ELEMENTOS PARA ENTENDER LO QUE
OCURRE EN VENEZUELA
A propósito de la
Convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente 2017
LUCHAS
(Liga Unitaria Chavista Socialista)
Rebelión
Contenido:
Presentación
1. Orígenes de esta disputa.
2. El inicio del quiebre
3. El alzamiento militar y su visión sobre el
modelo económico de Venezuela
4. La Constitución de 1999
5. Que pasó entre el 2005 y el 2013
6. El gobierno de Maduro y las tensiones que se
expresan de manera abierta
7. ¿La Constituyente es una oportunidad para
resolver el conflicto de clases en Venezuela?
8. ¿Es necesaria esta Convocatoria a la Asamblea
Nacional Constituyente 2017?
9. Constituyente y Golpe de Timón
Presentación:
Militantes de la Liga Unitaria Chavista Socialista
LUCHAS, damos a conocer nuestra opinión sobre la convocatoria a una Asamblea
Nacional Constituyente (ANC) que planteó el presidente Nicolás Maduro, el 1º
de mayo en su discurso en el acto de celebración del día internacional de los
trabajadores.
Esperamos que Compañeros y
Compañeras de otras organizaciones y personalidades políticas revolucionarias,
con quienes desde hace meses atrás venimos compartiendo algunas orientaciones y
posiciones ante lo que ha venido ocurriendo en Venezuela y en nuestro
continente, decidan adherir la presente declaración. Consideramos a esto un
documento que ponemos a disposición para la discusión, a las distintas
organizaciones políticas revolucionarias existentes y a la vanguardia que ha
hecho posible transitar todo este proceso Bolivariano y Chavista.
Para argumentar nuestra
posición sobre nuestra participación a la convocatoria de esta ANC hemos
considerado imprescindible, referenciar con elementos históricos , de donde
viene esta disputa no resuelta "por
ahora" y que, en este año 2017 ha tomado dimensiones peligrosas de
violencia que parecen desbordarse cada vez más.
1. Orígenes de esta disputa.
Venezuela a comienzos del siglo XX era un país con un
modo de producción agrícola, de carácter pre capitalista. El impulso de la
explotación petrolera a partir de la década de los treinta de ese siglo
posibilitó la incorporación del país al mundo capitalista. Pero los poderosos
señores locales del dinero decidieron hacerlo por la puerta trasera. Siendo la
explotación de la mano de obra asalariada para la producción de la tierra, el
mecanismo originario de acumulación del capital, su evolución resulta fundamental
para entender el surgimiento del capitalismo tardío, dependiente y parasitario
en Venezuela y el surgimiento de la lumpen burguesía nacional. El surgimiento
de la lumpen burguesía venezolana no es el resultado del desarrollo de un
poderoso complejo productivo industrial, sino que se caracteriza por:
(a) Una apropiación amañada
de la renta petrolera, no para potenciar el surgimiento de una importante
infraestructura productiva, sino para generar una maquinaria de importación de
alimentos, bienes y servicios que le generara enormes ganancias, con las
divisas provenientes de la comercialización del petróleo, sin arriesgar su
propio capital y, liberándose de la peligrosa relación con los trabajadores en
las fabricas. Las pocas industrias que se instalaron eran de ensamblaje o para
capturar una porción importante de la renta petrolera, mediante las demandas de
importación de insumos para la producción de sus mercancías;
(b) El desarrollo de una
infraestructura bancario financiera que posibilitara esta dinámica;
(c) La formación de partidos
policlasistas para la instauración del modelo de democracia representativa, que
sirvieran para la mediación y evitar la conflictividad social, lo cual
implicaba un nivel especial de articulación entre la clase política y la lumpen
burguesía, cuyas fronteras muchas veces se confundían, mediante la creación de
nexos familiares, económicos y de comunión de intereses;
(d) Al surgir los partidos
modernos venezolanos (AD, COPEI, URD, PCV) en el marco de la disputa mundial
entre fascismo y estalinismo, impulsan la construcción de imaginarios de libertad,
progresismo y cambio, mediados por oscilaciones entre una claudicante
socialdemocracia ante el capital y, una perspectiva burocrática del socialismo
revolucionario. Un discurso condicionado por la diatriba entre fascismo versus estalinismo
posibilitó la construcción de imaginarios autoritarios en la dinámica de los
partidos modernos venezolanos desde sus orígenes.
La apropiación de la renta
petrolera, para concentrar las ganancias capitalistas mediante la importación,
hace que se produzcan cuatro grandes oleadas de abandono del campo, planteada
en el marco de la oposición ciudad-campo como si lo rural fuera sinónimo de
atraso y lo citadino de progreso. La primera fase ocurrió en los ensayos
democráticos y sus intermedios dictatoriales (1936-1958), la segunda en el
marco del combate a la guerra de guerrillas campesinas en la década de los
sesenta y la tercera, en el marco del auge de los precios del petróleo de los
años setenta. Una cuarta oleada, ya con una población campesina diezmada, se
produce en las dos ultimas décadas del siglo XX.
