"Requiem
para el sueño americano"
CHOMSKY: "Concentración de poder, democracia y
poderes contramayoritarios" (video)
El Ruido de las nueces
Publicado el 01 julio 2016
Fragmento del documental "Requiem para el sueño americano".
La concentración de poder y la construcción del sistema político desde el
financiamiento de la política que produce legislaciones favorables hasta el resguardo
último de aplicación realizado por un poder judicial contramayoritario. Los
griegos tenían una alerta para los gobiernos democráticos: cuidaos del
gobierno, de los jueces o de los brujos.
“Democracia
o corporaciones” no es un eslogan, sino un dilema que enfrentan las llamadas
democracias del mundo, que muestran un rostro político diseñado por el rostro
económico.
Chomsky indaga desde los albores del sistema y
el dilema de “minorías que debían ser
especialmente protegidas” poniendo frenos y cristalizando instituciones
para limitar la voluntad de las mayorías; y como los padres fundadores
norteamericanos desconfiaban de cualquier “apelación
a la ciudadanía, dada la tendencia de la misma a dejarse guiar por sus
pasiones”. Por es, y como último resguardo para preservar riquezas y
acreencias diseñaron sistemas donde los jueces tienen la facultad de
contradecir al Poder Legislativo con sus fallos y se preocuparon por
estructurar el poder judicial de modo que las decisiones de sus miembros fueran
“completamente independientes de las
decisiones a las que pudiesen llegarse a través del debate público”.
Chomsky
encuentra varias similitudes entre Trump y otras figuras demagógicas de la
historia, como Adolfo Hitler
El Economista
Publicado el 15 de enero de 2017
(15 de enero del
2017).-El fin de la República de Weimar, en 1933, es el escenario que se
asemeja más a la situación que está viviendo Estados Unidos con el arribo de
Donald Trump al poder, de acuerdo con Noam Chomsky, profesor emérito del
Instituto Tecnológico de Massachusetts y una de las figuras más contestatarias
frente a las políticas neoliberales de diversas administraciones
estadounidenses.
En una entrevista con
Truthdig, en el 2010, Chomsky hizo una predicción que parece estarse
cumpliendo: “Si llega alguien carismático
y honesto, este país está en problemas, sobre todo debido a la frustración, la
desilusión, el enojo justificado y la ausencia de una respuesta coherente
(…) Se nos dirá que los hombres blancos
son una minoría perseguida. Nos dirán que tenemos que defender el honor de la
nación. La fuerza militar será exaltada. La gente será golpeada. Esto podría
convertirse en una fuerza abrumadora”.
Chomsky se interesó desde muy
pequeño por dos cosas: el lenguaje y la política. Sus estudios lingüísticos lo
llevaron a convertirse en el fundador de toda una rama de esta ciencia, la gramática
generativa, la cual cimbró los cimientos de la lingüística tradicional. Pero
desde hace varias décadas, su intenso activismo político y social han hecho que
sea uno de los intelectuales más contestatarios del siglo XX. En una
conversación con Sam Fragoso, de la revista Pacific Standard, Chomsky detalló su opinión sobre lo
que espera que ocurra con el ascenso al poder de un hombre cuya demagogia
compara con la política de Adolfo Hitler.
1.- Es
un estafador
A la pregunta de Fragoso sobre si un personaje con una
personalidad vacía y con una política confusa, como Chomsky ha definido a Trump
en repetidas ocasiones, puede llegar a los votantes, el profesor en lingüística
del Instituto Tecnológico de Massachusetts respondió que el presidente electo
de Estados Unidos es “como un estafador.
Fue capaz de decir cosas a un sector de la población que, de alguna manera,
articuló sus propias preocupaciones y sentimientos, y lo hizo con bastante
eficacia”.
Chomsky encuentra una
contradicción crucial en el carácter de Trump al comparar la retórica de éste
cuando le habla a la clase trabajadora con los nombramientos de su gabinete.
Cuando habla con la clase trabajadora “él
es anti-establishment, él va a enfrentar a Wall Street (…) Él dice que va a traer de vuelta trabajos
(…) ¿Cómo va a hacer eso? Al elegir a un
secretario de Trabajo (Andrew F. Puzder) que es sumamente anti-laboral”.
2.- Para
Trump, todo es culpa de los demás
Muchas de las personas que votaron por Donald Trump
también votaron por Barack Obama en el 2008 y en el 2012. El periodista de
Pacific Standard le preguntó a Chomsky el estado al que tendría que llegar
Estados Unidos para que las personas se den cuenta de que Trump no está
actuando con las mejores intenciones. Para el activista y escritor, el eslogan
de Trump “Make America Great Again”
le dio a los votantes la misma sensación que ofreció el discurso de Obama
durante sus campañas electorales, una sensación de esperanza y cambio, la cual
fue disminuyendo conforme avanzaba su administración.
