Comparsa a
las 12 horas
en el Palacio
de Bellas Artes.
Conferencia
de prensa / Escrache a las 14 horas
en el Zócalo
/ Palacio del mal gobierno
El Chanti Ollín (la casa en movimiento) fue desalojado este 22
de noviembre. un espacio cultural con más de 13 años de trabajo a cuestas, una
ocupación en medio del centro financiero de la ciudad de México, resistiendo
frente a los grandes rascacielos de las corporaciones transnacionales.
Este lugar de encuentro para
tantos movimientos y colectivos. para tantos trabajos e iniciativas. fue
asediado por 800 granaderos, helicópteros, tanquetas antimotines, un verdadero
despliegue de corte militar. ¿Para qué?
para desalojar un laboratorio de medicina autogestiva,
para desalojar un taller de gráfica popular,
para desalojar un comedor comunitario,
para desalojar un huerto urbano
para desalojar una panadería artesanal
para desalojar una chocolatería
para desalojar un taller de bici-máquinas y tecnologías
apropiadas
para desalojar una biblioteca popular
para desalojar un teatro y foro
para desalojar un laboratorio de medios libres
para desalojar una sala de grabación y ensayo
para desalojar un taller de serigrafía
para desalojar un taller de costura
para desalojar un taller de laudería
para desalojar un taller de encuadernación
para arrebatarnos la autonomía que desde abajo estábamos
construyendo...
Pero no pueden desalojar
un movimiento.
Desde el desalojo se
mantiene un plantón fuera del edificio para evitar la posible demolición y
ejercer presión, exigiendo:
1.
El cese de la campaña de criminalización del trabajo cultural que se hacía en
el Chanti Ollín, y del hostigamiento (las ordenes de aprensión contra compas y la
vigilancia policial y civil)
2.
El cierre de la carpeta que se abrió el 22 de noviembre con la detención de 26
compañeros, determinando el no ejercicio de la acción penal.
3.
La restitución del espacio de trabajo,
4.
La devolución de los bienes que quedaron secuestrados en el interior del
edificio y de los que la policía destruyo y robo el día del desalojo
El Chanti no ha sido solo
un centro cultural, sino toda una trinchera para el movimiento popular en
México. Hoy vale la pena defenderla.
¡EL CHANTI VIVE!
¡LA LUCHA SIGUE!
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