En todos estos periodos y
procesos, prácticamente se destruye la capacidad de producción agropecuaria
nacional y la llamada planta industrial no es otra cosa que una gigantesca
maquinaria de captura de la renta petrolera, mediante el desarrollo de
mecanismos de importación de insumos, partes y mercancías casi acabadas, que
generan ganancias exorbitantes, que en algunos momentos logran disimular sus
nefastas implicaciones en la relación capital-trabajo y la generación de esta
plusvalía sui generis.
2. El inicio del quiebre
El modelo entra en crisis como resultado del impacto
de la crisis mundial de los precios del petróleo de la década de los ochenta,
la crisis de las deudas externas de los países dependientes y la desaceleración
de la economía mundial, en ese mismo periodo. El llamado viernes negro venezolano
hizo que la lumpen burguesía venezolana iniciara un rápido proceso de
transferencia de las consecuencias de la crisis capitalista en este periodo
sobre las espaldas de los trabajadores, la clase obrera y los grupos
profesionales asalariados.
Una incontrolable inflación
generada por el impacto de la devaluación del bolívar frente al dólar y su transferencia
inmediata a las mercancías, productos, bienes y servicios importados por la
lumpen burguesía, generó una brutal caída del poder adquisitivo del salario
para la inmensa mayoría de la población. Fue una muestra evidente que la economía
venezolana estaba atada al carro de la importación y que tan solo se producía
en el país una pequeñísima franja de lo que requería la población.
El deterioro del nivel de
vida fue tan acelerado que produjo un enorme malestar en la población
venezolana que incubó la rebelión popular del 27 y 28 de febrero de 1989. Esta
insurgencia popular destacaba de fondo, el agotamiento del modelo
rentista-importador de la economía venezolana. Pero la lumpen burguesía
venezolana no estaba interesada en invertir para poner a producir la tierra ni
en la puesta en marcha de un parque industrial que atendiera las necesidades de
la población. Por el contrario, se concentraron en la maniobra política para
tratar de superar la tormenta y seguir con su modelo de ganancias de capitales a
través de las importaciones.
3. El alzamiento militar y su
visión sobre el modelo económico de Venezuela
En el año 1992 ocurren dos alzamientos castrenses que
colocan a los militares como el nuevo incluido en la dinámica política,
económica y social venezolana. Los planteamientos de Chávez y buena parte de
los militares alzados, se concentró entre ese año y el 2004 en la posibilidad
de desarrollar un capitalismo con rostro humano. En esa perspectiva, los
militares insurgentes planteaban que la lumpen burguesía venezolana no tenia
compromiso con el pueblo y, que era posible revertir esta situación con el
surgimiento de una burguesía nacionalista. Ello no era ninguna novedad en
términos políticos, pues el estalinismo lo había planteado desde la década de los
treinta para frenar la revolución mundial y el maoísmo había hecho de esta
premisa una verdad absoluta. Lo novedoso fue que lo plantearan los nuevos
incluidos, los militares, y que ello construyera rápidamente hegemonía política
en el imaginario popular. Es decir, en sus orígenes el movimiento Bolivariano
Chavista, se plantea la destrucción de la vieja lumpen burguesía y la creación
de las condiciones objetivas y subjetivas para que surja una nueva burguesía
nacionalista, antiimperialista y progresista. Eso hace que distintos sectores y
actores que aspiraban a acceder a la renta petrolera vieran en este movimiento
una oportunidad.
Los trabajadores, los
campesinos, los profesionales asalariados y los explotados y marginados en
general, comenzaron a ver en el movimiento insurgente una posibilidad de
cambiar su destino. Por ello, rápidamente y para sorpresa del stablismenth ,
se fueron sumando al movimiento dotándolo de un sentido de clase que no tenia
hasta ese momento. Pero la propia Agenda Alternativa Bolivariana (1996) seguía
planteando la tarea urgente de desarrollar un modelo capitalista humano. Esta
dinámica inicio un proceso de disputa al interior del movimiento Bolivariano
entre burgueses y aspirantes a neo burgueses y quienes vivíamos del trabajo. Tensión
que tuvo una primera expresión insurreccional el 11, 12 y 13 de abril de 2002.
Pero esa no era la
culminación, era el inicio de una abierta disputa por la renta petrolera por
parte de clases sociales antagónicas y entre sectores de la burguesía.
La izquierda venezolana venia
de cuatro derrotas sucesivas:
La primera la guerra de guerrillas en los sesenta.
La segunda, la combinación de formas de luchas legales, electorales y
clandestinas en los setenta.
La tercera, el fracaso de la combinación de múltiples tácticas que
abrieron la posibilidad al triunfo electoral para la presidencia de la
republica de un obrero siderúrgico el cual muchos señalan que vendió su victoria, ante migajas de los poderosos.
Cuarta la caída del llamado
socialismo real.
