Los matices con los que Perelló “precisa” sus declaraciones
Los costos de la permisividad política (1ª parte)
Los costos de la permisividad política (1ª parte)
Facebook
del Comité 68
Qué bien que por fin Radio UNAM haya suspendido el
programa que conducía Marcelino Perelló, quien considera que la violación
sexual por parte de cuatro hombres conocidos como Los Porkys a la joven veracruzana Daphne Fernández no es motivo de
protesta, menos aun cuando según él hay mujeres que “sólo han sentido un orgasmo cuando son violadas”.
Qué mal que esa estación
universitaria lo haya contratado y lo haya mantenido durante más de 15 años
como conductor titular de un programa a pesar de sus conocidos antecedentes,
como son las infames declaraciones que hizo a la prensa el 4 de octubre de
1968. Sus afirmaciones de que en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco el
día 2 de octubre el ejército había disparado balas de salva fueron difundidas en los medios de comunicación. La
mentira tenía su componente más dañino en el hecho de que él había sido uno de
los estudiantes que participó en el movimiento y cuyo rostro era conocido por
la opinión pública.
Nadie sabe a ciencia cierta
como “supo” de las supuestas balas de salva o quién le dijo que
declarara semejante cosa. Es evidente la falta de sustento de las invenciones
que se dieron en la voz de Perelló, más aún porque él no puede argumentar que
lo que dice tenga carácter testimonial, dado que no estuvo en Tlatelolco el 2
de octubre de 1968.
Algunos de los estudiantes
del movimiento estudiantil minimizaron la actuación de Perelló y tiempo después
permitieron que se le presentara como “ex
dirigente del movimiento del 68”, como si esa fuera su característica
principal y no la que realmente lo define: la de ser un mentiroso que –por
cobardía, por algún tipo de presiones, por un intento de congraciarse con
alguien para su conveniencia personal o por lo que sea– no tuvo ni tiene el más
mínimo respeto por la memoria de los caídos en Tlatelolco ni por lucha del
movimiento estudiantil.
En efecto, no todos los
estudiantes de aquella época se mantuvieron firmes en descalificar el proceder
de Perelló, algunos de ellos –aunque no compartieran los dichos de éste– se
convirtieron indirectamente en su aval, al admitir que tuviera “derecho a manifestar su posición” en
calidad de “exintegrante del movimiento”.
No son pocas las ocasiones en las que él, ostentándose como el más “libertario” y “radical” analista de la izquierda, se presenta en centros de
educación a impartir conferencias sobre el movimiento estudiantil y en diversos
foros ha participado en mesas redondas. Estos han sido algunos de los costos de
permisividad.
¿Y si en el futuro condujera
un programa de sexología?
Muchas personas que desconocen las declaraciones de Perelló respecto a lo ocurrido en Tlateloco, pero que se han enterado de sus comentarios con relación a Los Porkys y sobre lo que él considera que no es una violación, con plena razón señalan que este personaje es repudiable y debiera ser inadmisible en cualquier espacio que se respete. Pero ¿qué dirán ahora sobre él quienes, conociendo su actuación desde hace casi 50 años, no consideraron que fuera repudiable y sí lo admitieron?
Esperemos que pasado el momento de la sorpresa ante las posiciones que Perelló expresó sobre la violación sexual, no haya quienes digan que él tiene derecho a dar su punto de vista y decir lo que piensa y además consideren permisible que funja como conductor de algún programa de sexología; pero si tal cosa llegara a ocurrir, ojalá que no se imponga el afán protagónico de quienes son incapaces de “desaprovechar” cualquier micrófono y que no haya feminista alguna que acepte ser entrevistada por él.
Los matices con los que Perelló intentó “aclarar” diez años después sus declaraciones del 4 de octubre de 1968, no fueron más que una reiteración mitómana de su misma versión. De ello hablaremos en la 2ª. Parte de este artículo.
Muchas personas que desconocen las declaraciones de Perelló respecto a lo ocurrido en Tlateloco, pero que se han enterado de sus comentarios con relación a Los Porkys y sobre lo que él considera que no es una violación, con plena razón señalan que este personaje es repudiable y debiera ser inadmisible en cualquier espacio que se respete. Pero ¿qué dirán ahora sobre él quienes, conociendo su actuación desde hace casi 50 años, no consideraron que fuera repudiable y sí lo admitieron?
Esperemos que pasado el momento de la sorpresa ante las posiciones que Perelló expresó sobre la violación sexual, no haya quienes digan que él tiene derecho a dar su punto de vista y decir lo que piensa y además consideren permisible que funja como conductor de algún programa de sexología; pero si tal cosa llegara a ocurrir, ojalá que no se imponga el afán protagónico de quienes son incapaces de “desaprovechar” cualquier micrófono y que no haya feminista alguna que acepte ser entrevistada por él.
Los matices con los que Perelló intentó “aclarar” diez años después sus declaraciones del 4 de octubre de 1968, no fueron más que una reiteración mitómana de su misma versión. De ello hablaremos en la 2ª. Parte de este artículo.
18 de abril de 2017
1) Comentarios de Marcelino Perelló sobre violación
sexual.