Pero cuando las personas se den cuenta de que el gobierno
de Trump tampoco puede ofrecer esa esperanza y ese cambio, hay varias alternativas
que, de acuerdo con Chomsky, no son nada alentadoras. Una de estas alternativas
es “una usual acción de las figuras y de las estructuras autoritarias cuando no
pueden cumplir sus promesas, buscar un chivo expiatorio: ‘Vamos a culpar a las
personas más vulnerables y que están sufriendo. Hagamos que sea culpa suya’”,
explica Chomsky. El investigador recuerda que Trump ya ha comenzado con esta
práctica, ya que ha culpado a los inmigrantes por los problemas que enfrenta la
Unión Americana.
3. La educación está bajo ataque
En palabras de Chomsky, el sistema educativo
estadounidense, del que ha formado parte desde hace más de 65 años, no motiva
la curiosidad de los estudiantes. Por el contrario, las escuelas y
universidades han convertido a este sistema en una estructura que fomenta el
control del aprendizaje y la falta de curiosidad entre sus miembros,
fortaleciendo un sentimiento de pasividad en ellos. Además, de acuerdo con el
lingüista, con la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos el sistema
educativo estadounidense se encuentra bajo ataque, sobre todo si se considera
que el presidente electo ha elegido a una persona que está en contra de la
educación pública, la empresaria Betsy DeVos, como su próxima secretaria de
Educación.
4. Hay sólo fragmentos de verdad en el
panorama
Las palabras de Trump han conducido a Estados Unidos y a
buena parte del mundo a vivir en una era post-factual, es decir, que los hechos
y la realidad han dejado de tener importancia; son las palabras y su
interpretación la moneda de cambio de una era en la que la opinión vertida en
redes sociales es más relevante que los hechos reales. Para Trump, “si yo digo que es falso, entonces es falso”.
Chomsky compara esta actitud
con la propaganda nazi que llegó 10 años después de que Alemania alcanzara la
cumbre de la civilización occidental. “El
pico de la civilización occidental, en muchos sentidos, fue Alemania en los
años 20 en las artes, las ciencias e incluso como un modelo para la democracia.
En 10 años, había descendido a las profundidades de la barbarie en una sociedad
post-factual”. Para Chomsky, al igual que durante el régimen nazi, flotan
en el aire fragmentos de una verdad que confunden más que esclarecen.
5. Estamos en una situación histórica
específica
Chomsky encuentra varias similitudes entre Trump y otras
figuras demagógicas de la historia, como Adolfo Hitler. La diferencia que
existe entre la Alemania nazi de Hitler y Estados Unidos con Trump, es que en
este caso existen formas efectivas de evitar los peligros que implica que un
personaje como él llegue a la Oficina Oval y de aprovechar las oportunidades
que se presenten para construir la base de un mejor futuro. El activista pone
como ejemplo el plan de infraestructura que Trump ha anunciado que llevará a
cabo durante su mandato. Según Chomsky, el plan de infraestructura de Trump
implica que las empresas les quitarán dinero a los contribuyentes para
construir la infraestructura que ellos creen es la necesaria. Sin embargo, para
Chomsky esto no es más que un acto de corrupción.
“Una
alternativa sería un programa de infraestructura que desarrolle cosas que
realmente necesitamos, como un tren de alta velocidad, por ejemplo, o sistemas
de escuelas públicas con salarios docentes dignos y con respeto por los
maestros (…) Esto requeriría la
inversión del gobierno, lo que significa el compromiso popular de utilizar los
fondos para el beneficio del público en general”, refiere.
6. Debemos
defender los derechos fundamentales
Las últimas preguntas de Fragoso a Chomsky tienen un matiz
más personal, más cercano. La voz del escritor y activista social es una de las
más escuchadas y reconocidas en el ámbito de las prácticas políticas
estadounidenses. Pero para el investigador, perder su voz, es decir, ser
censurado, no es un problema relevante. “Ha
habido tiempos mucho peores, y hay muchas oportunidades y mucha protección para
la libertad de expresión y asociación, si defendemos estos derechos
enérgicamente, lo mismo que las oportunidades que tenemos”.
De acuerdo con Chomsky, sus
opiniones no son complejas y en realidad no importa quién las diga, sino que
sean dichas, para que sean escuchadas. Uno de los intelectuales más importantes
del último siglo concluyó la entrevista apelando a la responsabilidad que
tienen todos los estadounidenses para cumplir objetivos comunes. “ Todos
tenemos cosas que podemos hacer. Tenemos oportunidades, debemos perseguirlas en
la mayor medida posible”.
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