Una izquierda electoral
(MAS, PCV, MEP, etc.) quienes en su mayoría, en los noventa, apoyaron
electoralmente al candidato de la democracia cristiana y una izquierda radical
en proceso de disolución de sus organizaciones (PRV-PST-OR, etc.) encontró en el movimiento Bolivariano una tabla de
salvación. Pero la izquierda moderada y radical estaba muy consciente que la
apuesta inicial del movimiento Bolivariano era la destrucción de la vieja
burguesía y la creación de las condiciones para el surgimiento de una burguesía
nacionalista. Muchos se acercaron conscientemente, apostando por una
agudización en este proceso de las contradicciones de clase que abriera puertas
a una revolución socialista. Pero nadie se acercó engañado a este encuentro.
4. La Constitución de 1999
El proceso Constituyente de 1999 fue un proceso para
sentar las bases jurídicas que expresaran la nueva correlación de fuerzas
existente, reflejo de fenómenos políticos y sociales que ocurrían desde 1958 y
además, para abrir cauces a una nueva forma de construir la nación. Es una
Constitución pensada para un estado de justicia social que demandaba el emerger
de una nueva burguesía nacionalista, interesada en desarrollar las fuerzas
productivas nacionales y, no solo en arrebatar las divisas provenientes de la
renta petrolera para su modelo importador. Es también un esfuerzo para
construir jurídicamente, la aspiración que venia de décadas de lucha, de un
modelo político de democracia participativa y protagónica que garantizara la
ampliación de los derechos económicos y sociales de la inmensa mayoría de la
población. Ese pacto social contó con el apoyo de las fuerzas políticas y
sella la alianza cívico-militar para abrir cauces a otra Venezuela posible.
Las fuerzas de la oposición
venezolana con sus principales actores del presente Capriles, Leopoldo López,
Ramus Allup, María Corina Machado, etc., se opusieron abiertamente al texto
constitucional porque ellos eran representantes de la burguesía parasitaria,
capturadora de dólares de la renta petrolera, quienes veían amenazado su poder.
En el 99 llamaron a votar por el NO en el referéndum aprobatorio de la carta
magna. Por ello lo primero que pretendieron hacer en el golpe de Estado que
organizaron en el año 2002, fue derogar la Constitución de 1999. Resulta
inadmisible que ellos, hoy en día, pretendan erigirse en sus defensores a no
ser por el temor que el proceso constituyente de 2017 construya un nuevo pacto
social en el cual los intereses y el modus vivendi y las representaciones de la
vieja burguesía queden definitivamente borrados de la Carta Magna.
Insólito también resulta,
que sectores de la izquierda radical que siempre cuestionaron el texto de la
carta magna porque no rompía con el modelo capitalista, hoy planteen la defensa
de su contenido y la imposibilidad de su reforma, oponiéndose al proceso
constituyente de 2017. Sus argumentos señalan que existe el riesgo de la
perdida de derechos, expresando con ello conservadurismo y falta de confianza
en las posibilidades revolucionarias del pueblo para generar una radicalización
del proceso. Como lo señalara recientemente Atilio Borón, en Venezuela la
lucha de clases entra a una fase definitoria y en esa perspectiva, esa
izquierda se convierte en conservadora. Por supuesto que en toda acción
política existen riesgos de contrarreformas, pero si ese es el lugar de
enunciación en las luchas mejor sería entonces, no hacer política. Nosotros
preferimos estar junto al pueblo constituyente y atrevernos a vivir sus riesgos
y asumir su suerte, que es nuestra suerte como trabajadores.
5. Que pasó entre el 2005 y el
2013
La recuperación de la industria petrolera por parte
del gobierno Bolivariano, concretó en termino de políticas publicas, el inicio
de la destrucción de la vieja lumpen burguesía. El cerrar el acceso a las
divisas propias de la renta petrolera a un sector importante de esa lumpen burguesía
era un ataque que no habían sufrido desde los inicios de la explotación
petrolera. Por ello reaccionaron violentamente e intentaron disolver el proceso
Bolivariano mediante el golpe de estado del 2002. Lo que no contaban los
apropiadores de la riqueza venezolana, la lumpen burguesía importadora, era que
los trabajadores, los asalariados salieran a defender el gobierno Chavista.
Este emerger popular, develó la profunda lucha de clases que atravesaba a la
sociedad venezolana y tensionó al movimiento Bolivariano, ante la posibilidad
que la rebeldía de abril del 2002 abriera paso a una situación revolucionaria.
El protagonismo popular
posibilitó que Chávez y una parte importante del Movimiento Bolivariano
giraran a la izquierda, en un proceso de dos años que culminó en diciembre del
2004 con la declaración del carácter socialista de la revolución. Pero en política
no existe espacio vacío; al no reactivarse la producción agropecuaria ni el
parque industrial era necesario seguir importando más del 90% de los productos,
mercancías, bienes y servicios que requería la población venezolana. Esto
ocasionó que a la par que emergían nuevas formas asociativas protosocialistas
como las comunas, los consejos comunales, las empresas de producción social o
las empresas recuperadas por los trabajadores, un nuevo grupo de importadores
se fuera convirtiendo en una neo burguesía. Así́, desde el año 2006 se inician
fuertes tensiones entre la vieja lumpen burguesía alejada del acceso a las
divisas de la renta petrolera, la neo-burguesía parasitaria importadora y los
trabajadores que abrazaron la idea socialista. La lucha de clases inicia una
nueva etapa.
