La comunidad de
Cruztón: muerte y resistencia
Radio
Zapatista
http://radiozapatista.org/?p=21877
07
julio, 2017
El pasado 22 de mayo de 2017 a las 6 de la mañana, el
campesino Rodrigo Guadalupe Huet Gómez, de la comunidad de Cruztón, recibió un
tiro en la sien. Llevaba dos horas atrincherado en el cementerio junto con
otros compañeros, adonde habían ido para defender el local que, desde hace casi
un siglo, ha sido el espacio sagrado donde yacen sus muertos. Desde hace más de
un año, un grupo armado del vecino ejido Guadalupe Victoria, que se
autodenomina Nuevo Guadalupe Victoria, ha intentado despojarlos a ellos, y a la
comunidad vecina de Nueva Libertad, del cementerio y las tierras aledañas, que
incluyen algunas pequeñas propiedades.
Cuatro horas duró la
balacera, con armas de alto calibre posicionadas estratégicamente en varios
puntos, demostrando muy probablemente que el grupo atacante tiene formación
militar. Fue en un momento de cierta calma cuando Rodrigo Guadalupe decidió
levantarse para observar, y así recibió el impacto de bala.
Sus compañeros entonces
llamaron a una ambulancia de Venustiano Carranza, pero ésta fue interceptada en
Guadalupe Victoria por un grupo encabezado por el agente municipal Eleuterio
Bautista Aguilar, que los campesinos de Cruztón identifican como uno de los
líderes del grupo armado. Entonces se pidió otra ambulancia, esta vez de
Teopisca, que viajó acompañada por una camioneta de Protección Civil. Ambas,
sin embargo, fueron interceptadas a 100 metros de donde estaba Rodrigo
Guadalupe por un grupo fuertemente armado, que las forzó a retirarse.
Así, Rodrigo Guadalupe,
activista tzotzil adherente a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona del
EZLN y miembro de Semilla Digna y del Congreso Nacional Indígena, falleció a
las 7 de la mañana. (Lee la
denuncia de Cruztón.)
Desde entonces, los hostigamientos
por parte del grupo armado se han incrementado. El 16 de junio
volvieron a ocupar el cementerio y las tierras aledañas, montando cinco puntos
de vigilancia, con 5 o 6 personas fuertemente armadas en cada uno. Al mismo
tiempo, cortaron el suministro de agua a la comunidad de Nueva Libertad,
dejando a 40 familias sin acceso al líquido vital. Un día después, cortaron el
cable de alta tensión que provee electricidad a Cruztón. El 18 de junio,
intimidaron a pobladores de Nueva Libertad que se dirigían a Cruztón, con tiros
al aire. Y dos días después, bloquearon el camino que da acceso a la comunidad
de Cruztón, dejándolos incomunicados durante 10 horas.
Cruztón: una historia de lucha
por la tierra
Los campesinos de Cruztón han vivido en esas tierras
por generaciones. Antes del levantamiento zapatista de 1994, las tierras de
Cruztón pertenecían a la finca Mispía, que años después fue rebautizada como
finca Nazareth, propiedad de la familia Villafuerte, de la Ciudad de México.
Dicha finca fue dividida en cuatro partes –Nazareth (el casco), Jerusalén,
Cruztón y Guadalupe–. A los campesinos de Cruztón los Villafuerte les
entregaron la tierra con escritura pública.
Pero en 1994, campesinos de
Guadalupe Victoria, haciéndose pasar por zapatistas, les arrebataron 395
hectáreas de su territorio. Un año después, el gobierno, con el afán de detener
las tomas de tierras a lo largo del estado, compraron las tierras para
entregarlas a los campesinos. Pero por un supuesto “error” burocrático, el gobierno las entregó al grupo invasor.
En 1997 los campesinos de
Cruztón intentaron recuperar sus tierras, pero fueron fuertemente reprimidos
por policías y militares, según testimonio de los propios
campesinos, y después de eso se desorganizaron.
En 2005 el EZLN publicó la
Sexta Declaración de la Selva Lacandona, y en 2006 los campesinos de Cruztón se
adhirieron a la Otra Campaña. Un año después, decidieron recuperar las tierras
que les habían arrebatado en 1994, incluyendo el manantial, fuente
importantísima de vida para la comunidad.
La recuperación de las
tierras motivó una fuerte
represión policíaca en
tres diferentes momentos de 2008, con detenciones, amenazas a mujeres y niños,
órdenes de aprehensión y la instalación de un campamento a poca distancia de
sus tierras. Pero la solidaridad no se hizo esperar. En julio de ese año, una
caravana nacional e internacional de observación llegó a
Cruztón y denunció las
violaciones cometidas por el gobierno.
Todo parece indicar que lo
que está por detrás de la represión es el oro. En 2007, la minera canadiense
Radius Gold, por medio de su subsidiaria Geometales del Norte, adquirió más de
48 mil hectáreas en el municipio de Venustiano Carranza, en concesión para
explotarlas durante 50 años. La concesión coincide con tierras de Cruztón y
otras comunidades y ejidos de la región. (Ver La Jornada, 8
de julio de 2008 y Reporte de
actividad minera de Otros Mundos.)
