Por Alejandro Reyes
Colectivo Radio Zapatista
Colectivo Radio Zapatista
27 diciembre 2016
La larga fila de bases zapatistas
serpentea rodeando el auditorio para entrar del lado opuesto donde se aglomeran
cientos de personas de muchos rincones del mundo. La sección delantera del
auditorio está reservada para los zapatistas, unas 200 bases de apoyo, las
mujeres enfrente, los hombres atrás, todas y todos con cuaderno en mano. Son
estudiantes. Pero estudiantes sui generis. Estudiantes “videntes” y “escuchas”, encargadxs de escuchar, observar y llevar la palabra a
las comunidades. Pero también encargadxs de reflexionar, cuestionar, debatir.
Desde hace meses se preparan, aunque en realidad se puede decir que son años,
siglos quizás.
Estamos en el
encuentro L@s Zapatistas y las
ConCIENCIAS por la Humanidad, y hasta el sureste mexicano llegaron cientos
de oyentes de muchas partes de México y del mundo y decenas de científicos,
quienes en los próximos días compartirán sus saberes con lxs alumnxs zapatistas
e intentarán responder sus preguntas.
Pero ¿qué tiene que
ver un movimiento rebelde indígena y esas ciencias, que van de la biología a la
astrofísica? ¿Cómo caben las ciencias “duras”
en un lugar que más tendría que ver con el realismo mágico que con la “objetividad” científica, donde existen
los gato-perros, donde una gallina es
capaz de convertirse en pingüino, donde un subcomandante puede ser el escudero
de un escarabajo, donde los muertos resucitan y botargas decretan su propia
muerte, donde se es soldado para que ya no haya soldados, donde se manda
obedeciendo, donde pescados aparecen en ríos secos tras una breve lluvia, donde
se inventan periscopios invertidos para indagar la concretud de las raíces y
donde una niña que sabe que Dios es redondo no cesa en su obstinado afán de
abrir grietas en un muro a patadas?
Las ciencias, dijo el
Sup Galeano en una carta a Juan Villoro, “tienen
la posibilidad de reconstruir sobre la catástrofe que ya ‘opera’ en todo el
territorio mundial. Y no hablo de ‘reconstruir’ en el sentido de retomar lo
caído y armarlo de nuevo, a imagen y semejanza de su versión antes de la
desgracia. Hablo de ‘rehacer’, es decir, ‘hacer de nuevo’. Y los conocimientos
científicos pueden entonces reorientar la
desesperación y darle su sentido real, es decir, ‘dejar de esperar’. Y quien
deja de esperar, podría empezar a actuar”.
“Para nosotras, nosotros las, los zapatistas”, dijo el Subcomandante Moisés en
la inauguración del encuentro, “hoy ha
comenzado un nuestro largo caminar, en búsqueda a las y los otros quienes
pensamos que con ell@s tenemos una gran responsabilidad de defender y salvar al
mundo en que vivimos, artes de artistas, ciencias de científicos y los pueblos
originarios con los abajos del mundo entero”.
Se trata por lo tanto
de una “escuela” muy otra: una
compartición en la que maestros y alumnos tienen en común la búsqueda de una
ciencia al servicio de la humanidad, una ciencia que sirva como herramienta
para crear otro mundo de entre los escombros dejados por la tormenta que ya
está aquí. Compartición histórica, porque se trata de un intercambio entre
iguales “manque distintos”. El
encuentro equitativo de epistemologías al parecer desencontradas: la ciencia en
su tradición occidental y los saberes de la rebeldía indígena.
Digo desencontradas
porque la ciencia, como bien dijeron los diferentes científicos de diferentes
formas, surge de un contexto occidental que se ha vuelto hegemónico, de una
visión de mundo que se ha impuesto sobre todas las otras y que no pocas veces
ha sido usada para justificar el despojo, la violencia, la colonización
imperial. Una ciencia frecuentemente fundada en dualidades que sólo han traído
destrucción y la imposición de unos sobre otros, que coloca a unos como superiores y a otros como inferiores en una escala de valores que
se retroalimenta de sus propios conceptos.