En esas contradicciones
entre capital y trabajo Chávez por lo general se colocaba al lado de los
intereses de los trabajadores, pero a su vez asumiéndose como árbitro para
evitar la confrontación directa entre las clases antagónicas. La izquierda
radical siempre estuvo clara en esta dinámica, pero siempre apostó a una nueva
correlación de fuerzas en la cual los sectores populares con Chávez y los
Bolivarianos anticapitalistas le abrieran paso a una revolución socialista
radical. No podemos entender, como ahora algunos pretenden descubrir las
tensiones que ya eran evidentes desde el año 2002 y que cobraron especial
dinamismo con el intento de corrida de dólares, el control cambiario del dólar
y la congelación de precios de los productos mediante subsidios permanentes.
6. El gobierno de Maduro y las
tensiones que se expresan de manera abierta
La realidad suele superar cualquier elucubración política.
La enfermedad y posterior muerte de Chávez, así́ como la abrupta caída de los
precios del petróleo, a niveles muy por debajo del mínimo ingreso necesario
para mantener la situación de gobernabilidad iniciada en el 2006 abren un nuevo
capitulo en la lucha de clases en Venezuela. El imperio norteamericano con sus
gobiernos lacayos internacionales y la lumpen burguesía nacional, ven que ha
llegado el momento de recuperar la renta petrolera para volver al modelo de
capitalismo tardío, dependiente e importador que habían impulsado.
Pero una nueva burguesía surgida
entre 2006 y 2013 no está dispuesta a dejarse arrebatar el control del 96% de
los productos de consumo masivo que son importados. En el medio, un gobierno y
un partido que había jugado a un nuevo policlasismo socialista que evitara la confrontación directa entre clases antagónicas.
Los trabajadores impactados por una brutal inflación, pérdida del poder
adquisitivo y sustitución del discurso socialista por una retórica de
sobrevivencia en el poder, vacilan entre la pasividad y el apoyo irrestricto al
gobierno de Maduro. Esta vacilación lleva a más de un millón de electores
chavistas a abstenerse en diciembre de 2015, lo cual posibilita el triunfo de
los sectores de la oposición al chavismo en la Asamblea Nacional.
La calle se reedita como el
espacio de medición de fuerzas. Lo cierto es que cada uno de los sectores en
disputa con un electorado que supera los cuatro millones de votos, a ambos se
les posibilita movilizar 100 o 200 mil personas. La propaganda sobre la
superioridad de uno u otro a partir de las movilizaciones no esconde que lo que
está detrás es una agudización de la lucha de clases. Los sectores
influenciados por la derecha apuestan por una vuelta al modelo pro capitalista
previo al 98, una franja muy importante de los trabajadores influidos por el
chavismo comienza a cansarse de la actual situación y plantean una radicalización
sin romper con los aparatos burocráticos, mientras que la neo burguesía quiere
que todo siga igual que nada cambie.
Los sectores políticos, de
ambos campos, influenciados por uno u otro factor burgueses no logran dialogar,
porque ambos quieren el 100 por ciento de la renta petrolera. Al no ponerse de
acuerdo sobre como compartir “ganancias”
de la renta petrolera agudizan la conflictividad, en una espiral de permanente tensión
sin posibilidad de salida. La crisis política es expresión de las tensiones
entre sectores burgueses que no se ponen de acuerdo respecto a cómo compartir
la renta petrolera.
Pero en los partidos del
Gran polo Patriótico y en la mayoría de cuadros intermedios, de bases y algunos
de dirección esta disputa no los involucra, pero sí podrían verse afectados
por su resolución que puede terminar siendo regresiva en cuanto a conquistas políticas,
sociales y económicas; por ello comienzan a girar a la izquierda hacia un
encuentro con la “lógica popular”.
El mayor riesgo para el stablismenth de esta imposibilidad de
dialogo político, dado que los intereses económicos y las ambiciones están
desbordadas, es que:
(a) emerja una solución
autoritaria que pretenda erigirse por encima de ambos sectores burgueses en
disputa, construyendo caminos de entendimiento forzado: En la medida que esa
salida autoritaria lograra abrir paso a un consenso económico la solución política
seria eminente y lo “autoritario” dejaría
de tener razón de ser;
(b) el surgimiento de una revolución
social que construya un centro político radicalmente opuesto a lo conocido
durante el siglo XX e inicios del siglo XXI en Venezuela.
7. ¿La Constituyente es una
oportunidad para resolver el conflicto de clases en Venezuela?
Venezuela ha profundizado su crisis en este año 2017,
la que ya no es sólo económica y política sino también social, moral, cultural
y fundamentalmente de perspectiva como nación. Esta situación, consecuencia de
esa larga disputa ya explicada con anterioridad, está en uno de sus picos de más
violencia y de desentendimiento desde que hace casi 20 años irrumpió Hugo Chávez
a la cabeza del movimiento que ha estado tratando de cambiar el modelo de
estado capitalista conocido como la IV Republica.
