sentido que el grupo
SG01C decidió exigir sus derechos.
“Ya todos estábamos en una
actitud de fastidio de sólo pensar en que teníamos que regresar… era una
violencia psicológica muy fea como para seguir soportándola”, dice Estefanía*. En consecuencia, el grupo organizado decidió no
asistir más a las clases de Villegas y solicitó un cambio inmediato de profesor
para concluir el trimestre.
Las y los alumnos también decidieron grabar un audio para presentarlo
como prueba ante las autoridades universitarias para hacer valer sus derechos.
El audio que el grupo grabó recogió declaraciones como las siguientes por parte
de Villegas:
Minuto 49: “Veinte cabrones están
dispuestos a romperme la madre y no han podido, y yo solito ya se las rompí”.
Minuto 50: “Los dioses nunca se
enfrentan a los humanos, pero hay pinches rebeldes como mi grupo que deciden
enfrentarse todos a darle en la madre al Dios, y el Dios dice ‘ni madres,
rómpanse la madre entre ustedes’”. “¿Cuándo
han oído que los humanos le ganen a los dioses?”
A pesar de la sensación de estar solas y solos contra un docente que se
autodenomina Dios, el grupo encontró el apoyo de integrantes de la comunidad
académica, con quienes redactaron una petición que presentaron el lunes 27 de
junio ante Teseo López y Luis Alfredo Razgado, que versaba sobre lo siguiente:
“A partir de la falta y poco
respeto hacia nuestra libre expresión y reunión, integridad personal,
tolerancia, democracia, privacidad, entre otras cosas, se ven violados nuestros
derechos universitarios por lo que el grupo considera que la relación
maestro-alumno es irreconciliable, además de propiciar un ambiente no óptimo
para el proceso enseñanza-aprendizaje llegando a afectarnos más allá del
ambiente escolar por lo cual exigimos que se nos asigne un profesor imparcial y
ajeno totalmente a la situación de inmediato para poder concluir efectivamente
el actual módulo. Finalmente señalamos que esta situación de la falta de
respeto constante de la que somos objeto y que ha generado un ambiente de miedo
a la participación, sentimientos de humillación al ser insultados y ofendidos
por manifestar nuestras dudas o expresar nuestras ideas nos impide el
crecimiento y desarrollo académico adecuado, conforme al espíritu universitario”.
Aunque Teseo López prometió una pronta respuesta, el grupo refiere que
no tuvo oportunidad de hablar con Rasgado sino hasta 3 días después, cuando les
comentó a las y los estudiantes que no habría cambio de profesor, dado que
Villegas había externado su total disposición para continuar con las clases y
mantener una buena relación con sus estudiantes. Dado que Villegas nunca
ofreció una disculpa al grupo y ninguno de sus estudiantes quería regresar a
clases con él, la decisión fue unánime e inamovible: cambio de profesor o nada.
Shantal* refiere lo que significaba ser alumna de Villegas: “Hubo de verdad compañeros que a la hora de
poner los audios se trababan de los nervios, temblaban. Ya no era un ambiente
sano para trabajar, entonces nosotros ahí decidimos que teníamos que hacer
algo, que esto no era posible, aunque todo mundo nos dijera que Teodoro era una
de tantas ‘vacas sagradas’ de
Comunicación y que nadie lo podía tocar. Incluso él nos decía cada clase que
podíamos hacer lo que se nos pegara la gana, pero a él nada le iban a hacer las
autoridades”.
“Lo único que estamos
haciendo es (exigir) que se respeten nuestros derechos universitarios, estamos
exigiendo que haya un ambiente sano para trabajar y que nos enseñen para poder
seguir con nuestro trabajo. Eso es lo único que pedimos y el profesor ya no
ofrece eso a los grupos de Comunicación en varias generaciones”.
Las y los estudiantes refieren que el 4 de julio las autoridades
ofrecieron al grupo dos opciones: La primera era regresar a clases con
Villegas, con el riesgo de que la mayoría reprobara el módulo; la segunda era
presentar directamente el examen de recuperación, que en este caso sería “especial”, para lo cual los profesores
Noé Agustín Santos Giménez y Fernando Lozano Ramírez les darían asesorías a las
y los alumnos dos semanas antes.
“Lo que nos dieron no fue
para nada una resolución a nuestro problema… solamente fue como para salirse
por la tangente y así (las autoridades) ‘tapamos el problema tantito y son felices’ pero en un futuro
(Villegas) va a seguir haciendo lo mismo (sic)”, relató Estefanía*. En respuesta el
grupo decidió seguir con la lucha.