Aquí no, aquí el
encuentro es entre iguales, aunque unos sean maestros y otros alumnos, en una
búsqueda común por alternativas ante la catástrofe que nos acomete. Por eso lxs
zapatistas pasaron meses preparándose y así, tras larga reflexión colectiva,
plantearon una serie de preguntas iniciales para los científicos,
expresadas en la voz del Sup Galeano. Preguntas como: “Cuando nace un
bebé y sólo su corazón palpita, está vivo pero el cuerpo esta verdusco,
muerto, está inmóvil, entonces en un recipiente con agua hirviendo, se coloca
la placenta del bebé y sin cortar el cordón umbilical, el bebé se empieza a
recuperar mientras la placenta se desintegra en el agua hirviendo”. O: “¿Explicar
científicamente por qué la deficiencia del lenguaje técnico de las diferentes
ciencias impide la formulación de conceptos precisos sobre objetos
fundamentales para el bien de la tierra o de la humanidad?”
Esas, entre muchas
otras, fueron las “fáciles”. Después
vinieron las difíciles, como: “¿Científicamente
han estudiado que todos sus trabajos, como científicos que son, algún día
benefician al pueblo?” Y: “Herman@s, compañer@s
científic@s, nosotras, nosotros como zapatistas pensamos que la ciencia en
sí es una serie de conocimientos que podría ayudarnos a desarrollar un sistema
más humano, donde nuestros sueños de unidad y conservación de la Madre Tierra y
los seres vivos sean posibles. Al mismo tiempo destruiríamos más pronto el
monstruo capitalista. Entonces ¿sus sueños, sus conocimientos, su ciencia,
caben en el mundo de la opresión?, ¿en el despojo, en el horror, el miedo y el
exterminio de la vida, caben ahí sus sueños?, ¿creen ustedes que la ciencia se
puede humanizar colectivamente con los pueblos del campo y la ciudad?”
Lxs científicos en
este primer día de encuentro respondieron al desafío con seriedad y compromiso:
La bióloga Adriana
Raquel Aguilar Melo hizo un recuento de los orígenes de la ciencia y de la
academia, una visión crítica del papel de los estudios académicos y de su
calidad excluyente, y exploró las posibilidades de que la ciencia sea realmente
un bien común.
Lxs profesorxs Luis
Malaret y Diana Rochelau expusieron tres ejemplos de trabajos realizados por ellxs
en el área ecológica, en los que las epistemologías de la ciencia occidental y
de visiones otras entraron en conflicto, derivando en nuevos entendimientos.
El Dr. Tonatiuh Matos
Chassin hizo un análisis de la relación entre el desarrollo de una nación y la
inversión destinada a la investigación científica, y una crítica a las
políticas educativas y científicas mexicanas.
El físico Eduardo
Vizcaya Xilotl hizo una crítica a la imposición del modelo de conocimiento
occidental sobre otras epistemologías, y la necesidad de direccionar las
ciencias por medio de “hibridación”
con lo ético y lo humanístico.
El Dr. Marco Antonio
Sánchez Ramos hace una relación entre el mito de Sísifo y la ciencia,
explicando que el sentido de la ciencia, que es generar conocimiento sobre
nuestro mundo, ha sido deturpado al ponerse al servicio del lucro y del
mercado.
Y el Dr. Iván
Alejandro Velasco Dávalos se preguntó a quién le sirve la ciencia, hizo
una crítica a los mecanismos de exclusión que vuelven a los estudios científicos
un ámbito de élites intelectuales y empresariales, y propuso la necesidad de
que las artes y las ciencias, juntas, se conviertan en herramientas de todos y
todas para la transformación de nuestro mundo.
Queda así plasmado el
desafío expresado en este primer día de este encuentro entre Lxs Zapatistas y las conCIENCIAS por la
humanidad, como un diálogo entre Einstein y Sherlock Holmes ante la mirada
crítica pero compañera del gato-perro.
Einstein que, “sin dejar de atender los
problemas mundanos de injusticia y esclavitud, hacen ciencias duras”,
Sherlock Holmes, que logra “ir más acá
del universo abstracto y aplica las ciencias a la búsqueda de la verdad y la
justicia”, y el gato-perro, “señalando las sombras de Moriarty y el
Proyecto Manhattan, advirtiéndoles sobre la presencia ominosa y depredadora de
la Hidra”.