En el presente estamos
viviendo niveles de violencia diarios totalmente desaforados, lo cual de
escalarse abre la posibilidad cierta a una situación de guerra civil como expresión
de un desborde de las lucha de clases y el inicio de una situación
revolucionaria, pero también abre posibilidades a la conformación de un
gobierno autoritario que pretenda arbitrar la disputa inter burguesa, la intervención
militar foránea para borrar el mal ejemplo del Chavismo en América Latina, el
Caribe y el mundo, ó incluso al bloqueo económico con el congelamiento de las
cuentas petroleras.
En cada oportunidad que
surgen fricciones entre las clases sociales que amenazan con romper el pacto
social de 1999, la solución del movimiento Bolivariano con Chávez a la cabeza
fue más democracia, ampliación de la participación popular o elecciones. Las
tensiones tienen una larga expresión y en distintos momentos históricos, quizás
las más relevantes se expresan alrededor de las elecciones para la Asamblea
Nacional Constituyente en 1999; la recuperación del control de PDVSA y el golpe
de estado (2002); el sabotaje petrolero y el lock out empresarial a finales de
2002; el saboteo de la inversión en el sector productivo por parte de la
patronal; los sabotajes eléctricos en distintos momentos; la guerra económica
con la programación de desabastecimiento alimentario, protestas violentas
(guarimbas, cortes de rutas y plantones).
Lamentablemente en muchas de
estas oportunidades también hemos presenciado abusos de autoridad, criminalización
de protestas y violaciones a derechos humanos que evidencian las tensiones
propias de la lucha de clases al interior del propio movimiento bolivariano.
Un capitulo especial en la
actual coyuntura, lo encontramos en el involucramientos de gobiernos de otros países,
en los asuntos internos del nuestro, como viene ocurriendo con el llamado
Decreto Obama que considera a Venezuela como un país "de una alta peligrosidad para la estabilidad de los EE UU" o
la pretensión de Almagro quien desde la OEA pretende aplicarle la Carta Democrática
de ese organismo a la Revolución Bolivariana y/o imponer una supuesta ayuda
humanitaria al país. Las consecuencias de estos intentos de desestabilización
patentados en el exterior han generado desbordamientos que han quedado en
condiciones de impunidad, a pesar de las lamentables cifras de asesinados y de
cuantiosas pérdidas materiales y económicas.
Esta violencia callejera
financiada por la lumpen burguesía y por fuerzas extranjeras, la estamos
padeciendo a diario, con el lamentable saldo de numerosos muertos. En LUCHAS
exigimos el inmediato encarcelamiento y enjuiciamiento de los culpables de los
asesinatos, sean quienes sean y no importa o que digan defender; para nosotros
son hijos de trabajadores y asalariados que son manipulados o caen en la
refriega y, para que esto no vuelva a ocurrir no puede haber tolerancia,
impunidad u ocultamiento de la verdad procesal.
Las protestas violentas
auspiciadas por los sectores de oposición tienen como único norte la ruptura
del hilo constitucional mediante la salida por la fuerza del Presidente Maduro
del gobierno. Ello lo disfrazan con supuestas aspiraciones democráticas pero lo
que está detrás es su desesperación por volver a controlar las divisas
provenientes de la renta petrolera. Por ello han ido oscilando en sus
exigencias; al principio, planteando una inhabilitación y deslegitimación del
presidente Maduro; luego demandando elecciones de gobernadores cuya
convocatoria ha sido prorrogada como resultado de la crisis económica de
abastecimiento, precios y productividad. Más adelante comenzaron a demandar
elecciones generales y un proceso constituyente para borrar la constitución de
1999.
De protestas "pacificas", algunas por legítimos
derechos democráticos, pasaron inmediatamente a violentas expresiones con
vandalismos, muertes y destrucción de infraestructuras. Todo ello lo manipulan
para aparecer en los medios internacionales como demócratas acusando al
gobierno de violador de del derecho a la protesta y como represor y hasta de
asesino. Todo el tinglado mediático imperial ha sido puesto al servicio del
derrocamiento del gobierno Bolivariano.
La violencia opositora se
incrementó, con actos de pillaje y criminalidad, desde que se conoció la Resolución
del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de limitar las atribuciones de la
Asamblea Nacional, en permanente desacato y ante un prolongado conflicto de
poderes. La declaración y posición que tomó la Fiscal General de la República
(FGR), Luisa Ortega Díaz, cuestionando las Resoluciones del TSJ, les cayó como
anillo al dedo, reforzando la espiral de violencia a pesar que se le devolvían
las plenas facultades a la AN.
En este marco, escalaron en
las consignas acusando al gobierno del Presidente Maduro de haber dado un golpe
de Estado, evidentemente en una línea de procurar el aislamiento y la condena
internacional, ante una creciente influencia de la derecha en la región. Los gobiernos
de varios países latinoamericanos y europeos, entre ellos: Colombia, EE.UU,
Brasil, Argentina, Paraguay, México, Canadá, España y otros más, presionan con
beligerancia al gobierno del Presidente Maduro para un dialogo al cual se niega
a sumarse la oposición. Esta articulación internacional no es nueva, en
reiteradas oportunidades se ha intentado cercar a Venezuela en los escenarios
mundiales. Recordemos la solidaridad automática de los gobierno de derecha con
las guarimbas del año 2014 conocidas como "La
Salida", violencia criminal encabezada por Leopoldo López, que pretendía
acabar por vía de facto, con el recién instalado gobierno de Maduro.