Ese día, según refieren las y los estudiantes, el grupo se reunió al
salir de la junta con Teseo López, algunos con lágrimas en los ojos por la
impotencia al ver cómo todo su esfuerzo y dedicación se perdían tras la
reacción de las autoridades. El desgaste de semanas terminaría convirtiéndose
en un examen de recuperación y el trabajo que habían realizado a lo largo del
trimestre no sería tomado en cuenta. Sin embargo, todo ello le dio fuerza al
grupo para continuar y no dejarse vencer por la invisibilización institucional
de las denuncias.
A tres semanas de concluir el trimestre, el grupo presentó una denuncia
ante la Defensoría de los Derechos Universitarios. “Nos escucharon abierta y amablemente”, refiere Ana*, “y su respuesta fue la siguiente: el grupo
deberá tomar las asesorías ofrecidas por Teseo López y averiguar cuáles serían
las o los profesores a cargo, los criterios y el proceso de la evaluación, así
como preparar una carpeta de evidencias y solicitar la ficha técnica del curso”.
Las autoridades, narran las y los estudiantes, especificaron que el grupo
deberá llevar a cabo la evaluación sin mencionar el proceso, para evitar
afectaciones a sus calificaciones por posibles represalias. Una vez asentadas
las calificaciones, señalaron, la defensoría de los Derechos Universitarios
presentará una demanda académica con base en las grabaciones en contra de
Villegas Barrera, quien deberá disculparse públicamente con el grupo y tomar un
curso de manejo de grupos, bajo el compromiso de no repetir este tipo de
comportamiento, todo bajo observación de la defensoría. Si Villegas se negara a
cumplir con lo anterior, señalaron, se levantará un acta para solicitar su
rescisión como docente en Rectoría General.
Ese mismo día el grupo acudió con los abogados de la universidad en
busca de más alternativas, según refieren, para evitar que el caso quede
impune. Ahí les explicaron que para realizar la denuncia de manera formal el
grupo deberá elaborar un acta donde cada estudiante relate, especificando hora,
lugar y fecha, los episodios en que el profesor les faltó al respeto y/o les
violentó, generando un ambiente hostil.
El proceso de denuncia se detuvo debido a la toma de las instalaciones
de la universidad por parte del movimiento estudiantil que también exigió el
respeto a sus derechos universitarios.
Finalmente, según refieren las y los estudiantes, las autoridades
reviraron sus propias indicaciones, indicando al grupo que las asesorías
especiales que habían ofrecido para realizar el examen de recuperación no se
llevarán a cabo, bajo el alegato de que la recalendarización que resultó de la
toma de instalaciones no permite el acceso a la unidad para hacer uso de las
cabinas, por lo cual hasta el momento no se tiene claro cómo se evaluará al
grupo.
El grupo señala que, sin embargo, no cesará con la denuncia hasta que se
haga justicia.
Por ello La Revuelta hace
desde aquí un llamado a las autoridades de la UAM-X para que atienda a la
brevedad y bajo el debido proceso la denuncia de nuestros compañeros y
compañeras, y se les dé una solución oportuna para que concluyan de manera
satisfactoria el séptimo módulo.
También exhortamos a Teseo López Vargas, a Luis Alfredo Rasgado Flores,
a la Defensoría de los Derechos Universitarios, a los abogados y a la Rectora
de la Unidad Xochimilco, Patricia Emilia Alfaro Moctezuma, a que atiendan el
problema haciendo ejercicio de sus facultades institucionales como
representantes de la comunidad universitaria. Asimismo solicitamos se dé
cumplimiento al punto 10 del pliego petitorio firmado el pasado 26 de julio,
donde se acordó proponer en la siguiente sesión ordinaria del órgano Colegiado
la creación de una comisión que dé acompañamiento y asesoría psicológica y
jurídica provisional a quienes presenten denuncias de acoso contra docentes,
trabajadores administrativos o estudiantes de la Unidad.
También invitamos a nuestra generación y a la comunidad universitaria de
la UAM-X a no permitir más la violencia docente, a hacer respetar nuestros
derechos universitarios.
(*) Los nombres de los
testimonios vertidos en este reportaje han sido cambiados por motivos de
seguridad.
(**) Este reportaje fue
realizado por estudiantes del Taller de Periodismo impartido por Roxana
Foladori en la Licenciatura en Comunicación Social de la UAM-Xochimilco. La
negligencia por parte de las autoridades universitarias ante estos casos ha
hecho arder al grupo SG01C, a La Revuelta y a gran parte de la
generación que en septiembre de este año tomará el módulo de Radio. Apoyamos la
denuncia del grupo afectado y evidenciamos la violencia docente.
¡QUÉ LA
PROTESTA ESTUDIANTIL SIGA ARDIENDO Y ESPARCIENDO LA LLAMA DE LA LUCHA Y LA
ESPERANZA!
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