Y sobre todo, la
pregunta con la que concluye el Sup Galeano al inicio del encuentro: “¿Y
ustedes qué?”
“L@S ZAPATISTAS y las
ConCIENCIAS por la Humanidad”
Texto: Raúl Romero
Fotografía: María González y Elis Monroy
Fotografía: María González y Elis Monroy
Agencia SubVersiones
Cientos de zapatistas, miembros de diferentes
pueblos originarios, personas de diferentes organizaciones sociales y a título
individual asistieron este 26 de diciembre al CIDECI, en San Cristóbal de las
Casas, Chiapas, a la inauguración del encuentro L@s
Zapatistas y las ConCIENCIAS por la Humanidad en el que participan
científic@s de diferentes partes del mundo y de distintas disciplinas.
El encuentro, convocado por el Ejército
Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) desde hace varios meses, es parte de
los esfuerzos que l@s zapatistas vienen haciendo por convocar a científic@s y
artistas para reflexionar sobre cómo es que desde sus áreas viven la tormenta y cuáles son las estrategias que imaginan,
investigan o proponen para enfrentarla.
La inauguración estuvo a cargo del
Subcomandante Insurgente Moisés, quien en su intervención señaló
que para las y los zapatistas comenzaba un recorrido con quienes, como ellos y
ellas, tienen la «gran responsabilidad de
defender y salvar al mundo en que vivimos, artes de artistas, ciencias de
científicos y los pueblos originarios con los abajos del mundo entero».
Moisés también señaló que la ciencia, en
manos de los capitalistas, es usada para «hacer
el mal», y que con ella «los ricos se
hacen más ricos», al tiempo que la utilizan para matar y destruir. Antes de
terminar su discurso, dijo a los asistentes que este 26 de diciembre había que
recordar que «nos faltan 46 vidas»,
en alusión al crimen –todavía impune– contra los estudiantes de Ayotzinapa.
Más tarde, en la primer mesa del día,
participaron el Subcomandante Insurgente Galeano, la bióloga Adriana Aguilar
Melo, la geógrafa Dianne Roucheleau y el ecólogo Luis Malaret, así como el
físico Tonatiuh Matos. En la sesión vespertina participaron el biólogo Marco
Antonio Sánchez, el físico Eduardo Vizcaya y el especialista en ingeniería
metalúrgica Iván A. Velasco-Dávalos.
En su participación, el Sub Galeano, en su poco conocida
faceta de alquimista, lanzó algunas
primeras preguntas que las bases de apoyo zapatistas esperaban se pudieran
responder en el encuentro. Galeano contó que para llegar a este encuentro l@s
zapatistas se habían preparado por largo tiempo. Así, relató que para hacer las
preguntas, se juntaron por asambleas de zona y luego en reuniones de acuerdo a
los temas de interés. Las preguntas cuestionan desde cómo se forman los
vientos, tormentas, ciclones y terremotos, cuáles son los verdaderos efectos
del flúor, si existe o no el hoyo en la capa de ozono y cuáles son sus efectos,
cuáles son las repercusiones de los transgénicos, por qué a las mujeres
embarazadas les da preeclampsia, por qué hay cerebros rápidos y otros lentos y
hasta cuál es la función de la ciencia, quién tiene el control de ésta y si
puede el mundo vivir sin capitalismo, serán algunas de las interrogantes que
estarán presentes a lo largo del encuentro.
El resto de las participaciones versaron
sobre distintos temas: la relación ciencia-academia, ciencia-tecnología,
ciencia-desarrollo y ciencia-progreso; la «neutralidad»
en la ciencia, los criterios de evaluación, la monopolización del conocimiento
científico y la ciencia como bien común; la ciencia y el control poblacional,
las repercusiones del capitalismo en diferentes ecosistemas y en el planeta en
general y otros más.
Sin embargo, hasta el momento casi todos y
todas las ponentes coincidieron en que es necesario recuperar los principios de
la ciencia, aquellos que fueron bien resumidos por Galeano: «queremos entender el mundo, conocerlo.
Porque sólo si lo conocemos, podremos hacer uno nuevo, uno más grande, uno
mejor».
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