Al aire, Perelló
justificó la actuación del juez Anuar González, quien dejó sin efecto el auto
de formal prisión dictado contra uno de Los
Porkys. Según el conductor del programa, el hecho de que “te metan los dedos no es para armar un
desmadre estrepitoso (…) o sea, la
violación implica necesariamente verga, si no hay verga no hay violación. O sea
con palo de escoba, dedos o vibradores, no hay violaciones”.
De
igual forma, el ahora ex conductor supuso que el magistrado, actuó de esa
manera porque “consideró que la chava
estaba muy buena”. En ese mismo programa, aseveró que la violación existe
específicamente hacia “viejas cuero”
e incluso hay mujeres que la disfrutan, porque “sólo han sentido un orgasmo cuando son violadas”.
Once
días después de la citada transmisión de Perelló y ante la enorme indignación
expresada en las redes, especialmente por feministas, la máxima casa de
estudios notificó por medio de un comunicado la cancelación del programa radial
[engañosamente llamado Sentido contrario]
que se transmitía desde hace más de 15 años.
Lo
anterior son extractos de una nota de La Jornada publicada el 8 de abril de
2017, en la página 5 de la sección de Espectáculos. El audio se puede escuchar
íntegro en:
El regreso de
Perelló diez años después de las “balas
de salva”
Los costos de la permisividad política (2ª parte)
Los costos de la permisividad política (2ª parte)
Facebook
Comité 68
Marcelino Perelló, quien había participado como
estudiante en el movimiento de 1968, pero que el 4 de octubre de ese año,
declaró a la prensa que el ejército había llegado a Tlatelolco a disolver el mitin con balas de salva,
es el mismo que recientemente, pero ya como conductor de un programa de Radio
UNAM hizo los vulgares y misóginos comentarios de apología a la violación
sexual a las mujeres que provocaron una gran indignación social. (1)
Entre las escandalosas
declaraciones de 1968 y sus comentarios del presente mes, siguió produciendo
veneno y adulterando la información de los temas que trata. El 31 de septiembre
de 1978 se publicó una entrevista que le hizo Francisco Ortiz Pincheti en
Europa, en donde se encontraba autoexiliado La introducción a la entrevista fue
la siguiente: “Lejos de la patria,
distante 10 años aquel verano que trastocó de manera definitiva su vida,
Marcelino Perelló rompe por fin con el silencio: habla para Proceso”.
“Es cierto que yo dije que, en un principio, los
soldados habían disparado balas de salva. En un principio. Pero algunos
periódicos tergiversaron mis declaraciones y me chingaron”
Como se puede leer, La tergiversación consistió en que, según él, lo que había dicho a la prensa era lo que había ocurrido “en un principio”. Pero aún si fuera cierta esta precisión, tan sólo sería un matiz intrascendente; lo que sí es significativo es que haya tardado 10 años para volver a hablar para un medio de prensa y que la prueba de sus múltiples mentiras, por fortuna, se descubre en la inconsistencia de su propio discurso.
Como se puede leer, La tergiversación consistió en que, según él, lo que había dicho a la prensa era lo que había ocurrido “en un principio”. Pero aún si fuera cierta esta precisión, tan sólo sería un matiz intrascendente; lo que sí es significativo es que haya tardado 10 años para volver a hablar para un medio de prensa y que la prueba de sus múltiples mentiras, por fortuna, se descubre en la inconsistencia de su propio discurso.
Con acceso al domicilio particular
del representante de Díaz Ordaz
A la pregunta de en dónde anduvo el 2 de octubre,
respondió que ese día salió del departamento de una chava del Comité Olímpico,
en el que había estado escondido los
días anteriores, porque se dio cuenta de que ya había sido descubierta su
ubicación. “La policía revisaba ya
departamento por departamento… ¿A dónde ir así? Sólo había un lugar
relativamente seguro: la casa de Andrés Caso y (Jorge) De la Vega … Caso me recibió con estas palabras: ‘acaban de matar a 40
soldados en Tlatelolco’. Fue la primera noticia que tuve de lo ocurrido (sic)”. Perelló y dos personas que lo
acompañaban se quedaron casi toda la noche allí… “Platicamos con él, cordialmente… Estábamos aislados, sin saber qué
hacer”. (2)
Las intenciones del ejército,
¡adivinadas por un tal Del Bal!
Al día siguiente se trasladó a Ciudad Universitaria y
narra que fueron llegando a este lugar estudiantes que sí habían estado en
Tlatelolco y, según él, éstos decían que “el
ejército llegó con balas de salva; que los soldados mentaban madres y que hasta
un rato después de iniciado el tiroteo les repartieron parque, como me dijo que
lo vio el compañero Del Bal; que el ejército había llegado a disolver (sic)
el mitin y que fue recibido a balazos…
Esa fue la tesis más generalizada y esa
fue la versión que dimos en la conferencia de prensa del 4 de octubre”.