Esta vez, el objetivo es
hacer las protestas violentas "cubriéndose
democráticamente" con la solicitud de elecciones de gobernadores; la elección
de un nuevo CNE que ellos avalen; la libertad de los que ellos llaman, presos políticos,
siendo el adalid de esos “presos políticos”
el criminal convicto Leopoldo López, juzgado por su responsabilidad con los crímenes
y daños causados en los actos insurreccionales que de forma pública convocó y dirigió
en el año 2014.
La convocatoria a una
Asamblea Nacional Constituyente (ANC) ha extremado mucho más las posiciones de
la derecha, generándose incontrolablemente la violencia. En algunos estados del
país, como en Carabobo se llegó al paroxismo: bandas armadas de delincuentes
en distintas zonas de las principales ciudades de este estado, controlaron
algunas urbanizaciones y barrios, impusieron saqueos a todo tipo de comercios,
transporte de alimentos y hasta de viviendas residenciales, cobraron peajes
para permitir el tránsito de ciudadanos y hasta asaltaron y asesinaron a
humildes transeúntes que se desplazan por las calles.
Dirigentes de la MUD, entre
ellos Julio Borges, presidente de la AN, llamó al pueblo a "rebelarse" y a protestar en
contra de la Convocatoria la ANC que hizo el presidente Maduro. Calificó esa
convocatoria como un autogolpe y una maniobra más de Maduro para ganar tiempo y
perpetuarse en el poder. Sectores de la izquierda clase media y supuestamente
radical, entre ellos un ex ministro de Chávez, quienes cada vez se sesgan más
con odio en el análisis de la realidad que demostrando capacidad para la caracterización
de la coyuntura propia de la lucha de clases. Han dicho "que esa convocatoria a una ANC, significaba una gran traición a Chávez
porque la CRBV era su obra monumental". Para ellos, “atreverse a cambiarla o modificar la CRBV,
es proceder contra su legado”, olvidando que ellos apoyaron al propio Chávez
cuando intentó modificar 69 artículos de la Constitución mediante la
convocatoria a un referéndum, el cual perdió. La derecha expresada en la MUD en
el pasado se opuso a la reforma de la Constitución porque temía una radicalización
de su contenido que rompiera con la lógica del capital, por ello es entendible
que hoy nuevamente se opongan. Lo que es inexplicable es la regresión de ese
otro sector de izquierda que ahora
con argumentos timoratos comparte la táctica de la MUD. Esto no es un elemento
menor en el terreno de la lucha de clases.
Si de forma clara que Chávez
hace 10 años consideraba ya, que la CRBV no era perfecta y, que para ese
entonces, había que hacerle cambios para poder avanzar, quedan en ridículo las
posiciones de estos "chavistas críticos"
y las declaraciones de la Fiscal General de la República al afirmar a la prensa
internacional que "Nuestra Constitución es inmejorable".
A la luz de los
acontecimientos de violencia suscitados en estas últimas semanas, sobre todo en
estados importante como Carabobo, da para pensar que pudiéramos estar a un paso
de una tragedia como el "Bogotazo"
de Colombia, que abra un largo periodo de violencia en nuestro país, como transcurrió
en ese hermano país con el asesinato de Jorge Eliezer Gaitán.
Eso sería una herida muy
grave para la sociedad venezolana y colocaría en el terreno de las fuerzas
militares y violentas la resolución del conflicto de clases. Por ello, es
urgente cerrarle el camino a cualquier intento de solución autoritaria, por
arriba, de la lucha de clases en curso. En esa perspectiva valoramos la
convocatoria a la ANC, y desde ese escenario en que se constituya la
Constituyente enmarcar nuestras posiciones políticas en las contradicciones de
esa lucha de clases.
La critica fundamental que
la derecha le hace a la convocatoria a un Proceso Constituyente en el año 2017
es que no es un acuerdo de partidos, sino un llamado al involucramiento de
todos los ciudadanos. Nosotros señalamos que en las actuales circunstancias de profundización
de la disputa de las divisas provenientes de la renta petrolera, los partidos políticos
policlasistas de cualquier factor resultan incompetentes para llegar a un
acuerdo y resolver el tema de la violencia callejera. Los factores burgueses en
disputa, cada uno, por el 100% de la renta petrolera, no tienen posibilidades
de mediar en el conflicto. Soluciones partidarias, de simple dialogo y acuerdo
sin el protagonismo popular, de los trabajadores, amas de casa, estudiantes y
profesionales asalariados resulta imposible porque el pueblo es un actor
fundamental en la actual disputa. Por ello consideramos progresiva la
Convocatoria a una Constituyente desde el poder popular como posibilidad no
solo de una resolución contra la violencia desde las bases de la sociedad, sino
también como un camino claro para la profundización revolucionaria y la radicalización
socialista del proceso. Los cuestionamientos que al unísono hace la derecha y
cierta izquierda radical, que la convocatoria al proceso constituyente es una
estrategia gubernamental para prolongarse en el poder, nos parece accesoria y cosmética,
porque lo sustantivo es el protagonismo popular en la determinación del rumbo
en el uso y disfrute de la renta petrolera.
