Fallece Eva
Castañeda Cortés, luchadora social, fundadora del CNI y de la UCEZ
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Desinformémonos
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https://desinformemonos.org/fallece-eva-castaneda-cortes-luchadora-social-fundadora-del-cni-la-ucez/
24
junio, 2017
Morelia,
Michoacán/Desinformémonos.- Falleció
Eva Castañeda Cortés, “Doña Evita”. El
viernes 23 de junio, a los 87 años, falleció Evita Castañeda Cortés, abogada,
defensora de las tierras de los pueblos indígenas de Michoacán y de todo
México. Fundadora del Congreso Nacional Indígena en 1996 y junto con su esposo,
don Efrén Capiz Villegas, fallecido en 2006, participaron en la fundación de la
Unión de Comuneros Emiliano Zapata (UCEZ) y de la Coordinadora Nacional Plan de
Ayala en el año 1979.
El Congreso Nacional
Indígena comunica con gran pesar el fallecimiento de Doña Evita “tuvimos el privilegio de conocer
y compartir nuestra palabra, nuestras luchas, nuestros dolores y alegrías con
la compañera luchadora social Licenciada Eva Castañeda Cortés, que el día 23 de
junio del año en curso, falleció en la ciudad de Morelia, a la edad de 87 años”.
Doña Evita nació un 20 de noviembre
de 1929 en la comunidad indígena de Undameo en Michoacán. Abogada
incansable, defensora de las tierras de los pueblos indígenas de Michoacán y
del país entero, fue coordinadora General de la Unión de Comuneros Emiliano Zapata
(UCEZ). Su caminar decidido y firme junto a su palabra quedan como
ejemplos claros para seguir la lucha contra el despojo, por la
libertad y la organización de nuestros pueblos.
Eva Castañeda Cortés fue una
incansable luchadora social al lado de su esposo, Efrén Capiz Villegas. Viuda
ya del abogado Capiz, Evita no dejó de asistir a encuentros,
congresos y asambleas del movimiento indígena Unión de Comuneros Emiliano
Zapata (UCEZ), con sede en Michoacán. Doña Evita y su marido representaron por
décadas la lucha y recuperación de tierras en esta región de caciques y
latifundistas, y fueron parte fundamental del movimiento indígena y campesino
en México.
Efrén y Evita se conocieron
en 1950, “pero fue hasta años después que
nos fijamos uno en el otro”, señalaría en una de las múltiples entrevistas
realizadas a lo largo de su vida como luchadora social. Se casaron en 1959 sólo
por el civil y no se separaron hasta la muerte de él, en 2006. Décadas de lucha
compartida e innumerables batallas legales ganadas en los tribunales y en la
acción.
El gobierno hace todo para que el pueblo se levante: Eva Castañeda
Entrevista de Gloria Muñoz Ramírez,
publicada en Ojarasca, suplemento del
periódico La Jornada en febrero de 2010
Foto:
Simona Granatti
Desinformémonos, periodismo de abajo
24 junio, 2017
Eva Castañeda Cortés, mejor conocida como doña Evita,
tiene 80 años y es la actual coordinadora de la Unión de Comuneros Emiliano
Zapata (UCEZ), con sede en Michoacán. Es la memoria de la lucha y recuperación
de tierras en esta región de caciques y latifundistas, y parte del movimiento
indígena y campesino en México. Viuda del abogado y luchador social Efrén
Capiz, Evita no deja de asistir a encuentros, congresos y asambleas del
movimiento indígena, al tiempo que atiende su casa o parte en autobús a regar
sus plantas a su pueblo natal, en las afueras de Morelia.
Su casa es una bodega de
expedientes. La sala y el comedor, los cuartos y los pasillos, las escaleras y
el estudio, están atiborrados de pilas de carpetas con solicitudes agrarias de
miles de campesinos que han acudido a la UCEZ para pedir una ayuda que jamás se
les ha negado, ni se les ha cobrado. “A
veces nos pagan con frijol, frutas, maíz, jabón, galletas y hasta gallinas”,
cuenta esta mujer octogenaria que tiene la energía de una adolescente. Su cita
previa a esta entrevista es con los comuneros de Zirahuén, a quienes atiende
mientras revisa la estrategia legal, escribe en la computadora y luego se
escabulle a la cocina para prepararles algo de comer.
La prisión de su esposo, el
asesinato de su hijo, la persecución cotidiana contra toda la familia, ha sido
el precio que ha tenido que pagar por enfrentar a los caciques locales. La UCEZ
se fundó formalmente el 7 de octubre de 1979 en una asamblea que se realizó en
la comunidad de Tingambato, pero sus orígenes Evita los ubica en
1944 “cuando Efrén Capiz
Villegas se vino de su comunidad a Morelia a terminar la primaria. Los vecinos
de su pueblo le venían a preguntar por las oficinas del departamento agrario
para resolver sus problemas de la tierra. Él los llevaba y los ayudaba y ahí
fue surgiendo la Unión de Comuneros”.