El hostigamiento por parte
del gobierno continuó en 2009, con amenazas de
un ataque militar y acusaciones de tráfico de armas,
drogas y migrantes. Pero la presión nacional e internacional surtieron efecto,
y en julio de 2009 el gobierno resolvió a favor de los adherentes de Cruztón
por medio de un convenio de finiquito, en el que el grupo invasor desistía de
cualquier reclamo sobre las tierras.
Pero los conflictos no
pararon. En 2011, la comunidad de Cruztón denunció nuevas amenazas de
desplazamiento por parte de la Organización Campesina Emiliano Zapata–Región
Carranza (OCEZ-RC). Al mismo tiempo, en abril de ese año se presentan personas
desconocidas diciendo que los había mandado la Procuraduría Agraria,
supuestamente porque allí había tierras disponibles. Y al parecer una persona
de nombre Guadalupe Cruz, de Teopisca, comienza a formar un grupo para “vender” tierras de Cruztón a terceros y así crear conflictos.
En 2013 empieza el conflicto
en las tierras actualmente en disputa. Se trata de un área entre Guadalupe
Victoria y Cruztón, donde se encuentran varias pequeñas propiedades, el
cementerio y el manantial que provee de agua a las comunidades de la región.
Ese año, el grupo de Guadalupe Victoria, que afirma que se trata de tierras
pertenecientes a su ejido, coloca banderas en 12 pequeñas propiedades con la
intención de apoderarse de ellas.
Dos años después, el 16 de
abril de 2015, dicho grupo invade tres pequeñas propiedades en esas tierras, y
tres semanas después cierra el paso de Cruztón a Venustiano Carranza y detiene
a varios compañeros durante dos horas, amenazándolos con armas largas. (Ver denuncia de Cruztón.)
Pero es el 1 de febrero de
2016 cuando el grupo invasor clausura el acceso al cementerio común. Tres meses
después, el 10 de mayo de ese año, los adherentes de Cruztón deciden recuperar
el cementerio sagrado. Ese mismo día, Augusto de la Cruz Pérez, de Cruztón, es
secuestrado por el grupo armado, golpeado, colgado durante una hora y
amenazado.
Y ahora, el asesinato de
Rodrigo Guadalupe Huet Gómez.
Actores y motivos: un panorama complejo
No queda claro quiénes conforman el grupo armado de
Nuevo Guadalupe Victoria ni cuándo se formó, aunque, según denuncias de la
comunidad de Cruztón, desde marzo de 2003 ya había amenazas de invadir 12
pequeñas propiedades en las tierras en disputa. En aquella época, el grupo se
identificaba como perteneciente a la OCEZ-RC, aunque ahora dicha organización
se deslinda de ellos e incluso exige una
investigación de los
hechos del 22 de mayo pasado. En un comunicado reciente(*), el
Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS) los reconoce como miembros de
su organización y acusa nada menos que a los adherentes a la Sexta agredidos de
la comunidad de Cruztón de ser paramilitares.
El grupo armado está
conformado por 30 familias y, según información obtenida por el Centro de
Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba), la asamblea ejidal de
Guadalupe Victoria los desconoce. Vale decir que las armas de dicho grupo son de
alto calibre y de uso exclusivo del ejército y que, como dijimos arriba, todo
parece indicar que tienen conocimiento de tácticas militares. La mayoría de las
personas identificadas como líderes del grupo armado por los adherentes a la
Sexta de Cruztón son los mismos que ya en 2015 los mismos campesinos
identificaron como los líderes de la invasión de tres pequeñas propiedades en
el territorio en disputa.
Como decimos, no queda claro
quiénes conforman el grupo armado de Nueva Guadalupe Victoria. Pero las concesiones
mineras en la región, los intereses económicos que ellas implican y la historia
de amenazas, violencia y represión estatal apuntan a la trillada estrategia del
Estado para apoderarse de tierras indígenas y campesinas: enfrentar a
organizaciones y comunidades para desestructurar la resistencia y permitir el
paso de proyectos extractivos.
El escenario se complica con
la denuncia de la
Organización Nacional del Poder Popular (**ONPP) de que, en un recorrido por
los predios invadidos, encontraron un sembradío de marihuana. Estando el
cementerio en la cumbre de un cerro desde donde se divisa claramente todos los
alrededores, se puede asumir que uno de los móviles para las acciones del grupo
armado es el control territorial, no descartando que se trate de un grupo con
vínculos al crimen organizado.
Por otra parte, las
agresiones suceden al momento en que el Congreso Nacional Indígena (CNI)
conforma un Concejo Indígena de Gobierno y elige a su vocera, María de Jesús
Patricio Martínez, que se presentará como candidata independiente en las
elecciones presidenciales de 2018. Y coincide también con una serie de actos de
violencia, represión u hostigamiento contra comunidades del CNI y, en
particular, contra comunidades que conforman a Semilla Digna (un espacio
organizativo del CNI en Chiapas), del cual Cruztón es parte. Como es sabido,
una de las razones para conformar el Concejo Indígena de Gobierno es la
destrucción y violencia que sufren los pueblos originarios del país a manos de
las industrias extractivas en complicidad con el crimen organizado y el Estado.
Este próximo domingo 9 de
julio, una caravana viajará
a la comunidad de Cruztón para solidarizarse con los compañeros agredidos y
sobre todo con la familia de Roberto Guadalupe, y para visibilizar esta
escalada de violencia.
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