Para los revolucionarios es
muy progresivo que Maduro haya dicho que esta ANC sea: "profundamente obrera, comunal, de la juventud, de los indígenas y
de todo el Pueblo". Para los propatronales y para los pontífices
constitucionalistas del "chavismo crítico"
eso es una herejía contra la CRBV y una burda maniobra de Maduro. Cuando se
está en momentos cruciales de la lucha de clases, tanto los oportunistas como
los sectarios, sólo ven maniobras en los retos y en las oportunidades.
Tampoco somos ilusos, para
creer que por sí sola, la ANC será́ la varita mágica que permita acabar con la
crisis existente. Esta Convocatoria a la ANC significa un desafío para que el
movimiento social y los trabajadores, como sectores de vanguardia, puedan
demostrar su capacidad de independencia de clase ante el capital, el estado, y
sus instituciones. Tanto la oposición de derecha como la de la izquierda
radical y/o chavismo crítico, se oponen a que sea sectorial, no tanto por
concepciones constitucionales y democráticas, sino por cuestiones matemáticas
dado que tienen poca influencia en los sindicatos, federaciones, comunas,
consejos comunales y organizaciones indígenas. La derecha tienen algunos
gremios profesionales y algunos centros estudiantiles, pero tienen temor que
este acumulado no les resulte suficiente, es decir, las sumas no les da. Y,
para ellos, si no tienes una ventaja de votos igual o mayor que cuando las
elecciones de la AN, lo consideran una derrota anticipada para sus propósitos
centrales: que se vaya ya Maduro, cambiar radicalmente la CRBV que hoy, como
buenos hipócritas dicen defender y retomar el acceso a las divisas provenientes
de la industria petrolera.
8. ¿Es necesaria esta
Convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente 2017?
En medio de esta situación de imposibilidad de
encuentro que resuelva sin conflictos violentos la situación y ante las
crecientes tensiones desde abajo para una pronta solución radical, el
Presidente Maduro toma la audaz iniciativa política de convocar a un proceso
Constituyente. Este proceso constituyente no debemos verlo sólo como un
desarrollo democrático, sino como un nuevo capítulo de la lucha de clases. En
ese sentido la convocatoria del Presidente Maduro adquiere un carácter
progresivo como posibilidad de resolución de la conflictividad no por el
acuerdo entre facciones de la burguesía, sino desde el protagonismo popular y
de los trabajadores. Esta convocatoria dispara las tensiones de la lucha de
clases.
En ese marco, desde LUCHAS
hemos decidido participar activa y abiertamente en el proceso constituyente.
Ratificamos nuestro apoyo crítico al proceso Bolivariano y en ese sentido acompañaremos
a los trabajadores, los campesinos, los estudiantes, las mujeres, los
profesionales asalariados, a los explotados y los marginados en la perspectiva
de que tengan una gran y legítima representación en este magno escenario
parlamentario como lo debe ser esta constituyente y que sus diputados
contribuyan en abrir paso a una radicalización socialista revolucionaria del
proceso. Sin ningún tipo de dudas ni vacilaciones estamos al lado del
Presidente Maduro tensionando desde los trabajadores para impulsar a la revolución
socialista radical del proceso Bolivariano.
Las trabajadoras y los
trabajadores deben ser la clase social primordial que junto a profesionales y
revolucionarios capaces deben estar al frente de los organismos decisorios para
llevar adelante los cambios y transformaciones necesarias. Sólo acciones y
medidas revolucionarias puede enrumbarnos de verdad al socialismo. Como forma
de gobierno debe imperar la más amplia discusión democrática para afrontar los
problemas de la revolución. Sólo así, puede concretarse el legado de democracia
participativa y protagónica que establece la CRBV.
La Comisión Preparatoria
para la convocatoria para esta ANC entre otras cosas ha dicho que los objetivos
de esta ANC serian:
1) Una Constituyente para la
paz;
2) Construir un nuevo Sistema
Económico post Petrolero;
3) Avanzar más en el Estado
de Bienestar Social, dándoles rango constitucional a las misiones;
4) Potenciar el funcionamiento
del Sistema de Justicia y Protección del Pueblo para acabar con la impunidad;
5) Impulsar las nuevas formas
de la democracia participativa y protagónica, dándole rasgo constitucional a
las Comunas;
6) Política Exterior
Soberana;
7) Identidad Cultural y una
Nueva Venezolanidad;
8) Garantía de Futuro y
9) Preservar la Vida.
Estos
puntos nos dan pie para transcender el capitalismo más allá́ que lo que hasta
ahora se ha trascendido. Pero, no podemos esperar la instalación de la ANC para
enfrentar los problemas que carcomen el sostén de las bases sociales del
proceso.