Efrén y Evita se conocieron
en 1950 “pero fue hasta años después que
nos fijamos uno en el otro”. Se casaron en 1959 sólo por el civil y no se
separaron hasta la muerte de él, en 2006. Décadas de lucha compartida e
innumerables batallas legales ganadas en los tribunales y en la acción. Efrén
falleció y ella “hizo como si no fuera
realidad”, para no caerse. Asumió la coordinación general que ocupó su
esposo y le dio seguimiento a todos los pendientes. Hasta la fecha.
A lo largo de su historia “lo más importante que ha hecho la UCEZ ha
sido recuperar las tierras de las que se apoderaron los hacendados”.
Recuerda el caso de “los muchachos de
Maravatío”, unos medieros (así se les llamaba a los peones de las haciendas
que hacían todo el trabajo en el campo y la mitad de la cosecha era para el
dueño de la tierra y la otra mitad para ellos).
“El que se decía dueño de la tierra le daba al mediero semilla, abono y
algo de dinero para que comiera mientras se producía. Pero a estas personas de
Maravatío el dueño no les daba nada. Los tenía como esclavos”.
Los esposos Capiz recibieron
el caso, prepararon un proyecto de solicitud de titulación y bienes comunales y
luego se inventaron la figura jurídica de “comunidades
indígenas de hecho para los que no tienen nada, para los peones”, con la
condición de que los campesinos se comprometieran “a trabajar, defender y disfrutar la tierra en común”. Los medieros
aceptaron y desde ese momento dejaron de entregar la mitad de su cosecha a los
patrones, al tiempo que se preparó un amparo contra su posible detención y así
se mantuvieron durante 14 años. “Después
lograron una resolución presidencial por ejido”. Y como este caso, dice
orgullosa, “pues un montón”.
Cuenta Evita que un hermano
de su madre fue coronel villista y que su padre peleó con Madero. “Por los dos lados me venía, yo creo que por
eso me gustó la lucha social y por eso me entendí con Efrén”.
La vida nunca fue fácil para
esta pareja de luchadores. En los años sesenta participaron en el movimiento
estudiantil de Morelia, a favor del entonces rector de la Universidad, Eli de
Gortari.
“Yo estaba en primero de preparatoria y en octubre de 1966 empezaron
las detenciones. Trajeron el ejército y metieron a los soldados en el colegio
de San Nicolás. Ahí estábamos nosotros redactando el decreto de desaparición de
poderes. Efrén era el que encabezaba junto con sus compañeros. Yo era la mera
secretaria junto con otra compañera”.
El ejército los detuvo y los
mantuvo en una zona militar 18 días, luego la dejaron salir a ella y
consignaron a Efrén Capiz, quien permaneció en prisión durante cinco
años.
–¿Y qué hizo usted ese tiempo?
–Pues terminé mi carrera.
Terminé la preparatoria y luego en cuatro años la carrera de abogada. Como a
los dos meses me dieron trabajo en un banco y al entrar pedí permiso para
seguir estudiando y me autorizaron llegar a las 10 de la mañana. Yo estudiaba
de 7 a 10 y me salía 20 minutos antes para llegar a tiempo al trabajo. Y en la
tarde regresaba de 4 a 8 a la escuela. Los fines de semana iba a la cárcel a
ver a mi marido y también atendía a mis tres hijos.
Cuando don Efrén salió de la
prisión, Evita lo llevó a la nueva casa que fincó con un préstamo bancario. Se
encontraba en el último año de la universidad.
“Luego él y yo seguimos en el trabajo. Solita empezó a llegar la gente
a pedir apoyo jurídico. Un año después terminé la carrera, en 1972. La empecé a
los 38 años y terminé a los 42, pero no me recibí en ese año porque Arriaga nos
manda asesinar a nuestro hijo el mayor y no me quedaron ganas de nada. Dejé
pasar siete años y luego me recibí por puro orgullo, a los 50”.
Con el levantamiento de los
zapatistas en Chiapas, en 1994, Evita dice que “sentimos que ya no estábamos solos para enfrentar al gobierno”. Y
a partir de ese momento se involucraron en todas las iniciativas del EZLN, en
las marchas, las consultas, los encuentros en Chiapas.
“Una vez cuando a Efrén lo cita Marcos
en Chiapas, casi lloraba porque tenía un asunto en San Pedro Uruapan, donde
había que desalojar a un cacique. Y le dije, ‘cómo que a quién se lo dejas si
aquí estoy yo’. Y me dice ‘¿te lo echas sola?’ y pues qué
si no hay más”.
Una fotografía del Subcomandante
Marcos ataviado con un jorongo regalado por Efrén Capiz es mudo testigo de esta
relación de lucha.
La entrevista termina porque
desde temprano un grupo de campesinos esperan turno en la puerta. Evita se
disculpa con una sonrisa, no sin antes advertir que el gobierno está haciendo
todo “para que el pueblo se levante. Los
senadores y diputados están autorizando que suba todo, son unos arrastrados, no
tienen dignidad, pero cuando el pueblo se decida a tomar las riendas esto va a
cambiar”.
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