¿Cómo podía saber el
informante de Perelló cuál era el propósito del ejército? ¿o qué elementos
tenía para afirmar que su intención había sido disolver el mitin? Si esa
hubiera sido la finalidad de su presencia en la Plaza de las Tres Culturas ¿para
qué emboscó el mitin tendiendo el triple cordón militar que cerraba la salida
de la plaza a los manifestantes? ¿quién llevó el parque letal? ¿qué función
tuvo la luz de bengala que cayó de un helicóptero segundos antes de que se
iniciaran los disparos? Los preparativos extraordinarios en las agencias del
ministerio público y en los centros de detención que habían sido desalojados
para dar cupo a la enorme cantidad de estudiantes que fueron prisioneros ¿acaso
correspondieron a la intención de disolver el mitin?
Respecto a su ausencia en la
Plaza de las Tres Culturas, Perelló respondió:
“No le vi sentido a ir, no había porqué ir. Era un mitin más, donde los
oradores estaban ya designados. Además, yo tenía problemas graves de
movilización; era fácilmente reconocible, porque tenía que andar en la silla de
ruedas”.
“Yo consideré improcedente la celebración del mitin en
Tlatelolco. Existía un clima generalizado de provocación, tanto por parte de
los sectores gubernamentales más represivos como en el seno del propio CNH. Era
evidentemente peligroso”.
Así que la razón por la que
no participó en una actividad decidida colectivamente fue que, prudentemente,
trató de evitar el riesgo, pero también dice que él estaba dedicado a organizar
un posible boicot a los Juegos Olímpicos.
Y aun escondido y a salto de mata “Logramos infiltrar el correo oficial del
Comité Olímpico Internacional. Gracias a eso logramos que las delegaciones de
Checoslovaquia y de Italia se solidarizaran con el movimiento”. Su
dedicación a ese propósito es inexplicable, más aún porque el 30 de septiembre,
el Consejo Nacional de Huelga (CNH ) había difundido que reiteraba que no se
proponía interferir con los juegos olímpicos.
En fin, el entrevistado
informó de sus extraordinarias hazañas, de su inigualable claridad política y
que incluso hasta la emblemática Marcha del Silencio, el 13 de septiembre, fue
propuesta por él. “Fue una nueva forma, y
resultó un éxito; pero yo no pude asistir, porque para entonces yo ya andaba en
silla de ruedas”.
Tal parece que 10 años
después, Perelló no se había enterado de los argumentos que se dieron para que
esa marcha fuera en silencio, por eso lo que él resalta es que fue una forma
novedosa, pero no se refiere al contexto que explica el mensaje, el significado
y la intención de los estudiantes de marchar de esta manera (mostrar su
civilidad y autocontrol de manera disciplinada), como la respuesta del
movimiento a la campaña gubernamental que llamaba a los padres de familia a
cuidar a sus hijas y no las dejara salir por el riesgo que corrían durante las
manifestaciones estudiantiles protagonizadas por “hordas incontroladas” que podían agredir a las mujeres. Marchar en
silencio no fue una simple ocurrencia.
Perelló ha seguido reelaborando
y difundiendo su discurso sobre muchos otros aspectos del movimiento
estudiantil y siempre encuentra la manera de hacer una “autocrítica del movimiento” y un ensalzamiento a su propia persona
y a sus particulares posiciones. Con toda desfachatez se autoatribuye lo que
incuestionablemente fueron aciertos del movimiento de 1968 y reivindica ciertas
líneas de conducción que él intentó impulsar entonces y que son más que
cuestionables. No obstante, el rechazo contundente a su discurso y a su
comportamiento no fue generalizado, y ello contribuyó a que este personaje haya
tenido y siga teniendo un lugar en espacios en los que ahora se comprende que
es inaceptable, como son el Museo Universitario del Chopo, en donde funge como
secretario general, y en la Facultad de Ciencias como profesor de carrera.
Un buen amigo comentó que
está convencido de que la actuación política de Perelló es indefendible, pero
que habría que pensar muy bien ¿para qué difundir una información tan
dolorosa?. Mi respuesta es la misma que explica otras muchas luchas: “Para que nunca más” y porque la verdad
histórica es un derecho humano.
18 de abril de 2017
1) El audio con los comentarios de Perelló se puede
escuchar en:
Reporte
Índigo
Publicado
el 7 abril 2017
El exlíder del
Movimiento estudiantil del 68 y ahora conductor de un programa en Radio UNAM
aseguró durante su programa radiofónico que “meter
dedos o palos no es violación".
2)
Andrés Caso Lombardo y Jorge de la Vega Domínguez fueron los dos funcionarios
designados por el presidente Díaz Ordaz, para que negociaran con los
estudiantes, lo cual fue informado el 1 de octubre en una asamblea del CNH que
eligió a tres delegados para hablar exclusivamente sobre las condiciones para
iniciar el diálogo público que demandaban. Perelló no formó parte de esta
comisión. A petición de los representantes gubernamentales, la entrevista se
realizó en la casa del rector Barros Sierra el 2 de octubre por la mañana, unas
horas antes de la masacre. Luis González de Alba, uno de los delegados refiere:
“Al terminar las pláticas de ese día,
acordamos continuar la mañana siguiente en la Casa del Lago. Salimos de la casa
del rector y nos fuimos al mitin que esa tarde se celebraría en Tlatelolco”.
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