9. Constituyente y Golpe de
Timón
Estamos del lado de hacer las críticas a los errores tácticos
y estratégicos que han llevado a esta crisis a las enormes magnitudes que ahora
padecemos. Todavía esperamos por "El
golpe de Timón" que Chávez antes de morir exigió, cuando en un efecto
de balance hizo de sus períodos de gobierno. Hay que encarar ya, porque se hace
tarde, el desabastecimiento de alimentos y medicinas, la pérdida vertiginosa
del poder adquisitivo del salario. La guerra económica, por no atacarla a
tiempo en lo coyuntural y estructural, se ha degenerado en este caos económico
que sufrimos, en donde desde el más grande al más pequeño comerciante,
bodeguero y bachaquero, ponen los precios que les da la gana a los productos
sin que exista ningún control real de los precios.
De inmediato se debe
decretar un Plan de Emergencia Económica, que saque de la postración el aparato
productivo en donde está para garantizar los bienes de consumo y de servicio y
en la recuperación del poder adquisitivo del salario. Eso es clave para frenar
el descontento popular existente. Hay que denunciar los hechos de corrupción y
exigir que los corruptos sean procesados y castigados; solicitar la destitución
de los funcionarios públicos incapaces y corruptos. Está todavía en la memoria
de muchos compatriotas de querer saber quiénes fueron los supuestos empresarios
qué utilizaron más de 20 mil millones de dólares preferenciales para importar
y solo traían contenedores vacíos o llenos de desperdicios. Y, cómo es que se
hayan fugado en estos últimos cuatros años 160 millones de dólares?
Así también el pago de la
deuda externa y las concesiones para la explotaciones de nuestras riquezas
naturales, véase, el Arco Minero del Orinoco, concesiones de explotaciones
petroleras y gasíferos a empresas transnacionales y privadas, necesitan ser
abordados cuando corresponda el punto Económico desde la ANC y deben ser punto
de partida para una auditoria ciudadana de la deuda externa y el gasto público,
de carácter permanente, y con rango constitucional.
Se necesitará, después de
pasar esta etapa de propaganda por la ANC, elaborar desde los distintos
sectores sociales programas económicos; sociales; ambientales; de derechos
ciudadanos; de integraciones y de cooperaciones regionales; a la vez presentar
propuestas inmediatas para garantizar la paz y convivencia, los cuales
fundamenten los debates y las discusiones de la ANC. En estas dos últimas
semanas ha renacido un fervor entre los trabajadores y otros movimientos
sociales. Hemos sido testigos presenciales de decenas de asambleas de
trabajadores y trabajadoras en diferentes estados y en distintos sectores,
convocados por sindicatos y federaciones afiliados y relacionados a la central
Bolivariana Socialista de los Trabajadores CBST. Ya se han conformado y se
siguen instalando Comandos de Campaña por la Constituyente. Eventos en donde se
ha manifestado un sorprendente entusiasmo para conformar estos Comandos y,
hasta han expresado los asistentes a estas asambleas sus disposiciones para
seguir debatiendo todo lo que haya por delante a debatir.
Hay que ir mucho más allá́.
Hay que extender el proceso Constituyente hasta las comunidades y en las
diferentes bases sociales que tendrán representación en la ANC, con asambleas
regulares y permanente entre sus diputados representantes y con esas bases de donde
salieron. Estos tienen que presentar cuentas y asumir las orientaciones que las
bases en asambleas democráticas decidan. Esos diputados y las bases tienen que acompañar
las luchas que los trabajadores y a los distintos sectores populares que estén
dando peleas por sus derechos particulares. Sobre todo, hoy existe el riesgo
que se desarrollen muchos conflictos. Centenares de trabajadores pueden perder
sus puestos de trabajaos, si los patronos siguen el ejemplo que está tratando
de imponer empresas como General Motors. Corporación que decidió́ "cesar sus operaciones en el país",
cuando es evidente que lo quieren es despedir a sus 2.700 trabajadores y
pagarles las prestaciones sociales con el monto que ellos consideren es. Y a
vuelta de uno o dos años volver arrancar sus operaciones con menos personal. Y,
el descaro que la Corporación GM contribuyendo con la campaña mediática
internacional, informó sus medios de prensa de que el gobierno venezolano
expropió la empresa, lo que también corrobora que es una medida para aportar
con el descontento que quieren imponer.
Debe imperar ahora, como
nunca antes, la mayor solidaridad de clase y las mejores expresiones de
conciencia revolucionaria. Sigamos la conseja que recomendó León Trotsky a varias organizaciones del mundo
y en distintas circunstancias de las luchas de clases: "Hay que ayudar a las masas en el proceso de su lucha cotidiana a
encontrar el puente entre sus reivindicaciones actuales y el Programa de la revolución
socialista. Este puente consiste en un sistema de reivindicaciones transitorias
que parten de las condiciones actuales y de la conciencia de amplias capas de
la clase obrera".
Por el
Equipo Nacional de Organización de LUCHAS:
Stalin Pérez Borges, Christian Pereira, Ismael Hernández,
Jesús Vargas, Osmán Cañizales.
Valencia, marzo 2017.
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